La Palabra del Domingo .- 2 de diciembre de 2012
Por la libertad de Asia Bibi.
…………………
Por el respeto a la libertad religiosa.
……………………..
Enlace a Libros y otros textos.
……………………..
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Cada vez que recordamos el nacimiento del Hijo de Dios nos decimos, a nosotros mismos, que vamos a procurar cumplir la voluntad del Creador.
Y, ahora, el artículo de hoy.
Lc 21, 25-28. 34-36
25 «Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, 26 muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. 27 Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. 28 Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación.» 34 «Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, 35 como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. 36 Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre.»
COMENTARIO
Viene Cristo
Cuando empieza el Adviento nos vienen a la memoria muchas realidades espirituales que, por su importancia, no podemos olvidar o tener como no sucedidas. Dios viene al mundo hecho hombre y, para celebrar tan magno acontecimiento, nos preparamos con alguna antelación.
Cualquiera que lea el texto del evangelista San Lucas que ilustra este Primer Domingo de Adviento, puede pensar que no se refiere, el mismo, a la venida primera de Cristo sino, más bien, a su segunda venida, en su Parusía. Y, seguramente, está en lo cierto. Sin embargo, deberíamos tener más en cuenta de lo que lo solemos tener que Jesucristo nace cada día en nuestros corazones y que el fin nuestro es alcanzar la vida eterna. Para eso, para tan anhelado momento, debemos prepararnos adecuadamente. Y San Lucas nos dice, exactamente, cómo.