InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: Amigo de Lolo

14.08.23

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena: Ahora y luego

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

  

Frases que bien valen la pena: Ahora y luego 

 

“Del mundo tenemos nuestro cuerpo, las manos, la materia; del Paraíso, la ilusión, el ardor, la atracción, la perspectiva.” (Beato Lolo, de su libro Las estrellas se ven de noche)

 

Hace poco escribíamos en esta misma casa de un texto de Manuel Lozano Garrido acerca de la vida que hay después de la muerte. Y, lógicamente, afirmábamos que es que existe tal vida… 

Pues bien, esta semana, el Beato de Linares (Jaén, España) nos trae otro texto donde concreta mucho más la cosa. 

Podemos ver claramente que el linarense universal establece algo así como dos posibilidades de ver lo que somos aquí, en el mundo (digamos que la Iglesia militante) y lo que supone para los creyentes ese más allá anhelado que lleva el nombre de Cielo. 

De todas formas, hay quien, no siendo creyente católico (ni de ninguna otra religión ajena a la Verdad) no tiene por verdad que existe nada después de la muerte. En tal caso, sólo le sirve la primera parte de lo escrito por Lolo y todo será, en exclusivo, material y nada tendrá que ver con su ni lo espiritual ni lo que hay después de la muerte. 

A este respecto, podemos decir que “con su pan se lo coma” quien así piense pero debe tener en cuenta que las cosas son como son por mucho que esconda la cabeza en el suelo como el célebre avestruz… 

Pues bien, una vez hecho este pequeño apunte vayamos con lo dicho por Lolo que es lo que aquí importa. 

La verdad es que todo aquí es bien sencillo pues las cosas están dichas de forma que sean muy fácil de entender. 

En lo referido a nosotros en el mundo, en el lugar donde Dios nos ha dejado y nos mantiene, es cierto y verdad que, en efecto, lo tenemos por lo que somos, físicamente. Y por eso se nos habla aquí de nuestro cuerpo, de las manos y, en fin y en resumen, de todo lo que es materia. 

En realidad, no podemos despotricar de esto pues será ridículo hacerlo teniendo en cuenta que cada ser humano es como es y todo lo que dice Lolo es, exactamente, la verdad. 

Por ahí nada en contra podemos decir pues resultaría ser, nuestro comportamiento, algo así como el propio de un necio. 

Eso, de todas formas, sería el “Ahora”. 

Lo otro, sin embargo, es lo que importa y es, ciertamente, el “Luego”. Y a eso se llama aquí “Paraíso” pues es, exactamente, eso. 

Cuatro palabras utiliza Manuel Lozano Garrido para hablar del Paraíso, a saber: 

Ilusión, pues es cierto que es el anhelo mayor que todo creyente católico ha de tener, 

Ardor, pues nos ha de mover hacia el mismo el ansia y la plena energía espiritual, 

Atracción, pues es tan cierto como que el día existe y la noche también, que nos atrae la realidad del Paraíso de una forma más que fuerte y, por fin, 

La Perspectiva pues las cosas de nuestra vida espiritual, con vistas al Cielo, se han tomar, eso, con tal perspectiva y, por tanto, actuar en consecuencia. 

Podemos decir, y manifestar nuestro total acuerdo con Lolo en esta pequeña parte de su libro Las estrellas se ven de noche, que está bien eso de tener en cuenta nuestra vida material (pues también somos materia) pero sería la mar de conveniente tener en cuenta lo otro o, en suma, lo que es la vida eterna pues bien podemos responder a la pregunta de si se salvarán todos que sólo aquel que quiera salvarse. Así de simple 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy: 

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

  

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (31)

  

“Si te pudieras juzgar a ti mismo, sin saberlo, sin duda que lo harías con mucha más dureza que Dios. ”

 

……………………………

  

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

 

7.08.23

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena: es que tras la muerte hay otra vida…

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).Presentación 

  

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

  

Frases que bien valen la pena: es que tras la muerte hay otra vida…

 

“Desde Cristo, la muerte sigue siendo una agonía, pero ¡menuda vida empieza tras del último sudor y la última palpitación!” (Beato Lolo, del libro Dios habla todos los días)

 

Desde que la muerte entró en el mundo tras el desgraciado comportamiento de Adán y Eva podemos decir que la misma se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza de todo ser humano. 

