11.12.21

La Palabra para el domingo - 12 de diciembre de 2021

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Como es obvio, hoy no es domingo 12 sino sábado, 11 de diciembre de 2021. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.”


Lucas 3, 10-18

 

“En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: —‘¿Entonces, qué hacemos?’ Él contestó:—‘El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo’.


Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron:


—‘Maestro, ¿qué hacemos nosotros?’ Él les contestó: —‘No exijáis más de lo establecido.’ Unos militares le preguntaron: —‘¿Qué hacemos nosotros?’


Él les contestó:—‘No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga.’ El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: —‘Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga.’


Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio.”

 


MEDITACIÓN

El anuncio que hace el Bautista


Como el Mal nunca descansa y como culminación de las maldades de Herodes, tetrarca de Galilea, éste, ante la acusación de Juan, hijo de Zacarías y de Isabel, sobre su ilícito matrimonio con Herodías, manda que lo prendan y sea encarcelado. Y lo hace porque, seguramente, no quería que su “honestidad” se viera comprometida por aquel hombre pobre y vestido con piel de camello que predicaba en el desierto.

Juan, antes de este terrible momento, como decimos, predica. Su predicación, continuación de su presentación al mundo, a su siglo, con ese “enderezad sus sendas” (se refiere a las del Señor) y la dura acusación a los hipócritas, a los que llama raza de víboras (Lc 3,7) tiene un sentido, que en este texto del evangelista médico de Pablo, doble, porque dos cosas nos quiere decir.

El profeta de lo ordinario 

Juan, el Bautista, en la primera parte de este discurso, justo antes de clarificar quién es él y, sobre todo, quién vendrá, da una explicación, ante las preguntas que le hacían, de cómo se debe actuar, de cuál ha de ser el comportamiento de sus discípulos porque no todo valía y, sobre todo, lo bueno debía ser conocido por aquellos que quisieran seguirlo. 

Era una pregunta muy genérica eso de “¿qué debemos hacer?”. Sin embargo, a esto Juan contesta de una forma muy específica. No se limita a dar un gran discurso moral que pudiera valer para todos, no hace que su predicación sea algo vacío sino que, al contrario, da a cada uno una respuesta porque cada hijo de Dios merece ser escuchado y, personalmente, atendido.


Juan, el Bautista, tenía, por así decirlo, respuestas para todos. Pero ¿qué quiere decir el primo de Jesús, por qué contesta así y no de otra forma?

Sabemos que, en nuestra vida, convivimos con personas diversas, distintas, con dignidad propia, que cada cual tiene unas relaciones particulares, un medio en el cual desarrolla su existencia. En esa vida, en ese convivir, en esos momentos en los que podemos manifestar un comportamiento que sea más o menos adecuado con lo que es un comportarse, después, y ahora, cristiano es cuando debemos hacerlo.

Para cada uno de los que le preguntan Juan tiene algo que decirle: para el que tiene dos túnicas, que reparta una, para el que tiene de comer, que reparta; también para quien sobre impuestos, que no abuse, etc. Esto lo dice como resultado, eso que ha de devenir, de esa conversión, decimos, de ese bautizo que él ofrece. Cabía, por lo tanto, un cambio de actitud donde, sobre todo, debía tenerse muy en cuenta la misericordia y el amor.  

Pero lo que resulta más importante, a nuestro entender, es que viene a decir que en cada circunstancia, en la de cada cual (porque cada uno le pregunta según lo suyo), en la vida ordinaria de cada quien, debemos llevar una conducta acorde con esa voluntad de Dios. Así, por ejemplo, nos preguntaremos antes de cada acción qué querría Dios que hiciéramos. Ese profeta, Juan, es, por eso, profeta de lo ordinario, pues en su boca, a través de ella, nos comunica el qué para cada cual, sin formulismos de carácter absoluto, pues es evidente que cada uno estamos en el siglo y somos, por eso, seculares, de una forma distinta.

Pero Juan, viendo que podrían, quizá, por sus palabras y sus hechos, confundirlo con quien tenía que venir, con el Cristo esperado por el pueblo de Israel, no tiene más remedio que pronunciarse al respecto. Era, además de profeta de lo ordinario, profeta de la Verdad que llegaba.

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8.12.21

¡Que no tiene pecado!

Esteban Bullrich в Twitter: "Feliz Día de la Inmaculada Concepción de la  Virgen María! Hoy armemos el arbolito!! https://t.co/wbXCwnS2Df" / Twitter

“¿Cuándo se ha oído jamás que un arquitecto se edifique una casa y la deje ocupar por su enemigo?”

San Cirilo

 

Para los que son duros de mollera,

para los que protestan y demás,

para los que ignoran lo que quiere

Dios eterno en su Verdad,

para todos los que ni creen,

ni asienten ni quieren aceptar,

para todos aquellos que conocen,

en el mundo su realidad

y equivocan su mirada,

vamos, que no se enteran de na.

