20.06.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - La esperanza que nunca se ha de perder

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

La esperanza que nunca se ha de perder

  

“Los días pueden ser negros, grises o claros, pero ¿todos únicamente negros? La pesadumbre se ha echado encima del optimismo y lo aplasta, lo aplasta, más la fe nos dice que la última risa es siempre de la esperanza. La esperanza es como un muelle de acero que cede y se contrae en los momentos difíciles para distenderse y arrollarlo todo a la hora de la verdad”. (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 58)

 

Lo decimos muchas veces eso de que la esperanza “es lo último que se pierde”. Sin embargo, eso, visto desde el punto de vista del Beato de Linares (Jaén, España) es decir muy poco de esta virtud que, por cardinal, la debemos tener más presente que lo que tal expresión dice. 

No hay duda alguna que lo que nos dice Lolo es cierto y es verdad: no todos los días son de color de rosa sino que, en efecto, los hay casi de todos los colores; negros cuando parece que nada sale bien; grises cuando algo sale mal pero hay cosas que salen bien y compensan lo otro o, en fin, días claros en los que todo es, entonces sí, de color de rosa. 

El caso es que nuestro amigo no está de acuerdo en que todos los días tengan que ser, a la fuerza, negros. Y eso lo dice quien tenía más de una causa para que vida fuera bien oscura… Sin embargo, se opone a eso. Y por eso se pregunta si todos han de ser únicamente así, negros. Y sabe que las cosas no son siempre de tal manera y lo basa en algo que, en sí mismo, es una virtud y que forma parte de las que llamamos “capitales” por su importancia y que son, a saber, la fe, la esperanza y la caridad… 

Todo, pues, parece sencillo de entender: si todos los días no pueden ser negros es, precisamente, por la esperanza. 

El caso es que dice bien Lolo que la esperanza tampoco actúa por sí sola sino que es la fe la que nos dirige a ella pues, de tenerla, la fe queremos decir, la otra virtud nos saldrá al encuentro más pronto que tarde. La fe, por tanto, conduce y lleva a la esperanza y por eso es que hay tantas personas que, a fuerza de no tener fe tampoco tienen esperanza… 

Veamos, de todas formas, qué sentido tiene Lolo de esperanza, cómo la considera. 

Resulta curioso que nos dice Lolo que la esperanza es como un “muelle de acero”. Y esto lo decimos porque nos muestra qué es para él pues un muelle es algo elástico que vuelve a su posición una vez se ha estirado de él pero, a su vez, siendo de acero muestra allí una fuerza casi irresistible. Es decir, que la esperanza, que la tenemos ahí sólo para las oportunidades en las que echamos manos de ella siempre está a punto para estirarla según nuestras necesidades y, por eso mismo, tiene una naturaleza tan irresistible, tan fuerte, por decirlo así. 

Ciertamente, la esperanza la necesitamos cuando la necesitamos y no es como la fe que siempre ha de estar ahí. Y por eso, precisamente por eso, cuando nos la echamos al corazón y la ponemos en el primer plano de nuestra vida, ante las dificultades, todo lo arrolla, como dice Lolo. 

Además, es verdad que a la hora de la “verdad”, como apunta nuestro amigo, la esperanza nunca nos falla porque ha sido traída por la fe y siempre está ahí para darle a todo lo malo una visión mejor, una nueva luz, un ser que valga la pena.

    

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

18.06.22

La Palabra para el domingo – 19 de junio de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 19 sino sábado 18 de junio de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.
También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

Lc 9, 11b-17


“Les hablaba acerca del Reino de Dios, y curaba a los que tenían necesidad de ser curados. 12 Pero el día había comenzado a declinar, y acercándose los Doce, le dijeron: ‘Despide a la gente para que vayan a los pueblos y aldeas del contorno y busquen alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar deshabitado.’13 Él les dijo: ‘Dadles vosotros de comer.’ Pero ellos respondieron: ‘No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente.’ 14 Pues había como 5.000 hombres. Él dijo a sus discípulos: ‘Haced que se acomoden por grupos de unos cincuenta.’ 15 Lo hicieron así, e hicieron acomodarse a todos. 16 Tomó entonces los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición y los partió, y los iba dando a los discípulos para que los fueran sirviendo a la gente. 17 Comieron todos hasta saciarse. Se recogieron los trozos que les habían sobrado: doce canastos.”

