InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Marzo 2011

16.03.11

Entre la luz y la tiniebla - La Creación, su Creador y la criatura

El espacio espiritual que existe entre lo que se ve y lo que no se ve, entre la luz que ilumina nuestro paso y aquello que es oscuro y no nos deja ver el fin del camino, existe un espacio que ora nos conduce a la luz ora a la tiniebla. Según, entonces, manifestemos nuestra querencia a la fe o al mundo, tal espacio se ensanchará hacia uno u otro lado de nuestro ordinario devenir. Por eso en tal espacio, entre la luz y la tiniebla, podemos ser de Dios o del mundo.

La Creación, su Creador y la criatura

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas. Dijo Dios: ‘Haya luz’, y hubo luz. Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad; y llamó Dios a la luz ‘día’, y a la oscuridad la llamó ‘noche’. Y atardeció y amaneció: día primero”.

El texto del Génesis (1, 1.-5) expresa, a la perfección, qué es la creación y, sobre todo, Quién es su Creador. Pero, además, dice muchas cosas que no deberíamos olvidar para no caer en pensamientos contrarios a verdad tan grande.

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15.03.11

Capilla de la Complutense: desnudos innecesarios

Complutense

Hace unos días (el 10 de marzo), una horda de bárbaros presuntamente de izquierdas tuvieron la perturbadora idea de causar malestar a la Iglesia católica profanando de una forma un tanto curiosa un recinto sagrado en la Universidad Complutense de Madrid (España).

La foto que ilustra este artículo es significativa de la intención: se ataca a la Iglesia católica en la persona de Benedicto XVI del que se predica que es un nazi cuando está más que demostrado que su actuación en el ejército alemán de la Segunda Guerra Mundial fue la que fue, obligado y totalmente falto de culpabilidad. Eso, sin embargo, no les importa lo más mínimo porque lo que pretenden es zaherir al Santo Padre y, de paso, hacer lo que hicieron.

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14.03.11

Entre la luz y la tiniebla - Eternidad, la eternidad... la nuestra

El espacio espiritual que existe entre lo que se ve y lo que no se ve, entre la luz que ilumina nuestro paso y aquello que es oscuro y no nos deja ver el fin del camino, existe un espacio que ora nos conduce a la luz ora a la tiniebla. Según, entonces, manifestemos nuestra querencia a la fe o al mundo, tal espacio se ensanchará hacia uno u otro lado de nuestro ordinario devenir. Por eso en tal espacio, entre la luz y la tiniebla, podemos ser de Dios o del mundo.

Eternidad, la eternidad… la nuestra

Si hay algo que el Creador, en su infinita Misericordia, quiso y quiera para su Creación, es que habite las praderas de su definitivo Reino y que pueda gozar de las mismas con entera satisfacción de su espíritu.

Ante la turbación del corazón de sus discípulos se refirió Jesús a lo que es tan buscado y tan anhelado. Lo recoge el discípulo amado en su evangelio (Jn 12-2-4) cuando el Maestro dice que “En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino

Y es que no nos basta, al parecer, con que se nos diga que la eternidad nos ha sido ganada por quien, con su Pasión, nos salvó sino que es necesario que el Mesías insista en que no pasemos tribulación por lo escatológico, por lo porvenir, sino que se encarga de decirnos que es Él mismo quien nos lo está preparando.

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13.03.11

La palabra del Domingo - 13 de marzo de 2011 - Tentaciones

Biblia

Mt 4, 1-11. Jesús ayuna cuarenta días y es tentado.

1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. 2 Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre. 3 Y acercándose el tentador, le dijo: ‘Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.’ 4 Mas él respondió: ‘Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios’. 5 Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa, le pone sobre el alero del Templo, 6 y le dice: ‘Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: A sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu pie en piedra alguna.’ 7 Jesús le dijo: ‘También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.’ 8 Todavía le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, 9 y le dice: Todo esto te daré si postrándote me adoras.’ 10 Dícele entonces Jesús: ‘Apártate, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto?’. 11 Entonces el diablo le deja. Y he aquí que se acercaron unos ángeles y le servían”.


COMENTARIO

Tentaciones

Jesús fue tentado porque el Maligno tenía que intentar vencer al Hijo de Dios y traerlo a su terreno de daño y peligro. Y lo intentó, en aquel momento, hasta en tres veces. Fue perseverante en el Mal.

Pero Jesús siempre tenía la respuesta adecuada para cada una de las tentaciones. No se dejó vencer y venció al Mal con el Bien, con sobreabundancia de Bien. Fue perseverante en el Bien.

Con el miércoles de Ceniza, justo antes del Primer Domingo de Cuaresma, traemos al recuerdo un tiempo de limpieza de alma y de espíritu. Al igual que hizo Jesucristo en aquel desierto y ante sus tentaciones, tenemos la obligación de llegar limpios a la celebración de la Semana de Pasión de Nuestro Señor.

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12.03.11

Vírgenes, advocaciones – Fin de la serie: Gracias María

Virgen María

Cuando el 10 de Julio del pasado año 2010 comencé la serie relativa a las advocaciones, unas pocas de ellas, que se reconocen, a la Virgen María, como tales en el mundo, escribí que “Los cristianos reconocemos que María, Madre de Dios y Madre nuestra, tiene un lugar muy importante en nuestra vida. Además, los católicos sabemos que tal lugar lo ocupa también por ser intercesora nuestra y porque el Amor de Dios nos la ha entregado dotada de unas virtudes y cualidades que enriquecen su persona”.

Tales consideraciones han sido las que me han conducido, a lo largo de estos meses, por las más diversas naciones que en el mundo son para reconocer las claras huellas que María ha dejado en las mismas y que hacen tan especial la relación que mantiene la Madre de Dios con los hijos de Dios.

Decir lo que supone, para un católico, la Virgen María, sea cual sea la advocación que se ame, quiera o sienta más, está, a lo mejor fuera de lugar porque cualquiera sabe lo que es María para cada uno de nosotros. Lo decimos muy bien en las Letanías del Santo Rosario (Madre purísima, Madre castísima, Madre siempre virgen, Madre inmaculada, Madre amable, Madre admirable o Madre del buen consejo, entre otras bellas formas de referirnos a La Madre) y, por eso, no voy a traer a colación nada más. Tan sólo agradecer a María lo que hace por los creyentes en Dios Omnipotente y Creador.

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