Alexia, la película, o el sentido sobrenatural del dolor

Jesús, que yo haga siempre lo que tú quieras

Alexia

Lo bueno de los beatos y los santos de nuestra época es que tenemos muchas pruebas de lo que fueron y de lo que hicieron. No tenemos, por eso, que limitarnos a lo que antiguas actas nos digan que determinados testigos vieron hacer esto o lo otro a tal o cual persona y que, luego, otros hechos extraordinarios determinaron su subida a los altares.

No. Ahora mismo, gracias a Dios y a la inteligencia que donó al ser humano, tenemos medios suficientes como para, digamos, palpar la vida de cualquiera. Eso pasa, por ejemplo, con Alexia González Barros, joven que, tras pasar por una grave enfermedad falleció el 5 de diciembre de 1985, con catorce años, y de la cual la Iglesia católica tiene abierta una causa de beatificación (abierta el 30 de junio de 1994 y habiendo consignado, el 11 de mayo de 2000, en la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos la Positio super virtutibus), pues su fama de santidad ha ido creciendo con el paso de los años.

La jaculatoria que arriba viene puesta es la que salió del corazón de Alexia cuando, ante las dificultades físicas por las que pasaba, se entregó, en cuerpo y alma, a la voluntad de Dios.

Pues bien, el pasado viernes, 13 de mayo, se estrenó el documental “Alexia” que es, por decirlo así, la verdadera narración de la vida de una joven que mostró cómo puede sufrir una enfermedad un hijo de Dios.

Película Alexia

Las personas que conocieron a Alexia la tenían por una joven común en cuanto a las personas de su edad pero bastante extraordinaria en cuanto a lo que una persona puede hacer ante una enfermedad y donde se puede demostrar que el sufrimiento también puede ser cauce de gozo espiritual y de santificación de la vida ordinaria.

Pero lo mejor será que una persona que estuvo en contacto con ella en los momentos más difíciles de su enfermedad, nos ofrezca sus impresiones.

El capellán de la Clínica Universitaria de Navarra, Miguel Ángel Monge atendió a Alexia en la Clínica Universitaria de Navarra, desde su llegada a aquel centro hospitalario hasta su fallecimiento nos deja el siguiente testimonio:

Mi primer encuentro con Alexia tuvo lugar el 13 de junio de 1985, al día siguiente de su ingreso en la Clínica Universitaria de Navarra, de la que soy capellán desde 1982.

Desde aquel día, surgió un trato muy cordial con Alexia y con toda su familia, favorecido, entre otras cosas, porque años antes, en Madrid, ya había conocido y tratado a sus hermanos.

El hecho es que rápidamente hice una gran amistad con la familia González-Barros, que los acontecimientos no han hecho más que acrecentar.

Como capellán tuve la oportunidad, y la fortuna, de visitar a Alexia casi todos los días de su larga enfermedad, hasta que murió el 5 de diciembre de 1985.

Me cupo incluso, el doloroso pero gratísimo deber de celebrar en el velatorio la primera misa por su eterno descanso.

A lo largo de esos seis meses de estancia en Pamplona pude apreciar muchas veces la grandeza de su alma. Por eso me animé a escribir un libro.

¿Qué es lo que más me llamó la atención de su vida?

Alexia dejó en todos los que la tratamos un extraordinario ejemplo de virtud, de heroica aceptación de la enfermedad. Pero antes -para que nadie la considere una criatura extraordinaria, ajena a este mundo-, tengo que decir que era una muchacha sencilla, normal, muy de nuestro tiempo.

Le encantaba leer, escuchar música, vestir bien; e incluso le había gustado un chico con el que se cruzaba durante las vacaciones de verano…

Pero en esa cría normal -con la ayuda de una familia que vive coherentemente su fe cristiana- Dios empieza a actuar desde muy pronto.

A los seis o siete años, cuando hace la genuflexión ante el santísimo, ya le dice al Señor: “Jesús, que yo haga siempre lo que Tú quieras", y cuando llega la enfermedad -una enfermedad dura, con un calvario de sufrimientos- Alexia sabe aceptar plenamente la voluntad de Dios.

No protesta ni se rebela. Por el contrario, ofrece desde el primer momento, con serenidad y alegría, el largo rosario de dolores y limitaciones que la acompañan a lo largo de toda la enfermedad.

