InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: 2012

27.11.12

Un amigo de Lolo - Esperar de/en Dios

Por la libertad de Asia Bibi.

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Por el respeto a la libertad religiosa

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strong>Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Se dice de Dios que tiene entrañas de misericordia. Proponte, al menos, imitar tal forma de ser. Nada malo vendrá a tu vida por eso sino, al contrario, atraerás, hacia ti, a la misma bondad.

Y, ahora, el artículo de hoy.
Manuel Lozano Garrido

Presentación

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Esperar de/en Dios

“La Providencia es como unas letras de cambio garantizadas por su firme y que ponemos al cobro en momentos de necesidad”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor ( 86)

La criatura que Dios creó y que tiene como su semejanza es más que cierto que tiene unas querencias muy determinadas hacia el mundo y una voluntad que, las más de las veces, se aleja mucho de la que es del Creador.

En muchas ocasiones buscamos auxilio en el Todopoderoso y acudimos a la oración con la única y exclusiva voluntad de querer ser sanados o salvados de determinada situación. Entonces, podemos decir, que creemos por necesidad pero en el fondo de nuestro corazón no es menos cierto que anhelamos nuestro propio bien y que, ciertamente, podemos ser como uno de aquellos nueve leprosos que, habiéndoles curado Jesús de su enfermedad, no acudieron raudos a darle las gracias y a alabar, en su divina persona, a Dios.

Tenemos, por eso y en más ocasiones de las que eso debería pasar, un concepto de la Providencia de Dios que consiste en reclamarla cuando nos hemos olvidado de ella y nos sometemos, entonces sí, al juicio misericordioso y bueno del Padre.

Y, sin embargo, la Providencia de Dios no juega, como nosotros hacemos con ella, al gato y al ratón sino que siempre está presente en nuestra existencia. Providencia que es voluntad y querer del Creador que siempre tiene como destino a sus hijos, creados a su imagen y que nunca olvida la promesa de fidelidad que hace muchos siglos hizo con su pueblo.

Así, Providencia de Dios es la seguridad de saber que Nuestro Dios, que es Buen Pastor y siempre nos considera por encima de nuestras actuaciones y obras, provee, para nosotros, según sean las necesidades y que, si no obtenemos aquello que pedimos a lo mejor es porque no nos conviene. Sólo sabe, por eso mismo, qué es lo que nos corresponde en cada momento y, sin ser eso una merma de nuestra libertad, nos ofrece la posibilidad de sabernos protegidos por el Padre.

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26.11.12

Serie Huellas de Dios .-19.- Una gran lotería siendo Providencia de Dios

Por la libertad de Asia Bibi.

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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Ante las dificultades por las que pasamos y ante las asechanzas del Maligno, el propósito de mantener una serenidad espiritual no nos vendrá mal. Será, seguramente, un remedio bueno ante la desesperación
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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Ante las dificultades por las que pasamos y ante las asechanzas del Maligno, el propósito de mantener una serenidad espiritual no nos vendrá mal. Será, seguramente, un remedio bueno ante la desesperación

Y, ahora, el artículo de hoy.

Presentación de la serie

Huellas de Dios

Las personas que no creen en Dios e, incluso, las que creen pero tienen del Creador una visión alejada y muy distante de sus vidas, no tienen la impresión de que Quién los mira, ama y perdona, puede manifestarse de alguna forma en sus vidas.

Así, cuando el Amor de Dios lo entendemos como el actuar efectivo de quien no vemos puede llegar a parecernos que, en definitiva, poco importa lo que pueda hacer o decir Aquel que no vemos, tocamos o, simplemente, podemos sentir.

Actuar de tal manera de permanecer ciego ante lo que nos pasa y no posibilitar que Dios pueda ser, en efecto, alguien que, en diversos momentos de nuestra vida, pueda hacer acto de presencia de muchas maneras posibles.

En diversas ocasiones, por tanto, se producen inspiraciones del Espíritu Santo en nuestro corazón que muestran la presencia de Dios de forma firme y efectiva. Las mismas son, precisamente, “Huellas de Dios” en nuestras vidas porque, en realidad, nosotros somos su semejanza y, como tal, deberíamos encontrar a nuestro Creador, sencillamente, en todas partes.

No es algo dado a personas muy cualificadas en lo espiritual sino posibilidad abierta a cada uno de nosotros. Por eso no podemos hacer como si Dios estuviera en su reino mirando a su descendencia sin hacer nada porque cada día, a nuestro alrededor y, más cerca aún, en nosotros mismos, se manifiesta y hace efectiva su paternidad.

Las huellas de Dios son, por eso mismo, formas y maneras de hacer cumplir, en nosotros, la voluntad de Creador que, así, nos conforma para que seamos semejanza suya y, en efecto, lo seamos porque, como ya dejó escrito San Juan, en su primera Epístola (3, 1) es bien cierto que, a pesar de los intentos de evadirse de la filiación divina, no podemos preterirla y, como mucho, miramos para otro lado porque no es de nuestro egoísta gusto cumplir lo que Dios quiere que cumplamos.

