InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Octubre 2015, 11

11.10.15

María, Pilar de la fe

 

“Oh Virgen del Pilar, Reina y Madre. España y todas las naciones hispanas reconocen con gratitud tu protección constante y esperan seguir contando con ella.

Obténnos de tu Hijo fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor.

Queremos que en todos los instantes de nuestra vida sintamos que tu eres nuestra Madre.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

Para los católicos, tenemos en mucho a la Madre de Dios y la amamos de una forma por la que, muchas veces, se nos tilda de exagerados. Sin embargo, bien sabemos que todo el amor que mostremos por María, la Virgen Santísima e Inmaculada, será poco porque los méritos de la Madre de Dios y, también, el auxilio que nos proporciona cuando la requerimos, valen más que todo lo que el mundo pueda ofrecernos.

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La Palabra del Domingo - 11 de octubre de 2015

 Biblia

 Mc 10, 17-30

 

“17 Se ponía ya en camino cuando uno corrió a su encuentro y arrodillándose ante él, le preguntó: ’Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?’ 18 Jesús le dijo: ‘¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. 19        Ya sabes los mandamientos: = No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, = no seas injusto, = honra a tu padre y a tu madre.’=

20 El, entonces, le dijo: ‘Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud.’ 21 Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: ‘Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los  pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme.’ 22     Pero él, abatido por estas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes. 23 Jesús, mirando a su alrededor, dice a sus discípulos: ‘¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el  Reino de Dios!’ 24 Los discípulos quedaron sorprendidos al oírle estas palabras. Mas Jesús, tomando de nuevo la palabra, les dijo: ‘¡Hijos, qué difícil es entrar en el Reino de Dios! 25 Es más fácil que un camello pase por el ojo de la aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios.’ 26 Pero ellos se asombraban aún más y se decían unos a otros: ‘Y ¿quién se podrá salvar?’ 27 Jesús, mirándolos fijamente, dice: ‘Para los hombres, imposible; pero no para Dios, porque todo es posible para  Dios.’          28 Pedro se puso a decirle: ‘Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.’ 29         Jesús dijo: ‘Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio,      30 quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna.’”

 

MEDITACIÓN

Seguir, de camino, hacia el otro lado del Reino

1.- Como seres humanos, sabedores como somos que hay algo más después de esta vida, anhelamos encontrarnos allí algún día.

Por eso, la pregunta que aquel joven rico hace al Maestro Jesús no deja de tener sentido pues, según él, o eso creía, había cumplido todo lo que la ley decía. Así, cuando Jesús le nombra los mandamientos, tan conocidos, del no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, etc., él es consciente, y así lo dice, que esa parte, la de la relación del hombre con Dios, en aras a ese cumplimiento, ya la lleva a cabo. Está, por eso, orgulloso. Y esto, francamente, es así.

2.- Pero, como tantas veces pasa con Jesús, le tenía preparada una sorpresa que le iba a bajar, en aquel momento, de su pedestal de hombre de bien y de su contentura natural.

Otras veces le preguntaron al Maestro que cuáles eran los mandamientos de la Ley de Dios. Él, resumiendo, los reduce a dos: amarás a Dios sobre todas las cosas, el más importante  y, por otra parte, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Y aquí, en este segundo mandato, digamos que, general, radicaba la cuestión a debatir.

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