InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: Amigo de Lolo

9.09.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Parecer feliz y serlo

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación 

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena –Parecer feliz y serlo

Y es que la felicidad es una cosa bien distinta a las palmas de tango y el pasarlo bien. A uno le puede bajar por la cara un reguero de lágrimas, estar tosiendo, con taquicardia o detrás de un balcón y en el corazón bullirle todas las campanas del mundo.” (Beato Lolo, de su libro Las golondrinas nunca saben la hora)

Cuando hablamos de felicidad lo que queremos decir es que nuestra ansia es que las cosas nos salgan bien y que, si es posible, los problemas no nos alcancen aunque, en realidad, bien sabemos que ese cuento no va a darse…

Lolo, que conocía muy bien a la felicidad y que comprendía el verdadero sentido de la misma nos dice aquí mismo que, muy a pesar de lo que podamos creer, la felicidad no es sólo la alegría, así de pasada, que pueda darse en nuestra vida. Y es que el Beato de Linares (Jaén, España) conocía el sentido exacto de lo que quiere decir ser feliz. Y aquí nos lo muestra.

Manuel Lozano Garrido cree que sí, que es posible pasar por determinadas circunstancias y que el corazón esté alegre aunque eso a nosotros nos pueda parecer cosa de ciencia ficción o, por decirlo pronto, cosa propia de algún tipo de personas entre las que no nos encontramos…

En cuanto al sufrimiento que pueda causarnos lágrimas es verdad que hay tantos casos y cosas que nos pueden producir eso que los ejemplos que pone aquí Lolo son, eso, algunos de ellos pero es seguro que cualquiera que lea esto podría poner otros muchos.

Como decimos, nuestro amigo Manuel nos habla, por ejemplo:

- de las lágrimas ya citadas,

- de toser, entendiendo esto en forma enfermiza y no una simple tos inoportuna y, por fin,

- “detrás de un balcón” que era como estaba precisamente él… detrás de un balcón en un sillón de ruedas.

Son estos unos ejemplos de formas de padecer algún tipo de sufrimiento pero, como decimos, la lista sería interminable si nos pusiéramos ahora a describir lo que pueda pasarnos y pueda ser metido en el saco del sufrir…

¿Y?

Pues dice el linarense universal que todo eso que él cita (y pongamos nosotros lo que queramos poner añadiendo) a lo mejor no tiene la menor importancia para nosotros porque nuestro corazón, en él, pueden bullir “todas las campanas del mundo”. Y nosotros queremos entender que quiere decir que las campanas suenen por buenas cosas y no, por ejemplo, para llamar a exequias…

Eso, así dicho, parece cosa muy bonita pero no nos mete en la situación de cómo eso puede ser posible. Y entonces es cuando aparece él mismo, Lolo. Y es que Manuel Lozano Garrido tenía muchas campas llamando a bueno muy a pesar de la situación física por la que estaba pasando desde muy antes de publicar Las golondrinas nunca saben la hora, que es el libro de donde hemos entresacado el texto puesto arriba.

Nosotros creemos a Lolo le bullían las campanas en el corazón porque comprendió muy pronto el sentido último que tenía el sufrimiento. Pero también creemos que eso le pasaba porque creía a ciencia y corazón ciertos que su sufrimiento debía aceptarlo y, así, sobrenaturalizarlo. Y así lo hizo a lo largo de los años que tuvo que padecer una enfermedad tan grave como la que tuvo que padecer que acabó por dejarlo ciego.

De todas formas, podemos decir que Manuel Lozano Garrido, como hombre común, supo muy bien parecer feliz y serlo y es que como dijo aquel, podía serlo, quería serlo y lo fue. Ea.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (82)

Si conociéramos todos los portentos ocultos, diríamos que lo que Dios hace es un verdadero despilfarro de ternura

……………………………

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

2.09.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – La Cruz nos puede definir muy bien

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación 

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena – La Cruz nos puede definir muy bien

Se me ocurre, y escribo, que la Cruz bien puede ser la huella dactilar del alma.” (Beato Lolo, de su libro El sillón de ruedas)

No podemos negar que el Beato Lolo hace uso de las expresiones comunes de nuestra fe católica, de nuestros símbolos, para dar con ellos sentido a lo que creemos.

