¿Sacerdocio femenino?

Resulta curioso que la técnica, de vez en cuando, responda a ciertas preguntas. Por ejemplo, al intentar guardar este artículo en el ordenador no sé la razón de que pase tal cosa pero el caso es que no deja hacerlo con signos de interrogación. Así la pregunta ¿Sacerdocio femenino? queda convertida, para ser guardado el texto, en “Sacerdocio femenino” convirtiendo, por arte de birlibirloque, en afirmación lo que era pregunta.

Pues eso es lo que muchos hacen en casos, por ejemplo y precisamente, como el de sacerdocio femenino: de preguntarse si es posible pasan, sin solución de continuidad, a afirmarlo y, acto seguido, quedarse tan panchos. Y a otra cosa, mariposa.

De vez en cuando algunos, que no saben a qué acogerse para causar malestar se miran y se sacan un conejo de la chistera. Cuando no es el celibato es, como ahora mismo, la cuestión de si la mujer puede, o no, ser sacerdote, de la Iglesia católica. Y dicen que sí, por supuesto, que faltaría más y que hasta dónde vamos a llegar si eso no es así.

¿Dan razones para eso?

Piensan que sí: que si hay pocas vocaciones, que si sería necesario que la mujer recibieran el Sacramento del Orden para cubrir tal vacío sacerdotal, y así.

También se aduce, muchas veces, que lo que aquí pasa es que la Iglesia católica discrimina a la mujer y que, por eso mismo, se niega a permitir que la misma reciba el Orden sacerdotal. Pues bien, esto también es radicalmente falso porque, según parte del contenido del “Monitum” de fecha 10 de julio de 2002 de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y poniendo como ejemplo a la Virgen María, se dice allí que el hecho de que la Madre de Dios “no recibiera la misión propia de los Apóstoles ni el sacerdocio ministerial muestra claramente que la no admisión de las mujeres a la ordenación sacerdotal no puede significar una menor dignidad ni una discriminación hacia ellas”. Por tanto, ni discriminación ni menoscabo de la dignidad de la mujer (cosa que, por cierto, ya había quedado más que demostrada en 1988 con la “Mulieris dignitatem”, Carta Apostólica del beato Juan Pablo II).

Pero, en realidad, les importa poco lo que diga, al respecto, la Iglesia católica porque, en verdad, lo que les interesa es ser modernos y hacer uso de lo que llamó Sta. Teresa, la “loca de la casa” que no es otra que la imaginación.

Y es que, además de lo apuntado arriba, como no podía ser menos dado lo peliagudo del tema, la Esposa de Cristo ha dicho más que suficiente al respecto, al menos, en dos documentos que son, a saber, la Declaración sobre la cuestión de la admisión de las mujeres al sacerdocio ministerial de título Inter insigniores de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe (1976) y la Carta Ordinatio Sacerdotalis , del beato Juan Pablo II, relativa a la “ordenación sacerdotal reservada sólo a los hombres”.

Como es fácil de entender no vamos a traer aquí, vía copia y pega, los textos citados. Sin embargo, con dos apuntes debería ser más que suficiente para que se disipasen las dudas que, al parecer, algunos manifiestan y, sobre todo, para que, de una vez por todas, dejasen de incordiar al respecto del tema del imposible sacerdocio de las mujeres.

Por una parte, el primer documento dice, entre otras muchas cosas, que “Las mujeres que manifiestan el deseo de acceder al sacerdocio ministerial están ciertamente inspiradas por la voluntad de servir a Cristo y a la Iglesia. Y no es sorprendente que en un momento en que las mujeres toman conciencia de las discriminaciones de las que han sido objeto, algunas de ellas deseen el sacerdocio ministerial. Sin embargo no hay que olvidar que el sacerdocio no forma parte de los derechos de la persona, sino que depende del misterio de Cristo y de la Iglesia. El sacerdocio no puede convertirse en término de una promoción social. Ningún progreso puramente humano de la sociedad o de la persona puede de por sí abrir el acceso al mismo: se trata de cosas distintas.

Por otra parte, el beato Juan Pablo II, daba por finiquitado el tema de la ordenación de mujeres diciendo que “Declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia.

¿Qué es lo que no se entiende?

Eleuterio Fernández Guzmán

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7 comentarios

  
rastri
la Virgen María, se dice allí que el hecho de que la Madre de Dios “no recibiera la misión propia de los Apóstoles ni el sacerdocio ministerial muestra claramente que la no admisión de las mujeres a la ordenación sacerdotal no puede significar una menor dignidad ni una discriminación hacia ellas”.
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-¡Lógico! Y todo esto porque cada cual y cada quién tiene su propia misión que cumplir en este Mundo.

-Y el de la Virgen María no fue otro más excelso que el de ser la madre del hijo de Dios en la Tierra.

09/05/11 11:38 AM
  
Vult
No se trata de entender nada Don Eleuterio, sino de destruir. Quienes se escudan en dicha cuestión de la igualdad mal entendida, ni creen, ni dejan creer, ni conocen al Espíritu Santo ni a la Iglesia inspirada por Él, y si no conocen a la esposa tampoco al esposo, por lo que no queda más motivación a la lógica que aceptar el hecho de que lo que quieren es destruir la iglesia. Por desgracia con todo esto se cedió en lo de las monaguillas (tradición humana) y por ello muchos Católicos andan despistados sin saber que el tema del sacerdocio femenino está cerrado.