Sin embargo, el Creador no ceja en su voluntad de llamarnos y sus huellas brillan en nuestro corazón siendo, en él, la siembra que más fruto produce.

19.-Una gran lotería siendo Providencia de Dios

Sabemos que a lo largo del mundo existen multitud de formas de tentar a la suerte y de tratar de hacerla compañera de la avidez del ser humano. Sin embargo, hay algo que, siendo mucho más importante, ya nos fue concedido hace mucho tiempo y que no tenemos que buscarlo porque lo tenemos desde nuestra misma concepción: el Amor de Dios.

Cuando el Padre creó al ser humano dijo aquello muy conocido de que “era muy bueno” lo que había hecho. Luego, el mismo Génesis llevó a cabo el primer “envío”: “creced y multiplicaos” fue lo que dijo.

Desde entonces los hijos de Dios estamos dotados de unas grandes posibilidades de desarrollo que, con el uso de la inteligencia, nos han llevado a lo que hoy día somos.

Pero sobre todas las cosas de las que podemos gozar una hay que no deberíamos olvidar y que ya ha sido mencionada arriba: el Amor de Dios.

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25.11.12

La Palabra del Domingo .- 25 de noviembre de 2012

Por la libertad de Asia Bibi.

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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Fe, Esperanza, Caridad. Como virtudes cristianas debemos tenerlas como propósitos en nuestra vida. ¡Y cumplir, cada una, en la medida que nos corresponda!

Y, ahora, el artículo de hoy.

Jn 18, 33b-37

Biblia

33 Entonces Pilato entró de nuevo al pretorio y llamó a Jesús y le dijo: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» 34 Respondió Jesús: «¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de mí?» 35 Pilato respondió: «¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?» 36 Respondió Jesús: «Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero mi Reino no es de aquí.» 37 Entonces Pilato le dijo: «¿Luego tú eres Rey?» Respondió Jesús: «Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para est he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.»

COMENTARIO

La Verdad

Aunque este texto corresponda, como es sabido, a lo sucedido en el palacio de Pilato, en un momento muy concreto y conocido de la vida de Jesucristo, sin embargo vale también, como todos los evangelios, para plantear una cuestión de importancia. En este caso este diálogo entre Jesús y el romano, preludio del sufrimiento que la flagelación infligió en el cuerpo de Cristo, es buen ejemplo de que los textos sagrados valen siempre y siempre nos ilumina, de que no son algo pasado, de que ahora, ahora mismo, son nuestro faro.

En cuanto al poder, a poderes, Pilato, como no se podía esperar otra cosa, se comporta como hombre, pegado al siglo. Tiene interés en saber si Jesús es Rey. También preguntará, aunque ahora no, qué es la Verdad. Está claro que el sentido utilitario, meramente subjetivista del Gobernador romano, le dificultaba entender que existiera algo que fuera exacto, firme, Verdad.

Parece que Jesús pregunta si lo que le dice Pilato es responsabilidad suya o es de alguien distinto, refiriéndose, claro, a los judíos (a otros judíos, pues Jesús también lo era); lo que le dice de su reinado, quiero decir. Bien sabía Jesús a quien se refería, pero daba la oportunidad a Pilato de pronunciarse. A pesar de esto, aún le da la oportunidad, valga la redundancia, ahora de aquel a Jesús, de decirle que qué había hecho, si había hecho algo para que los suyos le hubiesen entregado. Pretendía, seguramente, exculparlo si le decía lo que él quería oír, aún sin saber qué era lo que podría decirle, pues en cuestiones religiosas judías no era, digamos, muy ducho. Y, seguramente, le importaban muy poco.

Pero Jesús sabe que es Rey de un Reino, de un reino al que muchos esperan llegar desde hace muchos siglos pero que por desgracia y de forma equivocada, al tergiversar la voluntad de Dios, no llegan.

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24.11.12

Serie Pensamientos de vida sobrenatural - 28.- La importancia de lo ordinario

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Ver, en los demás, a hermanos que caminan, con nosotros, en peregrinación, hacia el definitivo reino de Dios, es un buen propósito para no caer en egoísmos que lastren nuestro paso

Y, ahora, el artículo de hoy.

Presentación de la serie

Pensamientos de vida sobrenatural

Tomás de Kempis, dice refiriéndose a Jesús que “’El que me sigue no va a oscuras’, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo y con ellas nos enseña a imitar su vida y sus virtudes si queremos gozar de la luz verdadera, y librarnos de la ceguera del alma”.

No puede ser mejor explicado, en esencia, el comportamiento que debe expresar, con su vida, un discípulo del Hijo de Dios y resulta difícil, por eso mismo, decir más cosas con menos palabras.

