InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: Amigo de Lolo

16.12.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Dios ha grabado esto en nuestro corazón

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.


Frases que bien valen la pena – Dios ha grabado esto en nuestro corazón


Adiós, hijo. Las últimas palabras no las escribo sobre el papel, sino que las ha de grabar en tu alma con el ardor de un mensaje: “Tu Padre te espera y, cuando llegues, tuyo será su corazón”. (Beato Lolo, de su libro Reportajes desde la cumbre)

Como hemos dicho otras muchas veces (tantas como hemos traído aquí este libro de Lolo de título Reportajes desde la cumbre) es Dios mismo quien, puesto así por el Beato de Linares (Jaén, España) habla a su descendencia. Y lo hace desde la “cumbre” que es lo mismo que decir que desde el Cielo. 

Bueno, pues el caso es que en las palabras que hoy, las traída aquí hoy, nos dice Dios hay mucho de esperanza y, sobre todo, de creencia en que el Padre Eterno nunca ha olvidado ni olvidará a sus hijos. Y Manuel Lozano Garrido, como suele ser habitual, nos lo escribe de maravilla y para que se entienda a la perfección. 

Nos dice Dios que esto que nos dice último, por así decirlo, no tiene intención de que quede en el papel que, al fin y al cabo es fácilmente perdible por su deterioro o destrucción. No que quiere es que quede bien dentro en nuestro corazón donde, por decirlo en palabras de la Sagrada Escritura, la polilla no lo corroe todo…

Pero, en todo caso… ¿Qué es lo que nos quiere decir Dios a nosotros?

En primer lugar, aquí hay una despedida pero, como puede suponerse tratándose de Dios quien se despide, no es un “hasta nunca” sino, justamente, lo contrario porque es un “hasta ahora mismo, hasta ya” porque nuestro Creador ni nunca no has abandonado ni nunca nos va a abandonar. 

Y, claro, si hay un primer lugar es porque, por lo menos, debe haber un segundo lugar. Y es el que deducimos de todo eso: debemos tener esperanza en que lo mejor está puesto ahí para nosotros. Y así debemos creerlo.

Esto lo decimos porque en nuestra alma ha escrito Dios algo que es muy importante y que nunca deberíamos olvidar porque tiene todo que ver con su Amor por nosotros y, claro, también por el mismísimo Lolo que escribió esto que es, desde ya, tan edificante y edificador si de nuestra fe hablamos. 

Dios nos ha dicho dos cosas, es decir, ahora mismo, entendemos que nos ha querido decir, nos dice, primero, que nos espera y, luego que su corazón será nuestro. 

No podemos decir que eso sea poca cosa sino que es mucho y muy mucho que es. 

Como Dios nos espera podemos sostenernos en la vida y por cada tribulación por la que pasemos ahí tenemos al Padre tendiéndonos una mano. 

Como Dios nos espera podemos saber, a ciencia y corazón ciertos, que su Luz siempre está para mostrarnos el camino que nos lleva a su buen puerto que es Su definitivo Reino llamado Cielo.

Como Dios nos espera es así como debemos caminar: sabiendo eso y teniéndolo más que claro.  

Y ¿Qué decir de eso que tiene que ver con que Su corazón sea nuestro?

Decir, por ejemplo, que con eso nos quiere decir Dios que es nuestro su todo, su ser y que, por tanto, jamás debemos desesperar nos pase lo que nos pase que para eso está ahí Él, quien nos ha creado y mantiene este valle, sí, de lágrimas, pero de paso hacia lo eterno. 

Decir, por ejemplo, que con eso nos quiere decir Dios, y así lo debió entender muy bien Lolo, que siempre está para vernos como quiere vernos y que no puede ser de otra forma que amándolo y haciendo lo propio con nuestro prójimo.

En realidad, lo que debemos tener muy claro es que el Todopoderoso ha hecho por nosotros lo mejor que podía hacer: decirnos que nos ama y que Su corazón es nuestro. ¿Acaso se puede pedir algo mejor o algo más? Y eso lo comprendió Lolo más que bien. 



Eleuterio Fernández Guzmán



Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:



Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (95)


Las estrellas tiemblan porque todavía guardan la profunda emoción de Dios cuando las iba creando”

……………………………

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (¡Con nuevos artículos sobre Lolo!)

9.12.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Perdonar muestra un corazón, el corazón

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena – Perdonar muestra un corazón, el corazón


No le toques los músculos, para ver su hombría. Entérate de lo que ha perdonado y tendrás o no delante un héroe.” (Beato Lolo, de su libro Bien venido, Amor, nº 604)

No es poco común que nos equivoquemos  a la hora de pensar cómo es una persona. Y es que o solemos poner atención en lo que importa, en lo que verdaderamente importa. Y Lolo nos dice, bien a las claras, el punto exacto sobre el que debe recaer nuestra voluntad, digamos, conocedora del prójimo. 