Hubo quien no entendía,

siglos estos atrás,

algunos religiosos que lo eran

de verdad,

algunos que predicaban,

predicaban y predicarán,

que no entendían, suponemos,

o no querían comulgar

con ciertas ruedas, suponían,

de molino y demás.

  

Y un humilde franciscano,

seguramente iluminado

por el Espíritu que es Santo,

es de Dios y Verdad,

quiso explicarlo fácil,

para todos por igual.

  

El hombre que no entendía

ni como algunos querían

por derroteros andar

que no eran los del Padre

sino de los de despistar,

tuvo que haberlas con ellos

y ponérseles a explicar.

  

Aquel religioso humilde,

que creía de verdad

la posible actuación del Padre,

que era más que de esperar,

tuvo que defender con palabras,

santas y fuertes y más

que no había nada extraño,

que todo estaba en pensar

en lo que Dios podía anhelar.

  

Hubo quien no entendía

dónde quería llegar,

dónde estaba su camino,

qué quería demostrar.

  

Y ni perezoso ni corto,

raudo, libre, sagaz,

dijo el franciscano

ya por necesidad

todo bien resumido, corto

y sin alargar:

podía Dios hacer eso,

quiso su Palabra alcanzar

e hizo lo que era cierto,

pureza y hasta verdad,

¿Acaso iba a nacer Dios

de mujer empecatada?,

y ya lo dice San Cirilo

sobre el arquitecto y su obra,

que no es posible entender

y es hasta locura extrema

creer que el Creador de todo

pudiera soportar tal afrenta.

 

Y es Inmaculada María,

su Madre y la nuestra.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Quiso Dios que así fuera… y fue. 

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

6.12.21

Tiempo de Adviento – Ahora también conviene limpiar el corazón

Adviento 2021 - ACI Prensa

Para un creyente católico hay un tiempo, de los llamados “fuertes”, que es por excelencia el que está destinado a la limpieza del corazón y del alma. Y es que en Cuaresma, tiempo anterior a la Pascua y a la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, nos disponemos especialmente para ser, en eso, más puntuales que nunca pues estamos seguros de que recibir a Cristo, en un tal sentido queremos decir, como lo hacemos en la Semana Santa, siempre es mejor limpios de toda impureza. Y, bien sabiendo que no siempre vamos a ser capaces de ser absolutamente pulcros, en fin… la intención es ésa. 

Pues bien, también ahora, en este tiempo que también es “fuerte” como es el Adviento debemos limpiar el corazón. Y es que no es cosa extraña que así deba ser cuando ahora, precisamente ahora, es cuando esperamos que nazca Quien será el centro de nuestra limpieza espiritual luego, cuando se entregue y muera por nosotros. Y, en realidad, también conviene que ahora limpiemos el corazón

Es cierto y verdad que los “tiempos” espirituales son bien distintos pues en uno, en Cuaresma, da la impresión de que todo termina (cuando, en realidad, lo que pasa es que empieza) y en otro, así dicho, lo que pasa es que todo va a empezar con el nacimiento del Hijo de Dios. Sin embargo, hay algo que no debe cambiar: debemos recibir a Cristo limpios de corazón lo mismo que ha de estar el mismo limpio cuando sabemos que va a morir por cada uno de sus hermanos los hombres. Y sí, la verdad es que no es lo mismo una cosa como la otra pero lo que sí es lo mismo, o debería ser, es nuestra disposición espiritual.

El gran mensaje del segundo domingo de Adviento: "Preparad el camino del  Señor" - Chateando con Dios - COPE

Entonces… estamos convencidos de tener que limpiar el corazón. Y aún tenemos tiempo pues el acontecimiento de la primera epifanía del Hijo de Dios no será hasta dentro de más de dos semanas. Por tanto, no pretextemos que si esto o si lo otro… sino que apliquémonos a lo que nos corresponde hacer. 

Es cierto que cada cual sabe lo que ha de limpiar. Sin embargo, algunas limpiezas han de ser, por ejemplo: 

- De aquellas ansias de haber antes que las de ser,

 - de aquella voluntad llevada por la ira y no por la comprensión, 

- de no cumplir con los Mandamientos de Dios como debemos,

 - de no acercarnos a Dios con la oración,

 - de no ser capaces, casi siempre por cobardía, de transmitir la Buena Noticia,  

- de mirar al mundo no con ojos divinos sino excesivamente humanos, 

- de ser, demasiadas veces, políticamente correctos, 

- de aplicarnos, otras tantas veces, el respeto humano a lo que hacemos,

 - de mirar para otro lado cuando debemos escuchar los gemidos inefables del Espíritu Santo, 

- de no solicitar más veces el auxilio de nuestro Ángel Custodio, 

- de no querer limpiar, cuando corresponde, el alma, 

- de tener la memoria floja cuando se trata de lo que debemos ser en cuanto hijos de Dios, 

