19.05.25

Amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Conocer, necesariamente, a Dios

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

PRESENTACIÓN

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena –Conocer, necesariamente, a Dios

De un modo o de otro, uno tiene su pequeña palabra de Dios todos los días, pero, a veces, pienso en que la mayoría de estos pobres hombres van por la calle sin una luz ni una enseñanza, y me da escalofrío el destino de salvación que a esas criaturas se diría que se les pierde por entre el mar de la ignorancia.” (Beato Lolo, de su libro Dios habla todos los días)

En este texto de su libro Dios habla todos los días el Beato Lolo dice algo que es muy importante y que nunca deberíamos olvidar: Dios tiene para sus hijos un acercamiento que es desde siempre y es para siempre. Y por eso dice Manuel Lozano Garrido que “de un modo o de otro” porque es verdad que de una manera o de otra nuestro Padre del Cielo siempre tiene lo mejor para nosotros.

Podemos decir que sí, que siempre es así pero, como podemos imaginar, las cosas no tienen siempre un todo tan idílico sino que se pueden perder por vericuetos no demasiado extraños si atenemos a las palabras del linarense universal.

Aquí hay algo terrible que podemos leer. Y es que nuestro amigo se refiere, nada más y nada menos, que se trata de una mayoría las personas de las que luego dice lo que dice que no es, precisamente, nada bueno.

¿Y a qué se refiere el Beato de Linares (Jaén, España)?

Podemos empezar diciendo que, según nuestra fe católica, para poder salvarnos necesitamos, necesariamente, una cosa o, mejor, dos: una de ellas es querer salvarnos pero otra es, ni más ni menos, que conocer la causa de nuestra salvación que no es otra que Dios mismo.

En realidad, una causa depende de la otra o pende de la otra: conocer a Dios lleva aparejada la salvación pero, para eso, se ha de conocer a Dios porque, de otra manera… como que no.

Y aquí es donde Lolo habla, con terrible verdad, de aquellas personas que no pueden decir, precisamente, que conocen a Dios y todo lo que eso supone.

A veces se puede pensar que se puede conocer a Dios de una forma, digamos, “natural”. Es decir, que sin poner nada de nuestra parte es posible poder decir que sí, que conocer a Dios. Y eso, así dicho, pudiera parecer algo de lo más normal pero, en el fondo, eso adolece de una verdad más importante: es necesario esforzarse para conocer a Dios.

El esfuerzo que se ha de hacer rompe de forma radical con el poso de ignorancia (es decir, con no saber nada de nada) en el que muchas veces podemos caer si nos dejamos dominar por la molicie y la falta de gana. Es decir, requiere por nuestra parte una voluntad explícita de ansiar conocer a Quien nos ha creado y mantiene.

De todas formas… ¿resulta tan necesario conocer a Dios?

A este respecto, bien sabemos que hay una relación directa entre eso y nuestra salvación eterna porque no es posible salvarse si no tenemos bien claro Quién es el origen de la salvación y Quien hace eso posible.

Resulta del todo evidente que quien no tiene “una luz” o ninguna “enseñanza” a tal respecto tendrá muy difícil alcanzar la salvación eterna. Y aquí es donde alguien puede preguntar si es que Dios no puede salvar incluso a los más ignorantes.

La respuesta a eso es sí, es decir, Dios puede salvar a quien crea conveniente independientemente de la relación que exista entre el Todopoderoso y el conocimiento que tenga de Él quien vaya a beneficiarse de una tan gran gracia. Pero lo ordinario es lo otro, es decir, que nos salvemos según seamos nosotros y, claro, según sea el conocimiento que tengamos de Dios.

El caso es que conociendo a Dios sabemos cómo deberíamos comportarnos a lo largo de nuestra vida y, entonces, como hacemos méritos para alcanzar la salvación eterna. Y por eso resulta crucial saber cuál es el listón que Dios nos pone para poder llegar al buen puerto que es el Cielo.

Conocer, por tanto, a Dios no es que sea algo que podamos recomendar sino que resulta, de todo punto, necesario pues, de otra forma, no vamos a tener los parámetros dentro de los cuales debemos movernos si es que queremos algún día habitar alguna de las estancias que Cristo nos está preparando en el definitivo Reino de Dios llamado Cielo.

Y, sobre esto, es seguro que Manuel Lozano Garrido, Lolo para sus amigos, tuvo a mucho bien conocer a Dios. Y por eso está su alma donde está.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (116)

Con qué ternura no habrá sido pensado el hombre, para que Dios los sitúe entre las filigranas del almendro en flor, la calandria o el crepúsculo, y se los ofrezca.

……………………………

Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

18.05.25

La Palabra del Domingo - Domingo, 18 de mayo de 2025

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Jn 13, 31-33a. 34-35

31 Cuando salió, dice Jesús: ‘Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. 32 Si Dios ha sido glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto.’ 33 ‘Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. 34 Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros. 35 En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros.’”

COMENTARIO

Un mandamiento muy difícil de cumplir

En la Última Cena Jesús dijo muchas cosas de importancia e hizo otras tantas de no poca relevancia. Así, por ejemplo, fue el momento en el que se celebró la primera Eucaristía y, también, cuando estableció el sacerdocio.

