InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Diciembre 2012, 14

14.12.12

Eppur si muove - ¿Dónde están el buey y la mula?

Por la libertad de Asia Bibi.
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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Enlace a Libros y otros textos.

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Si guardas, en las páginas de las Sagradas Escrituras bajo el celemín, la Verdad que reconoces importante en tu vida porque no se te despega del corazón… entonces te convendría más romper el celemín.

Y, ahora, el artículo de hoy.

El buey y la mula

Ciertamente hay personas que tienen poco que hacer y lo que hacen siempre lo encaminan a causar malestar y, si eso es posible, a sembrar cizaña en el seno de la Iglesia católica, aprovechándose, como diría el jurista romano Labeón, de la ignorancia para engañar o defraudar a quien sea o, lo que es lo mismo, actuando con claro dolo. Aunque también es posible que se trate, simplemente, de la ignorancia de quien así trata las cosas. Y, ya sabemos, que la ignorancia es muy atrevida.

En el tema del buey y la mula, domésticos animales que aparecen, desde hace muchos siglos, en las representaciones con las que los creyentes traemos al presente lo que nunca se olvida, y a tenor de lo escrito por Benedicto XVI en su último libro sobre Jesús de Nazaret, parece que muchos han pretendido pescar incautos en lago ajeno.

Hace poco, el portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, ha tenido que decir lo que es obvio pero que, al parecer, algunas mentes obtusas no son capaces de entender. Y ha sido que

“Hace dos mil años que cualquiera que haya leído los Evangelios ve que allí no aparecen la mula y el buey. El Papa explica en su libro que aparecen luego, en el arte, por el capítulo primero de Isaías: ‘el buey conoce a su amo, y el asno, al dueño del pesebre, pero Israel no conoce a su Creador’. San Justino, en el siglo II, interpreta que con Jesús ya Israel conoce al Creador, y pone como símbolo a estos animales en el pesebre. En la pintura románica catalana del siglo XII aparecen con los ojos como platos, mirando al Niño Jesús, y también en el belén, que inventó San Francisco de Asís en la Edad Media”.

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