Amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Las matemáticas de Dios
PRESENTACIÓN
Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.
El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.
Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro “Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.
Frases que bien valen la pena –Las matemáticas de Dios
“El perdón eleva al cuadrado el valor de la caridad.” (Beato Lolo, de su libro Bien venido, amor, n.º 607)
No podemos negar que, según solemos ser, el perdón no es algo que nos resulte fácil. Es más, hay veces que decimos eso tan socorrido de “eso es imperdonable”…
Nuestra naturaleza humana suele tender a guardarnos bien dentro las asechanzas de quien nos haya asechado y no practicamos mucho el sano y espiritual deporte de perdonar. Y bien sabemos que eso no es lo quiere Dios ni, claro, tampoco Jesucristo que fue quien nos dio, hasta el mismísimo extremo, unas buenas lecciones de saber perdonar .
Como ya podemos imaginar, nuestro buen amigo Lolo no podía pensar lo mismo que muchos solemos pensar en muchas de las ocasiones en las que deberíamos perdonar pero no lo hacemos. Y eso muestra un espíritu limpio porque demuestra que entendió a la perfección la santísima Voluntad de Dios.
Como bien sabemos, el Apóstol de los gentiles nos dice en un momento determinado de su Epístola a los Corintios (13,13) que “Ahora, pues, permanecen la fe, la esperanza y la caridad. Pero la mayor de ellas es la caridad”.
También sabemos por el mismo Apóstol que aún siendo muy importantes la fe y la esperanza, en el Cielo sólo permanecerá la Caridad porque la fe y la esperanza se verán colmadas…
Esto de arriba lo decimos y ponemos aquí para dar la mayor importancia (que es la quiere darle el Beato Lolo) a la caridad pues sólo así se puede llegar a entender el valor que tiene el perdón, perdonar.
Pues bien, podemos decir que las matemáticas de Dios tienen también su importancia porque no es lo mismo que las “cuentas” las hagamos nosotros a que las haga el Creador, el nuestro y el de todo lo existente.
Siempre hemos tenido claro que el Todopoderoso sabe contar muy bien. Así, cuenta tanto nuestro fallos como nuestros aciertos y los apunta donde deban ser apuntados (que es algo que sólo acabaremos de entender con nuestra muerte y el Juicio particular al que seremos sometidos…) para que nuestra alma no pueda argumentar algún olvido inexplicable.
Entonces… cuando nos encontramos ante una situación ante la cual podemos optar por perdonar o no perdonar deberíamos tener siempre en cuenta que Dios tiene muy claro la importancia que tiene la caridad que es el amor dicho de otra forma.
Así, lo dice San Juan cuando en el versículo 8 del capítulo 4 de su Primera Carta dice “El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor”; también cuando un poco más adelante (versículo 20 del mismo capítulo) escribe que “Si alguno dice ‘Yo amo a Dios’, pero aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve”. Y todo esto sin olvidar lo que es más importante y que conocemos como el Mandamiento del amor que es puesto sobre la mesa cuando Cristo dice (Mt 22, 37-40): “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se basan toda la Ley y los Profetas.” Ahí queda eso para que nadie duda acerca de esto…
Se puede apreciar muy fácilmente que la caridad no es algo que está puesto por Dios como posibilidad de hacer que no tenga importancia sino que, al contrario, la tiene y mucha. Pues bien, según nos dice Manuel Lozano Garrido cuando perdonamos no es sólo que podamos quedarnos muy tranquilos y podemos allanar nuestro camino espiritual por el mundo sino que es tenido en cuenta como una “doble” caridad lo que eleva en mucho el valor de lo que hacemos.
En todo caso con esto se demuestra que aquí también la forma de ver las cosa por parte de Dios es bien distinta a la que tenemos sus hijos porque, en realidad, su corazón es mucho más tierno que el nuestro. Y, en realidad, son unas buenas matemáticas que nos vienen la mar de bien a la hora de nuestras “cuentas”…
Eleuterio Fernández Guzmán
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Entender el sufrimiento es un bien más que importante.
Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (122)
“El Universo es un libro de horas donde las galaxias cantan maitines y laudes cuando el hombre descansa.”
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.