InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Septiembre 2012, 18

18.09.12

Un amigo de Lolo - Caridad de Dios, caridad del hombre

Por la libertad de Asia Bibi .

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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Enlace a Libros y otros textos.

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Manuel Lozano Garrido

Presentación

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Caridad de Dios, caridad del hombre

“¿Cómo cuánto hay que dar?- Hasta que todo se agote, hasta que te caigan las manos, hasta que se extinga el último latido del corazón”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (372 )

Cuando Jesús dijo que había que amar al prójimo como a nosotros mismos lo hizo porque sabía que, hasta entonces (y miremos ahora mismo cómo está el mundo) había sido difícil que un ser humano tuviera en cuenta a los demás de una forma totalmente desinteresada y, a la vez, con la mano tendida para hacer con ella lo que el otro necesitara. El amplio reino del egoísmo seguía imponiendo su omnímodo poder.

Sabemos que Dios tiene, también, una ley que llamamos divina y que debe imperar por sobre la humana. Es así porque no puede estar en nuestro corazón otro pensamiento que no sea el que construye el mundo reconociendo que su Creador es, por eso mismo, Quien lo gobierna, dirige y mantiene.

Pues sobre todo aquello que el Todopoderoso ha hecho y hace, sobrenada una ley que es la más importante porque refleja, además, de qué están hechas las entrañas de Dios y que no es de otra realidad que de Misericordia. Y decimos que es primordial tener en cuenta y reconocer que el amor, también llamado caridad en orden a qué hacemos con él, es el precepto principal del Reino de Dios. Por eso, san Pablo supo decirnos que de las tres virtudes que llamamos teologales, fe, esperanza y caridad, la última de ellas es la que prevalece y, además, la que reina en la eternidad pues, en la misma, no hará falta fe pues veremos a Dios y tampoco esperanza porque se habrá cumplido nuestro más gozoso anhelo de alcanzar la visión beatífica pues conoceremos a Dios por ser, lo quiera el Creador, almas justas.

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