Tal forma de demostrar que la Fe puede ser difundida, evangelizando con ella, es la que también siguió S. Josemaría en libros suyos como Camino, Forja o Surco que representan, para un creyente en el Dios Único y Omnipotente, una forma de demostrar que se cree porque se sabe lo que se cree.

El aforismo, por eso, es una fórmula comprimida de definir pensamientos, en este caso religiosos, que cada cual llevamos dentro y que, saliendo al exterior desde el corazón, puede servir para encauzar más de una situación que damos por perdida por las asechanzas del mundo o, simplemente, por nuestra mala cabeza mundana.

Por eso mismo, cuando manifestamos por escrito lo que tenemos como cierto para nuestro interior y, así, para nuestro corazón, no hacemos más que tratar de hacer ver que si del mismo habla la boca es de desear que hable bien del lugar donde, por tradición, se ha considerado que actúa el Espíritu de Dios y donde está su Templo.

Lo que podemos decir en pocas palabras a lo mejor es preferible que no se diga de forma extensa. Se entiende mejor lo que se pretende transmitir si no hay exceso de sílabas que, en muchas ocasiones, deforman una verdad espiritual y, en cierta manera, pervierten en esencial sentido que le queríamos dar.

Es, por otra parte, lo que de nuestra vida sobrenatural, llevaba y traída por el deambular de la existencia y conciencia que nos conducen hacia el definitivo reino de Dios, extraemos lo que nos ofrece unas frases que pretenden hacer real la voluntad de quien siente que su fidelidad a Dios puede ser imitada, puesta en práctica particular, como máxima expresión de una comunión vital y de fe.

Así, los “Pensamientos de vida sobrenatural” son una aproximación a la vivencia de la fe y un intento de plasmar, por la vía del mensaje escueto, lo que un alma puede sentir y expresar para obviar la tribulación por la que esté pasando o, a lo mejor, creyendo que pasa.

Cada cual, por supuesto, puede hacer con ellos lo que tenga por conveniente y, si eso surge, añadir los que crea oportunos porque, es bien cierto, que si Dios lo es personal para cada uno de nosotros, no está mal, de vez en cuando, compartir lo que su Espíritu nos ha sugerido. De todas formas, bien sabemos que no podemos ocultar la luz, aunque sea escasa, bajo el celemín.

28.- La importancia de lo ordinario

Los cristianos estamos en el mundo y, por eso mismo, debemos tener en cuenta que nuestra fe también cuenta para nuestra existencia común. Por eso, lo ordinario, lo que de común nos pasa ha de estar “tocado” por la fe en Dios y en el cumplimiento de su voluntad.

Y lo que a continuación traigo es lo que, para este católico, supone saber que es muy importante lo que, en principio, puede no parecerlo.

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23.11.12

Eppur si muove - ¿Es un cuento el infierno?

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Para propósito bueno y benéfico para nuestra fe el que consiste en no olvidar de Quien somos hijos y a Quien nos debemos. Si lo consideras de tal forma podrás decir, con franqueza, que eres semejanza de Dios.

Y, ahora, el artículo de hoy.

Infierno eterno

Algún iluminado progre le ha dado por decir y sostener algo que, en sí mismo, puede que no haga daño a nosotros, los pequeños en la fe. Sin embargo, aún siendo pequeños y con mucho por aprender nos extraña que se digan según qué cosas.

Por ejemplo, tenemos como cierto, que el infierno existe como existe el cielo y el purgatorio. Sin embargo, algún iluminado progre sostiene y mantiene que eso del infierno eterno es, en realidad, un cuento. Vamos, que ni es cierto ni espera que lo sea.

Tiene poca gracia que el iluminado de marras sea, o al menos lo sostenga, que es católico. Y digo que tiene poca gracia porque difícilmente se puede sostener una cosa, que se es católico, y la contraria, que no existe el castigo eterno. Y, sin embargo, hay algún iluminado que cree que es posible estar en misa y repicando o que se puede tener el don de la ubicuidad filosófica.

Pues para tal católico, y para los que están de acuerdo con el mismo, demasiado acostumbrado a creerse sus “gracias” espirituales, va esto y lo que sigue. Está escrito en el Catecismo de la Iglesia Católica. En concreto en la Primera parte, referida a la Profesión de fe (o sea, El Credo que tanto desprecia este creyente), en la segunda sección referida a la profesión de la Fe cristiana y, dentro de la misma, corresponden estos números al Capítulo Tercero, relativo, precisamente, al Espíritu Santo y dentro de tal apartado el referido a la vida eterna.

Peca, quien dice que no existe el infierno eterno, contra la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Y, por si se le ha olvidado al creyente aquí traído, esto lo dijo Jesucristo (Mc 3,29):

“Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno”

Esto lo digo para que lo tenga en cuenta y no vaya escribiendo, por ejemplo, que nuestros pecados son limitados” como si se pudiera decir, por ejemplo, que el pecado contra el Espíritu Santo pues, a lo mejor, no es tan grave, que es limitado. Y no lo es porque lo dice bien claramente el Mesías, Hijo de Dios.

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