La Palabra para el Domingo - 7 de abril de 2024

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Como es obvio, hoy no es domingo 7 de abril de 2024 sino sábado, 6. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, de domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.  


Jn 20, 19-31

  
“19 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: ‘La paz con vosotros.’ 20   Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. 21    Jesús les dijo otra vez: ‘La paz con vosotros. Como el Padre me envió,  también yo os envío.’  22 Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo. 23    A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados;   a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.’   24 Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: ‘Hemos visto al Señor.’ 25 Pero él les contestó: ‘Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.’ 26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: ‘La paz con vosotros.’ 27   Luego dice a Tomás: ‘Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.’ 28 Tomás le contestó: ‘Señor mío y Dios mío.’ 29 Dícele Jesús: ‘Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído.’ 30 Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. 31 Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.”
  

COMENTARIO

Lo que es la fe; qué es

Para que todo lo que hizo tuviera sentido tuvo que aparecerse, Jesús, a sus discípulos que, con miedo, estaban escondidos. Sólo así comprendieron todos los, para ellos, extraños mensajes que habían recibido de Él y que, en su tiempo, no entendieron. 

Y se presentó ante ellos con la paz por delante, como deseándoles lo mejor, la tranquilidad del alma, la mejor forma de manifestarse, la expresión pura y simple de su ser. 

Para que acabaran de creer, les enseñó las marcas de su Pasión. Así, todo se cumplía, la comprensión de sus seguidores fue total. 

Pero no bastó con esto. Era fundamental que, sobre ellos, exhalara el Espíritu Santo; que, como prometió, fuera conveniente, para ellos que Él se fuera, se marchara al Padre, porque enviaría otro paráclito, otro defensor, ese Espíritu que les iba a guiar, dirigir, marcar el camino hacia Dios. 

Y también llevó a cabo el primer envío después de darles a aquel. Una misión: predicar el Evangelio, esa buena noticia que debían de llevar a todos,  con el poder de perdonar pecados, y de retener los que creyeran que debían ser retenidos. Todo un poder legítimo, significativo, creador de un nuevo mundo basado en su ejemplo, en su amor, en la Verdad que Él trajo, otros brazos para Dios. 

Y como era esencial llevar a cabo una definición, el establecimiento de un concepto claro y diáfano de Fe, lo hace en cuanto Tomás, llamémosle el incrédulo, duda de su presencia ocho días antes, ante sus apóstoles, allí, entre ellos, ante sus hermanos de fe. 

La fe de Tomás | Parroquia Santo Domingo Savio

Y como este apóstol debía tocar para creer, ver para creer, mirar para creer, le conmina a lo que todos sabemos: trae tus dedos, mira mis manos, etc., ante lo cual no pudo salir otra cosa de su boca que la tan conocida expresión de Señor mío y Dios mío. 

Ante esta expresión de sumisión a Cristo, éste, define, de una manera radical (de raíz), básica, imperecedera, lo que es la Fe: creer sin haber visto; sin haber visto, dijo. Ahí reside el elemento fundamental de nuestra expresión como cristianos y como hijos de Dios: asentimos ante unos hechos, unas realidades que no somos capaces de comprender. Sin embargo, creemos, tenemos Fe. Y otra cosa que no sea eso, el cuestionar estos hechos y estas realidades con el pretexto de no ser demostrables es, ciertamente, la mejor manera de permanecer alejados del Mesías y, por tanto, de Dios, al que no vemos, pero oramos, seguros, como estamos, de que nos escucha pues, para esto resucitó Cristo.

PRECES

Pidamos a dios por todos aquellos que dudan de Cristo.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no aceptan la Paz de Cristo.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a no dudar nunca de tu presencia en nuestra vida.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 
Eleuterio Fernández Guzmán

 

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

Tener fe es eso: creer sin ver.

 

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

2 comentarios

  
Pedro de Torrejón
La fe de Tomás titubeó ante el testimonio de los demás Discípulos :" Hemos visto al Señor". El Discípulo Tomás necesitó meter los dedos en el costado de Jesús para creer que Jesucristo había realmente resucitado :" Señor mío ,y Dios mío "..

Necesitamos que Dios nos aumente la fe para reconocer a Cristo resucitado en cada sacerdote, obispo y cardenal . Y en cada miembro de la Iglesia que participa dignamente del Cuerpo y la Sangre de Cristo ; de la Iglesia que participa de la Eucaristía en gracia de Dios. La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo, cómo nos va dice San Pablo.

También necesitamos que Dios nos aumente la fe para reconocer al " Anciano de Días " en el Santo Padre el Papa ; independiente de cómo se llame y de dónde proceda.

San José ,el esposo terrenal de la Virgen María, también necesitó que Dios le aumentará la fe para creer que el embarazo de la que habría de ser su esposa ,fue en un estado de comprobada virginidad . Y de que lo que en Ella había era obra del Espíritu Santo. Dios nos acepta tal y cómo somos ; con nuestras limitaciones humanas ,y nuestra falta de fe ,en muchos casos .

| Muchas gracias don Eleuterio Fernández Guzmán . Y feliz Domingo !
06/04/24 11:05 AM
  
Jackino
Buenos dias in the morning. Anda pero si es la Biblia de mi difunto papi que en paz descanse por el que hice la indulgencia plenaria en la parroquia de María Auxiliadora de Madrid en la novena en el año 2012 porque decia que era mala persona. Creo en Dios Padre todopoderoso creador del cielo y de la 🌎 creo em Jesucristo su unico hijo nuestro señor qie fue concebido por obra y gracia del espíritu santo. Nacio de Maria la Virgen padecio bajo el poder de poncio pilato fue crucificado muerto y sepultado... Hasta luego.
07/04/24 7:08 AM

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