Serie Pensamientos de vida sobrenatural .- 3.- Escrúpulos y respeto humano

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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Presentación de la serie

Pensamientos de vida sobrenatural

Tomás de Kempis, dice refiriéndose a Jesús que “’El que me sigue no va a oscuras’, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo y con ellas nos enseña a imitar su vida y sus virtudes si queremos gozar de la luz verdadera, y librarnos de la ceguera del alma”.

No puede ser mejor explicado, en esencia, el comportamiento que debe expresar, con su vida, un discípulo del Hijo de Dios y resulta difícil, por eso mismo, decir más cosas con menos palabras.

Tal forma de demostrar que la Fe puede ser difundida, evangelizando con ella, es la que también siguió S. Josemaría en libros suyos como Camino, Forja o Surco que representan, para un creyente en el Dios Único y Omnipotente, una forma de demostrar que se cree porque se sabe lo que se cree.

El aforismo, por eso, es una fórmula comprimida de definir pensamientos, en este caso religiosos, que cada cual llevamos dentro y que, saliendo al exterior desde el corazón, puede servir para encauzar más de una situación que damos por perdida por las asechanzas del mundo o, simplemente, por nuestra mala cabeza mundana.

Por eso mismo, cuando manifestamos por escrito lo que tenemos como cierto para nuestro interior y, así, para nuestro corazón, no hacemos más que tratar de hacer ver que si del mismo habla la boca es de desear que hable bien del lugar donde, por tradición, se ha considerado que actúa el Espíritu de Dios y donde está su Templo.

Lo que podemos decir en pocas palabras a lo mejor es preferible que no se diga de forma extensa. Se entiende mejor lo que se pretende transmitir si no hay exceso de sílabas que, en muchas ocasiones, deforman una verdad espiritual y, en cierta manera, pervierten en esencial sentido que le queríamos dar.

Es, por otra parte, lo que de nuestra vida sobrenatural, llevaba y traída por el deambular de la existencia y conciencia que nos conducen hacia el definitivo reino de Dios, extraemos lo que nos ofrece unas frases que pretenden hacer real la voluntad de quien siente que su fidelidad a Dios puede ser imitada, puesta en práctica particular, como máxima expresión de una comunión vital y de fe.

Así, los “Pensamientos de vida sobrenatural” son una aproximación a la vivencia de la fe y un intento de plasmar, por la vía del mensaje escueto, lo que un alma puede sentir y expresar para obviar la tribulación por la que esté pasando o, a lo mejor, creyendo que pasa.

Cada cual, por supuesto, puede hacer con ellos lo que tenga por conveniente y, si eso surge, añadir los que crea oportunos porque, es bien cierto, que si Dios lo es personal para cada uno de nosotros, no está mal, de vez en cuando, compartir lo que su Espíritu nos ha sugerido. De todas formas, bien sabemos que no podemos ocultar la luz, aunque sea escasa, bajo el celemín.

3 .- Escrúpulos y respeto humano

Seguramente es difícil vivir, para un creyente, en una sociedad descreída. También es seguro que no ha de resultar nada fácil demostrar que se cree en Dios y que, sobre todo, se le tiene en cuenta en el devenir diario.

Podemos, ante tal situación, hacer de nuestra fe un medio de vida que nos llene o, al contrario, tenerla a buen recaudo dejándonos vencer por el mundo y sus mundanidades. Entonces, es más que probable que cedamos ante lo que se nos pueda imponer como comportamiento corriente que estará, las más de las veces, alejado de nuestra fe. A eso bien se le puede llamar escrúpulo o respeto humano.

Y lo que a continuación traigo es lo que, para este católico, debería suponer no caer ni en los escrúpulos ni el respeto humano.

1 Tienes que decir, antes de seguir adelante con tu vida, si prefieres seguir al mundo con sus mundanidades o a Dios con sus divinidades. No se puede servir, como sabes, a dos señores.

2 Seguramente es difícil decir sí a Dios si eso supone decir no a la comodidad que supone no creer en Él.

3 Piensa, antes de actuar, si como lo vas a hacer cumples con la Ley de Dios. No es tan difícil saber lo que, al respecto, quiere tu Creador.

4 A veces eres escrupulosamente mundano. Entonces eres voluntariamente pagano.

5 ¿Habrá algo peor para un cristiano que renegar de Dios por ser políticamente correcto?, puedes preguntarte. Pues sí lo hay: persistir en tal error.