- de no querer llevar siempre nuestra cruz,

 - de no saber siempre dar las gracias ante los dones de Dios, 

- de, de, de…

En fin… como vemos, no es nada difícil que cada cual haga lo que deba de hacer en cuanto a qué es lo que ha de limpiar y cómo ha de ser tal limpieza. Y aquí, es cierto, entra en juego la lucha interior que debemos llevar, sí, contra nosotros mismo y nuestras tendencias, a veces, demasiados humanos y poco divinas… 

Catequesis de Galicia

En efecto, este tiempo en el estamos, que es tiempo de mucha y más esperanza dado lo que sabemos va a pasar, no podemos hacer otra cosa que no sea darnos cuenta, primero, de nuestros errores y, luego, tratar de mitigarlos si ya hemos caído en ellos. Y si esto no es cierto, que tire la primera piedra quien esté libre de pecado…

 

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Cristo, que está aquí, vuelve a venir…

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

4.12.21

La Palabra para el domingo - 5 de diciembre de 2021


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Como es obvio, hoy no es domingo 5 sino sábado, 4 de diciembre de 2021. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.”

Lc 3,1-6

 

“1 En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, y Herodes tetrarca de  Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias tetrarca de Abilene; 2 en el pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. 3 Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados,4 como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas; 5 todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto y las asperezas serán caminos llanos. 6 Y todos verán la salvación de Dios.”


COMENTARIO


Lo que dice el Bautista, Juan

Los datos lo dicen con toda claridad. En un momento determinado de la historia de la humanidad en el Imperio Romano a una persona muy concreta, un hijo, el hijo, de Zacarías e Isabel, Dios le dirigió la Palabra, Su Palabra. Había llegado el momento de que se manifestase, otra vez, al mundo, el Creador. Y Juan, aquel profeta que vivía el desierto, había sido la persona elegida para que, a través de su labor predicadora, se fuesen allanando los caminos del Señor.

Juan, como sabemos, era pariente muy cercano de Jesús. Primos segundos, para más señas. Y por sus venas corría sangre divina: en el caso de Jesús, por ser María su Madre y en el caso de Juan por haber querido Dios que naciese, de aquella mujer a la que llamaban estéril, el último profeta del Antiguo Testamento.

Y Juan había venido para anunciar al Cordero de Dios. y, para eso, tenía que decir lo que muchas personas no querían escuchar. Pero lo tenía que hacer… y lo hizo sin temor alguno a las consecuencias que eso pudiera acarrearle que, como sabemos, fueran bastante terribles.


Bautizaba

Juan utiliza el bautizo para perdonar los pecados. Lo hace en nombre de Dios mientras que Jesús lo hace en nombre de sí mismo que es Dios hecho hombre. Perdonaba para que se siguiera una nueva vida y se olvidara la anterior que fuera pecadora. Y lo hacía con agua, en el agua del Jordán.


Era la voz que clama en el desierto


Juan el Bautista clamaba en el desierto. No era, sin embargo, un desierto sólo físico sino también espiritual porque es lo cierto que el pueblo elegido había abandonado mucho la voluntad de Dios y que necesitaba restaurar un corazón limpio y puro. Y para eso había sido llamado aquel joven.


Juan anuncia

 

Lo que aquel profeta dice a quien lo quiera escuchar es muy importante: hay que enderezar lo que se ha torcido porque lo torcido no lo quiere Dios; lo malo será transformado en bueno por la mano del Creador y todo aquello que se había trastornado será puesto en su recta forma de ser. El Creador, a través de Juan, el Bautista, anuncia lo que es mejor para aquellos otros nosotros y, así, para nosotros mismos.


Una meta muy deseada


El final de lo que sería aquella predicación: el final para quien cree en Dios y tiene intención de permanecer, para siempre, siempre, siempre, ante la Visión Beatífica y gozar de la eterna Bienaventuranza, es claro: salvación alcanzada por medio de Aquel que había venido y a quien, pronto, el Bautista, llamaría Cordero de Dios y a Quien, como sabemos, muchos acabaron siguiendo.


PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren enderezar su vida para dar gloria a Dios.


Roguemos al Señor

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no sienten la necesidad de salvarse.
Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a escuchar muy atentamente las palabras de tu profeta.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

   

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

29.11.21

Tiempo de Adviento – Un nuevo Adviento

Adviento 2021 - ACI Prensa

Como todo católico sabe, hay tiempos llamados “fuertes” que, a lo largo del año espiritual, van trazando un camino que, por mucho que se repita desde hace más de dos mil años, no por eso deja de ser importante ni repetirlo resulta aburrido. Y quien eso piense ya puede dejar de decir que tiene que ver con Dios y que es hijo suyo. 