El momento que traemos aquí hoy corresponde al momento en el que Judas sale del Cenáculo para cumplir con la traición hacia el Maestro. Y habla, Cristo, de lo que ha de ser su glorificación… en la Cruz.

Todo lo dicho, sin embargo, tiene un punto álgido. Y es cuando el Hijo de Dios establece lo que él mismo llama mandamiento nuevo. Y es que, en verdad, no es sólo nuevo sino que sirve de cauce a muchos de los ya conocidos.

Jesús da un mandamiento nuevo. Si el resto de mandamientos habían sido establecidos por su Padre y entregados a Moisés en su camino por el desierto hacia la tierra prometida, era ahora el Hijo quien establecía un nuevo.

En realidad, lo mismo que el resto de Mandamientos (10) podía ser seguido y cumplido… o no seguido y no cumplido.  Esto caía del lado de cada hijo de Dios. 

El mandato es: amarse unos a otros. Y esto parece fácil de entender porque cualquiera sabe lo que eso significa.

El Hijo del hombre ha sido glorificado» | La Banda Diario

Sin embargo, Jesús añade algo que es crucial en este caso y, como suele suceder, en todo lo que hace y dice: hay que amarse de una forma muy especial que consiste, en esencia y básicamente, en hacerlo como Él lo había hecho con ellos.

Antes que nada, decimos que el Amor de Dios no tiene condición a cambió. Es decir, el Creador ama a su descendencia aunque la misma tenga por costumbre y vicio olvidarlo y darle la espalda, esconderlo lo más lejos posible de su vida y, por si eso no fuera ya suficiente, zaherirlo en cuanto algo le sale mal.

En cambio Cristo, diciendo eso que dice se pone de ejemplo.

Sabemos, ellos también lo sabían, cómo los había amado. Lo que aún no sabían es cómo los iba a acabar de amar al entregar su vida en una cruz.

Nosotros, sin embargo, tenemos ventaja al respecto de aquellos apóstoles que cenaban con Él aquel día de la Pascua judía. Y es que nosotros sí sabemos, a ciencia y corazón ciertos, cómo fue su muerte y cómo se comportó ante ella: perdonando, intercediendo por sus verdugos y, en suma, amando.

Aquella forma de amar era muy especial. Y es que lo era hasta el extremo de dar su vida a cambio del perdón de Dios hacia sus hermanos los hombres. Y aquella forma de amar, entregada, sin mirar a sí mismo sino el interés de su prójimo…. era la forma de amar que quería se viese entre sus discípulos.

El caso es que Jesús quiere que se vea. Es decir, no quiere que el amor entre los suyos sea algo íntimo, de casa para dentro. No. Lo que quiere es que, viendo los demás no creyentes cómo se aman sus discípulos sabrán, por tal amor, que eran sus discípulos. Y así servir de ejemplo y que se pudiera decir de ellos, como se dijo, “mirad cómo se aman”.

Tal amor, el Amor, en definitiva de Dios, era el que quería Jesucristo para todos los que, de una manera o de otra, se decían ser seguidores suyos.

El caso es que tal amor no siempre es fácil de poner en práctica. Y es que son muchos los egoísmos en los que nos movemos, muchas las incomprensiones que atesoramos en nuestro corazón y, en fin, muchas las ocasiones en las que no somos capaces de amar cuando deberíamos amar o perdonar cuando deberíamos perdonar. Y tal es la gran prueba que debemos superar para que, en efecto, puedan decir de nosotros el “mirad como se aman”.

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no creen en el Amor de Dios por sus criaturas.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no son capaces de amar como Cristo amó.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a amar como tu Hijo nos amó a nosotros.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Que nos amenos como Él nos amó. No podemos negar qué alto está el listón…

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

12.05.25

Amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Está Cristo en la adversidad

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

PRESENTACIÓN

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena –Está Cristo en la adversidad

“En tus crisis, el recuerdo del júbilo de Dios; en tu vida habitual, el optimismo ensartado en la aguja con que bordas; en la calle, los paseos, las distracciones, Cristo, a tu vera, rutilando, cantando, animando siempre.” (Beato Lolo, de su libro Cartas con la señal de la Cruz)

En este libro de Manuel Lozano Garrido, Cartas con la señal de la Cruz, el Beato de Linares (Jaén, España) se cartea con personas enfermas que buscan en su relación postal un consejo o un consuelo. Imaginamos que esta carta supone el contacto con una chica por eso que dice “en la aguja con que bordas”.

En realidad, poco importa que sea un hombre o una mujer quien quiere hablar, de tal forma, con el linarense universal. Lo que sí importa son las palabras que Lolo le dirige y que, francamente lo decimos, también nos sirven a nosotros mismos, a tantos decenios de distancia.

En este texto de su libro Cartas con la señal de la Cruz podemos apreciar a un Hijo de Dios que, habitualmente, está disponible para sus hermanos, para aquellos que Dios le dio y de los que sólo se perdió el hijo de la perdición.

A este respecto, y a nivel general, nosotros podemos pasar por la vida, digamos, de dos formas o mejor, nos pueden acaecer dos tipos de cosas o pasar por según qué circunstancias, a saber: bien llevamos una vida ordinaria sin nada que nos pasa en contra o, como suele ser lo habitual, nos acontece aquello que no nos viene bien y que, por decirlo pronto, nos pone alguna piedra en el camino.