Sí, bien sabemos que, desde aquel mismo momento, hemos de sufrir un catastrófico corte en nuestro deambular por el mundo y debemos dejarlo así, como nos encontremos en ese momento, y afrontar nuestro destino eterno. Infierno, Purgatorio o Cielo es lo que nos espera… y tal es nuestra fe católica. 

Por eso, no vaya nadie a creer que la venida al mundo del Mesías iba a suponer la derogación de la muerte como forma de finiquitar nuestra vida sino que, como es fácilmente comprobable, todo ser humano, antes y después, ha muerto cuando le ha llegado el momento, “su” momento. 

Esto lo decimos porque, muy acertadamente, Manuel Lozano Garrido nos dice que, en efecto, desde que el Hijo de Dios fue enviado al mundo, la muerte… sí, sigue existiendo y no deja de ser una agonía porque, se quiera vestir como se quiera vestir es cierto y verdad que es algo verdaderamente agónico. 

Todo, sin embargo, no está perdido o, incluso, podemos decir que todo puede estar ganado según haya sido nuestro comportamiento en el mundo. Dios no ha puesto los pies en el suelo y luego ha sido cosa nuestra hacer con nuestros pasos lo que hemos querido. Y es que, aunque no podemos negar que podemos vernos afectados por muchas circunstancias que se escapan a nuestro hacer y quehacer no es menos cierto que la gran responsabilidad de ser lo que debamos ser tras la muerte no deja de ser nuestra. 

Podemos decir que, al respecto de lo que ha de ser tras la muerte, estamos seguros de que Lolo se muestra aquí muy optimista. Y eso lo decimos porque habla de ¡menuda vida!” y esto sólo puede querer decir algo bueno. Y es que, ciertamente, tras la muerte está la vida, hay otra vida que puede ser eterna aunque bien sabemos que también el destino eterno puede tener otro cariz mucho menos positivo si nuestro final es el Infierno del que no deberíamos dejar de hablar nunca para prevención, en primer lugar, de nosotros mismos y, luego, de nuestro prójimo que no puede ignorar tan terrible realidad espiritual. 

Existen, por tanto, un último sudor y una última palpitación porque así resulta que es el final del ser humano justo antes de su muerte: se tiene cierto miedo a la misma pero, al fin y al cabo, tras la última palpitación llega nuestro juicio particular. 

Nosotros estamos de acuerdo con Lolo cuando atribuye a la vida tras la muerte un, algo así, como grandilocuente porque la vida eterna no es para menos. Y estamos en la obligación de decir que eso no sale gratis sino que, a lo largo de nuestra vida (más o menos corta) en el mundo, seremos juzgados en el mismo momento de nuestra muerte y la sentencia del Tribunal de Dios será la que sea. Y, sin embargo, en tal “la que sea” tiene mucho que ver nuestro devenir en los años que han precedido a tal juicio. 

El caso que es sí, tras la vida en el mundo hay otra vida que, por no terminar nunca y durar, como diría Santa Teresa de Jesús, para siempre, siempre, siempre, debemos sopesarla en lo que vale y caminar en nuestra vida por la senda adecuada para que la sentencia que nos corresponda dé con nuestra alma en alguna de las puertas que no llevan al Hades, véase Infierno. 

Lolo tenía muy claro que tras su vida quisiera ver el Cielo, así, directamente, sin pasos intermedios ni nada por el estilo. Y por eso se gano justa fama de santidad aunque el reconocimiento de su especial alma llegara con los años (el 12 de junio de 2010, en concreto) Pero estamos tan seguros como que Jesucristo resucitó al tercer día de que Manuel Lozano Garrido tardó muy poco tiempo en dejar su sillón de ruedas a las puertas del Cielo. Vamos, nada de nada tras su muerte, aquí, en el mundo, para vivir para siempre cabe Dios.

  

Eleuterio Fernández Guzmán


Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.


