InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Febrero 2013

28.02.13

Decir adiós es tan difícil a veces…

Por la libertad de Asia Bibi.
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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Cuando las personas especialmente escogidas por Dios para pastorear su grey nos dejan sentimos como una especie de sentimiento de orfandad. ¿No es cierto?

Y, ahora, el artículo de hoy.

Benedicto XVI

Es más que sabido que Benedicto XVI ha fijado su tiempo de desempeño de la labor de Vicario de Cristo para las ocho de esta tarde (hora italiana). Lo bien cierto es que, como pasa siempre, tal momento llegará, de forma inexorable, y entonces muchas cosas relacionadas con la Iglesia católica y el propio Papado habrán cambiado para siempre. Hasta en esto ha tenido que ser innovador en lo bueno el excelente Papa que ha sido, y aún es (y, creo, será para siempre) el tímido alemán que dijo sí cuando tras el cónclave de hace ocho años le propuso para ocupar la silla de Pedro y él quiso rendir el penúltimo o antepenúltimo servicio a Dios y a su prójimo.

Muchos han zaherido a su persona y a la institución misma todo lo que han podido. Desde mucho antes, incluso, de que el Espíritu Santo soplara en el corazón de los cardenales que lo eligieron, hubo personas que le quisieron mal. Ocupaba un cargo muy importante en la Iglesia católica porque ser Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (¡qué palabras, para algunos, doctrina y fe… juntas!) no es fácil en un mundo donde lo que más abunda es la perversión de la doctrina, el abandono efectivo (por real) de la fe que se dice tener, el olvido de Dios, la mundanidad más absoluta y no el simple humo de Satanás (como dijera Pablo VI) sino el mismo Mal dentro de la Esposa de Cristo, en sus hijos y en no pocos pastores y guardianes del redil con una tendencia excesiva a dejar la puerta abierta para que entre lo malo o salga lo bueno.

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27.02.13

La luz de Hispanoamérica

Por la libertad de Asia Bibi.
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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Dios quiere que su Palabra llegue a todo el mundo y a todo corazón. Hagamos, pues, cada cual lo que podamos para ello.

Y, ahora, el artículo de hoy.

Día de Hispanoamérica

El próximo domingo, 3 de marzo, se celebra el denominado “Día de Hispanoamérica”.

Eclesialmente hablando el continente americano es, ciertamente, una esperanza que la vieja Europa no puede descuidar ni desdeñar. Tiene, por eso mismo y en sí mismo, una luz que irradia y que le viene dada por el Espíritu Santo; luz, al fin y al cabo, de Dios. De aquí que se celebre el denominado Día de Hispanoamérica.

Se dice, y así es, que América, ahora en concreto la parte Hispana de la misma, es un continente joven porque apenas hace unos siglos que fue descubierto. Por eso, entre los aspectos importantes que tiene la celebración de este especial Dia no podemos olvidar, por ejemplo, que la labor evangelizadora de la juventud ha de constar entre las primeras que lleva a cabo iglesia católica porque los jóvenes, como suele decirse porque es cierto, son el futuro exacto de la humanidad. Por eso la Exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini (en su número 104) dice que “los jóvenes son ya desde ahora miembros activos de la Iglesia y representan el futuro”.

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26.02.13

Un amigo de Lolo - Dios providente

Por la libertad de Asia Bibi.
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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Dios nos entrega la vida, para empezar, que tenemos. Luego, el resto de dones que, a veces, olvidamos hacer rendir…

Y, ahora, el artículo de hoy.

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Dios providente

“Dios maneja los hilos de la Historia y ni un acontecimiento está pensado para la ruina y desolación de los hombres”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (88)

Hay personas que, no queriéndose dar cuenta de lo que Dios hace por ellas se entregan a la molicie y hacen de su existencia un canto al olvido del Creador y a lo que por ellas hace. Sin embargo, aquellos que sabemos que en el corazón del Todopoderoso caben todas sus criaturas no podemos, por menos, que tener por seguro, que vela por todas ellas y que su Providencia es exacto ejemplo de sus entrañas de misericordia.

El caso es que cuando alguien no tiene a Dios por Creador no puede tener por bueno el hecho de que no sólo creó sino que, claro, mantiene lo creado sin olvido del mismo. Por eso esperamos, de cada una de sus acciones, el mayo Bien que podamos ser capaces de imaginar. Por eso sabemos que Quien todo lo hizo no hace nada que pueda considerarse perjudicial para sus criaturas y, por tanto, que el cumplimiento exacto de su voluntad, por parte de nosotros, no es más que el reflejo de que somos lo que somos y que no es otra cosa que hijos de un Padre eterno.

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25.02.13

Serie Sacramentos .- Unción de los enfermos

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Dios quiere que nos acerquemos a Él con el alma limpia. Aprovecha, cada momento, para que así sea porque no sabes cuándo te va a llamar

Y, ahora, el artículo de hoy.

Sacramentos

Como es bien sabido, los Sacramentos constituyen una parte muy importante de la vida espiritual del católico. Podemos decir que marcan un camino a seguir que, comenzando con el bautismo, terminará con la unción de los enfermos si es que la misma llega, claro, a tiempo. Sin embargo, no podemos negar que sin los Sacramentos, el existir del católico deja de ser como debería ser.