Está claro que mientras nuestro devenir siga la senda de lo ordinario o, como dice Lolo, de lo habitual es seguro que para nosotros todo será (o casi todo) miel sobre hojuelas. Sin embargo, si lo que nos pasa es que algo nos hace caer en una crisis también se seguro que no pensaremos lo mismo de nuestro diario vivir.

Pues bien, Dios está, como bien nos dice el Beato de Linares (Jaén, España) en toda situación que nos acontece. Es decir, tanto en lo bueno como, ¡Ay!, en lo malo, la compañía de nuestro hermano Cristo (que es Dios hecho hombre) está asegurada.

El Amor de Dios en nuestro recuerdo y nuestro corazón cuando mal lo pasamos,

El no perder nunca la esperanza en todo aquello que hacemos,

El saberse siempre acompañado por Cristo.

La presencia de Cristo en espíritu o, mejor, en Espíritu, es tan real como la vida misma por la que caminamos hacia el definitivo Reino de Dios. Y la misma se manifiesta, como nos dice el linarense universal, de varias formas, a saber; rutilando, cantando y animando siempre…

En efecto, Cristo brilla porque su Amor despide Luz que nos ampara,

En efecto, Cristo entona para nosotros las letras que el Espíritu Santo la inspira siendo Él mismo Espíritu Santo y,

En efecto, Cristo nos anima tanto en la adversidad como cuando no la hay pero, de todas formas, necesitamos ese empujón que nos permita seguir caminando.

Es verdad que esto se lo dice Manuel Lozano Garrido a una persona que, es seguro, le confiesa lo mal que lo está pasando pero también lo es que él mismo pasaba por tal tipo de adversidades y sabía muy bien de lo que hablaba. Testigo, pues, del Amor de Cristo lo fue y lo es.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (115)

 

“Lema para una estrella: ‘soy la lámpara votiva de la criatura que descansa’.”

 …………………………

Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

11.05.25

La Palabra del Domingo – Domingo, 11 de mayo de 2025

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Juan 10, 27-30

27 Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen. 28 Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. 29 El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos,y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. 30 Yo y el Padre somos uno.

COMENTARIO

Ovejas de un Buen Pastor

El texto del evangelio de san Juan es, digamos, en lo extenso, más bien poca cosa. Sin embargo, el contenido del mismo es, en lo teológico, grande e impagable.

Jesús está instruyendo a sus discípulos en los puntos sobre los que debe sustentarse su vida espiritual. Por eso, en un momento determinado, les habla, digamos, de quien se dirige a ellos como el Hijo de Dios y así ha de ser bien entendidas aquellas palabras.

Es muy importante que aquella persona que acompañaba a los que le seguían diga lo que es una gran Verdad: Jesús y Dios son uno y, por lo tanto, no puede haber separación de personas siendo, junto con el Espíritu Santo lo que denominamos, con legítimo gozo, Santísima Trinidad.

Pero les dice algo que es muy importante y que todos deben entender. Y son tres realidades espirituales que, de ser olvidadas, dejarían de dirigir la vida de aquellos que lo seguían: quién es oveja de aquel Pastor; a Quién conoce el Pastor y, por último, nadie puede hacer posible que quien es oveja de aquel Pastor deje de serlo… si no es, claro, por voluntad propia.

Jesús Buen Pastor cuidando una oveja

Es oveja de aquel Pastor quien, de motu proprio, acepta seguir a Jesucristo, su mensaje y cumplir su doctrina. Tales personas pueden considerarse, entonces, parte del rebaño de Dios que tiene, en Jesucristo, a un Buen Pastor.

Por ser Dios Creador conoce, lógicamente, a todas las ovejas que forman parte de su rebaño. Por eso Jesús, Dios hecho hombre, tiene conocimiento de todas a las que, además, no abandonará nunca y a las que nadie puede arrebatar de su mano. La fuerza espiritual de Dios está con Su Hijo y eso ha de definir lo que supone tan total pertenencia.

Pero no sólo les dice eso. Además, las ovejas que siguen al Buen Pastor les han sido dadas por Dios. Y eso supone, además, una encomienda de cuidado de Jesús hacia las ovejas. Es, digamos, una especie de depósito espiritual que Cristo ha de devolver al Padre y por eso siempre procurará que nadie las arrebate.

Pero no es que Jesús, por sí mismo, sea capaz de sostener, bajo el manto de sus manos, al rebaño que le ha dado Dios sino que el Padre, Su Padre y el nuestro, es Quien, en verdad, las/nos retiene en el corazón de Jesucristo. Ahí radica la fuerza que, espiritualmente, hace imposible el arrebatar a los discípulos del Maestro.

Sin embargo es en cada uno de nosotros, discípulos de Cristo, en quienes radica la posibilidad de permanecer en el rebaño que pastorea el hijo del carpintero con mano amorosa y misericordiosa o, al contrario, abandonar su calor y adentrarnos, mar adentro, en las tinieblas del mundo.

Y, entonces, ni siquiera Cristo puede retenernos sino, en todo caso, salir a buscarnos cuando nos hayamos perdido, como sucede, de ordinario, con el pastor.