COMENTARIO


Confianza, plena, en Dios


Algunos sostienen que aquella multiplicación de los panes es algo simbólico y que, en realidad, Jesús no hizo tal cosa sino que se supone que quería decir algo así como que es importante compartir, etc.

Sin embargo, los creyentes estamos más que seguros de que si de aquello dejó constancia el Evangelio era porque sucedió y porque era muy importante entender lo que eso quería decir.

Jesús sabe que toda aquella muchedumbre difícilmente podría ser alimentada por vías humanas. En realidad, haría falta una cantidad de dinero muy elevada de la que no disponía el Hijo de Dios ni sus Apóstoles.

Pero el Mesías quiere poner a prueba a los que más de cerca le siguen. Y les pone una prueba no fácil: que den ellos de comer a los que le están escuchando. Pero ellos, reconociéndose humanamente muy limitados saben que lo único que pueden hacer es, simplemente, comprar la comida. Pero también sabían que no tenían tan gran cantidad de dinero.

Murillo - Página web de tomasmuruaga

Jesús, sin embargo, confía plenamente en Dios y en el poder de la oración de petición.

Aquel hombre que había venido al mundo a que se cumpliese la voluntad de Dios se dirige a Quien todo lo creó y mantiene para pedir por aquellas personas que habían puesto su confianza en Él y que ahora se veían en una situación de difícil solución a no ser que interviniese el mismo Todopoderoso.

Y la oración surte el efecto deseado. Todos comen e, incluso, sobra mucha comida (recogen doce canastos) que no puede echarse a perder o desperdiciarse. Nada de lo divino puede quedar perdido sino recogido para alimentar, espiritualmente, a quien lo necesite.

Jesús les había enseñado mucho con aquello. Por ejemplo, que no hay que perder nunca la esperanza; que Dios siempre escucha cuando se pide para dar solución a las necesidades de otros; que es muy importante orar al Padre por medio de su Hijo Jesucristo.

El triunfo del compartir | Arquidiócesis de Bogotá

Los apóstoles actuaron como hombres y sólo se les ocurrió que Jesús mandara a sus seguidores que fueran a buscarse el alimento. Pero Jesús tenía un alimento que sacia el hambre de eternidad. Y se lo dio y quedaron todos saciados. Comieron de aquel milagro y todos quedaron gozosos con aquello que habían visto y gustado.

PRECES

Por todos aquellos que no confían en Dios.

Roguemos al Señor.


Por todos aquellos que no se dirigen a Dios en petición o

agradecimiento.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a tener siempre confianza en el poder de la oración.


Gracias, Señor, por poder transmitir esto.


El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

……………………

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Oró y repartió; tal era su confianza en Dios. 

13.06.22

Un amigo de Lolo - Beatificación de Lolo: 12 años y un día

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

12 años y un día

Aquel día llovía en Linares… 

Ciertamente que hace ahora, justamente, 12 años y un día, el agua se dejó caer en Linares que fue donde nació, vivió y murió la persona que aquel día era, por decirlo así, homenajeada con todos los lustres que para eso tiene la Iglesia católica. 

Se ha hecho uso de la lluvia aquella una imagen, digamos, a modo de lágrimas que caían del Cielo porque a un hijo de Dios especialmente cualificado y dotado de dones y gracias como era Manuel Lozano Garrido se le hubiera subido a los altares. Pero, para nosotros (y siendo tal imagen bella y bonita) nos basta con decir que sí, que llovía entonces… 

El caso es que la lluvia, pertinaz, en nada enturbió la beatificación del pronto Beato Lolo. Es más, la volvió más épica, como suele decirse cuando, ante algo que pasa es que se le añade determinada circunstancia que lo hace, si cabe, más especial. 

A nosotros, de todas formas, lo que más nos importa es el acontecimiento en sí o, lo que es lo mismo, la beatificación de Manuel Lozano Garrido, para nosotros Lolo por ser sus amigos. 

Lo que nos importa es que se reconoció entonces que un creyente católico se había ganado a pulso de alma y de corazón subir a los altares. Y no es que otros en creyentes católicos no recayera su forma de hacer las cosas y, en fin, su ser así hijo de Dios sino que, como suele pasar, se reconoce en determinadas personas sus cualidades para subir a los altares. Y eso le pasaba y le pasó a Lolo.

