S. José y la fidelidad a Dios

S. José

José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús, entronca con el Antiguo Testamento por vía directa con el Rey David que fue, entre otras cosas, autor, según se le atribuye, de los Salmos que tantas veces hemos leído, meditado y pensado. Quiso Dios darle un antepasado que bendijera con gloria la historia del pueblo elegido. Prueba de esto es que el Ángel del Señor la llama “hijo de David”. Se entiende que es hijo por linaje.

Así, muchas generaciones después de que el pastor elegido por Dios para guiar a aquellas gentes, a veces tan infieles, viviera, nacería José, hijo, pues, de aquel Rey.

José, ante la situación que se le presentaba (el embarazo de María sin comprender cómo) podía actuar de dos formas: hacer como si nada hubiera sucedido y tomar por esposa a María o denunciarla públicamente para que se le aplicara la Ley. Esto último hubiera conllevado, con toda seguridad, la lapidación de María pues esa era la pena aplicable a la mujer adúltera (en caso de que lo hubiera sido, que sabemos que no, claro) ya que, aunque no habían contraído matrimonio aún sí que habían llevado a cabo los desposorios, momento a partir del cual se establecía un vínculo muy especial entre los que iban a ser marido y mujer y, seguramente, esa sería la calificación para ella de haber conocido su estado. Tan especial era que, a efectos legales, era como si ya estuvieran casados; al menos, a efectos de incumplimiento de normas.

Descartada la última posibilidad, pues José amaba y quería a María, optó por el repudio “secreto”. Esto es como si alguien, interiormente, hiciera lo mismo que en público, con los mismos efectos reales pero sin las consecuencias de la otra opción. Claro que para María ese repudio hubiera supuesto la vida misma que habría conservado pero, también, la pérdida del que iba a ser su marido.

Pero, claro, José quizá no contaba con Quien ve en lo secreto, perdona en lo secreto y actúa en lo secreto para bien de su semejanza: Dios.



Es evidente que el Creador no estaba dispuesto a que sus planes se torcieran porque José no entendiese lo que había pasado. Por eso le envía a su Ángel, para que le comunique a José cómo tenía que actuar.

Ante esto, José podía hacer, también, dos cosas: hacerle caso al Ángel o seguir con su idea. Sin embargo, aquí José no duda: acepta lo comunicado por el enviado de Dios, tal sería la impresión de certeza que le debió producir el sueño.

Y tal actuación es ejemplo de exacta fidelidad a Dios.

Cuando José hace lo que hace muestra, a tantos años de distancia, una virtud capital para el cristiano. Este protocristiano se mantiene fiel a pesar de las dudas iniciales. Esa fidelidad a Dios lo convierte en un padre de la fe un tanto especial pues nos muestra cómo ha de ser la confianza que se ha de tener en Dios: total. Ese era el confiar sin atender a más razones que podrían darle familiares o conocidos en caso de haber dado a conocer lo sucedido antes de la aparición del Ángel.

Esa, por lo tanto, entrega a Dios es, por eso mismo, un servicio prestado a María y, también, y sobre todo, un servicio a Jesús, hijo de Dios, que fue entregado a la guarda y custodia del carpintero del que hoy celebramos día. Tal sería la entrega de José a este especial trabajo que, como sabemos, cuando encontraron a Jesús en el Templo después de buscarlo durante tres días, no fue aquel el que le regañó, pues eso fue la intervención de María, sino su propia Madre. José se sentía concernido por aquel papel que le había tocado hacer pero sabía, eso sí lo sabía, que la fidelidad prometida no iba más allá de lo que debía ir. Hasta en esto fue fiel: supo guardar su papel.

S. José

Por otra parte, ¡qué buena esta opción de Dios por un carpintero! que de la nada, de una madera informe saca algo útil, como hace Jesús con los que somos, incluido, el primero, el que esto escribe, pecadores que, sin ser nada, podemos llegar a ser algo espiritual, un algo en la inmensidad del amor de Dios. ¡Cuánto debemos a la sabiduría del Creador sin comprender casi nada o tratando de alcanzar una brizna de la estela de su luz!

Es José, por eso, ejemplo a seguir, pero no por lo que hizo sino por la causa por lo que lo hizo.