Nos equivocamos, sí, porque somos unos simples e ilusos mortales. Y así, nuestra especial condición de una cosa y de la otra nos lleva a mirar más por las cosas del cuerpo que por las del alma. Y luego pasa lo que pasa…

De todas formas, y gracias a Dios que suscita de entre sus hijos a los que son mejores, aquí tenemos a Manuel Lozano Garrido para poner blanco sobre negro y para que nos caigamos del burro acerca de que conocemos de primera mano lo que queremos conocer. 

El Beato Lolo (Linares, Jaén, España) apunta exactamente al centro de la diana de cómo somos. Y lo hace para que nos quede claro hacia dónde debemos mirar y no es, precisamente, a lo más mundano del prójimo si lo que queremos saber es ante quién nos encontramos.

En realidad, debemos ir más allá de lo que aparentan las personas o, en todo caso, debemos mirar un poco más profundamente.

Esto de arriba lo decimos porque resulta muy sencillo caracterizar a un ser humano tan sólo atendiendo a lo que parece que es que es como si Cristo hiciera todo el caso a quien le dice “Señor, Señor"  (cf Mt 5,21) pero luego no pone en práctica la Palabra de Dios ni por asomo…

No. No es ahí donde debemos mirar en primer lugar aunque es casi seguro que se ahí donde miremos en primer lugar… No. Las cosas van por otro camino que tiene que ver con lo que, en realidad, es una persona. 

Hay que saber. Es decir, no nos vale con la capaexterna de la persona. Y hay que saber qué y cuánto ha perdonado…

Debemos saber, por tanto, “lo que ha perdona” porque eso resulta esencial para conocer de verdad cómo es una persona.

Así, por ejemplo, si una persona ha perdonado poco es que tiene un corazón duro, de piedra.

Así, por ejemplo, y al contrario, cuando una persona ha perdonado mucho es que tiene un corazón tierno… de carne que es como quiere Dios que sus hijos tengan el corazón porque es así como Él lo tiene y así se explica que nos perdone todas nuestras tropelías.

Saber que una persona ha perdonado mucho nos dice, en primer lugar, que ha tenido mucho que perdonar pero nos dice, sobre todo, que ha sido capaz de sobreponerse al ordinario comportamiento nuestro de no perdonar y dar el paso necesario para hacer lo contrario. Y no nos extraña nada que nos diga Manuel Lozano Garrido que la persona que ha perdonado (entendemos que mucho) tiene adherido en su corazón el título de “héroe". Y cuanto más perdone más héroe pues, de lo contrario, no seguirá el camino que Dios quiere para sus hijos. 

Y es que aquí todo está dicho: “setenta veces siete” (cf Mt 18, 22) ) dice Cristo que hay perdonar. Y es que, de hacerlo, el título del que habla Lolo lo tendríamos bien ganado… pues por para algo es Palabra de Dios.


Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.




Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (94)

¡Hermanos!: la alegría y la confianza tienen razón, desde que el Señor nos ha hecho con tanta fe y esperanza.”

……………………………


Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (¡Con nuevos artículos sobre Lolo!)

2.12.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena –  Resucitaremos

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena – Resucitaremos

“El Cristianismo no arranca de una culpabilidad, sino de una esperanza” (Beato Lolo, de su libro Bien venido, amor, 978)

“Creer y convertirse”. Son dos expresiones que manifiestan la voluntad de una persona acerca de qué es lo que quiere no para esta vida (que también) sino, sobre todo, para la que ha de venir cuando se cierre el telón de su existencia y tenga que acudir donde haya merecido acudir. Y eso es lo que le pasó al Beato Lolo (Linares, Jaén, España)

Existe la creencia errónea según la cual basta con no creer en Dios para librarse, automáticamente, de lo que supone la existencia del Creador. Sin embargo, para desgracia de muchos incrédulos, las cosas son como son y por la mañana amanece cuando sale el sol. Y ante la Verdad poco pueden hacer los que prefieren esconder la cabeza bajo tierra pensando que, así, pasa el “peligro” de sentirse hijos de Dios.

Pues bien, quien se sabe hijo del Creador sabe perfectamente que en esta vida está de paso o, como poco, a decir de Santa Teresa, que es una mala noche en una mala posada o dicho hoy día, en una mala pensión de las llamada de “mala muerte”.
Es decir, que poco pasamos aquí con relación a lo que ha de venir tras nuestro final corporal. Y estamos seguros que tal pensamiento dio a Lolo una nutriente esperanza para su alma. 