Saludos y Bendiciones.
09/05/11 11:44 AM
  
rastri
El sacerdocio no puede convertirse en término de una promoción social. Ningún progreso puramente humano de la sociedad o de la persona puede de por sí abrir el acceso al mismo: se trata de cosas distintas.”
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- No todos pueden entender que de principio a fin del Universo -en la parte y el todo de su ser- éste es una jerarquía de valores e individuos en continua evolución ascendente y descendente mientras éste exista. Entendiendo aquí lo ascendente como la evolución física y moral antes y después de la muerte "hacia el ser sin muerte"; Y viceversa: lo descendente como involución física y moral antes y después de la muerte " hacia el no ser en continua muerte"

Y que para que la mujer pudiera ser llamada al sacerdocio, ésta, tendría que haber evolucionado, ascendentemente, a naturaleza de hombre como tal definido. Lo cual no es así, sino todo lo contrario según aparece en el Génesis.

Y todo esto visto comprendido y antropológicamente aceptado que así como todos los que se dicen hombres no descienden del hombre Adán y la mujer Eva como tronco humano a tiempo completo definido. Así todas las que se dicen mujeres, no son tales, sino que desde un principio hasta hoy por natural aclimatamiento, estos, lo parecen.

-Esto no quita que como el Judas Iscariote, condicionados por su natural herencia genética, haya sacerdotes hipócritas y traidores. Y pseudo mujeres consagradas revocadas.

Visto y comprendido esto se comprenderá el porqué Cristo dice: "Muchos serán los llamados y pocos los escogidos". Pues la mayoría de los moradores del planeta Tierra, hoy día, por principiode herencia genética no pueden creer en Dios.Y no digo más.



Que se me escandalizan cuando digo que la llamada Serpiente, allá en el Paraíso Terrenal. No fue otra cosa que una familia de aclimatados extraterrestres venidos para colonizar el planeta Tierra con sus costumbres. Y a la vista está que lo consiguieron.


¿Qué; Está todo escrito? Pues,.... si ya el Genésis dice lo que dice..
09/05/11 12:46 PM
  
josé
si alguna vez cambia la disciplina de la Iglesia tendremos que aceptar las cosas.
09/05/11 4:18 PM
  
Miserere mei Domine
Lo que más pena me da son todas la fuerzas desperdiciadas en este tipo de causas. Cuanto bien se podría hacer si se emplearan en otras cosas.

Dios le bendiga D. Eleuterio :)
09/05/11 5:51 PM
  
Francisco Javier
Yo voy a decir lo que no se entiende:

Que muchos creen que en la última Cena no solo estuvieron los apóstoles. Sino que estaban: los doce, hombres, mujeres y niños.

Y con esta excusa argumentan que TODOS pueden hacer la consagración (porque la Iglesia dice que los apóstoles fueron ordenados sacerdotes en esa cena).

Pues el caso es ese.

De todos modos, aunque hubiese habido mujeres u otros hombres distintos a los apóstoles durante la cena... Se ve claramente que no fueron todos ordenados sacerdotes en la lectura de LOS HECHOS porque los únicos que se comportan como sacerdotes son los propios apóstoles y todos los ordenados por ellos.


AHORA BIEN, otro asunto es el diaconado femenino. Que están erre que erre porque de eso sí hay pruebas históricas y eso cuesta más poner razón, porque la Biblia es poco clara (en el pasaje de Timoteo 1 sobre los diáconos no se sabe si habla de la mujer de los diáconos o los díaconos-mujer) y además todos estos sacan a relucir ceremonias de ordenación de las mujeres diácono (que eran idénticas a las de los hombres).

Textos históricos demostrados.


También suelen hablar de que si María fue sacerdotisa (y que se representaba como tal en la Edad Media) por el hecho de haber traído a Cristo al mundo.

En fin... Muchas cosas.

Yo fiel al Papa y a su Iglesia y que ella sea la que estudie los temas. Las voces de fuera (aunque te suenen a cantos atrayentes de sirena) mejor no oírlas porque ya se saben lo que traen. No hay más que ver la Historia y sus efectos:

Lutero, Calvino, Teología de la Liberación...

Que si la Iglesia avanza que sea siempre siendo fiel a sí misma y al Espíritu, pero no por chorradas o hipótesis varias (o por modas del momento).
09/05/11 5:56 PM
  
obtuso
Pues si, algunos seguimos sin entenderlo. No parece que haya razones antropologicas. Tampoco en el mensaje de Jesús.
Lo que se aduce suelen ser razones de tipo histórico, tradicionales y ditáamenes de Juan Pablo II.

Pues respecto del dictámen de JPII, sin duda inspirado por el Espíritu, no elimina la posibilidad de que el Espíritu en otro momento pueda inspirar a otro Papa de distinta forma. A fin de cuentas el Espíritu intenta guiarnos en cada momento y circunstancia por el camino adecuado.
En lo que se refiere a razones antropológicas, está claramente demostrado que no hay barreras para que la mujer no pueda consagrar.
Finalmente las tradciones son costumbres que se adquieren en un momento histórico y que permanecen a lo largo de la historia, por tanto son modificables.

Como decia al principio, algunos seguimos sin entenderlo, y no es cuesstión de derechos o no, es simplemente de falta de entendimiento. Sin embargo como un dictamen papal que es así hay que aceptarlo. Lo que no es necesario aceptar es que en el futuro la situación no pueda ser diferente.
10/05/11 1:11 PM

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