Pues bien, el que esto escribe tiene, por necesidad o por incapacidad mayor, a bien escribir trazando una serie de temas a los que dedica su tiempo. Ahora, por ejemplo, todo está centrado en el Beato Lolo, Manuel Lozano Garrido y el simpar católico J.R.R. Tolkien. Y así lo hacemos todas las semanas. 

Sin embargo, atendiendo a lo primero que hemos dicho supra estamos más que seguros que ninguno de los aludidos en el párrafo anterior van a oponer objeción alguna a que dediquemos el tiempo de Adviento a escribir, precisamente, sobre los temas que sugieren en mismo y, como es de imaginar, hacer resaltar algunas fechas que son, para la fe de un católico, importantes. 

Y bien, todo esto no es más que una pequeña introducción-explicación de lo que, a partir de hoy, 29 de noviembre, a la sazón primer lunes desde que ayer diera comienzo el Adviento, será este espacio propio que dimos en llamar “Mera defensa de la fe” pues esto es, exactamente, eso. De todas formas tengo que decir que se han incorporado dos artículos sobre Tolkien a lo largo del mes de diciembre… pues son cosas que a veces pasan… 

 

Un nuevo Adviento

Adviento 2021: qué día comienza, qué se necesita para hacer una corona y  qué hacer cada domingo | Navidad | nnda nnni | RESPUESTAS | MAG.

Pues sí, otra dichosa y gozosa vez ha llegado este tiempo de Adviento. Y es dichosa y gozosa porque otra vez Dios nos da la oportunidad (una más) de poder reconciliarnos con todo lo que supone creer en que existe el Todopoderoso y que, un día de los llamados últimos tiempos, envió a su Único Hijo engendrado y no creado al mundo para que el mundo se salvase. Y eso sucedió en un momento determinado de la historia y en un día concreto que, si bien a lo mejor no es exactamente el que se celebra lo bien cierto es que un día tuvo que ser… y fue. 

El caso es que Cristo siempre viene. Y eso debe ser por algo tan importante como para que no olvidarlo: viene porque nos ama y quiere que nos salvemos. Así de sencillo y así de, a veces, de difícil de entender por cómo somos. 

Nosotros creemos que el hecho de que Jesucristo vuelva a nacer y eso lo recordemos no sólo tal día sino que unas cuantas semanas antes vayamos preparando el corazón para tal momento y que debe ser algo así como la preparación del mismo que hacemos en Cuaresma (como fin de este principio al que ahora dedicamos esto) es algo más que importante. Y es que nos cuesta tanto darnos cuenta de quiénes somos y Quién es nuestro hermano que cada año se nos tiene que recordar que se encarnó, creció en el vientre de su Madre y luego, como es lo normal en el ser humano, vino al mundo y vio la luz en aquella primera Epifanía que fue, sin duda, su mirar lo que había a su alrededor con sus ojos de recién nacido. 

De todas formas, también es verdad que siempre viene Quien es necesitado. Por eso, admiramos hasta el extremo la santísima Voluntad de Dios que ha querido que nosotros, sus hijos creados, miremos hacia la noche de Belén (que también volverá a venir), desde la distancia de los días (escasos es cierto) y veamos que cuando nazca aquel Niño (tan especial que unos reyes se le postraron y adoraron) se habrá hecho persona el Espíritu Santo de Dios y Dios se habrá hecho hombre. Y nosotros, que otro año habremos empezado el Adviento sabremos que todo está más que bien hecho y mejor pensado por Quien, pudiendo hacer otra cosa, esto hizo

Catequesis de Galicia

Ciertamente, este tiempo, estos días y semanas hasta que llegue la Nochebuena y se perfeccione todo en la Navidad, ha de ser también de preparación, como hemos dicho arriba. Y es que nosotros no somos unos seres humanos sin raíz y sin meta sino que sabemos que la primera es Cristo, origen de nuestra fe católica y la segunda es el definitivo Reino de Dios, llamado Cielo a mejor palabra para definir lo que dura para siempre, siempre, siempre, como diría Santa Teresa de, precisamente, la vida eterna. 

Debemos, por tanto, no confiar tanto en nuestras posibilidades sino darnos cuenta de que nada somos ni frente a Dios ni sin Dios. Por eso debemos echar mano abundante de ese hilo que nos une, fino pero hasta irrompible si queremos, al Todopoderoso: la oración. Y debemos dar gracias, primero y, luego, pedir lo que sea importante para nosotros ahora mismo, cuando estamos esperando que nazca Quien todo lo va a dar por nosotros. Y eso bien que lo sabemos.

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Cristo, que está aquí, vuelve a venir…

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

 

 

27.11.21

La Palabra para el domingo – 28 de noviembre de 2021

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Como es obvio, hoy no es domingo 28 sino sábado, 27 de noviembre de 2021. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.”

 

 

Lc 21, 25-28. 34-36

“25 ‘Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, 26 muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. 27 Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. 28 Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrar ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación.”


