InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: 2013

30.09.13

Serie oraciones - invocaciones - Oración ante el crucifijo de San Damián, de San Francisco de Asís

Orar

No sé cómo me llamo…
Tú lo sabes, Señor.
Tú conoces el nombre
que hay en tu corazón
y es solamente mío;
el nombre que tu amor
me dará para siempre
si respondo a tu voz.
Pronuncia esa palabra
De júbilo o dolor…
¡Llámame por el nombre
que me diste, Señor!

Este poema de Ernestina de Champurcin habla de aquella llamada que hace quien así lo entiende importante para su vida. Se dirige a Dios para que, si es su voluntad, la voz del corazón del Padre se dirija a su corazón. Y lo espera con ansia porque conoce que es el Creador quien llama y, como mucho, quien responde es su criatura.

No obstante, con el Salmo 138 también pide algo que es, en sí mismo, una prueba de amor y de entrega:

“Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno”

Porque el camino que le lleva al definitivo Reino de Dios es, sin duda alguna, el que garantiza eternidad y el que, por eso mismo, es anhelado y soñado por todo hijo de Dios.

Sin embargo, además de ser las personas que quieren seguir una vocación cierta y segura, la de Dios, la del Hijo y la del Espíritu Santo y quieren manifestar tal voluntad perteneciendo al elegido pueblo de Dios que así lo manifiesta, también, el resto de creyentes en Dios estamos en disposición de hacer algo que puede resultar decisivo para que el Padre envíe viñadores: orar.

Orar es, por eso mismo, quizá decir esto:

-Estoy, Señor, aquí, porque no te olvido.

-Estoy, Señor, aquí, porque quiero tenerte presente.

-Estoy, Señor, aquí, porque quiero vivir el Evangelio en su plenitud.

-Estoy, Señor, aquí, porque necesito tu impulso para compartir.

-Estoy, Señor, aquí, porque no puedo dejar de tener un corazón generoso.

-Estoy, Señor, aquí, porque no quiero olvidar Quién es mi Creador.

-Estoy, Señor, aquí, porque tu tienda espera para hospedarme en ella.

Pero orar es querer manifestar a Dios que creemos en nuestra filiación divina y que la tenemos como muy importante para nosotros.

Dice, a tal respecto, san Josemaría (Forja, 439) que “La oración es el arma más poderosa del cristiano. La oración nos hace eficaces. La oración nos hace felices. La oración nos da toda la fuerza necesaria, para cumplir los mandatos de Dios. —¡Sí!, toda tu vida puede y debe ser oración”.

Por tanto, el santo de lo ordinario nos dice que es muy conveniente para nosotros, hijos de Dios que sabemos que lo somos, orar: nos hace eficaces en el mundo en el que nos movemos y existimos pero, sobre todo, nos hace felices. Y nos hace felices porque nos hace conscientes de quiénes somos y qué somos de cara al Padre. Es más, por eso nos dice san Josemaría que nuestra vida, nuestra existencia, nuestro devenir no sólo “puede” sino que “debe” ser oración.

Por otra parte, decía santa Teresita del Niño Jesús (ms autob. C 25r) que, para ella la oración “es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como desde dentro de la alegría”.

Pero, como ejemplos de cómo ha de ser la oración, con qué perseverancia debemos llevarla a cabo, el evangelista san Lucas nos transmite tres parábolas que bien podemos considerarlas relacionadas directamente con la oración. Son a saber:

La del “amigo importuno” (cf Lc 11, 5-13) y la de la “mujer importuna” (cf. Lc 18, 1-8), donde se nos invita a una oración insistente en la confianza de a Quién se pide.

La del “fariseo y el publicano” (cf Lc 18, 9-14), que nos muestra que en la oración debemos ser humildes porque, en realidad, lo somos, recordando aquello sobre la compasión que pide el publicano a Dios cuando, encontrándose al final del templo se sabe pecador frente al fariseo que, en los primeros lugares del mismo, se alaba a sí mismo frente a Dios y no recuerda, eso parece, que es pecador.

Así, orar es, para nosotros, una manera de sentirnos cercanos a Dios porque, si bien es cierto que no siempre nos dirigimos a Dios sino a su propio Hijo, a su Madre o a los muchos santos y beatos que en el Cielo son y están, no es menos cierto que orando somos, sin duda alguna, mejores hijos pues manifestamos, de tal forma, una confianza sin límite en la bondad y misericordia del Todopoderoso.

Esta serie se dedica, por lo tanto, al orar o, mejor, a algunas de las oraciones de las que nos podemos valer en nuestra especial situación personal y pecadora.

