InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: Apostolado laico -La Palabra para el Domingo

7.10.12

La Palabra del Domingo - 7 de octubre de 2012

Por la libertad de Asia Bibi.

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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Mc 10, 2-16

Biblia

2 Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: «¿Puede el marido repudiar a la mujer?»3 El les respondió: ¿Qué os prescribió Moisés?» 4 Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla.» 5 Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. 6 Pero desde el comienzo de la creación, = El los hizo varón y hembra. = 7 = Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, = 8 = y los dos se harán una sola carne. = De manera que ya no son dos, sino una sola carne. 9 Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre.» 10 Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. 11 El les dijo: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla;12 y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.» 13 Le presentaban unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. 14 Mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios.15 Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él.» 16 Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos.

COMENTARIO

Lo que era voluntad de Dios

Bien podemos decir que la Ley de Dios, la que el Creador tiene como propia y que, por su voluntad, deberíamos cumplir, no es una que lo sea fácil de comprender en toda su sentido. Esto, que se ve fácilmente en los Mandamientos (no basta con entender, por ejemplo, “no matarás” sino que ir más allá de eso es importante) también se puede apreciar muchas veces cuando habla Jesús con sus apóstoles o con quien tuviera a bien hablar.

El caso del matrimonio y el de los niños muestra, a la perfección, el sentido tan equivocado que tenemos acerca de las cosas de Dios y de su Ley. Ni entendemos lo que quiere decir en el fondo el Creador cuando dice lo que dice ni, tampoco, nos interesa mucho lo que pueda querer decirnos.

¿Qué pretende Jesús dando a entender la voluntad de Dios acerca, ahora, de estos temas?

En primer lugar, que sepamos a qué atenernos según quiere el Creador que hagamos en nuestra vida particular y con relación a nuestro prójimo siendo éste tan especial como es el de la esposa o esposo o el de los niños.

Pero, en segundo lugar, Jesús quiere que tengamos el corazón abierto a determinadas cosas y cerrado a otras que no deben entrar en nuestra vida si es que queremos comportarnos como debe comportarse un hijo con su Padre.

Quiere, Jesús, que tengamos el corazón abierto a los que peor son considerados de la sociedad. Entonces eran, entre otro tipo de personas, los niños, a los que no se les tenía en consideración hasta que no tenían una edad suficiente como para poder desenvolverse ellos solos y, también, aportar ayuda a la casa paterna. Pero ahora mismo puede ser cualquier tipo de persona que esté excluida de la sociedad. A tales tipos de personas debemos tenerlas en cuenta en nuestra vida y tratar de mitigar, en lo que nos sea posible, determinadas malas situaciones.

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30.09.12

La Palabra del Domingo .- 30 de septiembre de 2012

Por la libertad de Asia Bibi.

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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Mc 9, 38-43.45.47-48

Biblia

38Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros.» 39 Pero Jesús dijo: «No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí.40 Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros.» 41 «Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa.» 42 «Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar. 43 Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga. 45Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna. 47 Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, 48 donde ‘su gusano no muere y el fuego no se apaga’".

COMENTARIO

Con el que me sigue

A pesar de que hacía muy poco tiempo, relativamente, que Jesús predicaba y enseñaba que el Reino de Dios ya había llegado, alguno de sus contemporáneos se había arrogado la posibilidad de actuar en representación suya y, así, extender su misterio a todo aquel que quisiera atender lo que decía y hacía.

Sin embargo, aquellos que le seguían más de cerca, los que creían tener la “exclusiva” de ese Mesías, los que, quizá egoístamente, querían acapararlo para sí (no obstante hacía bien poco que se preguntaban quién sería el primero al morir Él) no podían, o no querían, permitir que nadie actuara dentro de ese pequeño grupo: quien no iba con ellos se suponía que no estaba “autorizado” a hacer nada, ni aunque fuera bueno.

Esta actitud tenía mucha relación con lo que creían muchos judíos sobre el hecho de que nada se podía hacer contrario a la ley en sábado. Por lo tanto, aún parece que no habían recorrido el camino existente entre su antigua ley y la verdadera Ley de Dios y de su Reino.

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23.09.12

La Palabra del Domingo - 23 de septiembre de 2012

Por la libertad de Asia Bibi .

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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Mc 9, 30-37

Biblia

30 Y saliendo de allí, iban caminando por Galilea; él no quería que se supiera, 31 porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará.»32 Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle.33 Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba: «¿De qué discutíais por el camino?» 34 Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor.35 Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: «Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos.» 36 Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: 37 «El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado.»