Sobre la Cruz, claro está, se ha escrito mucho desde el mismo momento que fue el último lugar donde nuestro Señor fue acogido para expirar su aliento y entregar su Espíritu a Su Padre, Dios Todopoderoso.

La Cruz, aquella sobre la murió Cristo es muchas realidades para todo aquel que se considera hermano del Hijo de Dios y, por tanto, a cada cual nos puede decir una o más cosas porque tiene sentidos múltiples tal fue la importancia que tiene en la historia de la salvación.

Más que nada la Cruz es un símbolo que abarca mucho de lo que creemos porque la Cruz es la muestra más palpable de hasta dónde se puede llegar en el amor o, mejor (siendo Quien es a Quien nos referimos) en el Amor, así con mayúscula.

Sobre esto, como es de imaginar, Manuel Lozano Garrido tiene que decirnos algo para que comprendamos hasta dónde puede llegar el sentido de la Cruz, que supone para nosotros y, en fin, qué ha de suponer para todo discípulo de Cristo.

Como una buena inspiración divina, a Lolo “se le ocurre” o, lo que es lo mismo, ha tenido lo que creemos y hemos dicho antes. Y por eso se siente obligado a dejarlo escrito pues, de otra forma, habría sido una pérdida grande para sus hermanos.

Digamos, a tal respecto, que lo que nos dice el linarense universal acerca de la Cruz nos muestra un sentido de la misma que, francamente, no conocíamos porque es nuevo o, al menos, lo es para el que esto escribe.

Además de lo que hemos dicho arriba acerca de aquellos dos maderos sobre los que clavaron a Jesucristo y sobre lo que, es más que seguro, muchas otras personas han dicho y escrito infinidad de cosas mejores, Lolo aporta una característica más de la Cruz porque, al parecer, nunca se deja de descubrir algo nuevo sobre la misma.

Nos dice Manuel Lozano Garrido que la Cruz puede ser “la huella dactilar del alma”. Ahí queda eso.

Una huella dactilar es propia de cada cual. Es decir, tenemos entendido que pasa como con el ADN y es que no hay ninguno repetido. Y, por tanto, cada uno de nosotros somos como somos, también, en las señales que tenemos en el dedo.

Si la Cruz es la huella dactilar del alma quiere decir que a través de la misma manifestamos o, podemos manifestar, cómo somos cada uno, sin parecidos ajenos…

En realidad, la Cruz ha de reflejar, en nosotros, todo lo que la misma supuso para Jesucristo. Así, su entrega, su sacrificio voluntario, su Amor expresado en soportar todo aquello, su voluntad de que fueran perdonados aquellos que le causaban la muerte o, en fin, todo lo que a fin de cuentas es la Cruz.

El caso es que si nuestra alma manifiesta aquella huella de Cristo en nosotros… entonces bien podremos decir que aquella Cruz, la Cruz por excelencia, representa en nosotros, es (ahí lo de huella dactilar) el exacto ser de un buen hijo de Dios que es, exactamente, lo que fue y representó el ahora Beato de la Iglesia Católica que fue, como se dice de otra ciudad española, de Linares al Cielo.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (81)

No hay hombre sin , al menos, un obsequio diario: el de la vida””.

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Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

26.08.24

Amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Preocuparse por el alma, por nuestra alma

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación 

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena – Preocuparse por el alma, por nuestra alma

“Se muere en el cuerpo, pero donde se pone a agonizar verdaderamente, con la preocupación, es en el alma, que, realmente, nunca muere.” (Beato Lolo, de su libro Las estrellas se ven de noche)

Hace poco escribíamos aquí mismo acerca de otro texto de Manuel Lozano Garrido. Y decíamos que, en realidad, no somos sólo cuerpo. Pues bien, el texto que hemos traído aquí mismo confirma a la perfección esto del alma que, como pasa con otras muchas realidades espirituales, no siempre se tiene en cuenta con los nigérrimos resultados que eso supone en nosotros…

A nadie le cabe la menor duda de que, cuando Dios quiera, el cuerpo en el que se sustenta su vida, dejará de existir, se parará el corazón y, en fin, tendrá que decirle adiós a este valle de lágrimas en que vivimos. 

