InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Julio 2013, 24

24.07.13

Ad pedem litterae - P. Pablo Cabellos Llorente

Por la libertad de Asia Bibi.
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Por el respeto a la libertad religiosa.
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Enlace a Libros y otros textos.
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Panecillos de meditación

lama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

El tiempo que nos ha tocado vivir nos ha sido dado por Dios. No hagamos como si no nos interesase lo que pasa a nuestro alrededor.

Y, ahora, el artículo de hoy.

Al pie de la letra es, digamos, una forma, de seguir lo que alguien dice sin desviarse ni siquiera un ápice.

En “Ad pedem litterae - Hermanos en la red” son reproducidos aquellos artículos de católicos que hacen su labor en la red de redes y que suponen, por eso mismo, un encarar la creencia en un sentido claro y bien definido.

Ad pedem litterae - P. Pablo Cabellos Llorente

Presentación del artículo del P. Pablo Cabellos .

El P. Pablo Cabellos, a tenor de la próxima canonización de los beatos, ambos fueron Vicarios de Cristo, Juan XXIII y Juan Pablo II, ha echado su cuarto a espadas y opina al respecto de lo que suponen cada uno de ellos.

En realidad, no es poco cierto lo que nos dice el autor del artículo y que va referido al echo según el cual los dos creyentes traídos al mismo van a ser canonizados por mucho más que aquello que podría pensarse. Es como ir más allá de lo que supone la vida de un creyente y que es, en el fondo, lo que determina que la fama de santidad que recae sobre una persona lo sea porque, en efecto, lo es.

Así, tanto en Juan XXIII como en Juan Pablo II, ambos beatos, concurren circunstancias propias de sus que determinan que la canonización, próxima a llevarse a cabo, lo sea en beneficio espiritual de todos sus hermanos en la fe. Por eso el primero de ellos, conocido por su especial bondad o el segundo, venido del otro lado del telón de acero y por su fama de santidad propia, en efecto, de un santo, son ejemplos a seguir por parte de aquellos que, siendo hermanos suyos en la fe, los miramos con gozo.

Y, ahora, el artículo del P. Pablo Cabellos Llorente.

El Papa Bueno y el
Papa Grande

Pablo Cabellos Llorente

“Bueno y Grande son dos adjetivos que podrían situarse junto al nombre de los papas que he conocido. He aprendido a amarlos a todos porque representan a Cristo. Pero cuando el sensus fidei, la nariz católica del Pueblo de Dios lo dice de alguien en particular, no dudo de que tiene un sentido. Es muy natural llamar a Juan XXIII el Papa Bueno y otorgar el título de Grande a Juan Pablo II, unidos porque se ha comunicado conjuntamente la canonización de ambos, otro gesto de Francisco, el Papa Sencillo.

Podría pensarse en una bondad del Papa Juan derivada de sus grandes encíclicas sociales, o de la convocatoria del Concilio Vaticano II con el que buscaba una notable mejora de la Iglesia, un mayor diálogo con el mundo, una mejor relación entre la fe y la razón. Pero posiblemente pensamos que no fue por ninguno de esos motivos. Con Machado, podríamos decir que fue un hombre bueno en el buen sentido de la palabra, tanto que va a ser canonizado, lo que significa que, ayudado por la gracia de Dios, se ha identificado con Cristo ejercitando las virtudes heroicamente.

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