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18.10.16

Un amigo de Lolo – El verdadero gozo del corazón

Presentación

Lolo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

Libro de oración

 

En el libro “Rezar con el Beato Manuel Lozano, Lolo” (Publicado por Editorial Cobel, www.cobelediciones.com ) se hace referencia a una serie de textos del Beato de Linares (Jaén-España) en el que refleja la fe de nuestro amigo. Vamos a traer una selección de los mismos.

  

El verdadero gozo del corazón

La verdad de la Ternura está de puertas a dentro, en un polígono interior habilitado entre cardos y arenales. La dulzura sonora de Dios se mide en una aridez gemela y solitaria de noche de Getsemaní. Las palabras que retiñen por el mundo como las campanillas de plata de la Misa, los dedos que rozan con un tacto suave de piel de melocotón, los ojos que miran con un no sé qué adorable y a uno le queda otro no sé qué como la invasión de una gloria descendida, tienen, de cara al interior, el sonido bronco, el roce áspero y la visión desapacible de la pieza de alfarería salida del horno” (El sillón de ruedas, pp. 254-255).

 

 

En realidad, lo tierno es expresión de un corazón como el Todopoderoso quiere que lo tengamos, como decimos arriba. Y es que es ahí, en el corazón, de donde todo lo bueno y malo sale al exterior, donde radica, donde arraiga (si queremos) la ternura.

Es bien cierto que la ternura, la expresión de lo que eso supone en nuestra existencia ordinaria tiene que traérselas con muchos obstáculos. Es decir que no basta con querer ser tierno y hay muchas piedras en el camino de nuestra vida y muchos momentos en los que nos cuesta mucho y más ser tiernos. Entonces, la ternura se ha de aliar con la necesaria e imprescindible fe. Y entonces ganamos, somos capaces de ganar tan difícil lucha interior.

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