2.07.22

La Palabra para el Domingo - 3 de julio de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 3 sino sábado 2 de julio de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 

Lc 10, 1-12.17-20

1 Después de esto, designó el Señor a otros 72, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. 2 Y les dijo: ‘La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. 3 Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. 4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. 5 En la casa en que entréis, decid primero: ‘Paz a esta casa.’ 6 Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. 7 Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. 8 En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; 9 curad los enfermos que haya en ella, y decidles: ‘El Reino de Dios está cerca de vosotros.’ 10 En la ciudad en que entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid: 11 ‘Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies, os lo sacudimos. Pero sabed, con todo, que el Reino de Dios está cerca.’ 12 Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para Sodoma que para aquella ciudad.

17 Regresaron los 72 alegres, diciendo: ‘Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.’ 18 Él les dijo: ‘Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.19 Mirad, os he dado el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo poder del enemigo, y nada os podrá hacer daño; 20 pero no os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos de que vuestros nombres estén escritos en los cielos.’”


COMENTARIO

La verdadera alegría



Creer en Dios y tener por bueno y mejor que el Creador es Padre de la humanidad era una verdad que Jesús quería proponer
. Es decir, no tenía intención de ir por el mundo obligando a creer. Ahora bien, avisaba muchas veces de lo que suponía no creer. Y esto, lo que quería decir era que el hombre era libre para aceptar o no lo que proponía el Maestro.


Exactamente igual tenía Cristo por verdad que eso hicieran aquellos a los que había enviado.
 En este texto se nos dice que fueron 72 los que quiso que fueran por el mundo a transmitir la Buena Noticia y que el Reino de Dios estaba cerca.

Lo que dice Jesús es bien claro
: son pocos los que evangelizan y hay que pedir a Dios para que envíe a muchos que cumplan con tal labor.

Pero también les dice algo que valía para entonces y vale para ahora mismo
: los envía a padecer porque sólo puede entenderse tal cosa cuando trata a sus enviados como ovejas y a otros, como lobos. Sin embargo, ellos debían mantener la esperanza siempre intacta y la confianza en Dios porque en muchos lugares los recibirían con alegría.

En otros, sin embargo, la cosa no se daría bien ni nada por el estilo.
 Es decir, en muchos lugares no querrían saber nada de ellos. Bien fuera por ignorancia de la Verdad o, simplemente, por ir a pueblos enemigos del pueblo judío… el caso es que en más de un lugar al que debieron ir aquellos 72 enviados nos lo debieron recibir de buen gusto. Y es casi seguro que los echaran con cajas destempladas.

¿Qué, entonces?

Jesús lo dice con toda claridad
: ellos han de ir a anunciar la Buena Noticia que consiste, en esencia, en decir que el Reino de Dios estaba tan cerca como ellos quisieran que estuviese. Ahora bien, en aquellos lugares en los que fueran bien recibidos (casas o pueblos) debían informarles y formarles acerca de eso. Pero en aquellos lugares (casas o pueblos) en los que fueran maltratados (de palabra o de obra) no debían hacer más que marcharse. Ahora bien, dejándoles claro que el juicio que caería sobre ellos sería grave porque habían acudido allí a anunciarles su salvación y ellos la habían rechazado o, lo que es lo mismo, habían pecado contra el Espíritu Santo, la gracia de Dios a la que negaban la entrada en sus corazones. 


Y aquellos hombres regresaron.

El Evangelio Comentado: El envío de los 72 discípulos (Lc 10, 1-12.17-20)



Seguramente vieron muchas cosas mal hechas pero, seguramente, vieron otras muy bien hechas y preparadas por Dios
. Ellos, pues, estaban contentos por lo hecho porque, como seres humanos que era, se alegraban mucho de que su trabajo fuera fructífero.

Y eso estaba bien pero… ya sabemos cómo es Cristo.

En efecto, el Hijo de Dios iba a bajarlos de su nube mundana e iba a subirlos a otra mucho más importante: la de la vida eterna.

En realidad, lo que debían tener por bueno y benéfico para sus almas no es el trabajo que habían hecho (que estaba muy bien porque era lo mandado) sino que Dios los tuviese en su corazón y que, como dice Cristo, sus “nombres estén escritos en los cielos”.

Tal escritura es tan importante que, sin ella, nada de lo hecho en el mundo vale nada ni vale la pena hacerlo.

Y aquellos, que habían visto, seguramente, el fruto de su trabajo, debieron quedar alegremente sorprendidos. ¡Además de llevar a cabo bien su misión, ellos estaban en el corazón de Dios! Y es que la verdadera alegría está en que estemos en el corazón del Todopoderoso.

Lo demás es, por cierto, humo y polvo.


PRECES

Por todos aquellos que no quieren escuchar la Palabra de Dios.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no quieren recibir al Espíritu Santo en su corazón.