Tenemos una esperanza clara, como la tuvo Manuel Lozano Garrido, que nos sostiene en el mundo y por la cual vivimos y existimos: la resurrección.

En efecto,
resucitar, cuando llegue el momento en el que Cristo vuelva a la tierra para juzgar a vivos y muertos, ha de ser el anhelo de todos los que estamos más que seguros que todo esto, nuestra fe y Dios mismo, no son una ilusión que necesitamos para vivir sino que ambas realidades son más que ciertas, que lo vemos todos los días y que, no obstante, lo que nos espera es infinitamente mejor y dura para siempre, siempre, siempre como diría Santa Teresa de Jesús.

Resucitar para toda la eternidad y que sea para una eternidad de vida y no de muerte, es lo que nos sostiene, lo que sostuvo a Lolo en su sufriente vida terrena. Es una esperanza fundada en la resurrección de Jesucristo, Hijo de Dios, enviado por el Padre y Mesías de la humanidad toda. Por ella murió pero, no sin embargo, dejando de avisar acerca de los requisitos (¡sí, hay que cumplir algunas condiciones sine qua non!) citados arriba: creer y convertirse.

No basta estar más que seguros de que seremos salvados y vivir dormidos en los laureles. Si Cristo murió para que toda la humanidad se salve, no lo hizo porque estuviese seguro de que toda la humanidad se iba a salvar sino que, en todo caso, se salvarían aquellos que creyesen en Su persona y se convirtiesen. Así, sí; de otra forma, no. Y Lolo creyó y más que creyó en su hermano Jesucristo y por eso completó, con su dolor, el del Enviado de Dios.

El Amor de Dios, llegado directamente a nosotros (a falta de mayor fe en su pueblo elegido) es una garantía de verdad de la que no dudamos porque el Todopoderoso tiene, en efecto, todo el poder y nada para Él es imposible. Ni siquiera hacer posible que nosotros dejemos de pecar y nuestra esperanza se haga carne y sangre en nuestra vida. Ni siquiera eso.

¿Hay mayor esperanza?, verdad, ¿Lolo?

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor"  (93) 

Da escalofríos pensar que Dios, tan infinito, necesite del amor de los hombres y que aun hasta lo añore

…………………………


Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna (¡Con nuevos artículos! sobre Lolo)

25.11.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – El milagro del ser humano

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación 

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena – El milagro del ser humano


“Cada segundo de la vida humana supone un milagro, muchos milagros” (Beato Lolo, de su libro Bien venido amor, 80)

La Providencia de Dios y el sentido que de la misma se tiene desde un punto de vista cristiano, aquí, católico, debería ser motivo grande de preocupación por lo que supone preterirla en nuestras acciones, tenerla como no puesta en nuestra vida y, en fin, haciendo como si se tratase de una realidad de la que podemos prescindir. Y eso es algo que nunca hizo el Beato de Linares (Jaén, España)


Dios, que lo creó todo y todo lo mantiene, ni está alejado de su Creación ni, por lo tanto, la ha dejado de su mano para que, aunque con libertad donada, haga lo que le venga en gana olvidándolo. Es bien cierto que, como las hojas de los árboles, cualquier viento de doctrina puede movernos de un lado a otro pero siempre, siempre, sabemos que tenemos a Dios a la espera de nuestro regreso a su Reino que es algo que Lolo tuvo muy claro a lo largo de su vida.

Sabemos, sin embargo y a pesar de lo que podemos hacer desde un punto de vista egoísta, que Dios sabe lo que a cada cual nos conviene y que, por ejemplo, no siempre obtenemos lo que pedimos en la oración porque es más que probable que una cosa sea lo que queremos y otra, muy distinta, lo que de verdad nos conviene.

Confiamos, pues, en la Providencia de Dios (Como tanto confió Manuel Lozano Garrido) porque sabemos que el Creador es bueno y es justo y que tal bondad y tal justicia ha de ser el escabel sobre el que remontemos nuestra existencia y miremos, con ansia de anhelo, su definitivo Reino. Y confiamos de tal manera que todo el sufrimiento que nos pudiera afectar y todas las tribulaciones por las que pasamos las tenemos como parte de una existencia gozosa que nos trae, de manera indefectible, el amor del Padre y nos llena el corazón de su Misericordia y de su Justicia.

En muchas ocasiones no sabemos, exactamente, a qué atenernos con la Providencia. ¿Dios siempre nos mira y provee lo que nos hace falta?, podemos preguntarnos. Y Lolo seguro que respondería que sí, que el Padre lo miraba muy de cerca y que siempre tenía lo mejor para él. 

