¿Qué significa ser católico en España?

En un discurso, seguramente, muy conocido, de Manuel Azaña, se sentó una premisa que, no por extraña y algo absurda, quería ser difundida por la España de aquellos terribles años 30 de martirio del siglo pasado. En tales palabras, que aquí se pueden leer, destaca una idea que, aunque pueda parecer alejada de la realidad, incluso de entonces (sobre todo de entonces) tuvo gran predicamento en aquella época. Decía lo que sigue:

La premisa de este problema, hoy político, la formulo yo de esta manera: España ha dejado de ser católica; el problema político consiguiente es organizar el Estado en forma tal que quede adecuado a esta fase nueva e histórica el pueblo español. Yo no puedo admitir, Sres. Diputados, que a esto se le llame problema religioso. El auténtico problema religioso no puede exceder de los límites de la conciencia personal, porque es en la conciencia personal donde se formula y se responde la pregunta sobre el misterio de nuestro destino. Este es un problema político, de constitución del Estado, y es ahora precisamente cuando este problema pierde hasta las semejas de religión, de religiosidad, porque nuestro Estado, a diferencia del Estado antiguo, que tomaba sobre sí la curatela de las conciencias y daba medios de impulsar a las almas, incluso contra su voluntad, por el camino de su salvación, excluye toda preocupación ultraterrena y todo cuidado de la fidelidad, y quita a la Iglesia aquel famoso brazo secular que tantos y tan grandes servicios le prestó

Las tales palabras hablan por sí solas del desquicio y de la mala fe que en ellas abunda pero también, del miedo de muchas personas católicas y, por qué no decirlo, del acomodo a una situación, seguramente, insoportable.

Para compensar esto, el Cardenal Cañizares, muchos años después, en la Homilía en la Santa Misa de apertura del XIV Centenario del nacimiento de San Ildefonso, el 23 de enero de 2007 dijo, al contrario de lo dicho por Azaña, que “Siendo España el único país de la historia que se ha hecho, precisamente, en la afirmación de la fe, en la recuperación de la fe, en el mantenimiento de la misma”.

Y esto es, exactamente, lo cierto.

Sin embargo, el primer estado de la situación, el del discurso de Azaña, es el que, precisamente, se quiere volver a implantar en España.

Puede ser que se piense que la opinión que aquí se manifiesta es algo extraviada y alejada de la realidad. Sin embargo, ninguna buena palabra venida de quien, precisamente, busca la ruina de la religión católica, puede acallar la voz de quienes sabemos que es aquello lo que se persigue.

Por eso, no cabe hacerse ilusiones cuando el Ministro de Justicia,Mariano Fernández Bermejo, en la manifestación de modificación de la Ley de Libertad Religiosa haya dicho que, por ejemplo, lo que se quiere, es tener “relaciones constructivas con todas las religiones” y que se lleven a cabo “desde un punto de vista constructivo y en una posición de neutralidad de un Gobierno que practica la laicidad“.

Bien sabemos que no se trata, precisamente, de una sana laicidad sino, muy al contrario, de un laicismo exacerbado, inadmisible desde el punto de vista católico y, sobre todo, atentatorio contra cualquier manifestación que, de lo religioso, pueda hacerse.

Así, podemos poner, por ejemplo, y sin ánimo de ser exhaustivos, algunos ejemplos de lo que, en realidad pasa:

Situación de la fe en España: atacada siempre que se puede.

Asignatura de religión católica: arrinconada.

Educación para la Ciudadanía: obligatorio adoctrinamiento.

Aborto: convertido en método anticonceptivo común y fomentado.

Divorcio exprés: intento de disolución de la familia.

Manipulaciones políticas sobre la religión: acusaciones de ser retrógrados, fuera de lugar, contrarios al “progreso”

Política sobre la familia: desnaturalización del modelo cristiano y tradicional en España.

Eutanasia: que ya viene.

“Matrimonios” entre homosexuales: imposición de un inexistente modelo matrimonial.

Manipulaciones genéticas: promoción de la muerte del embrión como asesinato legal y comprendido.

Y ahora, por si todo esto no fuera, ya, suficiente, el Ministro de Justicia amenaza (ya hemos hecho arriba referencia a las falsas buenas intenciones) con llevar a cabo “modificaciones profundas” en la Ley de Libertad Religiosa.

Ya sólo falta saber cómo de profunda será la fosa intelectual que hará construir para hacer lo posible para que nos precipitemos, los católicos, en ella.