Roguemos al Señor.


ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos saber comprender lo que verdaderamente nos conviene.


Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

……………………

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:


La alegría del hombre es saberse hijo de Dios.

27.06.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - Y dice Lolo “casi nada”

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

Y dice Lolo “casi nada”

“Yo, como mejor cabalgo es sobre el brioso corcel de un libro. Lo monto y al galope todo el año. De cuando en cuando, para abrevar, los articulejos y otras cosillas que me oxigenan. Ahora me ronda una idea y, como no cristaliza, ando que boto. Entretanto, prensa. Preparo una revista mensual, una serie de artículos para un concurso y estudio lo de otra publicación más amplia, que me han encargado para Semana Santa y que no sé si podré atender; en resumidas cuentas, casi nada” (“Las golondrinas nunca saben la hora”, p. 59)

  

Este texto de su libro “Las golondrinas…” muestra bien a las claras cómo era el Beato de Linares (Jaén, España) y, en fin, que era prácticamente indestructible que, según eran sus circunstancias, es decir mucho pero es decir verdad. 

Ciertamente, se confiesa al respecto de cómo trabaja mejor. Y es que la producción de un libro es, para él, lo ideal. Y lo es porque supone concentración durante un tiempo bastante largo. Por eso dice que cuando tiene claro sobre qué va a escribir o cómo va a ser la forma del libro “al galope todo el año”. Y es que, sin duda, quien haga eso, escribir un libro, sabe muy bien a qué se refiere Lolo cuando afirma lo que afirma que es una verdad como una catedral de grande. 

Así dicho, como lo dice Lolo, da la impresión de que para él, aún teniendo al respecto de qué va a escribir las cosas claras, fuera todo sencillo y fácil. Y como sabemos las circunstancias, digamos, físicas, de su vida, es sencillo saber que no debía de ser nada fácil para nuestro amigo escribir un libro sino que, muy a pesar de que lo muestre como algo a llevar a cabo sin problema lo bien cierto es que no debía serlo. Pero para él, que es hombre con espíritu fuerte, todo le parecía la mar de bien sabiendo a qué iba a dedicarse.

 Pero como es más que conocida la producción literaria de Lolo (en los campos en los que así era) no nos extraña nada que diga eso de que “para abrevar” o, lo que es lo mismo, para nutrirse espiritualmente como si se tratase del agua que hidrata su corazón, hace otras cosas. Y es que el linarense universal escribió mucho más que los libros que dio a la luz pública (9) y eso es lo que nos dice aquí mismo. Y lo hace como para “oxigenarse” que es como afirmar que eso, los artículos y “otras cosillas” le vienen la mar de bien para darle fuerza mientras está escribiendo un libro. 

Esos “articulejos” de los que habla Lolo son más de unos cientos que publicó a lo largo de su vida y que muestran a una persona muy preocupada por todo lo que pasa a su alrededor y mucho más lejos. Y es en ellos, mientra se “oxigena”, donde podemos apreciar el valor literario de un hombre creyente católico que no deja de demostrar que lo es al darle ese tono en la escritura que muestra la hondura de su fe y que, de verdad, se la cree… 

Pero también tenía intención de publicar una revista mensual además de querer participar en un concurso y algo para la Semana Santa, suponemos, que de Linares, su pueblo. 

De todas formas Lolo tiene muy claro que, aunque sea un trabajador fuera de serie (digamos que sobrenatural según son sus circunstancias personales) a todo no puede llegar pues el día, también para él, tiene las horas que tiene. Y estamos seguros de que en ese “no sé si podre atender” hay mucho pesar y mucho saber que sí, que no todo es posible y que será lo que Dios quiera…

 Es cierto y verdad que todo esto que nos dice Lolo es mucho y más que mucho. Pero estamos seguros de que por mucho que diga “casi nada” el tal casi nada llenaba su corazón de ansia de mejorar y de servir a Dios y, así, a los hombres de su tiempo. Y, en realidad, no sólo lo consiguió entonces sino que ahora, algunos decenios después de su subida a la Casa del Padre y más de cien años después de su nacimiento, llega a hoy mismo lo que entonces hizo. 

Y nosotros, ¡qué menos!, la mar de agradecidos a Lolo.

     

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

25.06.22

La Palabra para el Domingo - 26 de junio de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 19 sino sábado 18 de junio de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.
También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

Lc 9, 51-62

51 Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, 52 y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; 53 pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. 54 Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: ‘Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?’ 55 pero volviéndose, les reprendió; 56 y se fueron a otro pueblo.57 Mientras iban caminando, uno le dijo: ‘Te seguiré adondequiera que vayas.’ 58 Jesús le dijo: ‘Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.’ 59 A otro dijo: ‘Sígueme.’ El respondió: ‘Déjame ir primero a enterrar a mi padre.’ 60 Le respondió: ‘Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios.’ 61 También otro le dijo: ‘Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa.’ 62 Le dijo Jesús: ‘Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios.’”