Panecillo de hoy: 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante. 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (30) 

“¿Qué juicio va a formar del hombre, sino de bondad, el de un Creador que lo hizo con ilusión y esperanza? ” 

……………………………

Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

30.07.23

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Fe, con ella

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

  

Frases que bien valen la pena – Fe, con ella

 

“Con fe nos liberamos, nos engrandecemos, nos eternizamos.” (Beato Lolo, de su libro Las golondrinas nunca saben la hora)

  

No son pocas las veces que se ataca la fe, la nuestra católica, seguramente por desconocimiento de la misma pero, sobre todo, por un claro desinterés de tenerla en cuenta en las vidas de quien eso hace no vaya a ser que comprometa a hacer lo que no se quiere hacer… 

¿Es verdad que a la fe, que ese creer sin ver, se la puede odiar?

Ciertamente, en nuestra patria española eso es algo que tenemos por seguro e, incluso, ahora mismo es más que fácil rascar algo en la superficie de algunas mentes esclavas del mundo y sus mundanidades para que salga a la superficie, como diría el viejo emperador Claudio, “toda la porquería” a tal respecto. 

Sin embargo, nosotros no vamos a entrar en eso porque, gracias a Dios, nos toca decir algo de alguien que tenía mucha fe y sabía que su creencia tenía apoyos más que suficientes. Y es que Manuel Lozano Garrido, Lolo para sus amigos, atesorada (pues era su verdadero) tesoro una fe bien grande, bien fuerte y más que profundamente arraigada en su corazón. Y por eso dice lo que dice en el texto que hemos traído hoy aquí. 

El texto es bien cortito. Sólo tiene ocho palabras y las más corta de ellas es, precisamente, la más importante y alrededor de quien gira todo lo demás. 

Sí, en efecto, tal palabra es “fe”. 

Esta corta frase sigue un camino que, bien mirado, nos lleva hasta donde todo creyente quiere ir, el puerto donde queremos llegue el barco de nuestra vida o, en fin, el destino perfecto que queremos alcanzar. 

En primer lugar, es cierto y verdad que con la fe nos liberamos. Y es que, escogida la misma como la nuestra y tenida, así, como el centro de nuestra vida, quedamos liberados de las esclavitudes que se nos proponen en el mundo muy a pesar de que se nos diga que es al contrario y que las mismas no son más que expresión de libertad… 

Nos liberamos, con nuestra fe católica, de todo aquello que está puesto en su contra y contra Dios, Padre Omnipotente. Y por eso no es tan querida nuestra fe: con ella somos conscientes de la filiación divina contra la que actúan tanto Satanás como sus muchos demonios de los cuales, no pocos, andan y trajinan a nuestro alrededor como sembradores de odio y de cizaña. 

Es propio, por otra parte, que la fe engrandezca nuestro corazón y, desde el mismo, nuestra vida tome el sentido que merece la de todo hijo de Dios. Así, no podremos sentirnos minusvalorados por las supuestas virtudes del mundo y podremos admitir ninguna capitidisminución de lo que somos y que no es otra cosa que descendencia divina pues ya dice San Juan que somos hijos de Dios, “Pues lo somos” (1 Jn 3,1) 

Pero hay algo que es de una importancia tan grande que no tenerlo en cuenta ha de venirnos la mar de mal. 

Esto de arriba lo decimos porque el Beato de Linares (Jaén, España) dice que con la fe nos “eternizamos” o, lo que viene a ser lo mismo, nos hacemos eternos. 

Seguramente habrá quien crea que basta decir que se tiene fe para que, de forma automática, se alcance la vida eterna. Y bien sabemos los creyentes católicos que eso no es así y no puede ser así. 

Ciertamente, con la fe se alcanza la vida eterna pero no es un regalo, así, sin nada que contraprestar. No. Al contrario es la verdad: tenemos todo un quehacer y todo un qué hacer… Y nada se nos va a regalar sino que hay que star “a Dios rogando y con el mazo dando”… para que se nos entienda mejor. 

Bueno. Hemos visto que con la fe, con ella, se sigue un camino que nos lleva rectamente a alguna de las moradas que Jesucristo nos está preparando en el Cielo. Ahora bien, de nosotros depende que tengamos que pasar antes por el Purgatorio. 

Por nuestra parte, nosotros creemos que Lolo subió, aquel 3 de noviembre de 1971, directamente y como un rayo, a las puertas del Cielo donde dejó aparcado, para siempre, si sillón de ruedas.   

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy: 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (29) 

“Pastor que se inclina sobre el precipicio para izar la oveja resbalada, ese es el Alto Juez.”

