InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Noviembre 2020, 11

11.11.20

Noviembre de Santos y Difuntos - A mitad de camino está

Los Santos nos enseñan a orar por las Almas del Purgatorio – Misioneras de  la Divina Revelación

 

Es algo así como quedarse mirando

a mitad de camino,

entre lo que fue y lo que será”

 

Andrés Matx, El ansia y el gozo

 

 

Es bien cierto y verdad que el tema del Purgatorio-Purificatorio es causa de discusiones (no tantas como merece el mismo) entre aquellos que creen que existe y los que creen lo contrario. Y es que en esto, como en la viña del Señor, hay de todo y, sobre todo, hay quien creyendo que basta con negar su existencia, va a dejar de ir allí su alma si es que tiene que ir…; también que es algo más que misterioso porque de las cosas espirituales no podemos tener, digamos, pruebas palpables porque por eso son como son y, por eso, hay que creer y basta con creer.

Muchas veces hemos dicho aquí (y siempre serán pocas dado que poco de habla de esto que aquí traemos lo mismo que del Infierno o, incluso, del Cielo…) lo que sostenemos y es que el Purgatorio-Purificatorio es un lugar-estado intermedio entre el mundo, el que habitamos y en el que nos movemos y existimos y el Cielo. Y eso ha de suponer algo que nunca deberíamos olvidar.

Por tanto, partimos de eso y, entonces, nos queda ver qué supone que haya, en tal caso, un “antes” y, luego, un “después”, pues de lo que pasa “entonces” ya hemos dicho algo aquí en otros lugares dentro de esta misma serie de artículos sobre este novísimo (sí, lo del fuego que purifica al alma)

En primer lugar, “antes” del lugar-estado intermedio nosotros vivimos en el mundo, nos movemos por sus calles o paisajes y, en fin, hacemos muchas veces de nuestra capa un sayo con lo que no en pocas ocasiones metemos la pata bien metida y nos resulta, otras tantas veces, difícil sacarla de donde la hayamos metido.

Meter la pata de tal manera no es otra que pecar pues no es poca cosa ser tan necios como para manifestarnos de tal manera contra Dios y su santísima Voluntad cuando sabemos (¡además lo sabemos!) qué consecuencias puede tener eso.

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