PRECES

Por aquellos que no saben corresponder a la llamada del Buen Pastor.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que prefieren caminar por mundo y huyen del redil de Dios.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a ser dignos tuyos no abandonando el seguimiento de Quien enviaste para que pastoreara tu grey.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

                                                                                                                     

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

¡Qué mejor Pastor que Cristo!

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Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

5.05.25

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Ese gran regalo de parte de Dios

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

PRESENTACIÓN

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena –Ese gran regalo de parte Dios

No hay hombre sin, al menos, un obsequio diario: el de la vida.” (Beato Lolo, de su libro Bien venido, Amor, nº 81)

Alabanza por el sexto día

Alabado sea Dios

que quiso que la tierra fuera habitada

por animales los más diversos

y creó uno a uno,

de sus manos y corazón,

los que aun hoy admiramos

aunque haya habido evolución.

Alabado sea el Creador

que quiso hacer semejanza

e imagen suya creó,

y cogiendo lo que había

su Espíritu le insufló.

Alabado sea Dios,

Padre nuestro que amó

de tal manera al ser humano

que le dio su corazón.

Alabado sea el Padre

que por terminar su Creación

quiso hacer, de todo aquello,

seguramente lo mejor

y creó así al hombre

y todo aquello le entregó.

Permítasenos empezar las palabras de este artículo con esta Alabanza porque, real y francamente, Dios la merece. Y es que creó la vida y, como colofón de toda aquella gran acción misericordiosa, digamos que como final de aquella pirámide de Amor, el hombre coronó la misma. Es, pues, la vida, la causa de todo esto y, es más, se trata de nuestra propia vida.

Lolo lo tenía más que claro al hablar de la vida como un “obsequio”. Y es que, en realidad, es un regalo que viene directamente del Todopoderoso porque podía hacerlo, quiso hacerlo y lo hizo.

Está más que claro que la buena voluntad de Dios al crear al hombre era, precisamente, crearlo. Y eso sólo podía suponer una cosa: su santísima Providencia iba a hacer todo lo posible para que aquella creación, la última de las que hizo, fuera perfecta y fuera la mejor pues para eso era semejanza Suya.

La vida, por tanto, es algo que se nos da graciosamente por parte del Único que puede darla y que no es otro que Adonai, Dios Creador. Y por eso debemos seguir el consejo que aquí mismo nos da Manuel Lozano Garrido.

En realidad, no es que Lolo nos diga algo al respecto de qué es lo que debemos hacer ante el impagable regalo de la vida. Lo que pasa es que bien podemos deducir de sus palabras que algo sí debemos hacer.

Sobre esto último, es más que conocido el dicho que nos informa de qué debemos hacer, digamos, a nivel general: de bien nacidos es ser agradecidos. Es decir, que cuando se nos hace una gracia o se nos entrega una dádiva o, en general, se nos beneficia de alguna manera, manifestaremos nuestra buena nacencia, simplemente (aunque no siempre seamos capaces de hacerlo) agradeciendo aquello que hayamos recibido. Y de eso es lo que aquí se trata.

El caso es que el obsequio del que habla el Beato Lolo (Linares, Jaén, España) pudiera parecer que se nos da una vez y ya está. Y la cosa no va por ahí sino, precisamente, por el mantenimiento de la misma que hace Dios acerca de nosotros. Y es que nuestro Creador crea pero, luego, no se olvida de su creación sino que la mantiene. Y eso es lo que hace por nosotros y lo que, a su vez, hace escribir a Manuel Lozano Garrido eso de que se trata de un “obsequio diario” pues diaria es la relación del Creador con su creatura.

Es bien cierto, por lo tanto, que nuestro agradecimiento no puede dejar de ser, también, diario, pues estamos en el mundo porque Dios quiere que estemos. Y eso sin olvidar que, además de tal regalo, el Todopoderoso nos entrega otros muchos que, eso sin, no siendo tan cruciales como la vida misma (sin la cual nada de lo demás tiene sentido) no podemos dejar de reconocer que tienen su enjundia. Y ahí tenemos a Lolo para demostrarlo.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (114)

El racimo madura, el cometa se corre y el fermento trabaja únicamente porque el hombre cumple su hermoso, espiritual y eterno destino.

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Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

4.05.25

La Palabra del Domingo - Domingo, 4 de mayo de 2025

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Jn 21, 1-19

1 Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera. 2   Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. 3 Simón Pedro les dice: ‘Voy a pescar.’ Le contestan ellos: ‘También nosotros vamos contigo.’ Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada.4 Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. 5  Díceles Jesús: ‘Muchachos, ¿no tenéis pescado?’ Le contestaron: ‘No.’ 6 El les dijo: ‘Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.’ La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces.7 El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: ‘Es el Señor’, se puso el vestido - pues estaba desnudo - y se lanzó al mar. 8 Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos. 9 Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan. 10 Díceles Jesús: ‘Traed algunos de los peces que acabáis de pescar.’ 11 Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red.

12 Jesús les dice: ‘Venid y comed.’ Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ‘¿Quién eres tú?’, sabiendo que era el Señor.13 Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez.

14 Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos. 15 Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: ‘Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?’ Le dice él: ‘Sí, Señor, tú sabes que te quiero.’ Le dice Jesús: ‘Apacienta mis corderos.’ 16 Vuelve a decirle por segunda vez: ‘Simón de Juan, ¿me amas?’ Le dice él: ‘Sí, Señor, tú sabes que te quiero.’ Le dice Jesús: ‘Apacienta mis ovejas.’  17  Le dice por tercera vez: ‘Simón de Juan, ¿me quieres?’ Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: ‘¿Me quieres?’ y le dijo: ‘Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.’ Le dice Jesús: ‘Apacienta mis ovejas. 18    ‘En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras.’