Pero, para estar prevenidos ante lo que pasa y, claro, sobre lo que, parece que irremediablemente, va a pasar, vienen muy bien unas palabras de alguien que sabe muy bien la verdadera situación en la que nos encontramos. Se trata de don Benigno Blanco, Presidente del Foro Español de la Familia, que declaró, el 28 de enero de 2005 (¡apenas, por decirlo así, comenzada la primera legislatura laicista de Rodríguez Zapatero!) lo siguiente:

Los católicos tienen por revelación y tradición una sabiduría sobre la vida y la familia que es un tesoro de incalculable valor para la sociedad actual tan carente de conocimientos sobre las claves que han permitido históricamente construir la familia como institución humanizadora y socializadora. Ocultar este tesoro sería como tener una vacuna contra una epidemia y guardársela para uno mismo sin ponerla a disposición del resto de los contaminados. Esperemos estar a la altura de las circunstancias

La pregunta es: ¿lo estamos? Es más, ¿lo hemos estado hasta ahora?

Porque, en realidad, ser católico en España es, precisamente, defender, exactamente, lo contrario que aquí se ha criticado y defender, precisamente, lo que aquí, exactamente, se ha defendido.

Y no otra cosa.

13 comentarios

  
Gallego
España se ha hecho en la afirmación de la fe? Ehhhhhhhhhhhhh????

Yo pensaba que España se ha hecho como tantos y tantos países: con guerras con los vecinos, con intereses feudales, alianzas, pactos, guerras, períodos oscuros y, al final, una decisíón democrática de vivir en paz. Como tantos y tantos otros.

En cuanto a los ejemplos:
Situación de la fe en España: atacada siempre que se puede
Exageración interesada. Será criticada algunas veces, pero no siempre atacada. El rocío se ha celebrado hace poco y yo pude ver a mucha gente ir y expresar su fe. Y en las fiestas de mi pueblo también. Fua mucha gente y cada cual expresó su fe sin que nadie le atacase.
Puede que haya algún ataque, si, pero decir que siempre que puede se le ataca....

Asignatura de religión católica: arrinconada
Que quiere, que sea obligatoria?

Educación para la Ciudadanía: obligatorio adoctrinamiento
Como en la mayoría de los países europeos.

Aborto: convertido en método anticonceptivo común y fomentado
El condó si que es fomentado y a la vez método conceptivo. También va contra el catolicismo el condón, verdad?

Divorcio exprés: intento de disolución de la familia.
De la familia si.... pero de la que va mal. O es que pretende usted que sigan casados por lo civil porque usted quiera? No es un contrato libre entre ellos? Entonces a usted que más le da?
Le obliga a algo a usted?

Manipulaciones políticas sobre la religión: acusaciones de ser retrógrados, fuera de lugar, contrarios al “progreso”
Y cuantas manipulaciones religiosas hay sobre los partidos políticos: acusaciones de ir contra la vida, de que el relativismo es un cancer para la sociedad.
Qué pasa? Que ustedes pueden opinar sobre los demás y los demás no pueden sobre ustedes? Tienen bula?

Política sobre la familia: desnaturalización del modelo cristiano y tradicional en España
Y? Cada cual que lleve el modelo que quiera.

Eutanasia: que ya viene
Y en algunos casos es muy necesaria.

Matrimonios” entre homosexuales: imposición de un inexistente modelo matrimonial
Si? Le han obligado a usted a casarse con un hombre?

Manipulaciones genéticas: promoción de la muerte del embrión como asesinato legal y comprendido
No, no es asesinato. Un embrión no es un ser humano.
02/07/08 8:46 AM
  
Eleuterio
Gallego

Le estoy muy agradecido, francamente se lo digo, con su comentario porque es la mejor forma de entender que existen opiniones distintas de las que uno tiene (realidad que, además, ha de cumplirse inexorablemente si queremos vivir, de verdad, en una democracia)

Es evidente y lógico que las fuentes que voy a utilizar ahora con, eminentemente católicas pues es mi fe y con ellas me es suficiente para entender el mundo pues lo explican bastante bien y de forma acertada.