Ciertamente, bien dice el Beato de Linares (Jaén, España) que se “muere el cuerpo”. Y es que, como a continuación apunta lo que vive luego de su muerte no es, precisamente, el mismo cuerpo (para eso habrá que esperar a la resurrección de los muertos) sino que es el otro componente vital del ser humano creado por Dios a su imagen y semejanza: el alma. 

Afirmar que lo que se muere en nosotros es el cuerpo y no el alma supone tener muy claros los conceptos y realidades de nuestra fe católica. Es decir, se conoce bien que somos cuerpo y somos alma y, por eso mismo, se conoce también qué pasara con la segunda cuando el segundo deje de existir. 

Tenemos muy claro que, por lo expresado aquí por Lolo, hay que tener muy en cuenta a nuestra alma. Y es por lo que sigue. 

Si Lolo dijera que tenemos alma no tendríamos nada que añadir y, además, le podríamos decir que es una verdad de Perogrullo, que todo creyente lo sabe, etc. Pero es que nuestro amigo aquí mismo dice algo más que debemos tener en cuenta. 

Lolo dice que el alma nunca muere. Y es verdad. Pero también dice que si bien el cuerpo deja de existir en un momento determinado, lo que agoniza, en lo que se agoniza es, claro, en el alma, puesto que sobre el cuerpo nada se puede dejar caer cuando deja de ser lo que era. 

Cuando dice Manuel Lozano Garrido sostiene esto es que nos quiere decir algo…

Al respecto del alma, bien sabemos la importancia de su blancura o, también, de la limpieza que ha de manifestar la misma. Es decir, que tenemos claro que la misma no ha de estar manchada cuando llegue el momento de nuestro Juicio particular que, es seguro, llegará en el mismo momento de nuestra muerte física. 

Agonizar y preocupación son dos términos que van unidos de la mano. Y es que, en realidad, sabemos que, como somos así, es más que probable que nuestra alma no esté limpia del todo e, incluso, que presente más manchas negras que un mono de un mecánico…

Nosotros, por eso mismo, estamos (deberíamos estar por la cuenta que nos trae) muy preocupados por el destino de nuestra alma. Y lo estamos porque agonizamos sólo de pensar cuál será el mismo si aquella está, digamos, sucia y bien sucia. Y su suciedad no procede, así, del mundo ni nada por el estilo o, lo que es lo mismo, no nos la imputa nada ni nada salvo nosotros mismos que, por nuestros pecados, tenemos a la misma, casi, hecha una piltrafa espiritual…

Muy bien sabe Lolo que el alma debería ser el destino predilecto para nuestros actos y en los mismos. Y por eso nos pone sobre la pista de qué es lo que, de verdad, debe importarnos porque el cuerpo fue polvo y al polvo volverá…



Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (80)

“Cada segundo de la vida humana supone un milagro, muchos milagros”

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Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

19.08.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – No somos sólo cuerpo

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación 

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual. 

 

Frases que bien valen la pena – No somos sólo cuerpo

  

“La grandeza de la perfección está, precisamente, en ir superando día a día estos matices negativos, contando con los consiguientes retrocesos y con el trabajo íntimo de lo sobrenatural”. (Beato Lolo, de su libro El sillón de ruedas)

 

Sabemos que Cristo, en un momento determinado, nos dijo que deberíamos ser perfectos como lo era Su Padre del Cielo (Mt 5, 48) 

También sabemos que eso no siempre es posible porque, en primer lugar, a los hijos de Dios gusta mucho el libre albedrío (que, en sí mismo, está muy bien y es un don muy grande de parte del Todopoderoso) y, en fin, porque somos como somos… 

De todas formas, como nos dice aquí mismo Lolo, la perfección es algo grande que nunca deberíamos tomar por algo imposible porque tenemos el ejemplo de Quien sí fue perfecto y acabó muriendo en una Cruz, precisamente, para salvarnos. 