Los médicos y enfermeras que la tratan ven en ella -en su aparente fragilidad- una respuesta serena ante el dolor: no se queja, no grita, no llora…

A mí me llamó siempre la atención la constante preocupación de Alexia por los demás: los otros niños enfermos, por las personas que la trataban: médicos, enfermeras, camilleros, auxiliares, etc.

Para todos tiene detalles de cariño y cuando no está destrozada por los efectos de la quimioterapia- a su habitación acuden los niños ingresados buscando su dulce sonrisa.

Un día que me ofreció un bombón, le comenté que me gustaban más los caramelos. Desde entonces, después de cada visita, me recordaba:

- Don Miguel Ángel, no se olvide de coger un caramelo…

Aceptación serena del dolor y constante preocupación por los demás: son las dos cosas que siempre recordaré del ejemplo de Alexia, que me ha servido muchas veces para tratar de ayudar a otros enfermos.”

Por otra parte, al tratarse, éste, de un tema espiritual y lleno de esperanza para el cristiano, la siguiente oración es, digamos, la oración de Alexia:

Dios de piedad y misericordia
que derramaste sobre tu sierva Alexia
gracias abundantísimas
para que, viviendo con fe y sencillez
los acontecimientos de cada día
te siguiera alegremente por el camino de la Cruz,

haz que por su mediación viva yo,
abandonado en tus paternales brazos,
la grandeza de las cosas pequeñas,
haciéndose realidad
también en mí, y en los demás,
la súplica que, desde niña, suscitaste en su alma:
¡Jesús, que yo haga siempre lo que Tú quieras!

Dígnate glorificar a tu sierva Alexia
y concédeme, por su intercesión,
el favor que te pido.

(Pídase)

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

Y que así sea, siempre porque así son los santos.

¡Alabado sea Dios que suscita, entre nosotros, testigos como Alexia!

Eleuterio Fernández Guzmán

…………………………….
Para el Evangelio de cada día.
…………………………….

InfoCatólica necesita vuestra ayuda.

Escucha a tu corazón de hijo de Dios y piedra viva de la Santa Madre Iglesia y pincha aquí abajo:


Y da el siguiente paso. Recuerda que “Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,7), y haz click aquí.

12 comentarios

  
Johan Liebhart
Lo bueno de los beatos y los santos de nuestra época es que tenemos muchas pruebas de lo que fueron y de lo que hicieron
Por ese razonamiento JP II no debería haber sido declarado santo.


---
EFG


Pues por eso, exactamente por eso, es beato y, seguro, pronto, santo.
16/05/11 9:02 AM
  
Johan Liebhart
No creo que una persona que descaradamente ha protegido a pedófilos y encima los ha tratado de tu a tu, ni una persona que ha sido capaz de darle la comunión a un asesino como Pinochet tenga la calidad humana ni de ser beato ni santo.


---
EFG



Si alguna vez de algún amigo suyo se descubre, por ejemplo, que era un pedófilo (o un ladrón) ¿Acaso de Ud. se podría decir que lo protegía?

Y, por otra parte, el beato Juan Pablo II tuvo que hacer muchas cosas con muchas personas que, a lo mejor, no eran de su gusto. Mire, por ejemplo, cuando acudió a Cuba y tuvo que dar la mano a un asesino tan asesino y dictador como el buitre de Fidel Castro. Pero, para eso es necesario saber comportarse como le corresponde a cada uno.
16/05/11 10:15 AM
  
Johan Liebhart
Si alguna vez de algún amigo suyo se descubre, por ejemplo, que era un pedófilo (o un ladrón)
Juan Pablo II sabía de todos sus actos tanto de Maciel como de Pinochet, Eleuterio.
Si aun sabiendo que un amigo mio está cometiendo delitos y me callo soy tan culpable como el por encubridor.
Mire, por ejemplo, cuando acudió a Cuba y tuvo que dar la mano a un asesino tan asesino y dictador como el buitre de Fidel Castro
Pues tambien abrazó y le dio la comunión a un asesino tan católico como Augusto Pinochet.
16/05/11 11:09 AM
  
Johan Liebhart
http://www.radialistas.net/imagenes/noticias/1000308b.jpg
http://www.aporrea.org/imagenes/gente/juan_pablo_ii_y_su_amigo_pinochet.jpg


---
EFG


Ya ha quedado claro que tiene Ud. la intención de desacreditar al beato Juan Pablo II. Sin embargo, el artículo de hoy no trata, precisamente de eso.