COMENTARIO

Saber lo que supone seguir a Cristo


Cuando alguien encuentra a quien cree que puede ser una persona muy importante en su vida no duda lo más mínimo en hacérselo saber
. Si es que, de verdad, así la considera, tampoco dudará en entregar su vida por la misma.


Eso lo podemos elevar a una potencia muy alta cuando
 lo que se trata no es de una persona que pueda ser más o menos carismática sino que hablamos de quien podía ser el Mesías esperado por el pueblo judío, elegido por Dios para ser el suyo.

No todos, sin embargo, le seguían
 y, como bien sabemos por lo escuchado y leído tantas veces, había quien le quería muerto. Por eso en aquella ocasión los apóstoles se enfadaron cuando no quisieron recibirlos en un pueblo samaritano. Ellos, que sabían que Jesús era el Cristo, no podían soportar que alguien no lo quisiese.

Pero la forma de pensar y hacer del Hijo de Dios era muy otra
. Y es que no podía, ni debía, obligar a nadie a seguirlo. Menos aún a los que siempre se habían opuesto, por razones que creían importantes y de cariz religioso, al pueblo judío. No. La libertad era un don de Dios y el Hijo no iba a adueñarse de la misma. Tal forma de actuar no era la correcta.

Pero, como decimos arriba, aquellos que creen haber encontrado a su Maestro, quieren seguir. Eso es, de natural, lo suyo.

Sin embargo, también en esto, Jesús va a sorprender a muchos. Sobre todo, va a sorprender a los le quieren seguir pero, al parecer, aún no han cambiado su corazón.

Catholic.net - Jesús no tiene donde reclinar la cabeza

Jesús sabe que sólo hay una forma de seguirle y que otra no sirve. Y la suya es muy radical. Y lo es porque viene de raíz, de aquello sobre lo que se ha de construir el corazón del hombre, con aquello que ha de alimentarse el mismo.

Muchos, eso sí, querían seguirlo. Pero lo querían hacer de una forma muy curiosa
: amaban su vida anterior y les costaba un poco dejarla de lado.

Jesús, de todas formas, avisa
: cuidado con creer que su lado todo van a ser cuidados ajenos y buenas ambrosías… No. Ciertamente, la existencia al lado del enviado de Dios no era ni iba a ser fácil.

A pesar de eso, de lo que dice a tal respecto, hay quien insiste en seguirle pero no se olvida del todo de lo que era.

Jesús quiere seguimiento total, olvidando el corazón viejo
. Por eso habla del Reino de Dios y de lo que supone alcanzarlo.

Lo que dice Cristo no es fácil de cumplir
. No hay que mirar hacia atrás.

Muchos, por atacar al Hijo de Dios, pueden sostener que lo que quiere es muy egoísta por parte de Jesucristo
. Sin embargo, tal cosa no es, para nada, verdad. Y es que lo que pretende el hijo de María y de su adoptivo padre José es que se comprenda que si no se cambia el corazón viejo y se pone en su lugar uno nuevo, si no se comprende que lo anterior ya no vale y que debe ser sustituido por la verdadera doctrina de Dios, no valdrá de nada querer seguirlo.

Cristo quiere compromiso
. Y lo quiere completo.


PRECES

Por todos aquellos que no comprenden lo que quiere decir seguir a Cristo.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que se vienen atrás cuando conocen lo que supone seguir a Cristo.

Roguemos al Señor.


ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a seguir a tu Hijo según quiere.


Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

……………………

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:


Seguir a Cristo no es fácil. Sólo tenemos que mirar a nuestro alrededor.

20.06.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - La esperanza que nunca se ha de perder

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

La esperanza que nunca se ha de perder

  

“Los días pueden ser negros, grises o claros, pero ¿todos únicamente negros? La pesadumbre se ha echado encima del optimismo y lo aplasta, lo aplasta, más la fe nos dice que la última risa es siempre de la esperanza. La esperanza es como un muelle de acero que cede y se contrae en los momentos difíciles para distenderse y arrollarlo todo a la hora de la verdad”. (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 58)

 

Lo decimos muchas veces eso de que la esperanza “es lo último que se pierde”. Sin embargo, eso, visto desde el punto de vista del Beato de Linares (Jaén, España) es decir muy poco de esta virtud que, por cardinal, la debemos tener más presente que lo que tal expresión dice. 

No hay duda alguna que lo que nos dice Lolo es cierto y es verdad: no todos los días son de color de rosa sino que, en efecto, los hay casi de todos los colores; negros cuando parece que nada sale bien; grises cuando algo sale mal pero hay cosas que salen bien y compensan lo otro o, en fin, días claros en los que todo es, entonces sí, de color de rosa. 