34 Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, 35 como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. 36 Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre.”

 


COMENTARIO

Un claro aviso de Cristo y un consejo

 


Dar comienzo un nuevo tiempo de Adviento ha de suponer, para los hijos de Dios, algo así como un saber dónde nos encontramos en el camino que nos lleva al definitivo Reino de Dios. Y, para eso, ya tenemos a nuestro hermano Jesús que nos dice, exactamente, qué va a pasar. 

Sin embargo, no nos deja así, digamos, con el corazón en un puño o con un miedo inconmensurable sino que pone sobre la mesa lo que debemos hacer. Y es que el Hijo de Dios sólo quiere, para nosotros, lo mejor. 

En primer lugar, podemos decir que el panorama que nos muestra Jesucristo no es nada alentador, así en principio.

Nosotros sabemos, adelantándonos al final del grupo de versículos del Evangelio se San Lucas que el Calendario Litúrgico nos pone como los propios del día, que está hablando Cristo de su segunda venida al mundo, en su Parusía.

Lo que aquí pasa es que nos advierte, clara pero misteriosamente, de lo que va a pasar entonces.

Todo lo que anuncia Jesucristo está dicho. Por tanto, como la Palabra de Dios nunca va a pasar y siempre es cierta y verdadera, no podemos hacer con esto como si no tuviera importancia o, peor aún, no nos concerniese a nosotros. Al contrario de la verdad: tiene mucha importancia y estamos totalmente dentro de la eficacia de tales palabras, de la Palabra de Dios.

Decimos que el panorama no es nada bueno. ¿Y es que puede ser que vaya a pasar, porque pasará, todo lo que dice Cristo que va a pasar y no nos sintamos terriblemente afectados?

Pueda haber quien crea eso de que “bueno, aún queda mucho para eso”. Y, a lo mejor, es verdad. Pero, a lo mejor, no lo es y mañana mismo todo eso sucede. Y es que sólo Dios sabe el día y la hora en la que regresará su Hijo al mundo. Por eso lo que viene después es tan importante.

Pero, antes de seguir con lo que viene después y que es un gran consejo de parte de Cristo, digamos que en efecto, que sí, que cuando se produzcan los acontecimientos que se han de producir, previos a la vuelta del Hijo de Dios al mundo, no debemos desalentarnos sino todo lo contrario. Y tal es así la cosa porque sólo entonces sabremos que todo se va a cumplir y nuestra definitiva salvación se hará efectiva.

Pues bien. Decimos arriba que Jesucristo nos aconseja. Y no es poco lo que nos dice. Y nos lo dice para nuestro bien aunque a nosotros, a lo mejor, no nos parezca que sea bueno eso que nos dice…

Veamos.Digamos, antes que nada, que todo lo aquí dicho, en segundo lugar después del texto puramente apocalíptico, está dicho porque Jesucristo quiere que nos salvemos. Y por eso nos habla de todo lo que no debemos hacer para, claro, hacer lo contrario.

Nos dice, por ejemplo, que no nos dejemos dominar por los gozos puramente mundanos. No llevan a nada que no sea al Infierno. Por eso nos recomienda Jesucristo que los sigamos como si fueran nuestros diosecillos particulares. No. Debemos darles la espalda aunque eso suponga un hacer de menos nuestra voluntad carnal…

En realidad, todo esto se centra en algo que no siempre tenemos en cuenta: debemos estar, permanecer en vela.

La “vela” es un, digamos, estar siempre preparados. Y lo debemos estar porque, como decimos arriba, no sabemos cuándo ha de volver, de nuevo, el Hijo del hombre, Cristo. 

¿Cómo, de todas formas, debemos velar?

Sencilla es la respuesta: con la oración, orando y, suponemos, pidiendo a Dios, como suele decirse, que “nos coja confesados” en el momento en el que crea oportuno volver a enviar al mundo a su Hijo para que juzgue a vivos y a muertos. Y es que entonces, cuando eso suceda, no vendrá como la primera vez a decir que el Reino de Dios es posible, que se puede alcanzar sino que será para hacer efectivo el mismo con toda su crudeza y realidad espiritual y real.


Dice Jesucristo que quiere que podamos estar “en pie delante del Hijo del hombre”. Y es que quiere que podamos estar así, en pie, porque no hayamos caído en el abismo del que tanto habla el salmista y, sobre todo, porque podamos mirarlo a los ojos diciéndole que hemos cumplido con Su Voluntad y que tenemos el alma limpia. Y sólo así podremos permanecer en pie porque sólo así merecemos permanecer en pie. Y no de otra manera.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

   

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

24.11.21

Ventana a la Tierra Media – Cuando la fe de Tolkien importa

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Francamente tengo que decir que, hasta ahora, no se había suscitado, en el que esto escribe, el tema de la fe J.R.R. Tolkien, así, digamos, en concreto, para escribir algunas de las cuatro letras que junto cada semana y ponerlas a disposición de quien se quiera acerca a ellas. 