19 Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho esto, añadió: ‘Sígueme.’

 

COMENTARIO     

Sobre Simón Pedro 

Después de la muerte de Jesús es bien cierto afirmar que la situación por la que pasaban los que habían sido escogidos por el Hijo de Dios para continuar con su labor predicadora no era la misma. Queremos decir que habría alguno de ellos que estaría más preocupado por su propia actuación.

Todos sabemos cómo había actuación Pedro durante la noche en la que Jesús fue apresado por sus perseguidores. Y es que lo negó las mismas veces que el Emmanuel le dijo que le negaría y justo en la hora en lo que negaría.

Pedro, por tanto, debía estar pasando un mal momento porque no era buena cosa haber dicho que no conocía a quien había sido su Maestro y le había enseñado mucho acerca del amor y la fidelidad.

Pero este hombre, así como sus otros compañeros, vuelve a la labor con la que se ganaban la vida antes de conocer a Jesús. Ellos, pues, vuelve a pescar y a tratar de conseguir el pan que sustente sus existencias.

En esto estaban cuando Jesús se les aparece. Ya no podían decir que no lo conocían porque ha había resucitado y ellos mismos lo habían visto. Sin embargo, cuando entabla la conversación con ellos acerca de la pesca que, al parecer, no habían tenido durante la noche, nadie se atreve a preguntarle que quién es. Lo saben perfectamente y, a lo mejor, tienen miedo de que los coja en otro renuncio espiritual como el que mostraron cuando no se fiaron de lo que les dijo María Magdalena acerca de haber visto al Maestro.

Ellos, sin embargo, hacen lo que les dice. Y es que como sabían que se trataba de Jesús sólo podían hacer lo que hicieron. Tuvieron confianza y fe en Él y pescaron. Y según se dice, el número de peces equivale a la totalidad de especies conocidas entonces. ¿Se quería decir que ellos, que iban a ser pescadores de hombres, iban a atraer a todos al Reino de Dios?

Tú sabes que te quiero - Alfa y Omega

Bueno. El caso es que otra vez quedan sorprendidos con aquello. Y Pedro el que más porque es sobre el que más peso de conciencia recae.

Pero Jesús no lo iba a dejar así. Debía sanar aquella gran herida que lastraba su vida y su corazón.

¿Cómo hacer eso con quien lo ha negado tres veces?

Nadie mejor que el Hijo de Dios para saber hacer las cosas. Y, como una especie de curación por partes, le pregunta tres veces si lo quiere.

Jesús no debe hacer esto porque sí o, lo que es lo mismo, como si no le bastara preguntarle una vez a Pedro si lo quería. No. No que hace Jesús es que Pedro se de cuenta que lo perdona tantas veces como lo ofendió en aquella aciaga noche de su Pasión.

Y dice el texto que Pedro se entristeció. Y se entristeció porque no acababa de comprender que lo tenía que perdonar tantas veces como él había hecho algo en su contra porque no reconocer a Jesús como quien era hacer algo muy grave contra el Maestro pues suponía querer alejarse de Quien tanto le había enseñado.

No era, sin embargo, suficiente. Jesús debía informar a Pedro de lo que le iba a pasar. Para que no cupiese duda alguna le refiere algo muy importante: llegará un momento en el que lo llevarán al martirio y serán otros los que le ceñirán y lo llevarán donde no quiera ir.

¿También, entonces, Pedro, en el momento de la muerte, iba a renegar de Cristo?

Sabemos que no fue así y que, con su muerte, glorificó a Dios y a su Hijo Jesucristo.

No nos extraña, para nada, que Pedro no tuviera ya más miedo ni más congoja.

  

PRECES 

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no confían en Jesucristo. 

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no se dan cuenta de sus pecados.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a mantener una fe perenne en nuestro corazón.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

                                                                                                                       

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Cristo se manifiesta si es que quieres que se manifieste.

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Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

28.04.25

Amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Así es el Amor de Dios

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

PRESENTACIÓN


Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena –Así es el Amor de Dios

Dios es todavía más generoso. Le escupimos, le pisoteamos, un buen día le pedimos perdón y Él nos abraza y nos da a gustar la Gloria para siempre.”· (Beato Lolo, de su libro Las golondrinas nunca saben la hora)

Es verdad que los discípulos de Cristo tenemos de Dios el concepto más elevado que podemos tener. Así, sabemos que es Bueno, que es Misericordioso y que es Justo. Esto lo tenemos más que claro pues, de otra forma, no podríamos seguir llamándonos cristianos aunque su Justicia a veces no concuerde con nuestros intereses mundanos y carnales.

Como también podemos imaginar, el Beato Lolo (Linares, Jaén) tenía el mismo concepto de Dios que, como decimos arriba, tenemos la inmensa mayoría de cristianos, aquí católicos pues era un hijo más que privilegiado por Dios y por su Amor eterno como bien sabemos por su vida y, nunca mejor dicho, milagros…

Todo eso que de Dios lo pone Manuel Lozano Garrido, como suele decirse, negro sobre blanco en este texto de su libro Las golondrinas nunca saben la hora.

