InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: Apostolado laico -La Palabra para el Domingo

8.09.13

La Palabra del Domingo - 8 de septiembre de 2013

Lc 14, 25-33

Biblia

”25 Caminaba con él mucha gente, y volviéndose les dijo: 26 «Si alguno viene donde mí y no odia a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta su propia vida, no puede ser discípulo mío. 27 El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío. 28 «Porque ¿quién de vosotros, que quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, y ver si tiene para acabarla? 29 No sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar, todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, diciendo: 30 “Este comenzó a edificar y no pudo terminar.” 31 O ¿qué rey, que sale a enfrentarse contra otro rey, no se sienta antes y delibera si con 10.000 puede salir al paso del que viene contra él con 20.000? 32 Y si no, cuando está todavía lejos, envía una embajada para pedir condiciones de paz. 33 Pues, de igual manera, cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío.”

COMENTARIO

La cruz, nuestra propia y personal cruz

No puede negarse que Jesús decía lo que pensaba y que lo que pensaba no era del gusto de muchos de aquellos que le escuchaban. Sin embargo, su misión era hacer cumplir la voluntad de Dios y, como se ha demostrado a lo largo de la historia, no siempre el ser humano ha estado, egoístamente, de acuerdo con ella.

Seguir a Cristo, bien que lo dice el Señor, no era ni es fácil. Tiene sus dificultades personales y comunitarias. Sin embargo, es lo único que puede hacer un hijo de Dios.

Lo que pone sobre la mesa Jesucristo es lo que supone seguirlo. Nada más y nada menos.

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1.09.13

La Palabra del Domingo - 1 de septiembre de 2013

Lc 14, 1. 7-14

Biblia

1Y sucedió que, habiendo ido en sábado a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos le estaban observando.


7 Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: 8 «Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, 9 y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: “Deja el sitio a éste", y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto.10 Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: “Amigo, sube más arriba.” Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. 11 Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.»12 Dijo también al que le había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te inviten a su vez, y tengas ya tu recompensa. 13 Cuando des un banquete, llama a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; 14 y serás dichoso, porque no te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los justos.»

COMENTARIO

Humildad

Los que querían saber si Jesús era un gran profeta o era una persona que actuaba en contra de determinados intereses, lo invitaban a comer a sus casas. Allí le preguntaban y trataban de ponerlo en algún que otro aprieto espiritual.

Por otra parte, Jesús sabía que aquellos momentos eran muy importantes para su predicación porque, como también dijo en una ocasión, había venido a curar a los enfermos o a buscar a los pecadores y no a los sanos, espiritualmente hablando. Y no se podía negar que entre aquellos fariseos que lo convidaban a comer había muchos que necesitaban la salvación eterna más que comer.

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25.08.13

La Palabra del Domingo - 25 de agosto de 2013

Por la libertad de Asia Bibi.
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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Dios nos tiene preparado lo mejor para nosotros. No lo deberíamos rechazar si no es que queremos la muerte eterna.

Lc 13, 22-30

Biblia

22 Atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén. 23 Uno le dijo: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?» El les dijo: 24 «Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán. 25 «Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, os pondréis los que estéis fuera a llamar a la puerta, diciendo: “¡Señor, ábrenos!” Y os responderá: “No sé de dónde sois.” 26 Entonces empezaréis a decir: “Hemos comido y bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas"; 27 y os volverá a decir: “No sé de dónde sois. = ¡Retiraos de mí, todos los agentes de injusticia!” = 28 «Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abraham, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a vosotros os echan fuera. 29 Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios. 30 «Y hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos.»

COMENTARIO

Lo que pasará, según Cristo

Nunca será suficiente hablar y escribir sobre lo que tiene que venir o, para ser más claros, sobre lo que Dios nos tiene preparado después de que dejemos este mundo donde todo acaba siendo polvo y donde todo es corroído por la polilla.

Eso es lo que hace Jesús en este texto del evangelio de san Lucas. Y, no siendo la única ocasión en la que habla de lo que será lo que tenga que ser acerca de nosotros, en esta dice cosas más que importantes y que nunca, nunca, deberíamos tener por no dichas.
Quedarse a las puertas del cielo sin entrar ha de ser una experiencia muy dura y muy triste. Después de tanto haber luchado y hecho a lo largo de nuestra vida, salir vencidos en el juicio particular ha de suponer un golpe del que, evidentemente, nunca nos recuperaremos.