El caso es que nuestro amigo no está de acuerdo en que todos los días tengan que ser, a la fuerza, negros. Y eso lo dice quien tenía más de una causa para que vida fuera bien oscura… Sin embargo, se opone a eso. Y por eso se pregunta si todos han de ser únicamente así, negros. Y sabe que las cosas no son siempre de tal manera y lo basa en algo que, en sí mismo, es una virtud y que forma parte de las que llamamos “capitales” por su importancia y que son, a saber, la fe, la esperanza y la caridad… 

Todo, pues, parece sencillo de entender: si todos los días no pueden ser negros es, precisamente, por la esperanza. 

El caso es que dice bien Lolo que la esperanza tampoco actúa por sí sola sino que es la fe la que nos dirige a ella pues, de tenerla, la fe queremos decir, la otra virtud nos saldrá al encuentro más pronto que tarde. La fe, por tanto, conduce y lleva a la esperanza y por eso es que hay tantas personas que, a fuerza de no tener fe tampoco tienen esperanza… 

Veamos, de todas formas, qué sentido tiene Lolo de esperanza, cómo la considera. 

Resulta curioso que nos dice Lolo que la esperanza es como un “muelle de acero”. Y esto lo decimos porque nos muestra qué es para él pues un muelle es algo elástico que vuelve a su posición una vez se ha estirado de él pero, a su vez, siendo de acero muestra allí una fuerza casi irresistible. Es decir, que la esperanza, que la tenemos ahí sólo para las oportunidades en las que echamos manos de ella siempre está a punto para estirarla según nuestras necesidades y, por eso mismo, tiene una naturaleza tan irresistible, tan fuerte, por decirlo así. 

Ciertamente, la esperanza la necesitamos cuando la necesitamos y no es como la fe que siempre ha de estar ahí. Y por eso, precisamente por eso, cuando nos la echamos al corazón y la ponemos en el primer plano de nuestra vida, ante las dificultades, todo lo arrolla, como dice Lolo. 

Además, es verdad que a la hora de la “verdad”, como apunta nuestro amigo, la esperanza nunca nos falla porque ha sido traída por la fe y siempre está ahí para darle a todo lo malo una visión mejor, una nueva luz, un ser que valga la pena.

    

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

18.06.22

La Palabra para el domingo – 19 de junio de 2022

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 19 sino sábado 18 de junio de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.
También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

Lc 9, 11b-17


“Les hablaba acerca del Reino de Dios, y curaba a los que tenían necesidad de ser curados. 12 Pero el día había comenzado a declinar, y acercándose los Doce, le dijeron: ‘Despide a la gente para que vayan a los pueblos y aldeas del contorno y busquen alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar deshabitado.’13 Él les dijo: ‘Dadles vosotros de comer.’ Pero ellos respondieron: ‘No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente.’ 14 Pues había como 5.000 hombres. Él dijo a sus discípulos: ‘Haced que se acomoden por grupos de unos cincuenta.’ 15 Lo hicieron así, e hicieron acomodarse a todos. 16 Tomó entonces los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición y los partió, y los iba dando a los discípulos para que los fueran sirviendo a la gente. 17 Comieron todos hasta saciarse. Se recogieron los trozos que les habían sobrado: doce canastos.”

COMENTARIO


Confianza, plena, en Dios


Algunos sostienen que aquella multiplicación de los panes es algo simbólico y que, en realidad, Jesús no hizo tal cosa sino que se supone que quería decir algo así como que es importante compartir, etc.

Sin embargo, los creyentes estamos más que seguros de que si de aquello dejó constancia el Evangelio era porque sucedió y porque era muy importante entender lo que eso quería decir.

Jesús sabe que toda aquella muchedumbre difícilmente podría ser alimentada por vías humanas. En realidad, haría falta una cantidad de dinero muy elevada de la que no disponía el Hijo de Dios ni sus Apóstoles.

Pero el Mesías quiere poner a prueba a los que más de cerca le siguen. Y les pone una prueba no fácil: que den ellos de comer a los que le están escuchando. Pero ellos, reconociéndose humanamente muy limitados saben que lo único que pueden hacer es, simplemente, comprar la comida. Pero también sabían que no tenían tan gran cantidad de dinero.

Murillo - Página web de tomasmuruaga

Jesús, sin embargo, confía plenamente en Dios y en el poder de la oración de petición.

Aquel hombre que había venido al mundo a que se cumpliese la voluntad de Dios se dirige a Quien todo lo creó y mantiene para pedir por aquellas personas que habían puesto su confianza en Él y que ahora se veían en una situación de difícil solución a no ser que interviniese el mismo Todopoderoso.