Proceso de Canonización de Manuel Lozano Garrido | Beato Manuel Lozano  Garrido, beato Lolo

Seguramente, mucho se ha escrito sobre aquel hombre, aquel superhombre espiritual (y nos preciamos de calificarlo así porque lo fue) que fue capaz de enfrentar todas las batallas físicas y salir vencedor de ellas menos, claro, de la que le llevó al encuentro del Padre celestial un 3 de noviembre de 1971. Pero es que aquella debía producirse cuando Dios quisiera que se produjera y vino a ser lo que Dios quiso… como suele ser y es lo habitual. 

Nosotros nos gozamos de recordar hoy, que es 13 de junio, hace 12 años y un día que en Linares llovía mucho y la urna con los restos mortales de Lolo subió al escenario en el que, a modo de Iglesia (imaginemos así la cosa) iba a ser nombrado Beato de la Iglesia católica y, desde entonces, formar parte de la lista interminable que en el Cielo adoran a Dios y gozan de la Visión Beatífica y la Bienaventuranza. 

Es cierto y verdad que tal tiempo, 12 años y un día, a lo mejor no es un espacio temporal excesivo si lo comparamos con la misma eternidad (en la que, por cierto, no hay tiempo alguno) Sin embargo, en tal tiempo nos ha dado el mismo para conocer mejor a Lolo y para saber que aquel vecino que, en Linares, visitaban muchos de tal jaez para estar un rato con él, a veces para pedirle consejo espiritual e, incluso (¡sobre todo!) para curar sus muchas dolencias; aquel vecino, decimos, está desde entonces entre aquellos que han sabido, a lo largo de los tiempos, ser fieles hasta el tuétano, como suele decirse. 

Ahora bien, a esto estamos más que seguros de que Lolo, haciendo uso del sentido del humor que tenía (que era más que notable) hubiera dicho algo así como “Sí, para huesos estoy yo”… 

Y es que Lolo era así, ni más ni menos.

   

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

11.06.22

La Palabra para el domingo - 12 de junio de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 12 sino sábado 11 de junio de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

 

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.


Jn 16, 12-15


“12 Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. 13 Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. 14 El me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros.”

COMENTARIO

La Promesa del Espíritu Santo

Jesús era consciente del tipo de personas que había escogido para que fueran sus apóstoles. Y es que no era personas, precisamente, bien formadas, si hablamos de lo intelectual. Muchos de ellos es hasta posible que fueran analfabetos.

Sin embargo, el Hijo de Dios no buscaba a los sabios de su mundo sino a los que pudieran recibir su mensaje y su doctrina con un corazón tierno y preparado para ser sembrado.

Decimos esto porque cuando dice, en este texto del Evangelio de San Juan, que tiene mucho que decirles pero que no pueden con tales realidades, lo dice porque, al conocerlos, sabe que no ha llegado el momento para que puedan entenderlo todo a la perfección. Y es que Él, que les estaba enseñando desde hacía, al menos, tres años, era consciente de la verdad y la realidad de todo aquello.

Sin embargo, algo sí les puede decir que, además, les vendrá muy bien ante los momentos tan terribles que se avecinan acerca de la Pasión del Señor y de su terrible muerte. Y es que les habla del Espíritu Santo.

Hasta entonces, queremos decir en las Sagradas Escrituras, el Espíritu Santo-Dios no es que no hubiera sido considerado por los autores inspirados (cosa difícil al haber estado inspirados por Dios mismo) sino que no se le había dado la consideración que Jesús le da a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Y es que sabe que va a ser crucial para la historia de la humanidad que va a salvar con su muerte.

Catholic.net - ¿Quién es el Espíritu Santo?

El Espíritu Santo es Espíritu de Verdad. Quería decir con eso que, al ser parte de Dios, no podía ni mentir ni engañar y que, por eso mismo, les iba a guiar los por difíciles caminos del mundo teniendo en cuenta, además, que sabían que iban a ser perseguidos como Él lo había sido.

Que el Espíritu Santo no hable por su cuenta o, lo que es lo mismo, que no les fuera a decir lo que quisiera, era porque, sencillamente, era Dios mismo como Él, el Maestro, también lo era. Por eso Jesús atribuye al Espíritu Santo una serie de potencialidades que le son propias por ser, precisamente, el Espíritu del Todopoderoso.