Nunca… cuando eso suceda porque el Hijo de Dios nos recomienda más de una forma de ser y de actuar en el texto del evangelio de hoy.

La puerta estrecha

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18.08.13

La Palabra del Domingo - 18 de agosto de 2013

Por la libertad de Asia Bibi.
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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Esperar de Dios lo mejor para nosotros es, sólo, reconocer que es Todopoderoso y que sólo quiere lo mejor para su descendencia.

Lc 12, 49-53

Biblia

49 «He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! 50 Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! 51 «¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. 52 Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; 53 estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»

COMENTARIO

La guerra de Dios que salva al hombre

El pueblo elegido por Dios, de donde el Creador escogió a una muchacha para que su Hijo viniera al mundo, llevaba muchos siglos esperando al Mesías, al Enviado del Todopoderoso. Estaban seguros que traería la salvación a un pueblo tan sufriente como lo había sido desde que el padre Abraham salió de la tierra que habitaba para dejarse llevar por Dios. Lo habían pasado muy mal y, ahora mismo, estaban bajo la dominación del Imperio Romano y, en verdad, ansiaban que Dios cumpliese, otra vez más, con lo prometido.

Y vino el Hijo.

Cuando nació aquel hombre, al que luego llamarían Jesús, en aquellas circunstancias nada buenas para ser un Rey de hombres y pueblos, es bien cierto que alguno tuvo miedo por el poder que auguraban aquellos Magos que le dijeron que iban en busca de un niño que era Rey. Otros, sin embargo, esperaban que, en verdad, fuera el Mesías esperado.

Pero Jesús, ya predicador del Reino de Dios, había venido para otra cosa muy distinta a la que muchos esperaban de Él porque había venido para que las cosas cambiaran aunque no en el sentido buscador por otros.

Jesús había venido, lo dice Él, para que el fuego quemara la tierra y la convirtiera, de verdad, a Dios Padre y Creador. El fuego del Espíritu Santo que todo lo debía purificar y hacer, del mundo, un lugar habitable para los hijos de Dios igual a como lo había querido el Padre y puso, por eso, en el Paraíso a Adán y a Eva.

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11.08.13

La Palabra del Domingo -11 de agosto de 2013

Por la libertad de Asia Bibi.
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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Si nos miramos comparándonos con Jesucristo, seguramente, creeremos que no somos nada pero, en realidad, nos daremos cuenta de que somos hermanos suyos y eso es mucho más que nada.

Lc 12, 32-48

Biblia

32 «No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino. 33 «Vended vuestros bienes y dad limosna. Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla; 34 porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. 35 «Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, 36 y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. 37 Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. 38 Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos! 39 Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. 40 También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre.» 41 Dijo Pedro: «Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?» 42 Respondió el Señor: «¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darle s su tiempo su ración conveniente?43 Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. 44 De verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda. 45 Pero si aquel siervo se dice en su corazón: “Mi señor tarda en venir", y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse, 46 vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los infieles. 47 «Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; 48 el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más.

COMENTARIO

Conformados a la voluntad de Dios

Este texto del evangelio de san Lucas tiene un sentido claramente escatológico. Lo que está por venir y que es nuestro futura vida eterna… sin duda vendrá y a cada cual lo encontrará en lo que tiene que estar ocupado o, por el contrario, mirando para otro lado.

Jesús se dirige a los pequeños en la fe. Aquellos que han aceptado que es el Mesías puede que padezcan mucho a lo largo de su existencia pero, en el fondo, saldrán ganando más que mucho pues obtendrán la tan anhelada vida eterna que dura siempre, siempre, siempre.

Al respecto de lo que está por venir, es muy común pensar que sólo vale o sirve aquello que, en esta tierra y en este mundo, podemos acumular. Sin embargo, es más que sabido que, para empezar, nada de aquí nos podemos llevar al otro mundo y, en segundo lugar, todo lo que acumulamos, por tanto, de nada nos sirve. Todo, como dice Jesús, lo corroe la polilla.

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