Eppur si muove - ¿Vale la pena defender la vida?

Por decirlo pronto, Dios se hizo hombre mediando la Encarnación y a tras el fiat de aquella joven, María, que quiso ser fiel a Dios y, sin entender exactamente cómo tendría un hijo sin haber conocido (sexualmente, se entiende) a un hombre le dijo al Ángel del Señor que era la esclava de Dios y que se hiciera según le había dicho aquel enviado del Creador.

Anunciación

Después, pues, de la Anunciación de Gabriel a María se encarnó el Verbo “para salvarnos reconciliándonos con Dios: ‘Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados’ (1 Jn 4, 10).’El Padre envió a su Hijo para ser salvador del mundo’ (1 Jn 4, 14). ‘El se manifestó para quitar los pecados’ (1 Jn 3, 5), según dice el Catecismo de la Iglesia Católica (457).

Y este misterio espiritual lo celebramos cada 25 de marzo por lo cual no es de extrañar que el mismo se celebre el Día de la Vida, pues fue la Vida misma la que vino a manifestarse entre nosotros.

“¿Vale la pena defender la vida?” es la pregunta que hacemos hoy en Eppur si muove porque parece que se trata de personas alejadas de la realidad las que pensamos que es importante decir un sí grande a la existencia humana y que entendemos que la misma abarca desde la concepción hasta la muerte natural.

Es así de sencillo y de fácil de entender: es vida desde que es vida y deja de ser vida desde que deje de serlo.

Hay varias iniciativas que demuestran que, en efecto, no nos equivocamos los que creemos que sí vale la pena defender la vida y defender a la vida. Es más, hacer otra cosa muestra, sobre todo, un alejamiento de la Verdad demasiado peligroso.

Día por la Vida

La propia de la Conferencia Episcopal Española que celebra el mismo día 25 la Jornada por la Vida y dice que “Siempre hay una razón para vivir” que expresa a la perfección lo que debe creer, pensar, defender y decir un católico que sepa que lo es y no quiera alejarse de su fe pero, sobre todo, del Amor de Dios que crea la vida no para que cualquiera pueda disponer de ella (ni siquiera la propia persona) sino para que sea respetada y deje de vivir, como suele decirse, “cuando Dios quiera” que es la mejor forma de decir lo que, en realidad, es.

Vale, pues, para la jerarquía católica española, la pena defender la vida.

Por otra parte, la llamada sociedad civil (si entendemos a la CEE por religiosa) no se puede quedar mirando para otro lado cuando está pasando lo que está pasando con el aborto, la eutanasia que viene (y en algunos casos se ha aplicado) y todos los atentados contra la vida de nuestros congéneres.

Sí a la vida

Por eso se ha convocado, bajo la denominación de “Día Internacional de la Vida 2011” una manifestación en Madrid para mañana sábado, 26 de marzo, a las 12 de la mañana que, saliendo en la Plaza de Cibeles recorrerá la distancia que hay entre la misma y la Puerta del Sol así como movilizaciones en el resto de la nación.

La organización ha elaborado un Manifiesto que dice lo que sigue:

El día 26 de marzo, la sociedad civil festeja un día de amor a la vida.

Las organizaciones defensoras de la vida y la familia se reúnen, en esta ocasión, a las 12 de la mañana, en un gran acto público, en Madrid, para celebrar juntas el Día Internacional de la Vida 2011.

En representación de millones de españoles queremos hacer un llamamiento a la sociedad para que se avive la conciencia del valor de toda vida humana y se exija su respeto y protección legal, desde la concepción hasta la muerte natural. Nos proponemos, en este acto, proclamar y festejar el don de la vida, como un derecho natural, primordial e innegociable de todo ser humano.

Pedimos, en primer lugar, a todas y cada una de las fuerzas políticas que incluyan en sus programas electorales el compromiso de defender la vida y cortar el paso a la cultura de la muerte, que se ha ido imponiendo en España en las últimas décadas.

En concreto, solicitamos la abolición de toda legislación permisiva del aborto y el rechazo a todas las iniciativas que facilitan la eutanasia y la manipulación de los embriones humanos, así como la exclusión, en nuestra sociedad, de cualquier forma de condescendencia con el terrorismo y el maltrato.

Apelamos a los medios de comunicación para que difundan una imagen positiva de la vida, de la maternidad y del embarazo.

Los Poderes Públicos, por su parte, deben ayudar a la mujer embarazada y establecer políticas activas de apoyo al nacimiento de nuevas vidas, que constituirán la mayor riqueza espiritual y material de España en el futuro.

Exigimos a las administraciones públicas dar especial protección a los discapacitados, ancianos y enfermos terminales, proporcionando medios para mejorar su calidad de vida, especialmente en sus últimos días y desarrollando los cuidados paliativos.

Pedimos que se respete el derecho a la objeción de conciencia y apoyamos a los profesionales de la salud que se niegan a colaborar con cualquier práctica que atenta contra la vida humana como el aborto y eutanasia. Respaldamos, con admiración, a las fuerzas del orden que combaten el terrorismo, los crímenes de sangre y el maltrato.

Los participantes en esta manifestación nos comprometemos a trabajar activamente por la defensa de la vida y de la familia, sea de forma individual o uniendo nuestras voces a las organizaciones que luchan por estos ideales.

Queda claro, por tanto, que para la sociedad civil también vale la pena defender la vida y que, por eso mismo, se va a manifestar, como ha hecho otros años, para que se sepa que no todo el mundo está de acuerdo con el asesinato que supone el aborto y con todo lo que cuelga en contra de la existencia humana.

¡Sí a la vida!

Eleuterio Fernández Guzmán

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Para el Evangelio de cada día.
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