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6.10.20

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - Dios siempre está ahí

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Mesa redonda con Dios”.

Dios siempre está ahí

 

“Qué tontos somos dándole vueltas a reconocer que necesitamos pedirle a Dios ayuda a cada momento y que la humildad ni por pensar que nos hunde, sino que restaura las alas de nuestra grandeza. “ (Mesa redonda con Dios, p. 44)

 

Es cierto. Como bien dice el Beato Manuel Lozano Garrido muchas veces manifestamos nuestra tontería haciendo según qué espirituales cosas.

Es una verdad más que verdadera el hecho según el cual nosotros creemos que, por nosotros mismos, somos capaces de esto o lo otro sin acudir a nadie salvo… a nosotros mismos.

Eso, así dicho es, para empezar, bastante pelagiano (el ser humano se vale de sí mismo para hacer y deshacer) pero, en segundo lugar, es una clara manifestación de ceguera espiritual y de que, en fin, deberíamos darle más de una vuelta a esto, precisamente a esto y a nuestra relación con Dios.

El Beato de Linares (Jaén, España) que, creemos, conoce muy bien sus limitaciones (y no sólo físicas las cuales eran obvias) sabe a qué atenerse en esto. Y no es, precisamente, a valerse por sí solo.

Muchas veces, es de suponer que siempre, los hijos de Dios reconocemos que lo somos y que, por tanto, aceptamos su Voluntad. Y eso, siendo una, digamos, “general de la ley” de la relación entre nuestro Creador y nosotros no es poca verdad que nos saltamos tal general, como suele decirse, a la torera y hacemos como si no fuera más que una proposición y no una obligación grave.

Tonto, como dijo aquel, es el que hace tonterías. Y ¿podrá haber tontería más grande que olvidarse de que Dios está para echarnos una mano cuando nos haga falta?

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