Serie Oraciones – invocacioneas - Oración ante el crucifijo de San Damián, de San Francisco de Asís

Leer más... »

29.09.13

La Palabra del Domingo - 29 de septiembre de 2013

Biblia

Lc 16, 19-31

“19 Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. 20 Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, 21 deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico… pero hasta los perros venían y le lamían las llagas. 22 Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. 23 ‘Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Y, gritando, dijo: ‘Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama.’ 25 Pero Abraham le dijo: ‘Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. 26 Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros.’ 27 ‘Replicó: ‘Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento.” 29 Díjole Abraham: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan.’ 30 El dijo: ‘No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán.’ 31 Le contestó: ‘Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite.’”

COMENTARIO

¿Lázaros o Epulones?

Este texto del evangelio de san Lucas nos pone ante una situación terrible, si bien lo pensamos. Dios nos ha a escoger, otra vez, entre lo que nos conviene y lo que no nos conviene.

Nosotros sabemos que no somos nada ante Dios. En realidad, lo sabemos pero no siempre lo tenemos en cuenta en nuestra vida ordinaria y en nuestra relación con nuestro prójimo.

Como eso sabemos bien podemos plantearnos qué podemos hacer en esta vida para actuar y ser de acuerdo a la voluntad del Creador pues no es y no puede ser lo mismo, en lo referido a las consecuencias para nuestra vida eterna, que hagamos una cosa o hagamos otra.

Lázaro pedía porque lo necesitaba. Nosotros también podemos pedir a Dios porque lo necesitamos nosotros o porque lo necesitan otras personas. Se trata de un dirigirse al Todopoderoso en Quien confiamos y en Quien tenemos plena fe.

Somos, así, como aquel hombre que estaba necesitado de comida, materia indispensable para nuestra existencia. Pedía por eso y era uno de los bienaventurados de los Jesús habla en el Sermón del Monte.

Pero también podemos ser como aquel hombre que era rico. No es que debamos tener más dinero del que está permitido para llevar una vida holgada sino que, por decirlo así, estamos en disposición de dar. Nada más. Y de dar a quien necesita recibir.

Leer más... »

28.09.13

Oración a una mano ensangrentada

Ensangrentada fe

Con aquella fuerza que supone ser fiel a Dios
y con aquel instante preciso en el que decimos hágase.

Padre Todopoderoso, clama la sangre de tus hijos
como aquella de Abel que desde el suelo
te llamaba porque quería tu paraíso y tu cielo.

Con un símbolo que es vida aunque engendre muerte
en las sinrazones que niegan la existencia
y olvidan la luz eterna de tu santa Providencia.

Misericordioso Creador, cúmplase tu voluntad
acerca de los que por el nombre de tu Hijo
dejan cubrir de sangre su vivencia y su edad.
Con el gozo de quien sostiene una razón para vivir
aún sabiendo que lo que le espera es un adelantado final.

Juez justo que con tu Ley diriges el devenir del universo
y con tu bieldo consideras lo malo y lo bueno
da paz eterna a los que en el nombre del Emmanuel
dejan de peregrinar por el mundo y al Tuyo van a ser.

Amén.

Eleuterio Fernández Guzmán

InfoCatólica necesita vuestra ayuda.

Escucha a tu corazón de hijo de Dios y piedra viva de la Santa Madre Iglesia y pincha aquí abajo:


Y da el siguiente paso. Recuerda que “Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,7), y haz click aquí.

Serie Fundación GRATIS DATE – Tratado del Purgatorio, de Santa Catalina de Génova

GRATIS DATE

Escribir de la Fundación GRATIS DATE es algo, además de muy personal muy relacionado con lo bueno que supone reconocer que hay hermanos en la fe que tienen de la misma un sentido que ya quisiéramos otros muchos.

No soy nada original si digo qué es GRATIS DATE porque cualquiera puede verlo en su página web (www.gratisdate.org). Sin embargo no siempre lo obvio puede ser dejado de lado por obvio sino que, por su bondad, hay que hacer explícito y generalizar su conocimiento.

Seguramente, todas las personas que lean estas cuatro letras que estoy juntando ya saben a qué me refiero pero como considero de especial importancia poner las cosas en su sitio y los puntos sobre todas las letras “i” que deben llevarlos, pues me permito decir lo que sigue.

Sin duda alguna GRATIS DATE es un regalo que Dios ha hecho al mundo católico y que, sirviéndose de algunas personas (tienen nombres y apellidos cada una de ellas) han hecho, hacen y, Dios mediante, harán posible que los creyentes en el Todopoderoso que nos consideramos miembros de la Iglesia católica podamos llevarnos a nuestros corazones muchas palabras sin las cuales no seríamos los mismos.