De todas formas, aquí da Ud. en hueso, como supongo sabrá.
16/05/11 12:43 PM
  
Johan Liebhart
Tan solo estoy predicando lo que Jesucristo dijo, la Verdad os hará libres.
Siento incomodarte Eleuterio, pero no puedo permanecer callado ante semejante injusticia.
16/05/11 1:28 PM
  
Johan Liebhart
que una persona puede hacer ante una enfermedad y donde se puede demostrar que el sufrimiento también puede ser cauce de gozo
Decir que una niña era masoquista...me parece realmente fuera de lugar.
Es extraño que esta historia haya pasado en un hospital del Opus y no en uno normalito y corriente de cualquier parte de España.....


---
EFG


Primero la incomprensión hacia el sentido del dolor; luego, los prejuicios sobre el Opus Dei.

Nada nuevo bajo el sol...
16/05/11 1:30 PM
  
Johan Liebhart
Primero la incomprensión hacia el sentido del dolor; luego, los prejuicios sobre el Opus Dei.
Estimado Eleuterio el dolor no sirve de nada, si quieres exaltarlo pues muy bien pero por favor, un niño jamás debería sufrir, y si sufre no es un gozo ni para el ni para creo yo que tu dios.
Ningún prejuicio contra el opus, un ejemplo muy claro, porque no se le aparece la virgen maría por ejemplo a un físico teórico como puede ser Stephen Hawking???
Pues esto es lo mismo, porque ese caso pasó precisamente en ese hospital y no en un hospital regentado por un gobierno socialista por ejemplo. Yo no tengo prejuicios, tu si los tienes, creyendo que todo lo que venga del Opus es bueno.


---
EFG


Negar que el sufrimiento es parte de la vida humana es de una solemne ceguera. Todo depende de cómo te lo tomes.


Y, por cierto, el otro día en Radio María el P. Manuel Carreira, S.J. le dio un buen repaso a Stephen Hawking. Vamos, que lo dejó para el arrastre. Si quiere Ud. la conferencia que dio y que pusieron sólo tiene que dirigirse a Radio María, pedir las del P. Carreira y, por lo menos, hacer un donativo que, además, puede desgrabar a Hacienda. !Qué más puede pedir: desmitificar a un mito como Hawking y echar una mano a Radio María!... demasiado para algunos corazones.

Y lo dicho no es ironía sino pura realidad.
16/05/11 1:50 PM
  
Johan Liebhart
Negar que el sufrimiento es parte de la vida humana es de una solemne ceguera. Todo depende de cómo te lo tomes
Disfrutar viendo como un menor sufre por una enfermedad me parece propio de perturbados.
Y, por cierto, el otro día en Radio María el P. Manuel Carreira, S.J. le dio un buen repaso a Stephen Hawking.
Que un teólogo intente vapulear a un físico como es Stephen Hawking...es como si un astrólogo intentara desmentir lo que un astrónomo ha demostrado.
Ya hago donaciones al teléfono de la esperanza al igual que participo en el como ayuda a las personas que lo necesitan, pero aun asi gracias por la invitación.


---
EFG


El caso es que el P. Manuel Carreira es, también, físico y, al parecer, no un físico cualquiera...
16/05/11 2:06 PM
  
Johan liebhart
Pues es verdad. Tendre que escuchar la entrvista.
16/05/11 2:24 PM
  
Johan Liebhart
por lo menos, hacer un donativo que, además, puede desgrabar a Hacienda
Como muy poco desgraVaré.....


---
EFG


Gracias por el aviso.
16/05/11 4:08 PM
  
Johan Liebhart
De nada hombre para eso estamos.
16/05/11 4:47 PM
  
Juan Carlos
Hawking se vapulea solo.Es patético ver a un ateo tratando de responder a preguntas filosóficas antiquísimas,¡cuando ellos mismos nos dicen que es una ciencia muerta!.

La brillantez intelectual no es garantía contra el error total.
17/05/11 1:32 AM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.