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28.04.25

Amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Así es el Amor de Dios

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

PRESENTACIÓN


Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena –Así es el Amor de Dios

Dios es todavía más generoso. Le escupimos, le pisoteamos, un buen día le pedimos perdón y Él nos abraza y nos da a gustar la Gloria para siempre.”· (Beato Lolo, de su libro Las golondrinas nunca saben la hora)

Es verdad que los discípulos de Cristo tenemos de Dios el concepto más elevado que podemos tener. Así, sabemos que es Bueno, que es Misericordioso y que es Justo. Esto lo tenemos más que claro pues, de otra forma, no podríamos seguir llamándonos cristianos aunque su Justicia a veces no concuerde con nuestros intereses mundanos y carnales.

Como también podemos imaginar, el Beato Lolo (Linares, Jaén) tenía el mismo concepto de Dios que, como decimos arriba, tenemos la inmensa mayoría de cristianos, aquí católicos pues era un hijo más que privilegiado por Dios y por su Amor eterno como bien sabemos por su vida y, nunca mejor dicho, milagros…

Todo eso que de Dios lo pone Manuel Lozano Garrido, como suele decirse, negro sobre blanco en este texto de su libro Las golondrinas nunca saben la hora.

El caso es que el Creador es, en sí mismo, muy generoso. Pero al parecer lo es aún más según nos dice este hombre que escribió con mucha inspiración del Espíritu Santo. Y es que es “todavía más generoso”. ¿Más aún?

Quizá, a este respecto, pudiera parecer que Lolo es algo exagerado cuando dice eso que dice acerca de lo que hacemos nosotros con Dios. Sin embargo, bien mirado no es nada exagerado porque, en efecto, nosotros podemos llegar a escupir a Dios e, incluso, lo pisoteamos aunque, a veces, no nos demos ni cuenta.

Podemos decir que es posible que escupamos a Dios como escupieron a su Hijo aquellos que lo llevaban de Herodes a Pilato en aquellos momentos de su Pasión. Y lo podemos hacer, precisamente, por lo mismo: ni creemos en él y, además, pensamos que es algo negativo en nuestra vida… que nos hace daño según somos nosotros. Esto, claro, quien eso haga…

Pero también podemos pisotear a Dios como si fuera un enemigo nuestro que, como se humilla, lo tenemos bien dispuesto para plantarle nuestro abuso en su misma cara. Y es que a veces como así.

¿Qué pasa entonces?

En primer lugar, puede pasar nada de nada. Es decir que escupimos a Dios y/o lo pisoteamos y nos parece la mar de bien. Entonces, como se dice en la Sagrada Escritura, ya estamos juzgados. Sin embargo es posible que nos demos cuenta de esa aberración que supone escupir y pisotear a quien todo lo ha creado y todo mantiene. Entonces… podemos hasta pedir perdón…

¿Cuál es la respuesta de Dios?

Podemos imaginar que ante esta pregunta sólo cabe una respuesta: nos perdona porque su Misericordia no tiene fin y su Justicia, siendo divina, sólo puede otorgarnos su favor si confesamos tan terribles pecados.

Eso, de todas formas no es todo porque el perdón lleva aparejado algo que no podemos olvidar y que Lolo indica muy bien aquí mismo: “Nos da a gustar su Gloria para siempre”.

No sólo, por tanto, es que el Todopoderoso nos ponga en el corazón su Gloria sino que es es para “siempre”. Para siempre que es algo más que un promesa de Amor pos parte de Quien todo lo ha hecho y mantiene.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (113)

Nos llamamos ‘hermanos’ porque sobre todos vigilan los pródigos ojos de un Padre, del que procede la herencia de la creación.

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Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

21.04.25

Amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Acogidos al corazón de Dios

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

PRESENTACIÓN

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena –Acogidos al corazón de Dios

La Providencia repara las averías humanas con piezas tan imprevistas que deberíamos estar siempre de rodillas para la gratitud.” (Beato Lolo, de su libro El sillón de ruedas)

Ya en el Evangelio de San Mateo, el Hijo de Dios les dice a sus Apóstoles (los enviaba al mundo a predicar) que no debían llevar “ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su sustento.” Y esto lo decía porque estaba más que seguro que Dios iba a proveer por las necesidades de sus trabajadores porque ellos laboraban en Su mies.

