InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Agosto 2019, 25

25.08.19

La Palabra del Domingo - 25 de agosto de 2019

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Lc 13, 22-30

“22 Atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén. 23 Uno le dijo: ‘Señor, ¿son pocos los que se salvan?’ Él les dijo: 24 ‘Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y

no podrán. 25 ‘Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, os pondréis los que estéis fuera a llamar a la puerta, diciendo: ‘¡Señor, ábrenos!’ Y os responderá: ‘No sé de dónde sois.” 26 Entonces empezaréis a decir: ‘Hemos comido y bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas’; 27 y os volverá a decir: ‘No sé de dónde sois. ¡Retiraos de mí, todos los agentes de injusticia!” 28 ‘Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abraham, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a vosotros os echan fuera. 29 Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios. 30 ‘Y hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos’”.

 

COMENTARIO

Sobre puertas para entrar en el Cielo

 

El Hijo de Dios nos pide hacer un esfuerzo porque lo mejor no puede ser fácil.

En realidad, todo esto tiene que ver con la Voluntad de Dios de tener cabe sí a sus hijos, a su semejanza, creada a su imagen. Y, claro, la cosa no puede ser como coser y cantar…

Podemos decir que Jesucristo, que conoce más que bien el corazón de muchos de sus contemporáneos, no duda en decir la verdad, toda la verdad, sobre lo que es alcanzar el definitivo Reino de Dios.

Salvarse. Eso es lo que el ser humano quiere desde que conoce y sabe que existe un Creador que todo lo creó y mantiene. Y la salvación eterna es, por tanto, el destino anhelado por todo aquel que no esté ciego o no ame su propia existencia.

Sí, salvarse es más que importante. Pero eso no se consigue de cualquier manera como si fuera, en definitiva, algo de poca importancia.

Es cierto que, como decimos, todo hijo de Dios quiere entrar en el Cielo. Es una aspiración legítima pero no siempre está al alcance todo aquel que quiere conseguirlo.

El Hijo de Dios sabe muy bien que todo ser humano no va a acabar salvado. Y lo sabe porque es más que cierto que no todo el mundo, que crea, actúa de igual forma.

Hay quien cree que por ser hijo de Dios va a tener asegurada su entrada en el Cielo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, para que eso sea posible, hay que entrar por la puerta estrecha que es la que hace que el creyente en Dios Todopoderoso se sacrifique, dé de sí todo lo que pueda y, en fin, se olvide la forma de ser que, por antigua y desfasada, no anda muy cercana al corazón de Dios.

¿Dónde va el alma que no es aceptada en el Cielo?

Leer más... »