Y nosotros, a tanta distancia temporal vemos, en el padre adoptivo de Jesús, alguien que supo, más que bien, reconocer la voluntad del Creador y así actuó.

6 comentarios

  
Carlo
San Jose fue un buen judio.
HONRARAS A TU PADRE Y A TU MADRE dice la Ley del Amor.

Dicho esto,en cualquier caso,hoy ya nadie trabaja por un mundo "mas judio" o por un mundo "mas cristiano" hoy se trabaja por un mundo mas humano.

No existe nadie que no tenga una "chispa" de divinidad en su interior.
19/03/10 12:29 PM
  
ARISTO
Carlo, yo y muchos como yo sí trabajamos por un mundo más cristiano porque creemos que en Cristo está la Verdad y, por tanto, la plenitud del hombre. La sola "humanidad" del mundo ya vemos lo que da de sí. San José es, en su fe y sus hechos, imagen de Abraham.
19/03/10 1:00 PM
  
Vicente
OBEDECER A DIOS VALE MÁS QUE TODOS LOS SACRIFICIOS.


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EFG



Además es, por si ya no fuera suficiente con hacer lo que tu Padre quiere que hagas, un gozo.
19/03/10 4:28 PM
  
María
Señor,
tú que derribas "del trono a los poderosos
y enalteces a los humildes"
bendito seas por José de Nazareth
y su coloboración a tu plan de salvación

Bendito seas,por José de Nazareth
el hombre justo, que hizo de su vida
-como Jesús y como María-
un camino de fidelidad a tu proyecto.
Seas bendito,Señor
por la manera con que José vivió
con aquellas actitudes evangélicas
que primero Jesús aprendió en su casa
y luego proclamó en el evangelio
Atiende, Señor,la plegaria
que José ,tu siervo ,te presenta
en favor de toda la humanidad .

El Papa PIO IX declaró a SAN JOSE en 1870, patrono de la Iglesia y un año más tarde,el mismo pontifice exhortaba a "promover su culto en toda la Iglesia y a venerarlo con íntima y afectuosa devoción"
De hecho fue quien cuidó a la Sagrada Familia y educó a JESUS en su casa de Nazareth, considerada como
"el primer seminario".
Benedicto XV, EN 1920, lo había proclamado patrono contra el comunismo y la relajación moral.
Fue el Papa Sixto IV(1471-1484),quien introdujo su fiesta en el calendario el 19 de marzo.
Gregorio XI, en 1621 elevó ese dia a fiesta de precepto y el Papa Benedicto XIII en 1726 puso su nombre en la Letanía de los Santos
Los Franciscanos y Carmelitanos ,de modo especial
Santa Teresa de Jesús, le profesaron una gran devoción-
En 1989 el Papa Juan Pablo II le dedicó una bellisima exhortacíón apostólica "Redemptoris Custos "

San José,vela por nosotros.
19/03/10 9:51 PM
  
MARÍA
ELEUTERIO
He leido bien....supongo que has puesto A SAN josé padre ADOPTIVO DE Jesus y no lo que pone en tu disertación sobre SAN JOSÉ
Vuelva a leer su escrito.....



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EFG



No ha habido ninguna equivocación por mi parte. S. José puede ser considerado como padre adoptivo de Jesús pero, en realidad, era padre putativo, esto es, como si lo fuera aunque, sabemos, no lo fue de forma natural(porque nació por obra del Espíritu Santo). Por eso, a las personas que se llaman José se les llama, también, Pepe, por lo de Padre Putativo. Aunque comprendo que no suena demasiado bien.
19/03/10 9:59 PM
  
María
eleuterio-
pues la verdad suena horriblemente mal......
para mí será siempre SAN JOSE el padre adoptivo de JESUS,.los que somos creyentes ya sabemos que la virgen María concibió por obra y gracia del Epiritu Santo, pero para los que no creen leer esto .......
deja mucho de desear,como aquel que dice.....

spuede llevar a equivocos muy graves e irrespetuosos


saludos




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EFG



Pues, francamente, como tiene Ud. razón, lo voy a cambiar.
20/03/10 11:00 AM

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