Aborto y asesinato legalizado... es lo mismo

Ayer se decía en Religión en Libertad que iniciaba su trabajo (negro) la Subcomisión que ha de estudiar la revisión de la ley del aborto.

Al parecer, la vida de los seres humanos no merece que sea una Comisión la que conozca de la misma porque, en realidad, la existencia del nasciturus les ha de parecer una vida por debajo de la consideración de tal.

El extraño derecho a matar

Bien sabemos que el aborto, independientemente de la ley que regule tal monstruosidad, es algo moralmente ilícito, intrínsecamente perverso y la manifestación más evidente de que el ser humano ha llegado a creerse en posesión de la vida ajena.

Por eso, da la impresión de que los integrantes del Ejecutivo que pretende elaborar un nuevo texto legal que haga posible lo que sólo sería pensable en una mente enferma, creen, digo, que pueden hacer lo que les venga en gana con una vida que no es la suya, ni siquiera de la madre que lleva, en su seno, al hijo que va a dar a luz pero que, desde el momento de la concepción es una persona distinta, un ser que no es un apéndice suyo. Por eso dice la Instrucción sobre el respeto a la vida humana naciente y la dignidad de la Procreación (Donum Vitae) que “El ser humano ha de ser respetado como persona desde el primer instante de su existencia”.

Y es que existe, al parecer, un extraño derecho a matar.

Muchas veces, por eso, se utiliza el aborto como tema a traer a la discusión política como si de lo que se tratara fuera de decidir sobre por dónde va a discurrir una carretera o si se aprueban o no ciertos impuestos. La falta de humanidad de los que así piensan es notable y da qué pensar a quienes creemos que la vida humana, y la dignidad que la conforma, no pueden ser objeto de trato como si de algo negociable se tratara.

Aborto: otra respuesta es posible

Ante tal situación o, mejor, ante tales situaciones, el Foro Español de la Familia puso en marcha el PROGRAMA RED MADRE cuyo teléfono de Atención durante las 24 horas es 902 188 988), “generando una red solidaria de apoyo a la mujer embarazada, para que pueda encontrar alternativas positivas frente al drama del aborto”.

Para que esto tenga, digamos, una cobertura legal y sea, así, más fácil llevar a buen puerto este barco, está promoviendo Iniciativas Legislativas Populares (ILP) en las comunidades autónomas “por las que se propone a los parlamentos autonómicos la creación de una red solidaria de apoyo a la mujer embarazada, y cuyo objetivo es conseguir que las administraciones públicas ofrezcan soluciones reales a los problemas que un embarazo pueda llevar consigo, especialmente en los casos de adolescentes e inmigrantes”

El lema de la Red Madre es “nunca estarás sola” porque, en verdad, no pueden dejarse de lado a aquellas embarazadas que, llevadas por las circunstancias de su vivencia, es muy posible que no sepan como encarar su situación.

¿Las dejaremos solas?

Parece que muchos, llamados populares (del Partido Popular), quieren y piden consenso en el tema del aborto.

Sin embargo, ya sabemos que el consenso es la técnica de bizcochar la vida política de manera que todos parecen de acuerdo huyendo, cobardemente, de plantear (aquí) el problema del aborto de una forma clara y meridianamente entendible: no es posible aceptarlo.

Por tanto, el único consenso que cabe aquí es ninguno porque no puede haber acuerdo entre quien quiere matar y quien, es de suponer, prefiere defender la vida.

Pero digo se supone, claro, porque, en verdad, para que así fuera deberíamos eliminar del comportamiento del PP lo políticamente correcto y el respeto humano.

O sea, que en el PP dejan a las mujeres embarazadas más solas que la una.

Eso seguro.

“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23:34)