Y la oración surte el efecto deseado. Todos comen e, incluso, sobra mucha comida (recogen doce canastos) que no puede echarse a perder o desperdiciarse. Nada de lo divino puede quedar perdido sino recogido para alimentar, espiritualmente, a quien lo necesite.

Jesús les había enseñado mucho con aquello. Por ejemplo, que no hay que perder nunca la esperanza; que Dios siempre escucha cuando se pide para dar solución a las necesidades de otros; que es muy importante orar al Padre por medio de su Hijo Jesucristo.

El triunfo del compartir | Arquidiócesis de Bogotá

Los apóstoles actuaron como hombres y sólo se les ocurrió que Jesús mandara a sus seguidores que fueran a buscarse el alimento. Pero Jesús tenía un alimento que sacia el hambre de eternidad. Y se lo dio y quedaron todos saciados. Comieron de aquel milagro y todos quedaron gozosos con aquello que habían visto y gustado.

PRECES

Por todos aquellos que no confían en Dios.

Roguemos al Señor.


Por todos aquellos que no se dirigen a Dios en petición o

agradecimiento.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a tener siempre confianza en el poder de la oración.


Gracias, Señor, por poder transmitir esto.


El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

……………………

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Oró y repartió; tal era su confianza en Dios. 

13.06.22

Un amigo de Lolo - Beatificación de Lolo: 12 años y un día

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

12 años y un día

Aquel día llovía en Linares… 

Ciertamente que hace ahora, justamente, 12 años y un día, el agua se dejó caer en Linares que fue donde nació, vivió y murió la persona que aquel día era, por decirlo así, homenajeada con todos los lustres que para eso tiene la Iglesia católica. 

Se ha hecho uso de la lluvia aquella una imagen, digamos, a modo de lágrimas que caían del Cielo porque a un hijo de Dios especialmente cualificado y dotado de dones y gracias como era Manuel Lozano Garrido se le hubiera subido a los altares. Pero, para nosotros (y siendo tal imagen bella y bonita) nos basta con decir que sí, que llovía entonces… 

El caso es que la lluvia, pertinaz, en nada enturbió la beatificación del pronto Beato Lolo. Es más, la volvió más épica, como suele decirse cuando, ante algo que pasa es que se le añade determinada circunstancia que lo hace, si cabe, más especial. 

A nosotros, de todas formas, lo que más nos importa es el acontecimiento en sí o, lo que es lo mismo, la beatificación de Manuel Lozano Garrido, para nosotros Lolo por ser sus amigos. 

Lo que nos importa es que se reconoció entonces que un creyente católico se había ganado a pulso de alma y de corazón subir a los altares. Y no es que otros en creyentes católicos no recayera su forma de hacer las cosas y, en fin, su ser así hijo de Dios sino que, como suele pasar, se reconoce en determinadas personas sus cualidades para subir a los altares. Y eso le pasaba y le pasó a Lolo.

Proceso de Canonización de Manuel Lozano Garrido | Beato Manuel Lozano  Garrido, beato Lolo

Seguramente, mucho se ha escrito sobre aquel hombre, aquel superhombre espiritual (y nos preciamos de calificarlo así porque lo fue) que fue capaz de enfrentar todas las batallas físicas y salir vencedor de ellas menos, claro, de la que le llevó al encuentro del Padre celestial un 3 de noviembre de 1971. Pero es que aquella debía producirse cuando Dios quisiera que se produjera y vino a ser lo que Dios quiso… como suele ser y es lo habitual. 

Nosotros nos gozamos de recordar hoy, que es 13 de junio, hace 12 años y un día que en Linares llovía mucho y la urna con los restos mortales de Lolo subió al escenario en el que, a modo de Iglesia (imaginemos así la cosa) iba a ser nombrado Beato de la Iglesia católica y, desde entonces, formar parte de la lista interminable que en el Cielo adoran a Dios y gozan de la Visión Beatífica y la Bienaventuranza. 

Es cierto y verdad que tal tiempo, 12 años y un día, a lo mejor no es un espacio temporal excesivo si lo comparamos con la misma eternidad (en la que, por cierto, no hay tiempo alguno) Sin embargo, en tal tiempo nos ha dado el mismo para conocer mejor a Lolo y para saber que aquel vecino que, en Linares, visitaban muchos de tal jaez para estar un rato con él, a veces para pedirle consejo espiritual e, incluso (¡sobre todo!) para curar sus muchas dolencias; aquel vecino, decimos, está desde entonces entre aquellos que han sabido, a lo largo de los tiempos, ser fieles hasta el tuétano, como suele decirse. 

Ahora bien, a esto estamos más que seguros de que Lolo, haciendo uso del sentido del humor que tenía (que era más que notable) hubiera dicho algo así como “Sí, para huesos estoy yo”… 

Y es que Lolo era así, ni más ni menos.