No quiero, tampoco, que se crean muy especiales las citadas personas porque, en su humildad y modestia a lo mejor no les gusta la coba excesiva o el poner el mérito que tienen sobre la mesa. Pero, ¡qué diantre!, un día es un día y ¡a cada uno lo suyo!

Por eso, el que esto escribe agradece mucho a José Rivera (+1991), José María Iraburu, Carmen Bellido y a los matrimonios Jaurrieta-Galdiano y Iraburu-Allegue que decidieran fundar GRATIS DATE como Fundación benéfica, privada, no lucrativa. Lo hicieron el 7 de junio de 1988 y, hasta ahora mismo, julio de 2013 han conseguido publicar una serie de títulos que son muy importantes para la formación del católico.

Como tal fundación, sin ánimo de lucro, difunden las obras de una forma original que consiste, sobre todo, en enviar a Hispanoamérica los ejemplares que, desde aquellas tierras se les piden y hacerlo de forma gratuita. Si, hasta 2011 habían sido 277.698 los ejemplares publicados es fácil pensar que a día de la fecha estén casi cerca de los 300.000. De tales ejemplares, un tanto por ciento muy alto (80% en 2011) eran enviados, como decimos, a Hispanoamérica.

De tal forman hacen efectivo aquel “gratis lo recibisteis, dadlo gratis” (Mt 10,8) y, también, “dad y se os dará” (Lc 6,38) pues, como es de imaginar no son contrarios a las donaciones que se puedan hacer a favor de la Fundación. Además, claro, se venden ejemplares a precios muy, pero que muy, económicos, a quien quiera comprarlos.

Es fácil pensar que la labor evangelizadora de la Fundación GRATIS DATE ha des estar siendo muy grande y que Dios pagará ampliamente la dedicación que desde la misma se hace a favor de tantos hermanos y hermanas en la fe.

Por tanto, esta serie va a estar dedicada a los libros que de la Fundación GD a los que no he hecho referencia en este blog. Esto lo digo porque ya he dedicado dos series a algunos de ellos como son, por ejemplo, al P. José María Iraburu y al P. Julio Alonso Ampuero. Y, como podrán imaginar, no voy a traer aquí el listado completo de los libros porque esto se haría interminable. Es más, es mejor ir descubriéndolos uno a uno, como Dios me dé a entender que debo tratarlos.

Espero, por otra parte, que las personas “afectadas” por mi labor no me guarden gran rencor por lo que sea capaz de hacer…

Tratado del Purgatorio, de Santa Catalina de Génova

Leer más... »

27.09.13

Eppur si muove - Portales de Belén y portales del infierno (Sobre portales internáuticos católicos)

Es cierto eso de que de todo hay en la viña del Señor. Seguramente lo hay porque Dios quiere que lo haya pero no me negarán ustedes que hay cosas que son muy difíciles de entender.

La Iglesia católica, a lo largo de los siglos que lleva peregrinando por el mundo, ha tenido que enfrentarse, con sus medios, a todos aquellos que han querido hacerle daño. Pero no ha sido sólo la, digamos, “jerarquía”, que pastorea a la grey de Dios, la que ha tenido que dar la cara en muchos y determinados momentos sino que el laico, el católico seglar, ha dado el callo cuando ha sido necesario darlo.

Hoy día, bien entrado el siglo XXI las cosas, dado que existen medios de comunicación inexistentes hace siglos, se han puesto muy difíciles pues el arte del disimulo e, incluso, la más descarada actuación contra la Esposa de Cristo, está al orden del día.

En este sentido, los portales religiosos católicos dan una buena muestra de por dónde van las cosas y hacia qué camino se encaminan algunos o quieren encaminar a los que puedan llevarse por delante.

A este respecto, hay un índice, algo que marca lo que cada uno es, que no debería olvidarse nunca: acoger, en las páginas electrónicas a personas, pensamientos, hechos u omisiones contrarios o a favor de la doctrina ortodoxa católica.

Cuando, por una parte, se cumple con lo que la Iglesia católica dice que hay que cumplir y se ampara a quien cumple lo establecido, digamos que se actúa, sin temor a equivocarnos decimos esto, de forma correcta y en aras de la verdad; cuando, al contrario, en sus páginas se da cabida a quien procura sembrar cizaña, promover herejías claras y diáfanas y posicionarse contra la Iglesia católica so pretexto de querer “renovar” ciertas estructuras, lo bien cierto es que tales comportamientos son censurables, deberían serlo y, de hecho, lo son aquí mismo.

Entonces, cualquiera podría preguntarse qué sentido tiene que haya ciertas personas, pastores de las ovejas de Dios, que se empeñen en sembrar donde no va a crecer nada porque la superficie está marchita y bajo la superficie sólo puede haber raíces muertas donde nada puede fructificar.

Leer más... »