InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Julio 2018, 17

17.07.18

Un amigo de Lolo – "Lolo, libro a libro"- La santa voluntad de Dios

Presentación

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Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

Resultado de imagen de El sillón de ruedas

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “El sillón de ruedas”.

Durante unas semanas, si Dios quiere, vamos a dedicar el comentario de los textos de Lolo a un apartado particular del libro citado arriba de título “Recuento de beneficios” donde hace indicación de los beneficios de la relación del Beato con el Todopoderoso.

La santa Voluntad de Dios

 

“La Providencia repara las averías humanas con piezas tan imprevistas que deberíamos estar siempre de rodillas para la gratitud.”

 

Debemos reconocer algo que, por evidente, hay muchas veces que pareciera no conocemos: Dios tiene una Voluntad y no sabemos, al respecto de nosotros, cuál es.

Decir esto pudiera significar que estamos sometidos a Quien puede hacer con nosotros lo que quiera. Y, eso, así dicho, es más que cierto: Dios es nuestro Señor, nuestro Creador y sí, por mucho que se pretenda no aceptar eso, puede hacer con nosotros lo que quiera. Así de simple y así de difícil de aceptar. Pero las cosas no son de tal jaez solamente.

Existe, pues, la voluntad de Dios. Y, siendo cierto que no la conocemos como, por ejemplo, podemos conocer la nuestra, sí que podemos tratar de adivinar algo de la misma.

En primer lugar, la cosa va por reconocer que Dios quiere lo mejor para sus hijos. Por tanto, su Voluntad, que no puede querer nada malo para nosotros, debe ser aceptada porque, de otra forma, nos haríamos un flaco favor al desobedecer una tan gran ayuda.

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