   

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

11.06.22

La Palabra para el domingo - 12 de junio de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 12 sino sábado 11 de junio de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

 

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.


Jn 16, 12-15


“12 Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. 13 Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. 14 El me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros.”

COMENTARIO

La Promesa del Espíritu Santo

Jesús era consciente del tipo de personas que había escogido para que fueran sus apóstoles. Y es que no era personas, precisamente, bien formadas, si hablamos de lo intelectual. Muchos de ellos es hasta posible que fueran analfabetos.

Sin embargo, el Hijo de Dios no buscaba a los sabios de su mundo sino a los que pudieran recibir su mensaje y su doctrina con un corazón tierno y preparado para ser sembrado.

Decimos esto porque cuando dice, en este texto del Evangelio de San Juan, que tiene mucho que decirles pero que no pueden con tales realidades, lo dice porque, al conocerlos, sabe que no ha llegado el momento para que puedan entenderlo todo a la perfección. Y es que Él, que les estaba enseñando desde hacía, al menos, tres años, era consciente de la verdad y la realidad de todo aquello.

Sin embargo, algo sí les puede decir que, además, les vendrá muy bien ante los momentos tan terribles que se avecinan acerca de la Pasión del Señor y de su terrible muerte. Y es que les habla del Espíritu Santo.

Hasta entonces, queremos decir en las Sagradas Escrituras, el Espíritu Santo-Dios no es que no hubiera sido considerado por los autores inspirados (cosa difícil al haber estado inspirados por Dios mismo) sino que no se le había dado la consideración que Jesús le da a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Y es que sabe que va a ser crucial para la historia de la humanidad que va a salvar con su muerte.

Catholic.net - ¿Quién es el Espíritu Santo?

El Espíritu Santo es Espíritu de Verdad. Quería decir con eso que, al ser parte de Dios, no podía ni mentir ni engañar y que, por eso mismo, les iba a guiar los por difíciles caminos del mundo teniendo en cuenta, además, que sabían que iban a ser perseguidos como Él lo había sido.

Que el Espíritu Santo no hable por su cuenta o, lo que es lo mismo, que no les fuera a decir lo que quisiera, era porque, sencillamente, era Dios mismo como Él, el Maestro, también lo era. Por eso Jesús atribuye al Espíritu Santo una serie de potencialidades que le son propias por ser, precisamente, el Espíritu del Todopoderoso.

Que el Espíritu Santo vaya a decir al ser humano lo que ha de pasar no es nada extraño ni obra de magia ni nada por el estilo. Lo dirá porque, sencillamente, lo sabe al ser Dios pues para Quien todo lo ha creado no hay secreto ni el pasado, ni el presente ni, sobre todo, en el futuro. Todo, pues, lo ha de decir el Espíritu Santo-Dios porque todo está en la mano y en el corazón del Creador. Y tal Espíritu será quien guie al hombre.

Pudiera parecer como si el Espíritu Santo fuera, digamos, por libre. Y es que Jesús dice que “recibirá de lo mío” y eso pudiera hacernos pensar que, en efecto, recibirá de lo de Cristo y luego actuará por su cuenta. Sin embargo, la verdad más cierta es que Jesús, que sabía que muchos no comprenderían que se trata de Dios mismo, Él y el Espíritu Santo, entiende más fácil para ellos (hace bien poco les ha dicho que hay cosas con las que no pueden…) que crean que, en cierto modo, el Espíritu Santo da de lo que recibe. Aún, claro, no están preparados para comprender un misterio tan grande como el de la Santísima Trinidad.

Todo, de todas formas, será dicho y explicado, al corazón y con mociones espirituales, por parte del Espíritu de Dios. Y eso sí podían comprenderlo.

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no aceptan al Espíritu de Dios.

Roguemos al Señor.


Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren atender a las mociones del Espíritu Santo.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN


Padre Dios; ayúdanos a escuchar con atención lo que, a través de tu Espíritu, nos dices.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

Eleuterio Fernández Guzmán

……………………

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Espíritu Santo, llévanos al definitivo Reino de Dios llamado Cielo. 

6.06.22

Un amigo de Lolo “Lolo, libro a libro”- Lolo, un gigante ante la adversidad

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

Lolo, un gigante ante la adversidad

  

“Hago todo lo que puedo por disimular el terremoto que me ha supuesto lo de los ojos, pero el cariño le hace a ella deletrear hasta en las arrugas de la piel. He de confesar que no me adapto mal a mi nueva condición de casi ciego. “ (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 57)

 

Es cierto y verdad que cuando alguien conoce al Beato de Linares (Jaén, España) o, por decirlo mejor, cuando a uno le llega al corazón su vida y milagros… bueno, como que es más que posible que no entendamos muchas cosas de lo que le pasó. 