Que el Espíritu Santo vaya a decir al ser humano lo que ha de pasar no es nada extraño ni obra de magia ni nada por el estilo. Lo dirá porque, sencillamente, lo sabe al ser Dios pues para Quien todo lo ha creado no hay secreto ni el pasado, ni el presente ni, sobre todo, en el futuro. Todo, pues, lo ha de decir el Espíritu Santo-Dios porque todo está en la mano y en el corazón del Creador. Y tal Espíritu será quien guie al hombre.

Pudiera parecer como si el Espíritu Santo fuera, digamos, por libre. Y es que Jesús dice que “recibirá de lo mío” y eso pudiera hacernos pensar que, en efecto, recibirá de lo de Cristo y luego actuará por su cuenta. Sin embargo, la verdad más cierta es que Jesús, que sabía que muchos no comprenderían que se trata de Dios mismo, Él y el Espíritu Santo, entiende más fácil para ellos (hace bien poco les ha dicho que hay cosas con las que no pueden…) que crean que, en cierto modo, el Espíritu Santo da de lo que recibe. Aún, claro, no están preparados para comprender un misterio tan grande como el de la Santísima Trinidad.

Todo, de todas formas, será dicho y explicado, al corazón y con mociones espirituales, por parte del Espíritu de Dios. Y eso sí podían comprenderlo.

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no aceptan al Espíritu de Dios.

Roguemos al Señor.


Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren atender a las mociones del Espíritu Santo.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN


Padre Dios; ayúdanos a escuchar con atención lo que, a través de tu Espíritu, nos dices.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

Eleuterio Fernández Guzmán

……………………

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Espíritu Santo, llévanos al definitivo Reino de Dios llamado Cielo. 

6.06.22

Un amigo de Lolo “Lolo, libro a libro”- Lolo, un gigante ante la adversidad

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

Lolo, un gigante ante la adversidad

  

“Hago todo lo que puedo por disimular el terremoto que me ha supuesto lo de los ojos, pero el cariño le hace a ella deletrear hasta en las arrugas de la piel. He de confesar que no me adapto mal a mi nueva condición de casi ciego. “ (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 57)

 

Es cierto y verdad que cuando alguien conoce al Beato de Linares (Jaén, España) o, por decirlo mejor, cuando a uno le llega al corazón su vida y milagros… bueno, como que es más que posible que no entendamos muchas cosas de lo que le pasó. 

Sobre esto no hace falta que elucubremos demasiado ni que le demos más vueltas de las necesarias. Y es que él nos habla, con una claridad más que meridiana, de qué es eso que no acabamos de entender y por dónde iban los tiros de su vida…

Lo que nosotros no acabamos de comprender es la fuerza de voluntad tan grande que tuvo a lo largo de sus años de enfermedad que iba, como sabemos, a peor y que aquí mismo, en este texto, refleja a qué nos referimos con eso de “a peor”. Y es que se estaba quedando ciego y eso, sumado a su enfermedad, digamos, general, relacionada con los huesos… vamos, que la cosa no era precisamente como para tirar cohetes. 

Veamos, en primer lugar, su actitud. Y es que nos dice Lolo que trata de “disimular” lo que está pasando con los ojos y es que se está quedando ciego. ¿Y cómo se hace eso? 

En realidad, nos debe querer decir que no va a quejarse por un acontecimiento tan terrible en la vida de una persona que, hasta entonces, “al menos” ha podido ver, supone dejar de ver. Y, es más, en el caso de nuestro amigo, muy dado a la lectura de todo tipo de textos (libros, revistas, periódicos) Por eso no nos extraña para nada que hable de eso como de un “terremoto” pues todo se le vino abajo que es lo que suele pasar cuando la tierra tiembla y lo hace con una fuerza destructiva casi total. 

Y, ante esto, nos dice que hace “todo lo que puedo”. Y conociendo a Lolo, y todo lo que ha hecho en sus años de enfermedad para tener, como dice él mismo, “un dolor con escafandra” (que nadie sufra por él mismo…) es seguro que hizo mucho y más para que eso, su inminente ceguera no afecte más que él y, como diría aquel, a su circunstancia. 

