Opus Dei: "'Camino': el camino de la Fe"

Serie “El Camino de la Fe”

San Josemaría

El Camino de la Fe -15
Formarse

Tu optimismo será necesaria consecuencia de tu Fe.
S. Josemaría
Camino, 378

La vida del cristiano no puede ser una que lo sea triste, desfasada del mundo en el que vive y, sobre todo, alejada de un verdadero conocimiento de su fe.

Muchas veces se tiene la tendencia a ser, digamos, unos cristianos “del montón” y hacer, de nuestra vida, un simple pasar de la fe. Por eso bien los dice S. Josemaría (punto 368) “¿Te aburres?- Es que tienes los sentidos despiertos y el alma dormida”.

Aviso, pues, para navegantes de la creencia en Dios y que se puedan considerar hijos suyos porque nos indica que, en cuanto a lo material, a la materia, a lo mundano, podemos estar a lo último y, claro, siempre en espera de la novedad y, al fin y al cabo, aburridos, mientras que en materia espiritual no estamos a la altura de las circunstancias.

Y para ponernos sobre la pista de lo que no debe ser un cristiano nos espeta (punto 367) algo que, de tenerlo en cuenta, nos ayudaría, mucho, a caminar:

El manjar más delicado y selecto, si lo come un cerdo (que así se llama, sin perdón) se convierte, a lo más, ¡en carne de cerdo!

Seamos ángeles, para dignificar las ideas, al asimilarlas. —Cuando menos, seamos hombres: para convertir los alimentos, siquiera, en músculos nobles y bellos, o quizá en cerebro potente… capaz de entender y adorar a Dios.

Pero… ¡no seamos bestias, como tantos y tantos!

Por eso, no basta con llamarnos hijos de Dios sino que, además, tenemos que demostrar que lo somos.

Así, nuestra influencia en nuestro alrededor no ha de ser pequeña porque un cristiano que reconoce su fe y se forma en ella, no puede pasar desapercibido. El mundo, por decirlo así, no puede dejar huella en él (punto 376): “¡Influye tanto el ambiente!", me has dicho. —Y hube de contestar: sin duda. Por eso es menester que sea tal vuestra formación, que llevéis, con naturalidad, vuestro propio ambiente, para dar “vuestro tono” a la sociedad con la que conviváis.

—Y, entonces, si has cogido este espíritu, estoy seguro de que me dirás con el pasmo de los primeros discípulos al contemplar las primicias de los milagros que se obraban por sus manos en nombre de Cristo: ‘¡Influimos tanto en el ambiente!’”

Pero, para que no quede duda alguna de la forma en la que debe comportarse un cristiano en el ambiente del mundo y, ante la pregunta de si en uno que lo sea paganizado pueda parecer que nuestro comportamiento es “postizo”, dice el autor de Camino:” Chocará sin duda, la vida tuya con la de ellos; y ese contraste, por confirmar con tus obras tu fe, es precisamente la naturalidad que yo te pido”.

Es decir, sin duda cuando actuamos como cristianos, conscientes de que lo somos y con la correspondiente formación, es muy posible que chirríen nuestras relaciones con los demás. No obstante ello, tal resultado de nuestro proceder ha de ser un síntoma claro de que vamos por el buen camino.

Por otra parte, nadie ha dicho nunca que ser cristiano ha de ser cosa fácil ni, incluso, llevadera. Sobre todo, si nuestra fe no está suficientemente fundamentada.

Y otra vez, para que no se nos olvide lo que es importante para nosotros, nos advierte contra algo grave en lo que no puede caer un cristiano: la disipación.

No cabe, por lo tanto, un relajamiento moral de tal forma que olvidemos que Dios es nuestro Creador y nuestro Padre y que le debemos algo más que un recuerdo:

Disipación. —Dejas que se abreven tus sentidos y potencias en cualquier charca. —Así andas tú luego: sin fijeza, esparcida la atención, dormida la voluntad y despierta la concupiscencia.
—Vuelve con seriedad a sujetarte a un plan, que te haga llevar vida de cristiano, o nunca harás nada de provecho
”.