 ……………………………

 

Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

24.07.23

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – La Cruz de todos los discípulos

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual. 

 

Frases que bien valen la pena – La Cruz de todos los discípulos

  

“Entre lo mucho bueno de la Cruz, está su gloria de bienes comunales. Lo estupendo es que sea tan nuestra como suya y que cada uno se nutra de su fruto y de su gloria.” (Beato Lolo, de su libro Dios habla todos los días)

  

Desde luego que hay que tener una fe muy profunda y bien arraigada en el corazón, una buena fe cristiana y católica, como para decir lo que en este texto dice Lolo. Y es que no tiene desperdicio alguno como, por cierto, pasa con cada una de las palabras que dijo por escrito y quedaron, ahí, para siempre y más allá. 

Pues bien, aquí habla el Beato de Linares (Provincia de Jaén, España) de algo que es muy nuestro. Vamos, que es tan nuestro que si lo apartamos de nosotros es cierto y verdad que nuestra fe es mentira y no existe: la Cruz, así, con mayúsculas pues no se trata de cualquier problema (una cruz con minúsculas) que nosotros podamos arrastrar sino que se trata de aquella en la que el Hijo de Dios entregó el Espíritu a su Padre del Cielo. Sí, la misma. 

Decimos, por tanto, que la Cruz es muy nuestra porque, en efecto, en ella y a partir de ella nuestra fe tiene una razón de ser que es muy fuerte: murió Jesucristo para que se abriesen las puertas del Cielo. Así de sencillo. Y Lolo lo entiende a la perfección… como aquí podemos leer o, si no se puede leer, al menos escuchar de boca de otra persona… 

Empieza Lolo de una forma verdaderamente iluminadora. Y es que dice que que la Cruz tiene “mucho bueno”. Y ahí es donde nosotros nos vemos reflejados porque sabemos que, es cierto, que la Cruz tiene mucho bueno y mejor y que sin ella, como diría San Pablo (1 Cor 15,14) acerca de la Resurrección de Cristo, nuestra fe es vana pues es, diciéndolo en lenguaje cinematográfico de ahora, la “precuela” de nuestra salvación. Y por ello se entiende más que bien todo lo que luego pasó y, en fin, pasa hoy mismo. 

Dice bien Lolo cuando habla acerca de que la Cruz no es algo, digamos, individual como para que sean destinados sus efectos salvíficos a esta o aquella persona. No. Cristo murió por “muchos” como, muy acertadamente, se dice en la oración que, a tal respecto, se recita en la Santa Misa. Y es que, a tal respecto, es posible que se pueda pensar que cómo es posible que el Hijo de Dios no muriera por todos. Y eso es, sí, murió por todos pero el resultado de tal muerte sólo recae en quien acepte lo que eso significó pues nadie vaya a creerse que la salvación le sale gratis a nadie… 

Bueno, pues después de esto dicho sobre el asunto de los “muchos” vale la pena continuar con lo que el linarense universal aquí nos dice

Decimos que la Cruz es para aquellos que la aceptan pero, entre esos, es para “todos” pues no se podría entender otra cosa del Corazón y el Amor de Dios hacia su descendencia. 

Esto que dice Lolo es muy importante y supone que entiende la mar de bien lo que aquellos dos maderos cruzados han supuesto para la historia de la salvación: aquí nadie queda vetado en la hora de lo que supone la misma aunque, como decimos arriba (y nunca nos cansaremos de repetir) a la pregunta de “¿Se salvan todos?” podemos responder: sí, pero… Y en tal “pero” se cita nuestra fe y, en resumidas cuentas, nuestra confianza en Quien debemos confiar. 

Todos nosotros, pues, podemos gozar del fruto de la Cruz que es el amor y todo lo que de mejor pueda salir de nuestro corazón; y podemos gozar de la gloria que, en suma, supone que allí muriera Aquel Maestro de Nazaret que había sido enviado al mundo por Dios, precisamente, para eso. Sí, por muy duro que parezca esto, la sangre de Cristo estaba escrito que fuera entregada para que el mundo se salvase. 

Resumiendo y yendo al grano: la Cruz es de todos los que somos discípulos de Cristo. Y es que casi podríamos decir, emulando al Padre Nuestro, aunque nunca mejorándolo:

 

“Cruz nuestra de cada día,

dánosla hoy”.