Si por falta de fe o porque las circunstancias de la vida nos han llevado por caminos equivocados no encontramos cerca de nosotros la mano de Dios es más que probable que nos dejemos llevar por la desesperanza que es lo que nunca hizo Lolo, esperanzado sobre todas sus circunstancias vitales. Así, en un revés de la vida o, simplemente, en una situación difícil de enfermedad que nos merme mucho nuestras donadas capacidades humanas, nos puede acometer algún diablo, sea sobrino o no de Satanás como bien diría C.S. Lewis, que nos impela a creer que Dios, en realidad, poco hace por nosotros y que lo mejor es que no las ventilemos nosotros mismos como podamos pues en una ocasión ya lejana quiso que fuéramos como Dios y trató de engañar a aquellos inocentes primeros seres humanos.

La desesperanza, antípodas de la creencia en la Providencia de Dios, puede, entonces, apoderarse de nuestro corazón. Ya nada es seguro y nada de lo que hacemos lo llevamos a cabo en la seguridad de estar haciendo bien las cosas. Se apodera de nosotros, por así decirlo, una hiedra de olvido de Dios que, poco a poco, va llenando con sus infectadas hojas nuestro corazón y va deshilachando la sutil unión que nos mantiene unidos al Creador y perpetra, en nosotros, el más terrible de los atentados del Mal: no considerarnos, ya, hijos del Todopoderoso. Y de todo eso se liberó voluntariamente nuestro amigo Manuel. 

Y, sin embargo, bien sabemos (por experiencia, seguro) que cada momento que pasa, cada pensamiento que tenemos y cada hacer y ser que hacemos y somos se lo debemos a Dios y a su santa Providencia. Dar gracias, entonces, se debería convertir en el más lógico y normal comportamiento de cada uno de nosotros, hijos de Quien quiso que así fuéramos y no de otra forma, que es lo que hizo el linarense universal a lo largo de sus años en el mundo. 

Y, en efecto, todo es milagroso. Desde el mismo momento en el que nos damos cuenta de que Dios nos ha otorgado otro día más de vida hasta que, con el paso de los diversos instantes que componen nuestra existencia, refrendamos que sí, que el Creador nos ama y nos permite, pues todo lo mantiene desde que lo creó, agradecerle, una vez más, cada don y cada talento que, Ay!, a veces no hacemos rendir por miedo, por vergüenza o, simplemente, porque no nos consideramos dignos de ser lo que debemos ser.

Cuando somos excesivamente adámicos y nos comportamos como seres de carne donde no prevalece el espíritu estamos a un paso de abandonar a Dios y a su Providencia. Somos, en efecto, de carne pero ¡qué somos sin el componente espiritual de nuestra existencia!, que es algo que supo comprender más que bien Lolo. 

Yo diría, simplemente, y al respecto de la Providencia de Dios que todo lo hace con un ansia de ver, en nosotros, una imagen suya y una semejanza suya. ¿Y nosotros? Bastaría, simplemente, con que tratáramos de corresponderle porque creer es tener como bueno y benéfico todo lo que Dios hace por y para nosotros, culminación de la Creación que quiso llevar a cabo. Por eso Lolo correspondió tan bien a la Santísima Providencia del Todopoderoso. 

Así amamos a Dios, como Lolo; así somos hijos suyos, como Lolo y así, por ejemplo, a la voz de Dios “Sal de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, y vete a la tierra que yo te mostraré” (Gen 12,1), Abrahám abandonó su tierra para ir tras la Palabra de Dios y se sometió a su Providencia. Y es el Padre de los creyentes.

Amamos, pues, a Dios sobre todas las cosas si nos abandonamos a su Providencia porque el Creador, que nos creó, mantiene nuestra creación en el día de ahora mismo de cada uno de nosotros. Y porque creemos en su Amor sabemos que el mismo nunca nos abandona y, por lo tanto, la desesperación no cabe en la vida de un hijo de Dios.

Y es aquí donde podemos decir, con Santa Teresa:


Dadme muerte, dadme vida,
dad salud, o enfermedad,
honra o deshonra me dad,
dadme guerra o paz cumplida,
flaqueza o fuerza a mi vida,
que a todo diré que sí.
¿Qué queréis hacer de mí?
Dadme riqueza o pobreza,
dad consuelo o desconsuelo,
dadme alegría o tristeza,
dadme infierno o dadme cielo,
vida dulce, sol sin velo,
pues del todo me rendí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Si queréis, dadme oración,
si no, dadme sequedad,
si abundancia o devoción,
y si no esterilidad.
Soberana Majestad,
sólo hallo paz aquí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Vuestra soy, para Vos nací.
¿Qué mandáis hacer de mí?