A otro respecto, creemos que aquí se refiere a su hermana Lucy cuando dice que “el cariño le hace a ella deletrear hasta en las arrugas de la piel”. Y es que, si hasta entonces lo había cuidado con esmero y cariño… es de suponer que a partir de que su ceguera se hace efectiva la atención de Lucy hacia Lolo habrá de ser total. Y por eso más adelante hace entender que va a dejar de trabajar en la oficina pues faltaba muchas veces por atender a su hermano… 

Y, luego, lo que nos hace titular estas letras con la palabras “gigante ante la adversidad”. Y es que, si además de lo que ya tenía el hombre encima (sus dolores, las constantes visitas del médico…) se está empezando a quedar ciego y dice que no se adapta mal a su nueva situación… en fin, como que no es posible calificarlo de otra forma que no sea, eso, de una persona que es un gigante no ya sólo en la fe sino, en lo físico, en su misma existencia de ser humano afectado, a más a más, por más y más… 

Como sabemos, su posterior ceguera haría que fuese un miembro más de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) y le diera fama a la misma si es que no tenía ya suficiente por su labor. Pero Lolo, hablando en plata, no era, por decirlo pronto y ya, una persona “normal” sino que andaba el hombre mucho más allá del comportamiento que cualquier ser humano sigue ante lo que le pasa. Un gigante. Eso es lo que fue Lolo. Y por eso los caminos de Dios son inescrutables

   

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

4.06.22

La Palabra para el domingo - 5 de junio de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 5 sino sábado 4 de junio de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

 

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 

Jn 20, 19-23

“19 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: ‘La paz con vosotros.’ 20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor.21    Jesús les dijo otra vez: ‘La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.’ 22 Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo. 23 A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.’”


COMENTARIO

Enviados por Dios al mundo


Para que todo lo que hizo tuviera sentido tuvo que aparecerse, Jesús, a sus discípulos que, con miedo, estaban escondidos. Sólo así comprendieron todos los, para ellos, extraños mensajes que habían recibido de Él y que, en su tiempo, no entendieron.

Verdaderamente no es de extrañar que aquellos que habían estado más directamente relacionados con Jesús pensaran que, a lo mejor, los mismos que habían perseguido a muerte al Maestro pensaran en hacer lo mismo con ellos. No estaban equivocados porque luego se vio que eso era, exactamente, lo que iba a pasar. Por tanto, que estuvieran escondidos antes de volver a Jesús tras su resurrección, era de esperar pues no se trata de una falta de confianza sino de un verdadero desconocimiento de lo que Jesús les había dicho unas cuantas veces. Podemos decir, por eso que todos fueron como Tomás que no creyó hasta que no vio.

Y se presentó ante ellos con la paz por delante, como deseándoles lo mejor, la tranquilidad del alma, la mejor forma de manifestarse, la expresión pura y simple de su ser.

La paz que Jesús les da no era la paz del mundo sino que era la verdadera paz, la que parte del corazón de Dios e impulsa al creyente a querer, en verdad, mantener unas relaciones sociales donde prime el perdón y la misericordia y todo abuso no tenga lugar.

Para que acabaran de creer, les enseñó las marcas de su Pasión. Así, todo se cumplía, la comprensión de sus seguidores fue total.

Pero no bastó con esto. Era fundamental que, sobre ellos, exhalara el Espíritu Santo; que, como prometió, fuera conveniente, para ellos que Él se fuera, se marchara al Padre, porque enviaría otro paráclito, otro defensor, ese Espíritu que les iba a guiar, dirigir, marcar el camino hacia Dios.

Palabra de Dios diaria.: marzo 2016

El Espíritu Santo, como tantas veces les había dicho, les iba a guiar por el mundo sabiendo con exactitud lo que tenían que decir y hacer. Era como hacer presente a Dios mismo entre ellos.

Y también llevó a cabo el primer envío después de darles a aquel. Una misión: predicar el Evangelio, esa buena noticia que debían de llevar a todos, con el poder de perdonar pecados, y de retener los que creyeran que debían ser retenidos. Todo un poder legítimo, significativo, creador de un nuevo mundo basado en su ejemplo, en su amor, en la Verdad que Él trajo, otros brazos para Dios.


PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que aún no creen en la resurrección de Cristo.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren la paz de Cristo sino que prefieren la del mundo.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a recibir Tu paz y que la misma nos guíe en nuestro caminar por el mundo.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.


El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

……………………

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

 

 

30.05.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” – Formas de ver las cosas

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

Formas de ver las cosas

 

“Nada, que por lo visto lo mío es el coco” (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 57”)

 

 

Antes que nada, debemos decir que este texto del Beato de Linares (Jaén, España) debe ser el más corto que hemos traído aquí. Sin embargo, tiene su enjundia y su importancia porque nos dice mucho acerca de eso, de cómo vemos las cosas las personas. 