Sobre el tema del aborto, sólo tengo que decirle que Juan Pablo II Magno, en su Carta Encíclica Evangelium Vitae, dejó dicho que se hace necesario respetar “el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término” y que cada ser humano tiene derecho a “ver respetado totalmente este bien primario suyo” (EV 2)

Pero, antes de eso, Pablo VI, en su Carta Encíclica Humanae Vitae dice que “En cuanto a los «medios» para la procreación responsable, se han de rechazar como moralmente ilícitos tanto la esterilización como el aborto” (HV 14)

Por lo tanto, queda claro que no es posible amparar, bajo ningún punto de vista, el caso, eminentemente inmoral, del aborto.

Sobre la utilización de células madre embrionarias, tengo que seguir, en esto, al Doctor en Medicina y en Derecho Canónico D. Juan Moya cuando el óvulo “es fecundado por el espermatozoide se desarrolla de modo orgánico, sistemático, uniforme, sin saltos cualitativos”. Esto lo que viene a querer decir es que, desde ese momento, desde ese preciso momento, y no unos días después, nos encontramos con una nueva vida. O lo que es lo mismo, que no “puede hablarse de un momento en el que no hay vida y otro en el que ya la hay”.
Por otra parte, D. Justo Aznar, miembro de la Pontificia Academia por la Vida, ha elaborado un “Decálogo de debilidades éticas” que dicen mucho de la verdadera situación ante la que nos encontramos. Estos son los puntos:
1.-Se introduce la utilización del término preembrión (que ha sido citado aquí mismo)
2.-Va a favorecer el que se sigua incrementando el número de embriones congelados.
3.-Va a propiciar la apertura a cualquier tipo de clonación humana.
4.-Da vía libre al diagnóstico genético preimplantatorio.
5.-Permite fecundar óvulos de animales con gametos masculinos humanos.
6.-Va a favorecer la utilización de embriones humanos sobrantes de las técnicas de fecundación in vitro para experimentaciones biomédicas.
7.-Va a permitir utilizar directamente embriones humanos “frescos” para investigaciones biomédicas, generados específicamente para este fin.
8.-Propicia la desaparición de la necesaria tutela jurídica del embrión.
9.-Se opone a lo dispuesto en nuestro Código Penal y a los acuerdos internacionales suscritos por nuestro país en materia de protección de la vida humana, y por último, y
10.-Va a favorecer los intereses económicos de las clínicas de reproducción asistida, al incluir a algunos de sus responsables en la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida.
Creo que es suficiente como para no poder defender, nunca, que el embrión “no es un ser humano” pues lo es, y con todas las consecuencias que eso implica.

Sobre el resto de “correcciones” que Ud. me ha hecho las acepto por tratarse de una opinión particular pero no estoy de acuerdo con ellas (como es lógico por lo escrito en el post por mi parte), pero los temas del aborto y la utilización de células madre embrionarias es una manifestación clara de la denominada “cultura de la muerte” que es, por eso mismo, contraria, a la vida misma, sin la cual ni Ud. ni yo podríamos estar aquí ahora.

Por eso, lo demás puede ser opinable y defendible pero los temas del aborto y el matar al embrión pueden ser temas opinables pero no defendibles porque, sobre todo, nos va (nos podría haber ido) la vida en ello, y sin vida lo demás queda fuera de lugar y sobra.

Perdone, sobre todo, la excesiva, es posible, extensión, de mi comentario al suyo que, por cierto, tampoco se ha quedado manco (y eso está bien) aunque tengo que decirle que de su respuesta se deriva, se puede leer, que es preponderante un relativismo como la copa de un pino de grande y eso, se quiera o no, es preocupante porque cuando todo vale lo que, en realidad pasa, es que nada vale.

Quizá se trate de eso.



02/07/08 9:36 AM
  
Gallego
Es evidente y lógico que las fuentes que voy a utilizar ahora con, eminentemente católicas pues es mi fe y con ellas me es suficiente para entender el mundo pues lo explican bastante bien y de forma acertada
Como son fuentes católicas entenderá que, a los que no somos católicos no nos obliguen a nada ni nos demuestren nada.

queda claro que no es posible amparar, bajo ningún punto de vista, el caso, eminentemente inmoral, del aborto.
queda claro que no es posible amparar bajo un punto de vista católico el aborto.

