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7.03.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” – Saber lo que importa de verdad

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

  

Saber lo que importa de verdad

 

“Beber, comer y amar, pero aprisa, rozándolo apenas en lo fundamental. Lo importante es subir, hurgar con nuestro corazón el cielo, tan limpio, tan ancho, tan puro, tan glorioso. A la mañana, pasa que te asa; a la tarde, gira que te gira, volando siempre, sin apenas caer en el tiempo, para que nos sorprenda así, en el aire, e inefable y dorado viento del otoño de la vida.” (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 32)

 

Ciertamente, tanto estas palabras como aquellas que las preceden, y que en un momento determinado dan título a este libro de Lolo (Las golondrinas…) son un verdadero programa de vida y de existencia que retratan a Manuel Lozano Garrido, a suyo, a la intención de ser como es, digamos, a la perfección. 

Antes nos ha estado hablando de que a las golondrinas, que nunca saben la hora, sólo les importa el “hoy”, “este momento”. Y es que, en verdad, es lo que debería importarnos a cada uno de nosotros pues, como se suele decir, el ayer nada puede hacer en tu vida y el mañana… Dios dirá. Y eso es lo que le pasa a Lolo: que vive el ahora mismo como si fuera el último momento de su vida. Lo que pasa es que se le unía un ahora mismo con otro ahora mismo… y así sucedió hasta que fue llamado a la Casa del Padre un 3 de noviembre de 1971. 

Es verdad que podría pensarse que aún está hablando del ser mismo de la vida de la golondrina. Sin embargo, es más cierto que se debe estar refiriendo (en las palabras que hemos puesto arriba) a una forma de ver las cosas que es muy suya y que comparte con sus lectores para que, si es posible y sabemos, nos aprovechemos de ellas y de todo lo que contienen. 

Podemos decir que Lolo tiene muy claro qué es lo que de verdad importa. No es, precisamente, aquello que, humanamente podríamos pensar: beber, comer, amar… Y no es que no crea que no es importante eso pues sin lo primero y lo segundo, seguramente, no viviríamos mucho. Lo que pasa es que para este de Beato de Linares (Jaén, España) hay algo que está por encima del común comportamiento ordinario del ser humano. Y nos referimos a que quiere tener una visión vertical de su vida y mirar al cielo, arriba, donde consideramos que está Dios. 

De todas formas, nadie crea que Lolo no tiene a bien su relación horizontal con el prójimo pues estaría muy equivocado quien eso pensase. Y es que ya sabemos la entrega total que tiene nuestro amigo con quien se le acerca o que, en la distancia, le escribe una carta, entonces, que aún eso se hacía… 

Con esto queremos decir que Manuel Lozano Garrido quiere, en cada momento del díatener presente una realidad espiritual tan importante como es lo que está más allá de este mundo, ese Cielo donde Dios lo espera a él y a cada uno de sus hijos. 

Esto lo dice porque reconoce que el Cielo es “tan limpio, ancho, tan puro, tan glorioso” porque, de verdad, tiene por cierto y verdad que allí no han mancha, que cabe todo aquel que quiera estar en él, que en el mismo no nada hay corrupto ni oscuro por sus pecados… 

Bien podemos decir que la visión que tiene Lolo de aquello que es mejor y, sobre todo, de aquello que es verdad, la Verdad, no puede ser más acertada. Por eso, conoce muy bien lo que le importa en primer lugar y que es, sin despreciar otras cosas de necesidad diaria, lo que Dios tiene preparado para él y para todo aquel que crea en su Ser, su Existencia y su Poder. 

Lo único que lamentamos de todo esto que nos dice Lolo es que a él sólo le llegase la cosa hasta ver caer “alguna” hoja del otoño de su vida por una muerte tan temprana (con relación a tal otoño del que habla) como fue la suya. 

De todas formas, de lo que estamos más que seguros es de que ahora mismo (bueno, desde hace bastante tiempo) goza de aquello que aquí tiene por bueno y mejor. Y bien merecido que lo tiene, vaya que sí.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.