En realidad, hay temas sobre los cuales, por su obviedad, diera la impresión de que no hace falta escribir pero, a lo que parece, esta es una forma de discurrir equivocada pues hay personas que tienen a bien molestarse por algo tan evidente como es que la fe católica del profesor de Oxford. 

¡Acabáramos! Ahora resulta que puede ser, o es, un problema que aquella persona que iba a misa suponemos que más veces de las que, por ejemplo el que esto escribe, va, tenía problema con eso de ser católico y que en sus escritos pueda llegar a reflejarse eso; ahora resulta que no puede leerse una obra suya porque el buen hombre creía en Dios y ahora esto lo quieren poner algo así como pasado de moda y tergiversar las cosas a su gusto y manera, de forma políticamente correcta y con todo el respeto humano que requiera la cosa… 

El caso es que, para desgracia de muchos (y gracia de otros) nuestro autor era católico de pies a cabeza y, gracias a Dios, abandonó la fe que, para su bien, nunca llegó a tener y se acogió a la única Iglesia verdadera que hay, llamada católica. Y eso se lo debemos a su madre que, a la antigua usanza de conversiones de familias completas (eso se puede leer en la Sagrada Escritura) hizo lo propio a partir de ella misma con sus hijos y no dejó, como suele ser habitual hoy día, a ver cuando “sean mayores” qué deciden una vez hayan sido convenientemente bombardeados por el mundo y sus mundanidades, ultrajados sus corazones con todas las abyecciones de que puede ser capaz hoy día cualquiera que no tenga defensa espiritual. 

El escritor del "Señor de los Anillos" escribió un poema a la Virgen María

En efecto, J.R.R. Tolkien era católico y eso queda reflejado en lo que escribió. Incluso, en una carta (a quién va dirigida ahora mismo no recuerdo) dijo que, aunque en un principio él no quisiera que eso se reflejara en El Señor de los Anillos se acabó dando cuenta de que aquella inmensa obra lo era católica y que, a lo mejor, ¡lo es! (vamos, que lo es aunque no sea alegórica) Y eso no puede manipularse de tal forma que no parezca o que no lo sea. 

Pero es que, por si esto no fuera ya suficiente, hay quien quiere darle la vuelta a la tortilla y hacer, de Tolkien, de lo que escribió e, incluso, de lo que dijo, algo así como un pagano dado a la magia y a la brujería. Y es que, como diría aquel, ¡Cosas veredes, Sancho! 

El caso es que, como vemos, la fe importa mucho si se quiere que importe. Ahora bien, si se la desprecia… en fin, cualquier desnortamiento es probable que se dé… y se da.

  

Eleuterio Fernández Guzmán- Erkenbrand de Edhellond

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Tierra Media: otra Tierra, esta Tierra. 

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

22.11.21

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - Esto le pedimos, con Lolo, a Dios

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Esto le pedimos, con Lolo, a Dios

  

Suponemos que no le importará a Lolo que transformemos un texto suyo en un poema que bien puede ser una oración. Y es que la parte final de este capítulo que ya presentamos la semana pasa y que tiene todo que ver con el “Líbranos del Mal” del Padre Nuestro, bien lo puede ser. Y dice esto que sigue, esta oración que es un grito comedido de voluntad buena y mejor: 

 

“Sálvanos, Señor, también,

de esas peores culebras íntimas del engreimiento,

el deseo impuro, la avaricia, la intransigencia,

la irritabilidad y el desprecio.

 

Que no sea un cubil lo que puede ser un nido;

un erizo, lo que está predispuesto para nardo;

carbón, lo que debiera ser estrella.

 

Escúdanos, por último,

contra ese áspid que es la lengua de los maledicentes,

el brochazo de cal que da la calumnia,

el salpicón de la envidia,

los latigazos de la cólera,

la carne que se ofrece en las esquinas,

el pisotón de los injustos y, sobre todo,

aliéntanos para salir del peor y más encubierto

de los males,

ese tan nocivo, por aparentemente inocuo,

que es la indiferencia, la mediocridad,

el ir tirando en el alma

o la insensibilidad a tu llamamiento.” (Mesa redonda con Dios, p. 225)

 

Bien podríamos decir ¡Ahí queda eso! Y es que el Beato de Linares (Jaén, España) no se corta, digamos, un pelo a la hora de pedir a Dios lo que es tan importante que nunca lo deberíamos olvidar. Y es que le pide que

 - nos salve,

 - nos escude y, por último,

 - que nos aliente.

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20.11.21

La Palabra para el domingo - 21 de noviembre de 2021

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Como es obvio, hoy no es domingo 21 sino sábado, 20 de noviembre de 2021. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario. 

