Meditaciones de Cuaresma – En mitad de la Cuaresma
Ahora que estamos en mitad de la Cuaresma y muy cerca de la Pasión de Nuestro Señor, bien podemos descubrir las huellas de Dios en nuestra vida espiritual.
Y podríamos, por ejemplo, mirar un crucifijo y saber qué podríamos hacer o decir.
Sin embargo, algo hay que no deberíamos hacer.
No deberíamos mirarle a los ojos porque su mirada limpia descubriría nuestras faltas.
No deberíamos mirarle a las manos porque su profunda llaga se clavaría en nuestra alma.
No deberíamos mirarle a los pies porque las pisadas que nos amaron nos, me, sorprenderían llorando; no deberíamos mirar su costado porque su luz cegaría nuestra causa.
Y, así vemos sus ojos, y nos sentimos ciegos.