Así, en el punto 375 nos viene a decir que no nos está permitido, a los discípulos de Cristo, actuar de forma que se corresponda poco, nuestro proceder, con lo que decimos que somos ni, por tanto, el olvido del principio de “unidad de vida” según el cual tenemos que hacer según somos.

Pero, en fin… bien sabemos que no siempre estamos a la altura de las circunstancias, que es más que probable que flojeemos en la formación de la fe y que manifestemos dudas al respecto de la misma. Pues, para eso, también, tiene una gozosa propuesta S. Josemaría: “!Ah, si te propusieras servir a Dios “seriamente", con el mismo empeño que pones en servir tu ambición, tus vanidades, tu sensualidad!…

Lástima que en el punto 364 utilice el condicional “si” porque supone, por nuestra parte, cierta inseguridad. Mucho mejor habría sido que, por nuestro bien, pudiera haber dicho el fundador del Opus Dei ¡Empéñate en servir a Dios “seriamente”!

Pero, por desgracia, no siempre eso es así.

Por otra parte la página dedicada a las obras de S. Josemaria, en el apartado dedicado a “Camino”, y, en concreto, en el capítulo titulado ”Formación” trata, precisamente, sobre el tema al que hoy nos referimos.

Ahora, lo que sigue, es lo que yo entiendo, como cristiano (no miembro del Opus Dei aunque creyente en su espiritualidad) al respecto:

1 Estudiar la Palabra de Dios es fomentar, en nosotros, un mayor acercamiento al Creador..

2 Cuando dices que estás ocupado para formarte como cristiano… ¿No serás que el tiempo lo ocupas en realidades mundanas que no quieres abandonar?

3 ¿Cómo vas a responder a un ataque del Mal a tu fe? El silencio no es, entonces, oportuno.

4 ”Son demasiados libros” puedes decirme. En realidad, habrás perdido más tiempo leyendo algo que, seguro, no te conviene.

5 Con la luz que emana de las Sagradas Escrituras, leídas y releídas, puedes iluminar tu paso hacia el definitivo Reino de Dios. No apagues esa luz diciendo que es un libro antiguo y pasado de moda porque la inspiración de Dios es eterna.

6 Ante ti tienes al mundo con sus ofertas de mundanidad. Detrás de ti tienes a tantos que, sobre Dios, escribieron… !Apóyate en ellos¡

7 Cinco minutos de Evangelio, cinco de meditación sobre lo leído. ¿Es, acaso, mucho tiempo?

8 Vence el desaliento de tu vida con la doctrina que la Santa Madre Iglesia ha ido elaborando a lo largo de los siglos. La fundó Cristo, recuerda, tu hermano, hijo de Dios y Dios mismo.

9 No olvides que en el Antiguo Testamento está Cristo. No se trata de un libro “judío” como, con desdén, pueden llegar a decir y, en todo caso, Jesús también lo fue, no lo olvides.

10 Puede parecer un grito intelectualoide demandar formación al cristiano. Pregúntate, al contrario, si es mejor permanecer en una ignorancia “bien llevada”.

11 ”Es que tengo muchas dudas”, puedes decir. Pues, por eso mismo, mucho ha de ser tu interés en que desaparezcan.

12 ”No sé si podré formarme” -¿No será que no sabes si querrás formarte?

13 En tus manos la Palabra de Dios ha de ser como una parte, que lo es, de tu corazón: siempre va contigo.

14 Utiliza los medios modernos que tienes para formarte. Está todo a tu alcance de una manera sencilla y simple. Tampoco, por eso, tienes excusa para hacer tan buena cosa espiritual.

15 Dirígete a la Parroquia. Seguro que el sacerdote sabe encaminarte (darte algunos libros, por ejemplo) por la buena senda de Dios. Será, sin duda, un buen principio.

16 No dudes en encaminar a quien conozcas y creas que lo necesite por el buen camino del conocimiento de la fe que tiene.

17 Mantén bien alta la cabeza de tu fe con un conocimiento profundo de ella.

18 Espera, siempre, el ataque del enemigo de tu fe. Para eso tienes argumentos más que suficientes… si los conoces, claro.

