InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Mayo 2011

11.05.11

Lo que un ignorante puede llegar a decir

Alguno puede estar pensando que el que esto escribe está volviendo a faltar a la caridad cristiana y no ha atendido a lo que dijo el beato Juan XXIII en el Discurso de inauguración del Concilio Vaticano II el 11 de octubre de 1962 acerca de que “la Esposa de Cristo prefiere usar de la medicina de la misericordia más que de la severidad. Piensa que hay que remediar a los necesitados mostrándoles la validez de su doctrina sagrada más que condenándolos”.

Pues no, no se trata de eso sino de hacer patente que hay ocasiones en los que una persona manifiesta un desconocimiento total de lo que dice. De ahí lo de la ignorancia de ciertas personas.

Cuando el que esto escribe estudió su carrera de Derecho aprendió a distinguir entre lo que es el “error” y lo que es la “ignorancia”. Así, en el primero incurre quien tiene un desconocimiento, digamos, salvable de una determinada realidad; en la segunda quien manifiesta un total desconocimiento de lo que se esté tratando. Y eso, como es obvio, lo incapacita para, siquiera, plantear algo que pueda parecerse a una idea.

Entonces se cae en el lugar común que es lo mismo que decir que se refrenda la ignorancia con un exceso de labia y de sacar a pasear a la sinhueso, vulgo lengua.

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10.05.11

Tristes hechos que se dan en la Santa Misa

Leer “Síntesis de la Eucaristía” del P. Iraburu para escribir el artículo de su serie ha supuesto descubrir lo que ya era de temer. Sin embargo, si lo confirma una persona como José María Iraburu, la realidad adquiere una consistencia que no puede soslayarse.

Con tristeza digo que lo que pasa, en muchas ocasiones, en la Santa Misa, es reflejo de una situación espiritualmente peligrosa.

Por eso el que esto escribe ha tenido que hacer lo mismo que hace hoy al respecto de algún que otro hecho sucedido en la celebración de la Eucaristía.

A veces resulta triste ver lo que se puede hacer durante la celebración de la Santa Misa. Son casos puntuales pero que, en general, determinan que algunos creyentes tienen una consideración de la Eucaristía que dista mucho de ser, simplemente, espiritualmente razonable.

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9.05.11

¿Sacerdocio femenino?

Resulta curioso que la técnica, de vez en cuando, responda a ciertas preguntas. Por ejemplo, al intentar guardar este artículo en el ordenador no sé la razón de que pase tal cosa pero el caso es que no deja hacerlo con signos de interrogación. Así la pregunta ¿Sacerdocio femenino? queda convertida, para ser guardado el texto, en “Sacerdocio femenino” convirtiendo, por arte de birlibirloque, en afirmación lo que era pregunta.

Pues eso es lo que muchos hacen en casos, por ejemplo y precisamente, como el de sacerdocio femenino: de preguntarse si es posible pasan, sin solución de continuidad, a afirmarlo y, acto seguido, quedarse tan panchos. Y a otra cosa, mariposa.

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8.05.11

La Palabra del Domingo - 8 de mayo de 2011- Al partir el pan

Biblia

Lc 24, 13-35. Lo reconocieron al partir el pan.

13 Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, 14 y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. 15 Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; 16 pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran. 17 El les dijo: «¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?» Ellos se pararon con aire entristecido.
18 Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?» 19 El les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazoreo, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo;20 cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. 21 Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó.22 El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, 23 y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que él vivía. 24 Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.»
25 El les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?» 27 Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras. 28 Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante.
29 Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.» Y entró a quedarse con ellos. 30 Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. 31 Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado. 32Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» 33 Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, 34 que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!» 35 Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.

COMENTARIO

La Fe vista en persona

Los discípulos de Emaús eran, por eso mismo, discípulos y, además, de su pueblo. Y esto no es un trabalenguas ni se trata de ningún acertijo, según veremos.

Como discípulos habían vivido, junto al Maestro, unos momentos espirituales que tenían en su corazón y que les daban a entender que Jesús era quien decían muchos que era: el Mesías enviado por Dios para salvar al mundo. Tenían una fe que se sostenía en la presencia de la persona que le daba forma. Por eso dice que los que fueron al sepulcro “no le vieron”. Y lo dicen, seguro, con tristeza pero con demasiado apego a lo terreno.

Como seres humanos tenían una vida ajena a lo espiritual y, en cuanto ven que a Jesús lo acusan y lo matan, se van a seguir con sus vidas como si nada hubiera pasado. Por eso dicen que tienen como pasado lo que, en efecto, había pasado (vida de Jesús, crucifixión y muerte) pero que, en verdad, lo tenían casi como no puesto, es decir, como lo que nunca fue. Ellos no veían nada de nada.

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7.05.11

Serie José María Iraburu - 6- Elogio del pudor

“Y un aspecto de la castidad es el pudor…
ordena más bien las miradas, los gestos,
los vestidos, las conversaciones, es decir,
todo un conjunto de circunstancias que está
más o menos en relación con aquel impulso sexual”

Elogio del pudor (E.-del p.)
José María Iraburu

Aviso previo

Elogio del pudor

El artículo, éste, que va a referirse al libro del P. Iraburu titulado “Elogio del pudor”, puede levantar más de una ampolla en aquellas mentalidades cristianas, aquí católicas, que, habiéndose hecho al mundo y, por tanto, alejándose de Cristo, puedan pensar que sobre el sentido del pudor lo tienen todo claro y, en definitiva, que no van con ellas. Pues se van a equivocar gravemente.

Así están las cosas

El P. Iraburu empieza su libro de la siguiente manera:

“Hace poco tiempo, en un retiro que yo daba a un grupo de jóvenes seglares sobre la santificación de los laicos en el mundo, señalé la profunda mundanización que hoy padecen muchos bautizados, incluidos también a veces los más fieles, y cómo en buena parte la sufren sin advertirlo. Y para que se dieran buena cuenta de esa realidad, quise ilustrar el tema con varios ejemplos. Uno de ellos se refería al impudor, hoy tan generalizado entre los cristianos:

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