Sobre la utilización de células madre embrionarias, tengo que seguir, en esto, al Doctor en Medicina y en Derecho Canónico D. Juan Moya cuando el óvulo “es fecundado por el espermatozoide se desarrolla de modo orgánico, sistemático, uniforme, sin saltos cualitativos”. Esto lo que viene a querer decir es que, desde ese momento, desde ese preciso momento, y no unos días después, nos encontramos con una nueva vida. O lo que es lo mismo, que no “puede hablarse de un momento en el que no hay vida y otro en el que ya la hay”.
Si no puede hablarse de cuando no hay vida y cuando si, entonces como establecen ustedes el momento en que nace?

Por eso, lo demás puede ser opinable y defendible pero los temas del aborto y el matar al embrión pueden ser temas opinables pero no defendibles porque, sobre todo, nos va (nos podría haber ido) la vida en ello, y sin vida lo demás queda fuera de lugar y sobra.

Eso de que no puede ser defendible lo dice usted. Pero no por ello es verdad.

de su respuesta se deriva, se puede leer, que es preponderante un relativismo como la copa de un pino de grande y eso, se quiera o no, es preocupante porque cuando todo vale lo que, en realidad pasa, es que nada vale
Que soy relativista está claro. Que de eso se derive un "vale todo"..... pues no.
Tengo mis opiniones (sin considerar que son absolutas) y por eso las expongo en una sociedad democrática para construir de forma dialógica la convivencia.

Porque parafraseando su frase yo podría decir:
es preponderante un absolutismo como la copa de un pino de grande y eso, se quiera o no, es preocupante porque cuando sólo vale lo suyo, en realidad pasa, es que no valen nada las opiniones de los demás
02/07/08 11:46 AM
  
Eleuterio
Evidentemente que la democracia se asienta o, mejor, se desarrolla, con el diálogo.

El diálogo es, precisamente, lo que no ha habido por parte del Ejecutivo socialista y sus políticas "sociales" donde se inventan derechos para quedar bien con las minorías que, luego, les votan. Eso es lo que pasa y todo, punto por punto que yo he propuesto con los que Ud. ha manifestado disconformidad es la situación en la que estamos.

Efectivamente, el diálogo es importante y necesario. Por eso ni lo ha habido ni lo habrá por parte de quien quiere imponer su ingeniería social.

De todas formas, la verdad es la verdad y por mucho que se intente disimular lo que hay es lo que hay: negritud y oscurantismo oficial con el único interés de cambiar la sociedad en la que vivimos.

Sin embargo, creo que con un poco de ayuda de Dios y con mucho de nuestra parte, estoy seguro que esta nueva etapa laicista de la historia de España (la otra fue la de los años 30 del siglo pasado) también pasará a la idem como algo que, por desgracia sucedió pero que el tiempo, con su paso inexorable, curó.

Además, la fe no es relativa por más que pretenda adaptarla a los dictados de la moda y del llamado "progreso" que es, al contrario de lo que se dice, una verdadera regresión de la humanidad hasta, por lo menos, la etapa salvaje del hombre.

Otro además.

No existe ninguna actividad dialógica por parte de quien ostenta el Gobierno, ahora, de España sino al contrario, imposición. Y lo repito esto para que se olvide que, por mucho que se proclamen principios democráticos no son efectivos si no se cumplen. Y esto es lo que pasa.
02/07/08 2:02 PM
  
Eduardo Jariod
En respuesta a su pregunta, D. Eleuterio, los católicos no hemos estado a la altura de estas penosas circunstancias. Y por católicos no hago distinciones entre clero y seglares. Apenas estamos comenzando a despertarnos de un profundo letargo. Y el despertar no está siendo dulce.
02/07/08 2:45 PM
  
Eleuterio
Eduardo Jariod

De todas formas tenemos tiempo para ir despertando porque, seguramente, tendremos muchos retos a los que enfrentarnos.

Si el despertar, como Ud. dice, no está siendo dulce es porque, por lo menos, estamos despertando.

Personalmente espero que el comportamiento de las personas que se dicen católicas (aunque sea por haber recibido, sólo, el Sacramento del Bautismo) sepamos estar a la altura de las circunstancias porque no podemos permitir, eso creo yo, que nuestros descendientes (físicos o espirituales en el caso, por ejemplo, de sacerdotes y religiosos/as) tengan que preguntarse cuál fue la razón de la excesiva moderación de los católicos.

No estoy pidiendo, con esto, ningún tipo de revolución pues Cristo llevó a cabo una pero fue la revolucion del Amor. Sin embargo, sí que resultaria conveniente que la voz de los católicos se hiciera oír por medio de alguna opción política porque si cierto es que hay que dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, el César político necesita que se le de algún tipo de aviso en el sentido de que los creyentes no vamos a admitir, de ninguna de las maneras que se ofenda nuestra fe y se degrade nuestra creencia.