19 Un buen remedio contra la ignorancia, como ausencia de conocimiento, es, precisamente, el conocimiento que debes atesorar. Es, ésta, una obligación grave para un cristiano.

20 ”Tolle, lege”, supo escuchar S. Agustín cuando, aún, era pagano. No hagas oídos sordos a Quien a ti se dirige, a lo mejor, con la misma pretensión.

En realidad, la formación del cristiano tiene, en primer lugar, el sentido propio de quien se sabe hijo de Dios y, también, lo que, en una ocasión, le escribió S. Josemaría a un conocido y que recoge el punto 382:

Al regalarte aquella Historia de Jesús, puse como dedicatoria: “Que busques a Cristo: Que encuentres a Cristo: Que ames a Cristo“.

Buscar a Cristo ha de ser nuestra existencial intención; encontrar a Cristo nuestra vida y amar a Cristo, nuestro eterno destino.

Y para eso, se quiera o no se quiera, no basta con una fe de superficie, plana, que no profundiza. Al contrario, necesitamos cultivar el corazón y sembrarlo de gozosas semillas de Dios.

14 comentarios

  
Gallego
Eleuterio, no sigo estos temas del Opus. Pero una pregunta personal, que si quiere no conteste por supuesto: pertenece usted a la "Obra"? O le gusta mucho? Lo digo porque ya le he visto poner muchos posts sobre lo mismo?
Si no pertenece.... está pensando en unirse a ella?

Gracias y perdón por las preguntas.
03/10/09 9:49 AM
  
Carlo
Optimismo si pero SIN INTEGRISMO,el integrismo catolico no es cristiano...no es de recibo un fenomeno tan bochornoso como el lefebrismo.La "tradicion" contra la Iglesia.El lefebrismo trabaja para la destruccion de la Iglesia.Es una Religion de gente con una fe inmadura.El lefebrismo es el deporte de criticarlo todo.Es anticristiano,odia el Evangelio y ama la hipocresia.Es un integrismo de pacotilla que trabaja para el enemigo contra el que ellos dicen luchar.El lefebrismo no es un fenomeno "clasico" sino moderno.Es el peor modernismo que niega la Gracia divina porque niega que Dios actua en la Iglesia.Ellos no creen en la trascendencia sino en el inmannetismo.El lefebrismo es muerte.
03/10/09 10:21 AM
  
Javier
He fracasado intentando enumerar las consignas que emite este delirante artículo. Don Eleuterio, lo único que cada uno debiéramos ser es nosotros mismos.
03/10/09 11:58 AM
  
Eleuterio
Gallego

No me importa contestar. No pertenezco al Opus Dei.

Lo que pasa es que sí creo que es muy importante su espiritualidad para el católico.

También sé y reconozco que hay muchas personas que tienen muchos recelos con la Obra pero, supongo que es parte dela cruz que les toca soportar.
03/10/09 3:35 PM
  
Eleuterio
Carlo

De acuerdo con eso del integrismo. Lo que pasa es que no sé qué tiene que ver el lefebevrismo que el artículo de hoy.
03/10/09 3:37 PM
  
Eleuterio
Javier

De todas formas, las consignas sólo las sigue quien quiere porque no son obligatorias como tampoco lo es la fe católica.

Por otra parte, hay que tener cuidado con eso de ser nosotros mismos porque es muy posible que nuestra forma de proceder sea algo incorrecta.
03/10/09 3:38 PM
  
Carlo
San Josemaria no es mi estilo...yo prefiero a Juan Pablo II.

Sin duda,la obra maestra de la teologia de Juan Pablo II,fue el unir o asociar la gracia divina a la dignidad humana de toda persona.
La gracia divina no es "extrinseca" al hombre,es INTRINSECA AL HOMBRE.La gracia divina no viene de fuera...ni hay que buscarla fuera de nosotros.La gracia divina hay que buscarla dentro de nosotros.