Sí, ser perfectos debe ser de lo mejor que le puede suceder a un creyente y por eso resulta ser algo inmenso y a tener en cuenta. Pero, ¿Cómo podemos serlo o, mejor, cómo podemos alcanzarla? 

Como pueden ver ustedes aquí utilizamos “debe ser” porque, evidentemente, quien esto escribe (y suponemos que muchos que esto lean) dista mucho de ser perfecto sino todo lo imperfecto que se puede llega a ser… Y es que la perfección es un ansia, algo a lo que aspiramos o, al menos, debemos aspirar. 

Bien. 

Preguntamos arriba cómo podemos ser perfectos o, al menos, ponernos en el camino de serlo. Y, sobre esto, el Beato de Linares (Jaén, España) nos dice algo que, viniendo de quien viene, debe ser tenido en cuenta.

No resulta, de todas formas, tan difícil esto porque lo pone aquí Manuel Lozano Garrido con una claridad meridiana: debemos superar aquello que, de negativo podamos tener o, lo que es lo mismo, lo que hacemos mal o rematadamente mal (las más de las veces) tratar de corregirlo. 

Podemos, por ejemplo, ir podando de nosotros aquello que nos sobra por ser excesivo en nuestro comportamiento (por ejemplo la soberbia) e ir sanando nuestro corazón. Pero también podemos ir aumentando aquello a lo que no llegamos como, por ejemplo, el amor por el prójimo e ir agrando, así, nuestro corazón. Y es seguro que aquí esté leyendo esto se le ocurren más circunstancias que añadir a estas dos… 

¿Ha de resultar esto fácil? 

No, es seguro que será algo más que difícil por nuestra forma de ser particular porque, no debemos olvidar, que si ya nacemos empecatados las caídas que vamos sumando a lo largo de la vida son… en fin… las muchas que son. 

Hay, por tanto retrocesos en nuestro proceso de perfeccionamiento (en caso, por supuesto, de que seamos conscientes de que lo necesitamos y estemos en ello…) pero no por eso debemos tirar la toalla como los boxeadores que lo ven todo perdido. Y es que nosotros podemos ser noqueados por nuestros pecados pero tan cierto es como que Dios existe que somos capaces de levantarnos y volver a echar a andar en pos del definitivo Reino de Dios llamado Cielo. 

¿Cómo es eso? 

Lolo lo dice bien claro: contamos con “el trabajo íntimo de lo sobrenatural”. 

Esto, a lo mejor, le puede sonar raro a quien no tenga la fe que nosotros decimos tener. Y es que hay quien cree que se basta a sí mismo para salir siempre adelante. Y bien sabemos que eso no es posible porque, como titulamos aquí, nosotros no somos sólo cuerpo. 

No. Nosotros no somos sólo cuerpo sino que, además, somos alma o, mejor, tenemos alma y, por tanto, el mundo sobrenatural nos debería ser muy familiar. 

Nosotros tenemos, por ejemplo, la oración,  la oración que es algo tan sobrenatural que le llega a Dios mismo. 

Nosotros tenemos, por ejemplo, los sacrificios ofrecidos por santas intenciones que estamos seguros también llegan al corazón de Dios. 

Nosotros tenemos a los santos que en el Cielo están y tenemos la comunión que tenemos con ellos y con los que, en el mundo, son conscientes de que somos mucho más que cuerpo… 

Pero, sobre todo, nosotros somos conscientes de que en el mundo no caminamos solos sino que somos acompañados siempre por Aquel que no quiso perder a ninguno de los que Dios le había entregado cuando fue enviado al mundo para que el mundo se salvase. 