Y esto lo digo porque, en verdad y francamente vista la cosa, no se puede decir que lo que hasta ahora ha habido sirva para mucho porque lo políticamente correcto pesa mucho en cualqueir opción política. Y no digo yo que se pueda esperar nada de la socialista, pero de la otra... era de esperar otra cosa y no tanta opción equivocada y tanto sí ahora y no luego.

Porque ya lo dijo nuestro Maestro Jesucristo "donde es sí sea sí y donde es no sea no". Ý aquí muchas veces es "no" y parece que tenemos que conformarnos con un "no" pero... Y eso no es de recibo.
02/07/08 4:18 PM
  
Eduardo Jariod
Completamente de acuerdo.
02/07/08 5:05 PM
  
orzowei
Al hilo de los dos mensajes anteriores de Eleuterio y Eduardo, copio (perdón por la extensión y el estilo, es una traducción) unas palabras del cardenal Christoph Schönbornde Viena hablando a sus hermanos obispos:


¿Cuál es la culpa de Europa?

La culpa principal de Europa es el No a la vida. Yo el otro día en la TV austríaca, a la pregunta de un periodista, he dicho: Europa ha dicho tres veces no a su futuro.
La primera vez en el '68 (ahora "celebramos" los cuarenta años, en el rechazo de la "HUMANE VITAE"), la segunda vez en el '75, cuando las leyes del aborto han inundado Europa y la tercera vez… justo ayer he recibido la noticia de Austria que el gobierno se ha puesto de acuerdo en el "matrimonio de los homosexuales", también en Austria - el tercer No al futuro, a la vida -. Y esto, lo he dicho en la TV, y este no es una cosa en primer lugar moral, sino que es una cuestión de hechos. Europa está muriendo para haber dicho No a la vida.
...
pienso que también es un pecado de nosotros Obispos, aunque ninguno de nosotros fuera obispo en el '68.

Hemos dicho No a la "HUMANE VITAE". Nosotros no éramos todavía Obispos, pero nuestros hermanos no han tenido el ánimo de decir un SI claro a la "HUMANE VITAE."
Ha habido excepciones. La del cardenal de Berlín, en el '68 el Cardenal Bentsch, preparó un texto para la conferencia episcopal alemana, que ha sido un texto profético. Este texto desapareció y ha salido otro texto el "Die Königsteinerklaerung", que ha debilitado Alemania, la Iglesia Católica en Alemania, para decir sí a la vida.
Ha habido otra excepción, en Cracovia: un grupo de teólogos en el '76, fue profético, bajo la guía del ya Arzobispo Cardenal de Cracovia, el muy querido Papa Juan Pablo, que escribió un memorándum y este texto lo mandó a Pablo VI.
Yo pienso que este testimonio de un obispo de la Iglesia Mártir, de la Iglesia del Silencio pesó más que todos los estudios que Papa Pablo VI hizo hacer sobre la cuestión, y que le hizo tomar esta atrevida decisión a Pablo VI, con la que quedó en una terrible soledad. Este texto de Cracovia ha dado, estoy convencido espiritualmente de ello, no tengo una prueba histórica pero estoy espiritualmente convencido espiritualmente de ello, el ánimo a Pablo VI para escribir la "HUMANE VITAE."

Pero nosotros Obispos, cerrados tras las puertas por la angustia no de los judíos sino de la prensa y también por el miedo de la incomprensión de nuestros fieles, no hemos tenido valentía. En Austria hemos hecho el "die Mariatrosterkaerung", en Alemania el "Königsteinerklaerung", y esto ha debilitado el sentido de la vida en el pueblo de Dios. Esto ha desanimado a decir Sí a la vida.

Entonces cuando ha venido la ola del aborto, la Iglesia estaba debilitada, porque no aprendió este ánimo de resistencia que hemos visto en Cracovia. El Papa Juan Pablo II nos ha enseñado durante todo el pontificado este coraje de decir Sí a Dios, a Jesús, también al precio de ser despreciado. Pero nosotros estábamos tras las puertas cerradas por el miedo, y pienso que, aunque no éramos Obispos en la época, tenemos que arrepentirnos de este pecado del episcopado europeo que no ha tenido el ánimo de sustentar con fuerza a Pablo VI. Porque hoy llevamos todos, en nuestras iglesias, en nuestras diócesis, el peso de las consecuencias de este pecado.
...
02/07/08 8:22 PM
  
azahar
Interesante el texto de orzowei. Coincide, además, con una realidad que ya ha sido comentada anteriormente por Eleuterio y Eduardo.