Pienso que San Josemaria desarrolla cierta espirtualidad que "no esta mal" pero se queda en un nivel muy primitivo en comparacion con Juan Pablo II.
03/10/09 4:37 PM
  
Urdax
A mi siempre me chirrió ese optimismo forzado que San Josemaría y la Obra trasmiten. Tanto desde dentro como desde fuera de la organización, procuré entender esa obsesión por la alegría, pero no creo que todos y cada uno de los cristianos puedan estar alegres en el sentido natural. Muchos santos han tenido momentos de aflicción, y el propio Señor sintió tristeza y angustia en este mundo. En realidad, la alegría del cristiano es sobrenatural y se basa en la esperanza de la eternidad, lo que no significa que en este mundo se haya de estar siempre alegre y jovial como un payaso.
03/10/09 6:32 PM
  
Urdax
"Por otra parte, hay que tener cuidado con eso de ser nosotros mismos porque es muy posible que nuestra forma de proceder sea algo incorrecta."

Bueno, más bien lo que será incorrecto es nuestro comportamiento, pero nuestro ser, creado por Dios, no lo es. Creo que, como dice Javier, cada uno ha de ser como es, corrijiendo sus pecados, sí, pero sin cambiar su ser.
03/10/09 6:54 PM
  
rastri
Y para ponernos sobre la pista de lo que no debe ser un cristiano nos espeta (punto 367) algo que, de tenerlo en cuenta, nos ayudaría, mucho, a caminar:

“El manjar más delicado y selecto, si lo come un cerdo (que así se llama, sin perdón) se convierte, a lo más, ¡en carne de cerdo!
__________________

Discrepo totalmente: Puestos a elegir manjar delicado y selecto ninguno mejor que: El cuerpo y sangre Cristo.
Según esto se puede decir: ¿Que si el hombre pecador -y todos lo somos- come y bebe la sangre y el cuerpo de Cristo: Él, en su cuerpo y sangre, se convertirá en carne y sangre de pecador?
O por el poder de Él, el pecador se iluminará y vivirá; Dicho sea: se santificará como pecador?

Cabe entender que la delicadeza de los alimentos no radica tanto en cómo la psicología social de estos se nos ha acomodado al gusto de los mismos. Y de aquí que lo que para unos pueda ser delicia "de pata-negra", para otros, -judíos o muslins- sea repugante. Como los escorpiones las hormigas o las serpientes etc. para nosotros.

03/10/09 7:09 PM
  
Eleuterio
Urdax

No sé yo eso de que el Opus Dei predique que siempre se ha de estar alegre porque, sin duda alguna hemos de tener malos momentos en nuestra vida.

Lo que sí se predica es un optimismo cristiano que tiene una base clara: si Dios es nuestro Padre... no podemos temer a nadie... Por eso creo yo que lo negativo de nuestra vida podemos apartarlo porque, en verdad, tenemos buenas razones para ello.
03/10/09 8:26 PM
  
Eleuterio
rastri

Sin duda alguna... es cierto lo de la sangre y el cuerpo de Cristo, pero tampoco es poco cierto lo del cerdo del que habla S. Josemaría.
03/10/09 8:27 PM
  
rastri
Eleuterio:

Lo siento la cosa no va así: Si usted come carne de cerdo -animal irracional- usted asimila la parte positiva de esta carne. Y la parte negativa la excreta.

Y la parte positiva de esta carne de cerdo, aimilándola a su propia naturaleza, la eleva a la categoría de animal racional, su propia naturaleza

Si usted come y bebe la carne y sangre de Cristo: Es el Cristo, como ser superior a usted, quien asimila la naturaleza de usted a la suya propia. Dicho sea: en la naturaleza de usted como parte positiva, -el Cristo- le hace a usted parte de un ser superior.

Y en la parte negativa de su naturaleza,...va a los infiernos.
03/10/09 9:13 PM
  
Urdax
Pues no, Eleuterio, no se aparta lo negativo de la vida, sino que se asimila y se ofrece al Señor. Apartarlos sería apartar nuestras cruces, cuando de lo negativo se ha de sacar muchas cosas: anhelo de Dios, penitencia y forja de la fe.

No sé si esto es optimismo o no, pero la sonrisa made in Opus, por norma de piedad, es un mero artificio.
04/10/09 2:11 AM

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