El caso es que el Creador es, en sí mismo, muy generoso. Pero al parecer lo es aún más según nos dice este hombre que escribió con mucha inspiración del Espíritu Santo. Y es que es “todavía más generoso”. ¿Más aún?

Quizá, a este respecto, pudiera parecer que Lolo es algo exagerado cuando dice eso que dice acerca de lo que hacemos nosotros con Dios. Sin embargo, bien mirado no es nada exagerado porque, en efecto, nosotros podemos llegar a escupir a Dios e, incluso, lo pisoteamos aunque, a veces, no nos demos ni cuenta.

Podemos decir que es posible que escupamos a Dios como escupieron a su Hijo aquellos que lo llevaban de Herodes a Pilato en aquellos momentos de su Pasión. Y lo podemos hacer, precisamente, por lo mismo: ni creemos en él y, además, pensamos que es algo negativo en nuestra vida… que nos hace daño según somos nosotros. Esto, claro, quien eso haga…

Pero también podemos pisotear a Dios como si fuera un enemigo nuestro que, como se humilla, lo tenemos bien dispuesto para plantarle nuestro abuso en su misma cara. Y es que a veces como así.

¿Qué pasa entonces?

En primer lugar, puede pasar nada de nada. Es decir que escupimos a Dios y/o lo pisoteamos y nos parece la mar de bien. Entonces, como se dice en la Sagrada Escritura, ya estamos juzgados. Sin embargo es posible que nos demos cuenta de esa aberración que supone escupir y pisotear a quien todo lo ha creado y todo mantiene. Entonces… podemos hasta pedir perdón…

¿Cuál es la respuesta de Dios?

Podemos imaginar que ante esta pregunta sólo cabe una respuesta: nos perdona porque su Misericordia no tiene fin y su Justicia, siendo divina, sólo puede otorgarnos su favor si confesamos tan terribles pecados.

Eso, de todas formas no es todo porque el perdón lleva aparejado algo que no podemos olvidar y que Lolo indica muy bien aquí mismo: “Nos da a gustar su Gloria para siempre”.

No sólo, por tanto, es que el Todopoderoso nos ponga en el corazón su Gloria sino que es es para “siempre”. Para siempre que es algo más que un promesa de Amor pos parte de Quien todo lo ha hecho y mantiene.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (113)

Nos llamamos ‘hermanos’ porque sobre todos vigilan los pródigos ojos de un Padre, del que procede la herencia de la creación.

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Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

27.04.25

La Palabra del Domingo – Domingo, 27 de abril de 2025

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Jn 20, 19-31

 

Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar  donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: ‘La paz con vosotros.’ Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor.

Jesús les dijo otra vez: ‘La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.

Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.’

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: ‘Hemos visto al Señor.’

Pero él les contestó: ‘Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.’

Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: ‘La paz con vosotros.’

Luego dice a Tomás: ‘Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.’

Tomás le contestó: ‘Señor mío y Dios mío.’

Dícele Jesús: ‘Porque me has visto has creído.  Dichosos los que no han visto y han creído.’

Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.”

  

COMENTARIO

Tomás el incrédulo o qué es la fe

Para que  todo lo que hizo tuviera sentido tuvo que aparecerse, Jesús, a sus discípulos que, con miedo, estaban escondidos. Sólo así comprendieron todos los, para ellos, extraños mensajes  que habían recibido de Él y que, en su tiempo, no entendieron porque aún no se les habían abierto ni los ojos ni el corazón. Entonces comprenderían, por ejemplo, los tres que estuvieron en el monte en la Transfiguración de Cristo aquello de que había de resucitar. Eso y mucho más comprendieron en aquel mismo momento.

Y se presentó ante ellos con la paz por delante, como deseándoles lo mejor, la tranquilidad del alma, la mejor forma de manifestarse, la expresión pura y simple de su ser. Pero, como bien sabemos, no era la paz que el mundo da sino la que da Dios mismo que tienen todo que ver con el corazón y esa forma especial de entender la realidad que es propia del Todopoderoso.

Para que acabaran de creer, les enseñó las marcas de su Pasión. Así, todo se cumplía, la comprensión de sus seguidores fue total porque no se trataba de un fantasma ni nada por el estilo sino de su Señor que ante ellos mostraba qué había sido de su vida en el último momento de la misma.  

Pero no bastó con esto. Era fundamental que, sobre ellos, exhalara el Espíritu Santo; que, como prometió, fuera conveniente, para ellos que Él se fuera, se marchara al Padre, porque enviaría otro Paráclito, otro Defensor, ese Espíritu que les iba a guiar, dirigir, marcar el camino hacia Dios como, en efecto, ha hecho desde entonces y seguirá haciendo hasta la Parusía. 

 Y también llevó a cabo el primer envío después de darles a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Una misión, además, les da que deben cumplir por el bien común: predicar el Evangelio, esa buena noticia que debían de llevar a todos,  con el poder de perdonar pecados, y de retener los que creyeran que debían ser retenidos. Todo un poder legítimo, significativo, creador de un nuevo mundo basado en su ejemplo, en su amor, en la Verdad que Él trajo, otros brazos para Dios. 

Santo Tomás apóstol ¿quién fue y qué lecciones nos dejó?