Es bien cierto que los católicos estamos despertando aunque la situación es complicada. Y no es nueva, no ha venido impuesta de poco tiempo a esta parte. Se ha ido introduciendo sigilosamente, nadie se daba cuenta del peligro que suponían ciertas corrientes y tendencias que, en la actualidad, se han convertido en credo social. Y ya están aquí, instaladas.

Es curioso que se advierta sobre el envejecimiento de la población europea y los problemas futuros que ello puede conllevar y, por otra parte, el propio Consejo de Europa en su última recomendación, inste a la legalización del aborto en aquellos países en los que no se haya legislado al respecto. No es sólo es cultura de la muerte, sino de la aniquilación.
02/07/08 8:52 PM
  
Eleuterio
Orzorwei, azahar

Totalmente de acuerdo con lo dicho tanto por el primero como por azahar.

La verdad es que muchos han tenido culpa de lo que ahora pasa: unos más que otros.

De todas formas, reconocerlo es buen comienzo porque la mejor manera de acabar con la situación en la que estamos es saber (y partir de ahí) que estamos en ella.

Además, ya sabemos lo mucho que insistió Juan Pablo II Magno en que se reconocieran los errores en los que la Iglesia había caído a lo largo de su historia. Por tanto, no se trata de esconder nada sino, al contrario, de partir de lo malo para llegar a lo mejor.

Y en tal intento estamos todos los católicos implicados. Pero todos.
02/07/08 9:28 PM
  
juvenal
España hace mucho que dejó de ser católica. Los españoles mantienen ciertos ritos sociales del catolicismo, pero en cuanto a seguir las doctrinas de la ICAR, hace mucho que la sociedad va por otro camino.
02/07/08 10:18 PM
  
Eleuterio
juvenal

No es eso lo que dicen las encuestas. Al menos si hablamos de números un tanto por ciento muy alto de españoles se definen como católicos.

Sin embargo, lo que pasa, casi seguro, es que muchas personas son, en realidad, células durmientes católicas (pero no como las extremistas y radicales musulmanas, por supuesto).

Y lo digo en el siguiente sentido.

"Los cristianos, los católicos, somos células de las que se compone el tejido de la Iglesia, institución creada por el Mesías y entregada a Pedro para que la gobernara y, entregara, con el paso de los siglos, las llaves, de forma sucesiva, a Benedicto XVI, el Santo Padre.

Como tales células damos vida al tejido que, tras el paso del tiempo, ha dado en ser la imagen de Dios en el mundo. Por más errores que se hayan cometido por parte de las personas que, como seres humanos, han dado en llevar a la Esposa de Cristo hasta la situación en la que se encuentra hoy día, lo bien cierto es que aquel manojo de llaves que Jesús entregó a quien lo negara sigue siendo válido. Abre nuestro corazón, lo llena de la Palabra de Dios y, por así decirlo, lo conforma según la voluntad del Padre.

Por eso, a veces, resulta necesario preguntarse cómo es posible que los que hemos de dar forma, de conformar, el sí a Dios, el sí a Cristo, el sí al Espíritu, permanezcamos en estado de letargo, cual embrión que espera que llegue el día de salir al mundo, cuando nosotros somos herederos del Reino más importante que en el mundo ha sido: el Reino de Dios que Jesucristo ya anunció y trajo, siendo Él, siendo Hijo, siendo Padre y Espíritu.

Podemos preguntarnos, por lo dicho antes, cuál es, si hay, la razón por la cual permanecemos callados, como si la cosa no fuera con nosotros, cuando se zahiere a la Iglesia, cuando se insulta a Cristo, cuando se minusvaloran unas creencias que, venidas de Dios, sabemos que no son mejorables y no lo serán; podemos hacernos esa pregunta que, a veces, resulta tan incómoda: ¿En verdad, nos sentimos hijos de Dios?

Sobreponerse a la primera impresión que puede producir esa inquisición por la dificultad que, en ocasiones, supone ese verdadero hecho divino y humano, ha de valer la pena, necesaria, manifestar qué es eso de ser “hijos de Dios”, tener esa filiación de divina.