Sobre esto no hace falta que elucubremos demasiado ni que le demos más vueltas de las necesarias. Y es que él nos habla, con una claridad más que meridiana, de qué es eso que no acabamos de entender y por dónde iban los tiros de su vida…

Lo que nosotros no acabamos de comprender es la fuerza de voluntad tan grande que tuvo a lo largo de sus años de enfermedad que iba, como sabemos, a peor y que aquí mismo, en este texto, refleja a qué nos referimos con eso de “a peor”. Y es que se estaba quedando ciego y eso, sumado a su enfermedad, digamos, general, relacionada con los huesos… vamos, que la cosa no era precisamente como para tirar cohetes. 

Veamos, en primer lugar, su actitud. Y es que nos dice Lolo que trata de “disimular” lo que está pasando con los ojos y es que se está quedando ciego. ¿Y cómo se hace eso? 

En realidad, nos debe querer decir que no va a quejarse por un acontecimiento tan terrible en la vida de una persona que, hasta entonces, “al menos” ha podido ver, supone dejar de ver. Y, es más, en el caso de nuestro amigo, muy dado a la lectura de todo tipo de textos (libros, revistas, periódicos) Por eso no nos extraña para nada que hable de eso como de un “terremoto” pues todo se le vino abajo que es lo que suele pasar cuando la tierra tiembla y lo hace con una fuerza destructiva casi total. 

Y, ante esto, nos dice que hace “todo lo que puedo”. Y conociendo a Lolo, y todo lo que ha hecho en sus años de enfermedad para tener, como dice él mismo, “un dolor con escafandra” (que nadie sufra por él mismo…) es seguro que hizo mucho y más para que eso, su inminente ceguera no afecte más que él y, como diría aquel, a su circunstancia. 

A otro respecto, creemos que aquí se refiere a su hermana Lucy cuando dice que “el cariño le hace a ella deletrear hasta en las arrugas de la piel”. Y es que, si hasta entonces lo había cuidado con esmero y cariño… es de suponer que a partir de que su ceguera se hace efectiva la atención de Lucy hacia Lolo habrá de ser total. Y por eso más adelante hace entender que va a dejar de trabajar en la oficina pues faltaba muchas veces por atender a su hermano… 

Y, luego, lo que nos hace titular estas letras con la palabras “gigante ante la adversidad”. Y es que, si además de lo que ya tenía el hombre encima (sus dolores, las constantes visitas del médico…) se está empezando a quedar ciego y dice que no se adapta mal a su nueva situación… en fin, como que no es posible calificarlo de otra forma que no sea, eso, de una persona que es un gigante no ya sólo en la fe sino, en lo físico, en su misma existencia de ser humano afectado, a más a más, por más y más… 

Como sabemos, su posterior ceguera haría que fuese un miembro más de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) y le diera fama a la misma si es que no tenía ya suficiente por su labor. Pero Lolo, hablando en plata, no era, por decirlo pronto y ya, una persona “normal” sino que andaba el hombre mucho más allá del comportamiento que cualquier ser humano sigue ante lo que le pasa. Un gigante. Eso es lo que fue Lolo. Y por eso los caminos de Dios son inescrutables

   

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

4.06.22

La Palabra para el domingo - 5 de junio de 2022

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 5 sino sábado 4 de junio de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

 

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 

Jn 20, 19-23

“19 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: ‘La paz con vosotros.’ 20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor.21    Jesús les dijo otra vez: ‘La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.’ 22 Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo. 23 A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.’”


COMENTARIO

Enviados por Dios al mundo


Para que todo lo que hizo tuviera sentido tuvo que aparecerse, Jesús, a sus discípulos que, con miedo, estaban escondidos. Sólo así comprendieron todos los, para ellos, extraños mensajes que habían recibido de Él y que, en su tiempo, no entendieron.

Verdaderamente no es de extrañar que aquellos que habían estado más directamente relacionados con Jesús pensaran que, a lo mejor, los mismos que habían perseguido a muerte al Maestro pensaran en hacer lo mismo con ellos. No estaban equivocados porque luego se vio que eso era, exactamente, lo que iba a pasar. Por tanto, que estuvieran escondidos antes de volver a Jesús tras su resurrección, era de esperar pues no se trata de una falta de confianza sino de un verdadero desconocimiento de lo que Jesús les había dicho unas cuantas veces. Podemos decir, por eso que todos fueron como Tomás que no creyó hasta que no vio.

Y se presentó ante ellos con la paz por delante, como deseándoles lo mejor, la tranquilidad del alma, la mejor forma de manifestarse, la expresión pura y simple de su ser.

La paz que Jesús les da no era la paz del mundo sino que era la verdadera paz, la que parte del corazón de Dios e impulsa al creyente a querer, en verdad, mantener unas relaciones sociales donde prime el perdón y la misericordia y todo abuso no tenga lugar.