COMENTARIO

Como niños

Jesús, que conocía y comprendía la naturaleza humana y sabía por lo tanto, cual era la verdadera razón del comportamiento de sus discípulos. Él sabía cual era su misión y que, por eso, debía de transmitir la verdadera Ley de Dios y tratar de que aquellos que serían sus testigos (en el sentido más puro, mártires) tuvieran claro cierto tipo de cosas porque de eso dependía una transmisión correcta.

Es evidente que sus discípulos no podían entender, aún, lo que oían de la boca del Maestro. Que lo fueran a juzgar y a ajusticiar no cabía en su pensar de hombres. Eso lo harían más tarde cuando, precisamente, ocurra lo que les dice y se den cuenta, de verdad, de que lo que les decía era totalmente cierto. Ahora, al contrario, la profecía de Jesús sólo podía producirles malestar y desasosiego.

Como hombres temen preguntar. Esto sólo podía ser debido a dos razones: o era bien porque temían que descubriera su ignorancia (¡cómo si no lo supiera el Mesías!) o porque temían que conociera su verdadera ambición (¡cómo si no lo supiera el Enviado!).Tenían a Jesús por hombre, como lo era, pero sólo por hombre, y tras su muerte, alguno de ellos debía de sucederle. Ese era su pensar. Cosas de hombres, de ambición humana y de reconocible voluntad equivocada.

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16.09.12

La Palabra del Domingo - 16 de septiembre de 2012

Estreno de Érase una fe”.

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Por la libertad de Asia Bibi.
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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Mc 8, 27-35

Biblia

27 Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?» 28 Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas.» 29 Y él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contesta: «Tú eres el Cristo.» 30 Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de él. 31 Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días. 32 Hablaba de esto abiertamente. Tomándole aparte, Pedro, se puso a reprenderle. 33 Pero él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres.»34 Llamando a la gente a la vez que a sus discípulos, les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. 35 Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará.

Meditación

Una llamada a la eternidad

1.- Muchas veces Jesús quiere explicar a sus discípulos y al resto de personas que le seguían y le escuchaban, el fundamento de su existir; muchas veces está interesado en saber qué opinan de él, qué piensan quienes le rodean aún sabiendo que ya lo sabía.

Jesús tiene a sus discípulos muy cerca y era a los que, además, supone en contacto directo con la gente. Se dirige a ellos para probarlos en su fe.

El desconcierto entre los que lo conocen es grande. Unos piensan que es Juan el Bautista, otros que Elías… En fin, cada cual dice según cree quien puede ser Jesús y según el conocimiento que pudieran tener de las Escrituras se pronuncia.

Pero los apóstoles parecen tenerlo claro, y el “principal”, el que sería piedra de la Iglesia, lo afirma; “Tú eres el Cristo”. Con esto demostraban tener, o eso pensaban ellos, un conocimiento superior a los demás que le seguían: Tú eres el Enviado de Dios, el Mesías, Quien que nos salvará.

Sin embargo, tampoco parecen conocer las Escrituras y hablan de Jesús y del destino ellos creen que les espera. Así, ellos también se encuentran en aquel estado de querer y no poder en que muchas veces demuestran estar: creen una cosa cuando, al contrario, es otra muy diferente la verdad de las cosas.

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9.09.12

La Palabra del Domingo - 9 de septiembre de 2012

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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Mc 7, 31-37

Biblia

31 Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis. 32 Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. 33 El, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. 34 Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: = «Effatá», que quiere decir: «¡Abrete!» 35 Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente. 36 Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. 37 Y se maravillaban sobremanera y decían «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»

COMENTARIO

En Cristo se cumple la promesa de Dios

Cuando los discípulos de Juan el Bautista le preguntaron a Jesús si era Él el Mesías, el Hijo de Dios les dio un mensaje para su primo y era que le dijeran que los sordos podía oír y que los mudos podían hablar. Eso era indicación de que se había cumplido la Sagrada Escritura que hacía ver que cuando llegar el Enviado de Dios esas cosas las haría el mismo.

Y, en efecto, las hizo.

Jesús tenía el poder de Dios, era Dios hecho hombre. No era de extrañar que por donde pasara siempre hubiera personas que, ellas mismas o sus conocidos, reclamaran la atención del Maestro. Y así curó a muchos y así su fama de santidad se extendió por toda aquella divina región donde el Creador quiso que Su Hijo viniera para salvarnos.

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