Jn 18, 33b-37

“’¿Eres tú el Rey de los judíos?’ 34 Respondió Jesús: ‘¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de mí?’ 35 Pilato respondió: ‘¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?’ 36 Respondió Jesús: ‘Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero mi Reino no es de aquí.’ 37 Entonces Pilato le dijo: ‘¿Luego tú eres Rey?’ Respondió Jesús: ‘Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.’ 38 Le dice Pilato: ‘¿Qué es la verdad?’ Y, dicho esto, volvió a salir donde los judíos y les dijo: ‘Yo no encuentro ningún delito en él”.


COMENTARIO

Tan sólo la Verdad

1.- Aunque este texto corresponda, como es sabido, a lo sucedido en el palacio de Pilato, en un momento muy concreto y conocido de la vida de Jesucristo, vale también, como todos los evangelios, para plantear una cuestión de importancia. En este caso este diálogo entre Jesús y el romano, preludio del sufrimiento que la flagelación infligió en el cuerpo de Cristo, es buen ejemplo de que los textos sagrados valen siempre y siempre nos ilumina, de que no son algo pasado, de que ahora, ahora mismo, son nuestro faro.
 
2.- En cuanto al poder, a poderes, Pilato, como no se podía esperar otra cosa, se comporta como hombre, pegado al siglo. Tiene interés en saber si Jesús es Rey. También preguntará, aunque ahora no, qué es la Verdad. Está claro que el sentido utilitario, meramente subjetivista del Gobernador romano, le dificultaba entender que existiera algo que fuera exacto, firme, Verdad.
 
3.- Parece que Jesús pregunta si lo que le dice Pilato es responsabilidad suya o es de alguien distinto, refiriéndose, claro, a los judíos (a otros judíos, pues Jesús también lo era); lo que le dice de su reinado, queremos decir. Bien sabía Jesús a quien se refería, pero daba la oportunidad a Pilato de pronunciarse. A pesar de esto, aún le da la oportunidad, valga la redundancia, ahora de aquel a Jesús, de decirle que qué había hecho, si había hecho algo para que los suyos le hubiesen entregado. Pretendía, seguramente, exculparlo si le decía lo que él quería oír, aún sin saber qué era lo que podría decirle, pues en cuestiones religiosas judías no era, digamos, muy ducho. Y, seguramente, le importaban muy poco.

4.-Pero Jesús sabe que es Rey de un Reino, de un reino al que muchos esperan llegar desde hace muchos siglos pero que por desgracia y de forma equivocada, al tergiversar la voluntad de Dios, no llegan.

Aquí podemos encontrar algo de suma importancia. Dice Jesús que este mundo no es lugar para su Reino y que este mundo, a contrario, puede entenderse, al decir que los suyos no han salido en la defensa de ese Reino terreno que ha quedado, así, para los judíos (en el sentido de que lo terreno ha quedado para aquellos que no supieron seguir las indicaciones de Dios). Por esto Él ha venido. Él ha venido para transmitir la Verdad, lo que es fundamento de su Reino, lo que se ha de seguir para que el camino sea el correcto.

Por lo tanto, no despegar los pies del suelo que pisamos es negativo para nuestro devenir espiritual; no seguir, de paso, hasta llegar a ocupar alguna de las estancias que Jesús nos está preparando es algo que puede imputarse a nuestra tibieza como cristianos, a la preferencia que manifestamos por las cosas de aquí, sometiendo nuestra vida a una relación horizontal con nuestros semejantes y olvidando, las más de las veces, la que lo es vertical, directa, con Dios.

5.- Por fin, Jesús, nos da la clave para evitar todo lo dicho hasta ahora, todo lo malo, todo lo que no nos conviene para nuestra salvación, donada por Dios. Como tantas veces dice que primero se ha de tener fe. Ser de la Verdad, dice. Y en segundo lugar, luego, escuchar su voz. Por no someter a los hombres a su persona como si se tratase de una relación de dominio, primero les pide que sean de la Verdad (y ya sabemos lo que esto quiere decir) y luego espera que escuchen su voz, con la que se confirmará todo lo que creían, eso que Él viene a decir y a traer.
6.- Nosotros también tenemos la oportunidad que Dios da a todos sus hijos de escoger entre el mundo y Él, entre el sometimiento a lo mundano o aspirar a conocer el Reino del Padre. Pero ya sabemos que primero hemos de creer, si es preciso, con ayuda de quien ya crea; o sea, ser de la Verdad.
 

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren el Reino de Dios.
 
Roguemos al Señor.
 

Pidamos a Dios por todos aquellos que se alejan del Reino de Dios por conveniencias egoístas.

Roguemos al Señor.
 

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a amar siempre tu Reino.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

     

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

El definitivo Reino de Dios es nuestro anhelado destino. Vivamos, pues, como tal la vida que tenemos.