Para que acabaran de creer, les enseñó las marcas de su Pasión. Así, todo se cumplía, la comprensión de sus seguidores fue total.

Pero no bastó con esto. Era fundamental que, sobre ellos, exhalara el Espíritu Santo; que, como prometió, fuera conveniente, para ellos que Él se fuera, se marchara al Padre, porque enviaría otro paráclito, otro defensor, ese Espíritu que les iba a guiar, dirigir, marcar el camino hacia Dios.

Palabra de Dios diaria.: marzo 2016

El Espíritu Santo, como tantas veces les había dicho, les iba a guiar por el mundo sabiendo con exactitud lo que tenían que decir y hacer. Era como hacer presente a Dios mismo entre ellos.

Y también llevó a cabo el primer envío después de darles a aquel. Una misión: predicar el Evangelio, esa buena noticia que debían de llevar a todos, con el poder de perdonar pecados, y de retener los que creyeran que debían ser retenidos. Todo un poder legítimo, significativo, creador de un nuevo mundo basado en su ejemplo, en su amor, en la Verdad que Él trajo, otros brazos para Dios.


PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que aún no creen en la resurrección de Cristo.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren la paz de Cristo sino que prefieren la del mundo.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a recibir Tu paz y que la misma nos guíe en nuestro caminar por el mundo.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.


El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

……………………

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

 

 

30.05.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” – Formas de ver las cosas

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

Formas de ver las cosas

 

“Nada, que por lo visto lo mío es el coco” (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 57”)

 

 

Antes que nada, debemos decir que este texto del Beato de Linares (Jaén, España) debe ser el más corto que hemos traído aquí. Sin embargo, tiene su enjundia y su importancia porque nos dice mucho acerca de eso, de cómo vemos las cosas las personas. 

Esto viene porque como en casa de Lolo hacía falta que alguien se ocupara no sólo de la propia casa (su hermana Lucy hasta entonces trabajaba en una oficina aunque muchas veces, según leemos poco después, debía ausentarse del trabajo por cuidar a su hermano) sino que lo hiciera del propio Lolo. 

El caso es que había llegado una señora para desempeñar el trabajo que había estado haciendo la anterior. Pero, al ver el panorama que había en casa de Lolo (más bien por las necesidades de atenderlo a él), sólo aguantó una noche y al día siguiente de haber llegado se fue por donde había venido. Y eso le hace escribir a Lolo que, al parecer, lo “suyo” era el “coco” que era lo mismo que decir que asustaba mucho al personal… 

Esto, de todas formas, a nosotros nos viene la mar de bien porque nos permite reflexionar acerca de cómo vemos las cosas las personas pues, al parecer y según vemos aquí, no todas las visiones son iguales como, por otra parte, es lógico esperar: una cosa es un mismo y otra muy distinta… el prójimo. 

Vemos claramente que aquí hay dos formas de ver las cosas:

 

- la de Lolo y,

 

- la del prójimo.

 

 La cosa es bien sencilla. Y es algo como que así (invertimos la relación dicha supra):

la del prójimo: en resumidas cuentas, quien veía a Lolo cómo se encontraba de salud (más aún quienes lo conocían de toda la vida), en primer lugar, es seguro que sintieran lástima por alguien que estaba como estaba pero también es verdad que podían sentir que aquel hombre aguantaba estoicamente lo que le sucedía y que parecía que no había mal que diera al traste con su vida. Admiración, seguro, había en aquel pensamiento pero también algo así como llevarse las manos a la cabeza por ver a Lolo y su situación física.

la de Lolo: y en esto entramos, sin duda, en otra dimensión. Y es que Lolo, que escribe hasta con humor acerca de sus padecimientos y le hace decir eso del “coco” como si la cosa fuera para menos. Pero para nuestro amigo Manuel las circunstancias de su vida, digamos, física, eran las que eran y no se iba a arredrar ante ellas ni se iba a venir abajo. Por eso reacciona siempre como reacciona y no se viene abajo nunca. Y, es más, personas que le conocieron, siempre dijeron y dicen que era una persona muy alegre y siempre parecía (porque lo era) feliz con su vida y con sus circunstancias.

 Vemos, por tanto, que lidiar con las enfermedades contra las que lidiaba Lolo no era poca cosa sino, en todo caso, la constatación de tener cierta ayuda sobrenatural que, partiendo de Dios y siguiendo por su propio espíritu, lo llevaba a ir por la vida con un gracejo propio que tiene quien nada malo le pasa y por eso reparte alegría… 

Sin duda alguna, la forma de ver las cosas de Lolo es la más recomendable aunque, claro está, todos no tengamos la fuerza espiritual del Beato de Linares. Pero bueno… como ejemplo, sirve y vale más que mucho.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.