 

Amén.

  

Eleuterio Fernández Guzmán


Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (27)

  

“La justicia divina es un árbol que, ‘al obrar’, invariablemente se cubre de flores.” 

……………………………

 Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

17.07.23

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena- Acercarse a Dios

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

  

Frases que bien valen la pena - Acercarse a Dios

   

“Dios se hace fuente de conocimiento a todo hombre que se encarama. Lo que de verdad importa es que la fuerza del corazón no deja de alimentar la nave de la plegaria, devorar y devorar distancias, aproximar a Dios todo eso que engloba nuestro nombre.” (Beato Lolo, de su libro Mesa redonda con Dios)

  

Es posible que por alguna clase de deformación espiritual creamos que Dios Todopoderoso, que nos ha creado y mantiene, puede hacer que lo escojamos. En realidad, nada de eso es posible pues nos da libertad para tomarlo por Padre y confesar diariamente que somos sus hijos con una confesión de fe perfecta. 

Pues bien, el Beato Lolo, al respecto del acercamiento de Dios a nosotros lo dice con toda claridad: debemos encaramarnos o, lo que es lo mismo, hacer todo lo posible para que acercarse al Creador sea, ciertamente, cosa nuestra… porque lo es. Y que no habla Manuel Lozano Garrido de algo así como que Dios nos coge y, hala, allí que nos tiene. No, nosotros debemos poner por nuestra parte y, es más, eso sólo vale si ponemos todo lo que debemos poner de nosotros mismos.

Podemos decir, para empezar, que el Beato de Linares (Jaén, España) quiere que comprendamos que Dios será fuente de conocimiento nuestro si queremos que lo sea. Y ya. 

En el corazón. 

Sabemos que en ese músculo del cuerpo humano que nos da la vida y nos procura la existencia, también reside el templo del Espíritu Santo. Y sí, tal sentido de la cosa lo es espiritual pero no quiere decir, sino todo lo contrario, que de ahí salga sólo sangre. No. Bien sabemos que del corazón salen las obras… 

Que tal cosa es así lo dice muy bien aquí Lolo.

 En efecto, es desde el corazón desde nos acercamos a Dios. Y lo hacemos a través de la oración, de la plegaria, con todo lo que eso supone para nosotros que, como seres que debemos ser fieles al Todopoderoso hemos de utilizar abundantemente un instrumento espiritual tan importante como es orar, pedir, dar gracias y, en suma, ser hijos que no quieren alejarse de su Padre por muy maduros que se crean… 

Todo esto no es algo que se consiga de un día para otro sino que, con perseverancia, debemos ir avanzando hacia Dios aunque sepamos que bien lo tenemos dentro de nosotros, que está en nosotros pues eso pasa con Su Espíritu que habita, como dicho arriba, en nuestro corazón como en un templo. 

Debemos, por tanto, saber que es cuestión de permanecer en esa voluntad de querer estar cerca de Dios y, así, “devorar y devorar distancias” como nos dice Lolo. Y es que, además, deberíamos saber ya que la tal distancia será tanto más extensa cuanto más alejados estemos de Quien nos ha creado y mantiene. 

Sabemos que Manuel Lozano Garrido, Lolo, tenía muy en cuenta esto que nos dice aquí y que, por lo tanto, hacía uso de un corazón, el suyo, muy pegado a Dios y, por eso mismo, fuente de lo mejor que pueda emerger al mundo para teñirlo de color esperanza y de color Cielo puro y limpio.  

De todas formas, bien sabemos que acercarse a Dios tiene como objetivo primordial tenerlo muy bien como Padre y, por tanto, no hacer como si lo que nos dice o dijo (ahí están las Sagradas Escrituras y la Tradición) no tenga demasiada importancia para nosotros cuando, en realidad, es todo lo contrario.

Lolo, como bien sabemos, es un ejemplo más que perfecto de haber comprendido esto que él mismo nos dice. 

  

Eleuterio Fernández Guzmán


Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.


Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor” (26)

 

“¡Qué risa la de Dios, viéndose juzgando en nuestros pensamientos con toga, atestados y alguacilillos, cuando sus manos tiemblan de misericordia, al considerar nuestra debilidad! ”

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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.