El trabajo íntimo de lo sobrenatural”. Eso es lo que dice Manuel Lozano Garrido. Y lo dice porque bien sabía él lo mucho que estaba trabajando lo sobrenatural de su existencia.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (79)

 

“Hijo de Dios es un título que, lógicamente, debe costar más hacerse que de una entrada de fútbol”

 

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

12.08.24

Amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – A la tentación… ni agua

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena – A la tentación… ni agua


“A la tentación sólo cabe darle la cara desde un equilibrio fiel de nuestra naturaleza, con la razón y el conocimiento como vigías, con el instinto y los sentidos encasillados dentro de sus limitaciones, pero ¿nos aceptaría ella comerciar así?” (Beato Lolo, de su libro Dios habla todos los días)

Me parece recordar que es San Josemaría quien dice que con la tentación no hay, siquiera, que dialogar, a saber:

“No dialogues con la tentación. Déjame que te lo repita: ten la valentía de huir; y la reciedumbre de no manosear tu debilidad, pensando hasta dónde podrías llegar. ¡Corta, sin concesiones!" (Surco, 137)

Y eso es lo que nos dice Lolo aquí mismo en cuanto al resultado de tal encaramiento: no caer en ella. 

Es cierto y verdad que muchas veces estamos sometidos a tentaciones y que no siempre somos capaces de evitarlas o, sencillamente, de caer en ellas. Y podemos suponer que Manuel Lozano Garrido se vio sometido también a tal tipo de “presiones” espirituales que lo podían haber hecho caer… 

Decimos arriba que San Josemaría tenía muy claro que con la tentación no hay nada que hablar. Pero Lolo, consciente de cómo somos nosotros plantea la cosa desde el punto de vista de sí, ahí tenemos la tentación y, al parecer, no somos capaces de no entablar “conversación” con ella. ¿Entonces… qué? 

Como es de esperar, el Beato de Linares pone sobre la mesa una forma de hacer las cosas en el caso de ser tentados. Y no podemos decir que se nos pida poco..

Bien.

Vemos que Lolo nos propone, ante la tentación, esto que sigue y que entiende él que es la única forma de hacer las cosas en esto:

 

- Debemos mantenernos equilibrados en cuanto a lo que somos: fieles hijos de Dios.  

- Debemos hacer uso de esos bienes que Dios nos entregó como son la razón y el conocimiento.  

- Debemos tener en cuenta que nuestros cinco sentidos han de tener unas lógicas limitaciones…

 

Es cierto y verdad que según nos aconseja nuestro hermano Manuel la cosa no resulta tan fácil como podría parecernos. Y es que, conociendo como conocía el ser de sus hermanos, las propuestas que nos ofrece Lolo han de ser tenidas en cuenta según un corazón fiel y un alma limpia pues, de otra manera, poco efecto van a tener de cara a enfrentar con la correspondiente lucha interior a la tentación.  

En cuanto a lo primero… ¿Cuántas veces no descuidamos nuestra necesaria filiación divina y nos vamos por otros derroteros? 

En cuanto a los segundo… ¿En cuántas ocasiones a la razón la dejamos de lado y del conocimiento que tenemos de la Ley de Dios no queremos saber nada? 

Y, ya, por fin, ¿Cuántas veces damos rienda suelta a nuestros sentidos…?

Podemos darnos cuenta de que lo que Lolo nos aporta en cuanto a la lucha contra la tentación es, sí, difícil de llevar a cabo porque muchas veces somos necios y no queremos hacer lo que deberíamos hacer bien por comodidad o por simple ignorancia. El caso es que nuestro amigo Manuel Lozano Garrido sabía muy bien lo que nos haría, valga la redundancia, bien en nuestro devenir espiritual y no nos haría caer en la tentación como, por cierto, tantas veces decimos en el Padre Nuestro porque otras tantas veces estamos sometidos a ellas…

En todo caso, aquí, como decimos en el título de estas letras, a la tentación no hay que darle ni agua porque ya no es que sea enemiga nuestra sino que es, en mala cosa, mucho peor que eso porque nos puede perder para siempre.  

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (78)

“Si con todas las cosas que ocurren hacemos como son las calcomanías, despegarlas inmediatamente, siempre encontraréis en todo la idéntica figura de un Padre. ”

 

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Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.