Y como era esencial llevar a cabo una definición, el establecimiento de un concepto claro y diáfano de Fe, lo hace en cuanto Tomás, al que bien podemos llamar el Incrédulo (con mayúscula tal era su forma de ver aquellos acontecimientos históricos que entonces estaban sucediendo), duda de su presencia ocho días antes, ante sus Apóstoles, allí, entre ellos, ante sus hermanos de fe. 

Y como este Apóstol debía tocar para creer, ver para creer, mirar para creer, le conmina a lo que todos sabemos: “trae tus dedos”, “mira mis manos”, etc., ante lo cual no pudo salir otra cosa de su boca que la tan conocida expresión de “Señor mío y Dios mío” pues también aquel hombre comprendió muchas cosas en aquel justo momento y, en verdad, nunca es tarde para caer en la cuenta, primero, de nuestra torpeza y, luego, de la misma Verdad…

Aquel momento fue crucial para nuestra historia de hijos de Dios y para nuestra realidad de discípulos de Cristo. Y es que fe, qué es, era algo más que importante: saber a qué atenernos si es que argumentamos que no tenemos mucha idea de qué significa tener fe. Y es que ante esta expresión de sumisión a Cristo, éste, define, de una manera radical (de raíz), básica, imperecedera, lo que es la Fe: creer sin haber visto; sin haber visto, dijo. Ahí reside el elemento fundamental de nuestra expresión como cristianos y como hijos de Dios: asentimos ante unos hechos, unas realidades que no somos capaces de comprender. Sin embargo, creemos, tenemos Fe. Y otra cosa que no sea eso, el cuestionar estos hechos y estas realidades con el pretexto de no ser demostrables es, ciertamente, la mejor manera de permanecer alejados del Mesías y, por tanto, de Dios, al que no vemos, pero oramos, seguros, como estamos, de que nos escucha pues, para esto resucitó Cristo.

  

PRECES

Por todos aquellos que no creen en la Resurrección de Jesús.

Roguemos al Señor. 

Por todos aquellos que necesitan ver para creer.

Roguemos al Señor.

  

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a creer sin ver.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

 

Creer sin ver es lo que dice Cristo que es tener fe. Pues eso…

 

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

21.04.25

Amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Acogidos al corazón de Dios

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

PRESENTACIÓN

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena –Acogidos al corazón de Dios

La Providencia repara las averías humanas con piezas tan imprevistas que deberíamos estar siempre de rodillas para la gratitud.” (Beato Lolo, de su libro El sillón de ruedas)

Ya en el Evangelio de San Mateo, el Hijo de Dios les dice a sus Apóstoles (los enviaba al mundo a predicar) que no debían llevar “ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su sustento.” Y esto lo decía porque estaba más que seguro que Dios iba a proveer por las necesidades de sus trabajadores porque ellos laboraban en Su mies.

Lo que decimos es que la Providencia de Dios no iba a abandonar a los que lo habían dejado todo por el Reino del Todopoderoso. Y eso es lo que, exactamente, pasó como ellos mismos narrarían a su regreso de la predicación a la que habían sido enviados.

Pues eso de lo que habla Lolo en este texto de su libro El sillón de ruedas en el que, con pocas palabras, dice todo lo que se puede decir en tan corto espacio de letras acerca de cómo es Dios con sus hijos.

Todo lo que aquí dice Manuel Lozano Garrido es cierto del todo porque,

1º- Existe la Providencia de Dios,

2º- El ser humano, nosotros mismos, muchas veces sufrimos averías y, por fin,

3º - Es voluntad de Dios corregir tales averías de la forma como quiera Quien todo lo ha hecho y mantiene.

No es poco creer en que Dios tiene Providencia o, lo que lo mismo, que su santísima Voluntad, por ella, todo lo hace según conviene a los intereses de sus hijos aunque muchas veces sus hijos no estén de acuerdo con tal forma divina de ver las cosas por egoísmos propios del hombre…

De todas formas, que Dios provee es algo que está más que demostrado. Y no sólo a lo largo de la historia de la salvación o, mejor, no sólo hasta ahora sino ahora mismo y, seguro, mañana y pasado mañana. Dios provee porque para eso todo lo ha creado y nunca dejado atrás en el olvido o en el pasado. Para el Padre Eterno todo es presente y nosotros estamos en tal presente y por eso provee y su Providencia es tan importante para nosotros que siempre estamos averiados de muchas formas.

Sigamos con este comentario porque es más que evidente que solemos estar “averiados” (como dice Lolo) muchas veces y por las más diversas causas. Y entonces es cuando necesitamos que Alguien (así con mayúsculas) intervenga para echarnos una mano… o las dos porque muchas veces necesitamos las dos…

Averiados, pues, estamos.

¿Y ante nuestras averías, qué hace Dios que todo lo puede?

Sabemos que los caminos de Dios son insondables o, mejor, para atenernos a las palabras bíblicas, “¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos!” (Rm 11, 33) Y eso quiere decir que nosotros estamos seguros de la existencia de Dios pero de aquello que Dios decide… vamos, que hasta ahí no llegamos. Y a eso se refiere el Beato Lolo (Linares, Jaén, España)

Siendo lo de arriba más que cierto, no es poco saber que Dios tiene remedio para todos nuestros males y que es más que probable (casi seguro del todo) que no sabemos cómo nos va a echar una mano o las dos con esas “piezas ten imprevistas” de las que habla Lolo. Ahora bien, también estamos más que seguros que sean cuales sean tales piezas las mismas estarán puestas para componer nuestras averías y poder seguir adelante como si nada o casi nada hubiera pasado.

