J.R.R.Tolkien - Ventana a la Tierra Media – La revista Estel

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“La Revista Estel, de periodicidad semestral, que incluye diversos artículos especializados en la vida y obra del Profesor, así como contenido relativo a las actividades que realiza la propia asociación. Cualquiera puede acceder a números pasados de la revista Estel, ya que los liberamos para consulta pública, y así podrá disfrutar de sus contenidos y aprender o descubrir matices nuevos de esta vasta obra.”

Con estas palabras, la Presidenta de la Sociedad Tolkien Española (STE desde ahora), en entrevista publicada en este blog el pasado 2 de febrero, ponía sobre la mesa la existencia de Estel. Y es que  la Sociedad Tolkien Española tiene, entre sus diversas formas de difusión de la figura y otra de J.R.R. Tolkien, una que, por ser en papel, tiene su importancia. Y no es que aquello que esté en la red no la tenga sino que, para las personas que nos gusta leer en tal tipo de medio (el papel, queremos decir) hay formas que tienen más importancia. 

Bien. Decimos que la STE Tiene un medio de comunicación (también es accesible a través de la red, como podemos imaginar) que, con el nombre élfico de esperanza, Estel, nos pone al día de lo que pasa en nuestra Sociedad. 

La revista Estel, que es la revista oficial de la Sociedad Tolkien Española, como decimos, tiene un equipo editor muy amplio que lleva a cabo un encomiable trabajo que consiste, en esencia, en dar a la luz trabajos relacionados, como podemos imaginar, con el profesor de Oxford (resulta curioso, por cierto, que se le suela llamar así cuando estuvo en alguna que otra Universidad…) y con todo lo que, alrededor de la Tierra Media, existe y se desarrolla porque son tantos los temas que suscita la obra de J.R.R. Tolkien que ha de haber un medio de comunicación que se ocupe, al menos, de algunos de ellos. Y eso lo que hace Estel. 

No podemos negar, porque sería faltar a la verdad, que los artículos que se publican en Estel muestran la influencia que, en muchas vidas, tiene lo escrito, en vida o de forma póstuma, por el profesor Tolkien. Y es bien cierto que es tanto y tanto lo que se puede decir de las palabras que han dado forma a la vida de la Tierra Media (en sus diversas Edades) que está más que bien que haya quien se ocupe de hacer que se conozca el pensar de aquellos seguidores de J.R.R. Y no se trata, por decirlo así, de un terreno propio de los que se podían considerar “frikis” porque la labor llevada a cabo a lo largo de su vida por Tolkien va más allá de los gustos muy particulares de cuatro gatos, como podría pensarse. Y es que, a lo largo del mundo, no pueden estar equivocados los millones y millones de personas que dan, a la obra del profesor de Oxford, una importancia, en sus vidas, de primer nivel y, no nos equivocamos en decir que no pueden pasar sin ella. Así de sencilla y profunda es la cosa. 

Estel es, por decirlo así, un instrumento puesto en buenas manos por la inspiración de un autor de literatura que nos atrevemos a llamar exclusivamente fantástica (aunque lo sea) porque nos gusta creer que mucho de lo que conlleva la Tierra Media (valores, forma de ser de los personajes, situaciones, etc.) va más allá de lo que queda escrito. Y, aún no tratándose de alegoría alguna (no queremos que el profesor se revuelva allí donde esté -nosotros creemos y esperamos que en el Cielo-) lo bien cierto es que tratando de vernos nosotros mismos en la piel de alguno de los seres que creó (mejor los buenos, claro está y no nos esbirros del Mal…) lo que se nos dice en Estel  conforma muy bien nuestro ávido corazón de cosas sobre J.R.R. Tolkien. 

A lo mejor alguien nos puede llamar exagerados pero si por exageración se entiende el querer conocer y saber todo lo que se pueda conocer y saber sobre nuestro profesor… entonces sí, entonces somos los más exagerados del mundo e, incluso, de la Tierra Media. Y nos preciamos de serlo porque Estel nos proporciona el alimento que nuestra alma de lectores necesita para seguir viviendo, como diría nuestro profesor, en un mundo que se derrumba (se derrumbaba cuando lo dijo, imaginemos ahora…) y hacerlo con los pies en la tierra y, también en la Media.

 Hasta ahora se llevan publicados 90 números de la citada revista y el último de ellos, el de Invierno de 2018, contiene temas tan sugerentes como, por ejemplo: 

-La reformulación del mito de Prometeo en El Silmarillion.

-La historia de Beren y Lúthien.

-Las Ventajas de ser un marginado: el aislamiento de Sméagol, Bilbo y Frodo como elemento fundamental.

-Las recetas de Sam: guiso de conejo al estilo de Ithilien. 

Pero también se recoge noticia de los premios que la STE organiza cada año (aquí los del pasado 2018) y que abarcan desde el dibujo hasta el microrrelato o la narración… 

Vemos, por tanto, que la revista Estel es, digamos, una fuente de donde se puede beber el agua que sacia nuestra sed de Tolkien. Y no podemos negar que, número a número, eso se consigue.

  

 

 

Eleuterio Fernández GuzmánErkenbrand de Edhellond  

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

 

Hay mundos que, sin duda alguna, nos llevan más lejos del que vivimos, nos movemos y existimos.

 

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

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