Esto viene porque como en casa de Lolo hacía falta que alguien se ocupara no sólo de la propia casa (su hermana Lucy hasta entonces trabajaba en una oficina aunque muchas veces, según leemos poco después, debía ausentarse del trabajo por cuidar a su hermano) sino que lo hiciera del propio Lolo. 

El caso es que había llegado una señora para desempeñar el trabajo que había estado haciendo la anterior. Pero, al ver el panorama que había en casa de Lolo (más bien por las necesidades de atenderlo a él), sólo aguantó una noche y al día siguiente de haber llegado se fue por donde había venido. Y eso le hace escribir a Lolo que, al parecer, lo “suyo” era el “coco” que era lo mismo que decir que asustaba mucho al personal… 

Esto, de todas formas, a nosotros nos viene la mar de bien porque nos permite reflexionar acerca de cómo vemos las cosas las personas pues, al parecer y según vemos aquí, no todas las visiones son iguales como, por otra parte, es lógico esperar: una cosa es un mismo y otra muy distinta… el prójimo. 

Vemos claramente que aquí hay dos formas de ver las cosas:

 

- la de Lolo y,

 

- la del prójimo.

 

 La cosa es bien sencilla. Y es algo como que así (invertimos la relación dicha supra):

la del prójimo: en resumidas cuentas, quien veía a Lolo cómo se encontraba de salud (más aún quienes lo conocían de toda la vida), en primer lugar, es seguro que sintieran lástima por alguien que estaba como estaba pero también es verdad que podían sentir que aquel hombre aguantaba estoicamente lo que le sucedía y que parecía que no había mal que diera al traste con su vida. Admiración, seguro, había en aquel pensamiento pero también algo así como llevarse las manos a la cabeza por ver a Lolo y su situación física.

la de Lolo: y en esto entramos, sin duda, en otra dimensión. Y es que Lolo, que escribe hasta con humor acerca de sus padecimientos y le hace decir eso del “coco” como si la cosa fuera para menos. Pero para nuestro amigo Manuel las circunstancias de su vida, digamos, física, eran las que eran y no se iba a arredrar ante ellas ni se iba a venir abajo. Por eso reacciona siempre como reacciona y no se viene abajo nunca. Y, es más, personas que le conocieron, siempre dijeron y dicen que era una persona muy alegre y siempre parecía (porque lo era) feliz con su vida y con sus circunstancias.

 Vemos, por tanto, que lidiar con las enfermedades contra las que lidiaba Lolo no era poca cosa sino, en todo caso, la constatación de tener cierta ayuda sobrenatural que, partiendo de Dios y siguiendo por su propio espíritu, lo llevaba a ir por la vida con un gracejo propio que tiene quien nada malo le pasa y por eso reparte alegría… 

Sin duda alguna, la forma de ver las cosas de Lolo es la más recomendable aunque, claro está, todos no tengamos la fuerza espiritual del Beato de Linares. Pero bueno… como ejemplo, sirve y vale más que mucho.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

28.05.22

La Palabra para el Domingo - 29 de mayo de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 29 sino sábado 28 de mayo de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

 

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 

Lc 24, 46-53

“46 y les dijo: ‘Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día 47 y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. 48 Vosotros sois testigos de estas cosas.
49 ‘Mirad, y voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Por vuestra parte permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto.’ 50 Los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. 51 Y sucedió que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. 52 Ellos, después de postrarse ante él, se volvieron a Jerusalén con gran gozo, 53 y estaban siempre en el Templo bendiciendo a Dios.

COMENTARIO

Cuando Cristo ascendió a los cielos

Jesús tenía que terminar la misión para la que había sido enviado porque era voluntad de Dios que sus discípulos supiesen lo que les iba a pasar en tanto en cuanto Él no volviese a estar entre ellos.

Había profetizado acerca de su vida, de su muerte y de su resurrección. Muchos no entendieron qué quería decir pero después de haberlo visto en varias ocasiones, no les cupo duda alguna de que todo se había cumplido como les había explicado el Mesías que sucedería.