Pero hay algo más. Y es algo más que importante.

Tal es nuestra situación y dependencia de la Providencia de Dios que debemos mantener una actitud tal como nos recomienda nuestro amigo Lolo: estar siempre de rodillas para agradecer a Dios tan grandes cables que nos echa a través de su Providencia. Y Lolo, aunque no pudiera ponerse físicamente de rodillas, estamos más que seguros que su corazón sí se arrodillaba para así acogerse al de Dios.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (112)

Naturaleza: Sociedad anónima, con capital de plantas, minerales y animales, bajo la gerencia del hombre.

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

20.04.25

La Palabra del Domingo – Domingo, 20 de abril de 2025

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Jn 20, 1-9


“El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro. Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: ‘Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.’ Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó, pues hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos.”

COMENTARIO

¡Resucitó!

No resulta demasiado difícil imaginar la situación en la que, en aquel primer domingo después de la muerte de Jesús, se encontraban sus discípulos más allegados e, incluso, su Madre María.

Lo que había sucedido apenas unos días antes debía ser insoportable para ellos: habían visto entrar en gloria al Maestro en Jerusalén y apenas unos días después lo vieron maltrecho, colgado en una cruz como si se tratase de un malhechor y, para acabarlo de arreglar, muerto sin solución posible…

Eso era lo que pensarían muchos de ellos. Sin embargo, también podemos imaginar que otros creían en lo que les había dicho. Y lo creían porque se había cumplido todo lo que les dijo: lo apresarían y lo condenarían a muerte. ¿Había, pues, alguna razón para que, como les había dicho, no regresara del mundo de los muertos a los tres días?

Y así estarían con su congoja: unos pensando que todo estaba perdido; otros esperanzados.

Pero María de Magdala acudió al sepulcro para ver, quizá, al Maestro o, también, para acabar de arreglar su cuerpo porque es posible que pensara que, con las prisas del viernes, no había sido bien preparado. El caso es que aquella mujer, que tanto amaba al Maestro por lo que había hecho por ella, acude al sepulcro.

Si es fácil imaginar la situación por la que pasaban los discípulos en aquellos días, aun es más fácil el terror que debió sufrir María Magdalena cuando, primero, ve que la piedra estaba quitada y que la tumba estaba al descubierto; luego, al mirar dentro del sepulcro vio ¡qué allí no estaba Jesús!

Casi la podemos ver corriendo rauda para avisar a sus amigos. Deben saber que el cuerpo de Jesús no está donde debía estar.

En este texto del evangelio de san Juan no se nos dice pero sabemos que, en un principio, no creyeron lo que decía. En realidad, debían pensar que esta, ella, muy afectada por todo lo que había pasado. Pero ¿y si sí?

Por si aquello era cierto los dos discípulos más significativos de entre los que lo eran salen corriendo. Pedro y Juan corren pero, como es de imaginar el más joven de ellos, Juan, llega el primero.

De todas formas, Juan no iba a entrar primero. Y no lo iba a hacer porque no podía hacer eso ante quien debía respeto. Por eso cuando llega Pedro entra el primero.

Juan 20, 2-8: El Otro Discípulo… él también vio y creyó – Boosco.org

Pedro no duda lo más mínimo en entrar. Ya lo había pasado bastante mal negando al Maestro tres veces habiéndole dicho el mismo que, en efecto, eso iba a pasar, y ahora no se iba a quedar en la puerta. Y lo ve todo allí… dejado como bien puesto. No parecía que se hubieran llevado el cuerpo del Maestro, que lo hubieran robado. Y no lo parecía porque estaba todo demasiado ordenado.

Y entonces aquel discípulo, él mismo se llama el amado en este su evangelio, entra y lo ve todo. Y, como si se le hubiesen abierto los ojos, no sólo ve aquello sino que, entonces, cree.

Podemos suponer que a Pedro le pasó algo parecido porque el texto, quizá con mucha bondad por parte de su autor, atribuye a todos la creencia a partir de tal momento. Luego se podría ver que aun no lo tenían todo tan claro como ahora parecía. Por eso nos dice san Juan que “según la Escritura” Jesús debía resucitar al tercer día.

Y es que, en definitiva, todo estaba escrito y bien escrito. Sólo hacía falta saber leerlo y entenderlo y ellos, la gran mayoría, eran algo cortos de entendederas, tardos en comprender y, en fin, alejados muchas veces de las palabras del Maestro.

Pero ahora, justamente ahora, se colocaron bien todas las piezas del puzzle espiritual de aquellos discípulos que escogió Cristo y que tanto enseñó y amó. Todo, pues, estaba claro. Bueno, al menos en principio porque ya sabemos qué pasará cuando se aparezca por primera vez a los que, por miedo a los judíos, se habían escondido…

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no creen en la Resurrección de Cristo.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que sólo creen cuando ven.

Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a creer sin ver, a saber con total certeza que eres el Mesías resucitado.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Debía resucitar Cristo y resucitó.

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.