En el Mensaje de Benedicto XVI para la Navidad de 2006 dijo el Santo Padre que a quienes acogen la venida de Cristo al mundo “les ofrece la oportunidad de ver la gloria divina y de compartir la alegría del Amor, que en Belén se ha hecho carne por nosotros”.

Por tanto, ser hijos de Dios, reconocer que lo somos, supone, en primer lugar, ser capaces (nos da esa capacidad si es que queremos hacerla efectiva) de entender lo que supone eso y, también, a que no permanezca eso en nuestros corazones. “Compartir”, dice el Papa. Y compartir supone, eso mismo, ver, saber que nuestro Padre, el Padrenuestro repetido y sentido, el que nos creó, no puede querer que lo ignoremos en nuestro corazón pero tampoco de cara a los demás. Por eso dijo Cristo “yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres” (Mt 10, 33).

Sin embargo, inmediatamente antes dice Jesús que “Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo” (Mt 10, 32)

Ese reconocimiento, instrumento esencial para el católico, es el que nos ha de impeler a dejar nuestro estado de separación del mundo, de ausencia de él; de, en fin, estar como esperando no se sabe qué para reaccionar. No ser de este mundo no quiere decir no hacer nada sino, precisamente, no dejarse llevar por él lo que, propiamente es acción y no sometimiento.

¡Somos hijos de Dios! Por eso mismo, ni podemos esconderlo ni nos está permitido hacer tal cosa. Pero hemos de ser conscientes de lo que eso significa.

Cabe, por lo tanto, despertar.

Bien dice San Josemaría que “Cuando emprendemos el camino real de seguir a Cristo, de portarnos como hijos de Dios, no se nos oculta lo que nos aguarda: la Santa Cruz, que hemos de contemplar como el punto central donde se apoya nuestra esperanza de unirnos al Señor” (Amigos de Dios, 212)

Sabemos, por eso mismo, que el sufrimiento, el cargar con nuestra cruz (“El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío”, dice el Maestro y recoge Lucas en su Evangelio, concretamente en 14, 27) es una realidad de la que no podemos, ni debemos, querer librarnos. Otra cosa sería permanecer callados, ausentes de la realidad, como si nada fuera con nosotros.

Por eso no podemos ser células durmientes.

No podemos serlo porque el permanecer dormidos, sin reconocer que conviene estar bien despiertos (aunque sólo sea porque no sabemos “qué día vendrá vuestro Señor”, recoge Mateo en 24, 42) supone no permitir, en primer lugar, que nuestro corazón ofrezca al mundo los dones y carismas que recibimos de Dios; y, en segundo lugar, porque, ciertamente, es traicionar el mandato del Padre al hombre mismo. Ese “someter la tierra” del Génesis (Gn 1, 28) no es, sino, una obligación a dar testimonio del Creador y de nosotros, su semejanza.

Testimoniar es, pues, en este tiempo de Adviento y, por extensión, en el resto de tiempos del año, en todo momento, hacer frente a las asechanzas que, contra Dios, contra Cristo, contra la Iglesia, contra la doctrina, contra nuestra creencia, contra, en fin, nuestra fe, puedan idearse, manifestarse o llevarse a cabo.

De otra forma bien se podrá argumentar, en el tribunal de Dios, en contra nuestra, con cierta facilidad, y nuestro Ángel Custodio va a tener que darle muchas vueltas a su pensamiento para sacarnos de esa difícil situación porque seguramente ya nos habrá avisado, a tiempo, de lo que teníamos que hacer.

Y es que el que avisa no es, aquí menos, traidor. Eso seguro".

Evidentemente el texto entrecomillado ya lo tenía escrito (no soy tan rápido como para contestar su comentario de hace pocos miutos) y, aunque ya lo publiqué en su día en www.revistaecclesia.info me he permitido traerlo aquí porque explica, creo, la verdad de la situación en la que nos encontramos.

Siento tener que citar algo mío pero ahora venía, como suele decirse, que ni pintado para el caso de que tratamos.







02/07/08 10:35 PM
  
orzowei
Lo de la ICAR me repele, como el 11M. 23F, el CNC , OD, o similares. Ya se es es "economía" de lenguaje; pero, ¡que le voy a hacer!, me repele.
A mí me costó mucho, corto que es uno, descifrar estas y otras siglas similares.
Ayudadnos a los cortos de entendederas
03/07/08 1:48 AM

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