Algo, sin embargo, debían hacen: ir por el mundo predicando que era necesaria la conversión porque con ella se alcanzaba el perdón de los pecados. Y tal misión era la que les encomendaba porque ellos, como les dice Jesús, son “testigos”, han visto y han oído, lo que había pasado y nadie mejor que ellos para dar testimonio, al mundo, de la Verdad.

Les hace varias indicaciones: en primer lugar que se queden en Jerusalén porque, en segundo lugar, les va a enviar el Paráclito, al Espíritu Santo prometido por Dios a su pueblo. Entonces el poder estará con ellos porque les será dado por el Creador.

Y ascendió.

Por qué importa la Ascensión del Señor – St. Hugh Catholic Church & School

Dice el texto del evangelio del médico apóstol que Jesús les bendecía mientras ascendía al cielo o, lo que es lo mismo, a la Casa del Padre. Se separó de ellos bendiciéndolos.

Por eso, era tanto lo que había sucedido en unos pocos días desde el prendimiento, muerte y resurrección de Jesús que aquellos que lo están viendo subir al cielo no pueden, por menos, que postrarse en adoración ante el Hijo de Dios que se les va al cielo para, sin embargo, quedarse con ellos para siempre.

Ya nada, a partir de entonces, podría darles miedo a los apóstoles de Jesús. Así, en su fuerza de espíritu tras ver lo que habían visto tampoco extrañe, pues, que a partir de entonces el Templo fuera el lugar preferido para estar adorando a Dios que había enviado a su Hijo procurar la salvación de la humanidad.

 


PRECES

Por todos aquellos que no confían en las promesas de Dios.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no se postran, en adoración, ante Dios.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a tener siempre presente al Espíritu Santo en nuestra vida.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.


El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

     

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Y ascendió por nuestro bien. 

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna

23.05.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” – La vida dada por Dios.

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

La vida dada por Dios

 

“A aquél, y al otro al que se fue y a mí que aún vivo, se nos da la vida como una antorcha donde izar el mecha del corazón, para que Dios la prenda y reverbere a la gloria del mediodía.” (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 50)

 

Antes de esto se refiere el Beato de Linares (Jaén, España) a una imagen propia de quien quiere que la cosa sea para bien. Y es que habla de la claraboya de un Juzgado que, en determinado momento del día los rayos del sol hacen que reflejen la luz y sea, dice Lolo, un, a modo de faro. 

Y luego apunta a que también las personas somos algo así, o debemos ser, como “luces para la historia del mundo”. Y es que ya sabemos eso que dijo Jesucristo acerca de que la luz no hay que esconderla debajo de ningún celemín sino que se ha de hacer servir para que muestre el camino hacia Dios. 

Esto lo decimos porque las palabras que vienen a continuación, y que hemos traído aquí, son el ejemplo perfecto que define lo que nosotros podemos hacer y, es más, lo que debemos hacer porque no todo puede quedarse en mera intención… 

Todo ser humano, y pensamos que todo desde que el Hijo de Dios fue enviado al mundo para que el mundo se salvase, recibe la vida del Todopoderoso. Es decir, no viene al mundo sin razón alguna o sin relación con “Alguien” superior a todo sino que la verdad es, justamente, la contraria: somos creados por Dios (y a su imagen y semejanza, además) y es cierto que eso lo tenemos más claro desde que Jesucristo pisó el mundo. 

Pues bien, el Creador nos da la vida. Y ahí no queda la cosa que sería como decir “¡Hala, ahí os dejo!” como si el Todopoderoso se desentendiese de nosotros. Eso sabemos que no es así pero es que, además, estamos aquí para algo más que para llevar una existencia más o menos buena (según le vaya a cada uno la cosa…) Y tal “algo más” es lo que nos hace mejores discípulos de Jesucristo porque hemos entendido, de ser así, que también somos luz. 

Bueno, en realidad, somos algo más que luz pues, en verdad, somos “antorcha”, como dice Lolo. Y, es más, tal antorcha no puede regirse por cualquier cosa sino que lo ha de hacer con el corazón donde mora el Espíritu Santo, Espíritu de Verdad, en suma. Y, desde el corazón alumbrar, cual antorcha, no sólo nuestro camino sino el del mismo prójimo que, por una causa, razón o motivo que sean, miran nuestra luz. 