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

17.11.21

Ventana a la Tierra Media – El Principio y sus circunstancias

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Es cierto y verdad que El Silmarillion, obra que podemos decir es el origen de todo lo que escribió J.R.R. Tolkien tiene, digamos, un “Principio” que es el que reza que allí estaba Eru… 

De todas formas, bien podemos decir que tal forma de empezar las cosas fue la que le dio el hijo de Tolkien que se dedicó, tras la muerte del profesor de Oxford, a procurar que la obra de su padre viera la luz en toda su posibilidad. Y es que aquella obra al fin pudo ver la luz después de lo que suponemos fue un arduo trabajo de parte de Christopher Tolkien

Pues bien, todo aquello también tuvo un principio o, lo que es lo mismo, El Silmarillion dio comienzo por algo en concreto pues por algo debía empezar la cosa, por así decirlo. 

Lo dice el propio autor en la carta que escribió al poeta W.H. Auden a la que estamos dedicando unos cuantos artículos y que, con permiso de Minotauro (Editorial que publicó las “Cartas” de Tolkien) vamos a reproducir otra ver:

 

“Aunque la primera verdadera historia de este mundo imaginario casi plenamente formado, tal como existe ahora, fue escrita en prosa durante un permiso por enfermedad a fines de 1916: La caída de Gondolin, que tuve el descaro de leer en el Exeter College Essay Club en 1918.”

 

Y termina este párrafo diciendo:

 

“Escribí mucho más en los hospitales antes del final de la Primera Gran Guerra.”

 

Ya podemos imaginar que los tiempos largos de convalecencia son propicios, si se sabe hacer eso, para, entre otras cosas, escribir. Y eso es lo que hizo aquel soldado que se vio aquejado de la llamada “fiebre de las trincheras” a la que ya hemos hecho referencia aquí.  

Podemos decir, por tanto que, en palabras del propio autor de todo el mundo de la Tierra Media, el principio de todo, antes de todo y por encima de todo fue, nada más y nada menos que “La Caída de Gondolin”. 

Como podemos imaginar, y ahora tantos años después de aquello y luego de haber leído (seguramente unas cuentas veces) tal narración (relativamente reciente su publicación como obra aparte de toda la de Tolkien) nos resulta sorprendente por el mundo que muestra. 

Esto lo decimos porque cuando uno lee La Caída… está más que seguro que detrás de ella, por así decirlo, hay mucho escrito porque el tema que trata no es el de un “principio” del que nada se sabe sino que aparece una realidad que está muy hecha, si ustedes nos entienden. 

Queremos decir que los personajes que aquí aparecen tienen una historia detrás (unos más que otros, claro) y que a nadie se le ocurre al leer esta obra que nada tienen que ver, ni ellos ni sus circunstancias, con “algo” que debe existir. Y es que ahí está la Tierra Media, un lugar en ella al que nadie puede llegar si no sabe la forma de alcanzar tan idílico lugar, un Mal que quiere hacerse con tal ciudad, alguien que traiciona a su Rey y a sus habitantes, un Hombre que llega a alcanzar gran influencia (siendo lugar de Elfos…), un matrimonio que molesta mucho al traidor, etc., etc. y etc. 

Con esto queremos decir que si Tolkien padre escribe como primer paso de su Tierra Media nada menos que “La caída de Gondolin” es un primer paso al que se ha llegado con un camino previo más que abundante y que muestra que lo que ha de venir ha de ser grande y más que grande y maravilloso. 

Nuestro autor debía tener en su mente todo lo que iba a construir, a subcrear pues de otra forma no se entiende la profundidad de escritura de esta primera obra, según él mismo dice ni tampoco los muchos detalles que muestran que hay un amueblamiento muy bueno de su cabeza, como suele decirse de persona juiciosa y que sabe lo que hace y dice, que tiene fondo y que, en suma, sabe muy bien lo que dice y no hace lo que hace a tontas y a locas. 

Como siempre es conveniente decir la verdad y hay que ser francos siempre, el que esto escribe se quedó patidifuso cuando leyó en esta carta de Tolkien que “La Caída de Gondolin” fue la “primera verdadera historia de este mundo imaginario”. Y es que, por decirlo pronto, tal narración es de tal punto maravillosa y llena tanto el corazón de tantos buenos sentimientos que incluso llega a producir lágrimas en quien lee cómo se destruye lo que bien podemos considerar como el Paraíso o, al menos, algo muy cercano al mismo. 

Y luego, por si no fuera eso ya suficiente, entre los supervivientes de aquella malhadada caída está, nada más y nada menos, que ¡Eärendil!”, a la sazón hijo de Tuor e Idril Celebrindal. ¿En qué recoveco de la mente de J.R.R. Tolkien se había escondido todo eso?

  

Eleuterio Fernández Guzmán- Erkenbrand de Edhellond

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Tierra Media: otra Tierra, esta Tierra. 

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.