6 A quien te diga que ser cristiano es una buena forma de perder el tiempo porque no cree en Dios, simplemente demuéstrale que el respeto humano no va contigo porque Tu Padre no lo merece.

7 Recorre el camino de tu vida sabiendo que, al rechazar la mundanidad no dando pábulo a la misma ni al escrúpulo ocasión no haces nada extraordinario sino, el contrario, seguramente, lo mínimo que debes cumplir. Al fin y al cabo no eres de este mundo.

8 “No me conviene hacer esto o lo otro aunque, como cristiano, debería hacerlo”. ¿No será que lo que no te conviene es olvidar que eres cristiano?

9 Te dices a ti mismo: “Yo hago el Santo Rosario pero en público… me da corte por el qué dirán”. Pues deberías preocuparte más por agradar a Dios en vez de a los hombres.

10 Si sabes decir ¡No! en el momento oportuno a las proposiciones del mundo habrás dicho ¡Sí! a Dios cuando corresponde que, por cierto, es siempre.

11 Si guardas, en las páginas de las Sagradas Escrituras bajo el celemín, la Verdad que reconoces importante en tu vida porque no se te despega del corazón… entonces te convendría más romper el celemín.

12 Todas las personas tenemos escrúpulos materiales ante aquello que no es de nuestro agrado. Pero espirituales, escrúpulos espirituales, sólo los tienen los que son, más bien, de poco espíritu o, como mucho, de espíritu tibio.

13 Políticamente correctos son los que creyéndose discípulos de Cristo lo son más del mundo porque abandonan la doctrina del primero para confraternizar con el segundo. Deberían saber que en esta espiritual operación el orden de los factores sí altera el producto.

14 El resultado de mantener un escrúpulo es, sin duda, algo malo para quien lo mantiene: se es menos creyente pero, a cambio, se obtiene el vacío.

15 Escribes en un papel, para evitarlos, los escrúpulos que mantienes cuando no te conviene. Mejor no lo tires a la papelera porque si no corriges tal comportamiento, de muchos más tendrás que tomar nota.

16 ¿Qué escrúpulo mantuvo Jesucristo en su vida?: ¡Ninguno! Entonces… si es tu Señor, ¿acaso quieres ser más que Él?

17 Al escrúpulo dile, con claridad: ¡Por aquí me entras y por aquí me sales! Pero, por favor, no le permitas, otra vez, la entrada a tu corazón.

18 Que no se diga de ti eso de “El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra” escrupulosa porque, entonces, ciertamente, serías un animal poco racional y, en lo tocante a la fe, irracional.

19 Pídele a María, Madre de Dios y Madre nuestra, que no te abandone, nunca, ante la posibilidad de tener que decir no a Dios para decir sí a lo que deberías rechazar.

20 “Dios”, puedes pedir, “dame fuerza para que el escrúpulo espiritual no se adueñe de mi corazón”. Seguro que es una buena forma de empezar a corregir tal forma de comportamiento.

No seamos como aquellos que, queriendo estar a bien con todos dejan de lado su fe y la tienen escondida debajo de cualquiera celemín.

Ruego, también, a quien quiera hacer su aportación a estos veinte puntos, que así lo haga. Seguramente podremos aprender mucho unos de otros.

Eleuterio Fernández Guzmán

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1 comentario

  
Eleuterio
Traigo aquí la aportación hecha en Facebook por David Montenegro Gómez


Superar los respetos humanos
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El Cura de Ars dice a una chica: “comulga con frecuencia, diariamente“, ella responde “en mi pueblo no se acostumbra”, a lo que el santo añade: “si no hay costumbre, la introduces”.

Al cabo de unas semanas regresa la chica y comenta: “me señalan con el dedo”. En esto el sacerdote dice: “llévate algunas amigas y ya no estarás tú sola”… en seis meses formaban una docena

Tomado de:
http://citasyfrases.wordpress.com/2007/08/09/superar-los-respetos-humanos/

Posteriormente hizo esta otra aportación:


Del libro Surco, de San Jose María Escribá de la Balaguer

34. Cuando está en juego la defensa de la verdad, ¿cómo se puede desear no desagradar a Dios y, al mismo tiempo, no chocar con el ambiente? Son cosas antagónicas: o lo uno o lo otro! Es preciso que el sacrificio sea holocausto: hay que quemarlo todo..., hasta el "qué dirán", hasta eso que llaman reputación.

