InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Mayo 2014, 21

21.05.14

Ad pedem litterae- P. Pablo Cabellos Llorente

Al pie de la letra es, digamos, una forma, de seguir lo que alguien dice sin desviarse ni siquiera un ápice.

En “Ad pedem litterae - Hermanos en la red” son reproducidos aquellos artículos de católicos que hacen su labor en la red de redes y que suponen, por eso mismo, un encarar la creencia en un sentido claro y bien definido.

Presentación del artículo del P. Pablo Cabelllos Llorente .

Es muy conocido el texto “Yo acuso” que escribiera Emilio Zola a cerca de Alfred Dreyfus, a la sazón militar francés. Se le acusaba, al militar, de traicionar a su patria en favor de Alemania. Pero él, Zola, le dio la vuelta a la tortilla y pasó al contraataque.

Pues bien, el autor del artículo no quiere acusar pero pone el dedo en la herida para que duela (porque ha de doler saber esto) lo que dice.

Así, acusa por ejemplo, de la falta de defensa del matrimonio, de la familia… de la vida (con la muerte del nasciturus en el aborto); acusa del laicismo que anula la voluntad de tener una educación, por ejemplo, religiosa, por parte de los padres; acusa, también, del comportamiento de muchos cristianos consintiendo lo que pasa al respecto de esto.

Y lo mejor de todo (entiéndase esto que se quiere decir) es que, muchas veces, hacemos (todos) como si la cosa no fuera con nosotros, como si no existieran tales males. Y así, claro, no se arregla nada de los desarreglos existentes.

Y, ahora, el artículo del P. Pablo Cabellos Llorente.

Yo acuso

Pablo Cabellos Llorente

A finales siglo XIX, El capitán del ejército francés Alfred Dreyfus, de origen judío y alsaciano, fue acusado de haber entregado documentos secretos a los alemanes. Enjuiciado por un tribunal militar, fue condenado a prisión perpetua, degrado y desterrado a la Isla del Diablo, cercana a la costa de la Guyana francesa, por un delito de alta traición. En ese momento, tanto la opinión pública como la clase política francesa adoptaron una posición abiertamente contra Dreyfus, cuya inocencia se demostró años más tarde.

Después del injusto proceso y condena, Emilio Zola escribió la conocidísima carta al Presidente de la República que concluye con una serie de denuncias a los intervinientes en el juicio, comenzando cada una de ellas con la frase “Yo acuso”, con la que ha pasado a la historia ese razonado y magnífico mensaje con trazas de gran fuerza.

Ha venido a mi mente la carta de Zola pensando en los problemas que suceden a nuestro alrededor. No pretendo inculpar a nadie de nada, porque todos somos culpables, en una u otra medida, de lo que escribo después. Además, los juicios morales han de ser emitidos con mucha cautela, sobre todo al tratarse de personas. Por eso no señalaré a ninguna. Escribo de hechos, ideas, conductas más o menos generalizadas y perturbadoras, por si sirven para averiguar soluciones positivas.

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