Amén, amén y amén.

Al fin y al cabo, bien podemos decir que Lolo fue un verdadero milagro de Dios. 



Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (92)

¿Cómo Dios no iba a hacer bonito el Universo si lo había pensado como escenario para una declaración de amor?

…………………………


Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

18.11.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Una santa sincronización

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena – Una santa sincronización

La esperanza humana es una vivencia que se ata a los días de domingo o al azar de la lotería. Esperar, en cambio, cristianamente, es notarse los ojos cuajados de lágrimas o ver la mesita de noche llena de medicinas y vivir sincronizados con la alegría, porque el optimismo de la fe es como el sol, que siempre está en lo alto, aunque las nubes se arracimen a ras de las casas.” (Beato Lolo, de su libro Cartas con la señal de la Cruz)

Esperanza. Es una palabra que nos llena el corazón muchas veces. Sin embargo, Manuel Lozano Garrido nos dice algo sobre ella que tiene todo que ver con el verdadero significado que, como suele pasar, no tiene mucho que ver con el sentido ordinario que le damos a la misma.

Digamos, para empezar, que Lolo nos vuelve a plantear algo que es espiritual pero desde dos puntos de vista. Y es el Beato de Linares (Jaén, España) gusta mucho de hacer tal tipo de planteamientos para que veamos las cosas del alma desde los dos puntos de vista: el de los hombres y que tiene que ver más con Dios. 

Sabemos que la esperanza es una de las virtudes que, junto a la fe y a la caridad, llamamos teologales porque, según se nos dice en el Catecismo de la Iglesia Católica (1813) “fundan animan y caracterizan el obrar moral del cristiano” y, por tanto, son algo más que meras expresiones que puedan quedar bien por lo que las mismas significan. Hacen, por tanto, que el discípulo de Cristo se comporte (como diría San Mañosearía) como alguien de “criterio". 

El caso es que Lolo nos habla, por así decirlo, de “dos” formas de la esperanza o, en fin, de dos consideraciones que podemos tener de la misma.

Para empezar, está la esperanza más pegada al corazón del hombre que tiene por buena la verdad según la cual tenemos esperanza cuando las cosas nos van bien o cuando nos sometemos al albur de lo que puedan decir unos números con resultados económicos. Y tal esperanza es, seguramente, la más extendida.

Pero luego está la otra. Y para darnos a entender lo que significa la “otra” esperanza no se le ocurre nada mejor a Manuel que ponerse como ejemplo de esta. Sí. Y es que lo que viene continuación de eso de la lotería tiene todo que ver con la propia existencia de quien, no queriendo ser beato… llegó a serlo. 

Sobre todo esto, ya es más que conocida la existencia sufrimiento de Lolo. Es decir, que esa mesita de noche que está “llena de medicinas” ya podemos saber que se refiere a la suya propia aunque, claro, no era la única aunque sí le valía de ejemplo perfecto para delinear lo que, en verdad, es la esperanza. 

Lo que nos dice el bueno y santo de Lolo es que es posible (¡Posible!) estar pasándolo mal físicamente pero, a la vez, estar esperanzado porque se tiene una fe que, bien arraigada en el corazón, lima hasta lo raso las punzadas del dolor.

Plantea Lolo, por tanto, una sincronización entre el sufrimiento y lo que supone darse cuenta de que es posible sobrenaturalizar tal sufrimiento porque todo tiene una causa y una razón de ser que es la fe que se tiene y que (como se dice hoy día) se pone en valor para que se estremezcan el corazón y la propia vida con un saber que lo que se sufre no es lo que debe poner el acento en la existencia. Y de tal sincronización sólo puede devenir algo tan grande como es saberse acompañado por Dios y entonces y con tal compañía todo cobra sentido y luz por muchas tinieblas por las que se esté pasando

De todas formas, no podemos dejar de reconocer que estas palabras del Beato Lolo cobran un sentido más que especial sabiendo que están contenidas en su libro Cartas con la señal de la Cruz en el que se recogen muchos testimonios de personas que mucho sufrían y, así, la esperanza en el sentido loliano es seguro confortó y a muchas de las personas que le habían enviado misivas a su compañero de dolor y sufrimiento. Esperanza que, como se dice en la Sagrada Escritura, es miel sobre hojuelas

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (91)

Creación: el más hermoso fruto de la fecundidad de Dios. Por eso es tan hermosa. ”

……………………………

Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.