Eso sí, la mecha que nosotros debemos situar en la antorcha que se alimenta del corazón no la prendemos nosotros pues, la más de las veces, preferimos eso del celemín… Y, entonces, es Dios mismo quien la prende y Quien, por tanto, nos facilita el ser mismo de alguien que, con sus solas fuerzas… como que no puede ni es capaz de hacer lo que debe hacer, alumbrar lo que debe alumbrar y ser lo que debe ser como hijo de Dios. 

Esto lo decimos por si hay algún soberbio que quiera ser algo por sí solo sin darse cuenta de que no, de que eso no sólo es difícil sino que es, simplemente, imposible: Dios nos creó y Dios nos mantiene en el mundo y, claro, no hay nadie que, fuera de Dios, sea capaz de prender la mecha que llevamos en nuestra antorcha que prende de nuestro corazón.

 Quiere Lolo, además, que nuestra luz luzca, por así decirlo, como si fuera siempre mediodía. Es decir, que la misma no decaiga sino que siempre sea, eso, como a mediodía que es cuando más energía recibimos del sol. Y así debemos ser nosotros: luces que, habiendo sido prendidas por Dios mismo, no cesamos de ser lo que debemos ser y aquellas que miran al celemín como algo extraño y que no a cegar su poder ser luz. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

21.05.22

La Palabra para el Domingo – 22 de mayo de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 22 sino sábado 21 de mayo de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

 

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 

 

Jn 14, 23-29


“23 Jesús le respondió: ‘Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. 24 El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado. 25 Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. 26 Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho. 27 Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. 28 Habéis oído que os he dicho: ‘Me voy y volveré a vosotros.’ Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. 29 Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.’”

COMENTARIO


Las promesas de Dios siempre se cumplen

En este momento del relato evangélico referido a la predicación de Jesús en el mundo que le tocó vivir, no hace falta esconder nada para que aún no se sepa quién es aquel Maestro que les está hablando.

Jesús lo dice todo con una claridad más que evidente. No dice que no es quien es sino que, al contrario, quien le ama, ama a quien lo envío que no es otro que Dios mismo. Eso lo debían haber aprendido durante el tiempo que estuvieron pisando la tierra de los caminos por los que transmitieron la Palabra de Dios. Sin embargo, parece que aún no son capaces de entender lo que es tan evidente.

Quien, al contrario, no guarda en su corazón las palabras que dice Jesús no es que sea mala persona o algo por el estilo sino que, simplemente, no lo ama y, por lo tanto, no ama a Dios. Así de sencillo y así de real.

Jesús, sin embargo, les tiene preparada una sorpresa a los que le escuchan: cuando Él se vaya vendrá el Paráclito, el Defensor, el Espíritu Santo, para hablarles de todo lo que deben, aún, conocer. Además, y para empezar, les recordará todo lo que había dicho el Hijo de Dios y que, a lo mejor, habían olvidado.

También les da Jesús la paz. Pero, como muy bien dice el Maestro, la paz que Él da no es la del mundo, siempre tan interesada y preocupada por su egoísmo, sino una paz verdadera porque es la paz del corazón.

EL QUE ME AMA, MI PADRE LO AMARÁ Y NOS MANIFESTAREMOS A ÉLAlgo, sin embargo, debió turbar mucho a los que le escuchaban. Si Jesús dice que se deberían alegrar por el hecho de que se iría con una muerte terrible, eso no podía apoyar el hecho de que se alegraran aquellos que le querían. Como no habían comprendido del todo la enseñanza de Jesucristo, era de esperar que no entendiesen aquello.

A esto Jesús añade algo que es muy importante: Dios es el Todopoderoso y todo lo puede. Y hará que resucite Su Hijo. Entonces, dice Jesús, creerán aquellos que entonces se mostraban incrédulos ante lo que estaba pasando y sucediendo en sus vidas.

Jesús, como Dios hecho hombre, ha de cumplir, cumplió, todo lo que les acababa de decir. Aún no era el momento, seguramente, de que comprendiesen lo que les venía encima pero, en poco tiempo entenderían que todo lo que les había dicho Jesús se había cumplido exactamente, palabra por palabra, circunstancia a circunstancia. Y es que Dios siempre cumple lo que promete.

PRECES

Por todos los que no quieren guardar la Palabra de Dios.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no ponen su confianza en el Espíritu Santo.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a tener en nuestro corazón a tu Santo Espíritu y a seguir sus mociones e indicaciones.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Amar a Cristo. ¿Acaso puede haber algo mejor?

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.