A este respecto, dice la Constitución Sacrosanctum Concilio, relativa a la Sagrada Liturgia, en su número 59 que

Los sacramentos están ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo y, en definitiva, a dar culto a Dios; pero, en cuanto signos, también tienen un fin pedagógico. No sólo suponen la fe, sino que, a la vez, la alimentan, la robustecen y la expresan por medio de palabras y de cosas; por esto se llaman sacramentos de la “fe". Confieren ciertamente la gracia, pero también su celebración prepara perfectamente a los fieles para recibir fructuosamente la misma gracia, rendir el culto a dios y practicar la caridad.

Por consiguiente, es de suma importancia que los fieles comprendan fácilmente los signos sacramentales y reciban con la mayor frecuencia posible aquellos sacramentos que han sido instituidos para alimentar la vida cristiana.”

Vemos, pues, que no son realidad baladí sino pura esencia en la vida del católico. Pues, como muy dice este apunte de la SC los Sacramentos “no sólo suponen la fe”, es decir que recibiéndolos se atribuye una presunción de catolicidad, sino que, además, “la alimentan, la robustecen” o, lo que es lo mismo, fortalecen el alma del que se dice, y es, católico y no niega la posibilidad de seguir siéndolo sin ninguna clase de apostasías silenciosas.

Los Sacramentos

Tenemos, por tanto, la seguridad de que los Sacramentos son signos sensibles que fueron instituidos por Cristo. Además, que comunican la gracia. Y, ya, por fin, que son los que son no porque sea un número más o menos bíblico que nos indique cierta perfección, sino porque Jesucristo, el Hijo de Dios, instituyó siete y ni uno más ni uno menos.

Característica común a todos los Sacramentos es que todos tiene una materia y una forma pues es propio de cada uno de ellos el que haya un objeto-gesto exterior y unas palabras que lo conforman y determinan a ser lo que son; también que debe ser un ministro legítimo el que lo confiera pues, de tal manera, Cristo actúa por él.

En realidad, los Sacramentos lo son de Cristo porque son creados por él; son de la Iglesia porque existen por ella y para ella (cf. Catecismo, 1118); son de la fe porque están ordenados a la santificación de los hombres (cf. Catecismo, 1123); son de la salvación porque son necesarios para la misma (cf. Catecismo, 1129), y lo son, por último, de la vida eterna porque preanuncian la gloria venidera (cf. Catecismo, 1130).

Esta serie, pues, corta porque son siete los Sacramentos y no más, tratará de los mismos y de la importancia que tienen para la vida del creyente católico.

Sacramentos.- Unción de los enfermos

Unción de los enfermos

“Por esta santa Unción y por su bondadosa misericordia te ayude el Señor con la gracia del Espíritu conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad. Amén”

Con estas palabras, el enfermo recibe la unción que confiere el sacerdote y le procura (esto dice el P. Jorge Loring en el número 97.8 de su “Para salvarte”) “la salud del alma y la del cuerpo si les conviene”.

Dice el Código de Derecho Canónico, al respecto de aquellos a quienes se ha de administrar el Sacramento de la Unción de los enfermos, que

1004 1. Se puede administrar la unción de los enfermos al fiel que, habiendo llegado al uso de razón, comienza a estar en peligro por enfermedad o vejez.

2. Puede reiterarse este sacramento si el enfermo, una vez recobrada la salud, contrae de nuevo una enfermedad grave, o si, durante la misma enfermedad, el peligro se hace más grave.

1005 En la duda sobre si el enfermo ha alcanzado el uso de razón, sufre una enfermedad grave o ha fallecido ya, adminístresele este sacramento.

1006 Debe administrarse este sacramento a los enfermos que, cuando estaban en posesión de sus facultades, lo hayan pedido al menos de manera implícita.

1007 No se dé la unción de los enfermos a quienes persisten obstinadamente en un pecado grave manifiesto.

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24.02.13

La Palabra del Domingo .- 24 de febrero de 2013

Por la libertad de Asia Bibi.
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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Dios espera de sus hijos un comportamiento que, al menos, se aproxime lo más posible al de Jesucristo. No hagas como si esto n o tuviera que ver nada contigo.

Lc 9, 28b-36

Biblia

¿Quién dice la gente que soy yo?» 19 Ellos respondieron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos había resucitado.» 20 Les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contestó: «El Cristo de Dios.» 21 Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie. 22 Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día.» 23Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. 24 Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. 25 Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina? 26 Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras, de ése se avergonzará el Hijo del hombre, cuando venga en su gloria, en la de su Padre y en la de los santos ángeles. 27 «Pues de verdad os digo que hay algunos, entre los aquí presentes, que no gustarán la muerte hasta que vean el Reino de Dios.»

28 Sucedió que unos ocho días después de estas palabras, tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar. 29 Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, 30 y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías; 31 los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén. 32 Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. 33 Y sucedió que, al separarse ellos de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías», sin saber lo que decía. 34 Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. 35 Y vino una voz desde la nube, que decía: «Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle.» 36 Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto.”


COMENTARIO

Manifestación de Dios

No era extraño que Jesús quisiese saber qué pensaba la gente de Él. No es que no supiera, claro, sino que quería escuchar, por voz de sus discípulos, tal cosa. Esperaba, seguramente, la respuesta de Pedro porque Dios, y Jesús como Dios mismo hecho hombre, no impele a nadie a decir lo que el Creador quiere escuchar. Se trata, pues, de una acción puramente personal.

Pedro lo reconoce como el Enviado de Dios y, por lo tanto, el Mesías. Descubre, así, la naturaleza divina del Maestro. Jesús, sin embargo, no quería que nadie más lo supiera. Aún no había llegado el momento.

Jesús también es profeta. Les señala lo que le va a pasar y que no será nada bueno, humanamente hablando.

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