35. Qué claramente veo ahora que la "santa desvergüenza" tiene su raíz, muy honda, en el Evangelio! Cumple la Voluntad de Dios..., acordándote de Jesús difamado, de Jesús escupido y abofeteado, de Jesús llevado ante los tribunales de hombrecillos..., y de Jesús callado!! —Propósito: abajar la frente a los ultrajes y —contando también con las humillaciones que, sin duda, vendrán—proseguir la tarea divina, que el Amor Misericordioso de Nuestro Señor ha querido encomendarnos.

36. Asusta el daño que podemos producir, si nos dejamos arrastrar por el miedo o la vergüenza de mostrarnos como cristianos en la vida ordinaria.

37. Hay algunos que, cuando hablan de Dios, o del apostolado, parece como si sintieran la necesidad de defenderse. Quizá porque no han descubierto el valor de las virtudes humanas y, en cambio, les sobra deformación espiritual y cobardía.

38. Es inútil pretender agradar a todos. Descontentos, gente que proteste, siempre habrá . Mira cómo lo resume la sabiduría popular: "cuando va bien a los corderos, va mal a los lobos".

39. No te conduzcas como ésos que se asustan ante un enemigo que sólo tiene la fuerza de su "voz agresiva".

40. Comprendes la labor que se hace..., te parece bien (!). Pero pones mucho cuidado en no colaborar, y más aún en conseguir que los demás no vean o no piensen que colaboras.

—Tienes miedo de que te crean mejor de lo que eres!, me has dicho. —¿No será que tienes miedo de que Dios y los hombres te exijan más coherencia?

41. Parecía plenamente determinado...; pero, al tomar la pluma para romper con su novia, pudo más la indecisión y le faltó valentía: muy humano y comprensible, comentaban otros. Por lo visto, según algunos, los amores terrenos no están entre lo que se ha de dejar para seguir plenamente a Jesucristo, cuando El lo pide.

42. Hay quienes yerran por flaqueza —por la fragilidad del barro con que estamos hechos—, pero se mantienen íntegros en la doctrina.

Son los mismos que, con la gracia de Dios, demuestran la valentía y la humildad heroicas de confesar su yerro, y de defender —con ahínco—la verdad.

43. Algunos llaman imprudencia y atrevimiento a la fe y a la confianza en Dios.

44. Es una locura confiar en Dios...!, dicen. —¿Y no es más locura confiar en sí mismo, o en los demás hombres?

45. Me escribes que te has llegado, por fin, al confesonario, y que has probado la humillación de tener que abrir la cloaca —así dices—de tu vida ante "un hombre".

—¿Cuándo arrancarás esa vana estimación que sientes de ti mismo? Entonces, irás a la confesión gozoso de mostrarte como eres, ante "ese hombre" ungido —otro Cristo, el mismo Cristo!—, que te da la absolución, el perdón de Dios.

46. Tengamos la valentía de vivir pública y constantemente conforme a nuestra santa fe.

47. No podemos ser sectarios, me decían con aire de ecuanimidad, ante la firmeza de la doctrina de la Iglesia.

Después, cuando les hice ver que quien tiene la Verdad no es sectario, comprendieron su equivocación.

48. Para convencerse de que resulta ridículo tomar la moda como principio de conducta, basta mirar algunos retratos antiguos.

49. Me gusta que ames las procesiones, todas las manifestaciones externas de nuestra Madre la Iglesia Santa, para dar a Dios el culto debido..., y que las vivas!

50. "Ego palam locutus sum mundo": Yo he predicado públicamente delante de todo el mundo, responde Jesús a Caifás, cuando se acerca el momento de dar su Vida por nosotros.

—Y, sin embargo, hay cristianos que se avergüenzan de manifestar "palam" —patentemente—veneración al Señor.

51. Cuando se ha producido la desbandada apostólica y el pueblo embravecido rompe sus gargantas en odio hacia Jesucristo, Santa María sigue de cerca a su Hijo por las calles de Jerusalén. No le arredra el clamor de la muchedumbre, ni deja de acompañar al Redentor mientras todos los del cortejo, en el anonimato, se hacen cobardemente valientes para maltratar a Cristo.

Invócala con fuerza: "Virgo fidelis!" —Virgen fiel!, y ruégale que los que nos decimos amigos de Dios, lo seamos de veras y a todas las horas.

Tomado de:
http://www.conoze.com/doc.php?doc=3235
07/05/12 6:27 PM

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