Lo que decimos es que la Providencia de Dios no iba a abandonar a los que lo habían dejado todo por el Reino del Todopoderoso. Y eso es lo que, exactamente, pasó como ellos mismos narrarían a su regreso de la predicación a la que habían sido enviados.

Pues eso de lo que habla Lolo en este texto de su libro El sillón de ruedas en el que, con pocas palabras, dice todo lo que se puede decir en tan corto espacio de letras acerca de cómo es Dios con sus hijos.

Todo lo que aquí dice Manuel Lozano Garrido es cierto del todo porque,

1º- Existe la Providencia de Dios,

2º- El ser humano, nosotros mismos, muchas veces sufrimos averías y, por fin,

3º - Es voluntad de Dios corregir tales averías de la forma como quiera Quien todo lo ha hecho y mantiene.

No es poco creer en que Dios tiene Providencia o, lo que lo mismo, que su santísima Voluntad, por ella, todo lo hace según conviene a los intereses de sus hijos aunque muchas veces sus hijos no estén de acuerdo con tal forma divina de ver las cosas por egoísmos propios del hombre…

De todas formas, que Dios provee es algo que está más que demostrado. Y no sólo a lo largo de la historia de la salvación o, mejor, no sólo hasta ahora sino ahora mismo y, seguro, mañana y pasado mañana. Dios provee porque para eso todo lo ha creado y nunca dejado atrás en el olvido o en el pasado. Para el Padre Eterno todo es presente y nosotros estamos en tal presente y por eso provee y su Providencia es tan importante para nosotros que siempre estamos averiados de muchas formas.

Sigamos con este comentario porque es más que evidente que solemos estar “averiados” (como dice Lolo) muchas veces y por las más diversas causas. Y entonces es cuando necesitamos que Alguien (así con mayúsculas) intervenga para echarnos una mano… o las dos porque muchas veces necesitamos las dos…

Averiados, pues, estamos.

¿Y ante nuestras averías, qué hace Dios que todo lo puede?

Sabemos que los caminos de Dios son insondables o, mejor, para atenernos a las palabras bíblicas, “¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos!” (Rm 11, 33) Y eso quiere decir que nosotros estamos seguros de la existencia de Dios pero de aquello que Dios decide… vamos, que hasta ahí no llegamos. Y a eso se refiere el Beato Lolo (Linares, Jaén, España)

Siendo lo de arriba más que cierto, no es poco saber que Dios tiene remedio para todos nuestros males y que es más que probable (casi seguro del todo) que no sabemos cómo nos va a echar una mano o las dos con esas “piezas ten imprevistas” de las que habla Lolo. Ahora bien, también estamos más que seguros que sean cuales sean tales piezas las mismas estarán puestas para componer nuestras averías y poder seguir adelante como si nada o casi nada hubiera pasado.

Pero hay algo más. Y es algo más que importante.

Tal es nuestra situación y dependencia de la Providencia de Dios que debemos mantener una actitud tal como nos recomienda nuestro amigo Lolo: estar siempre de rodillas para agradecer a Dios tan grandes cables que nos echa a través de su Providencia. Y Lolo, aunque no pudiera ponerse físicamente de rodillas, estamos más que seguros que su corazón sí se arrodillaba para así acogerse al de Dios.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (112)

Naturaleza: Sociedad anónima, con capital de plantas, minerales y animales, bajo la gerencia del hombre.

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

7.04.25

Amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Una buena pista para amar al prójimo

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

PRESENTACIÓN

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena –Una buena pista para amar al prójimo

Pienso que lo que da grandeza a un hombre no es la altura de su pedestal, sino todas esas líneas que se le tienden desde el corazón y lo unen a las demás criaturas con una retícula de cordialidad.” (Beato Lolo, de su libro Las estrellas se ven de noche)

Es cierto y verdad que los cristianos tenemos, por encima de cualquier norma espiritual o, digamos, sobre cualquier creencia, dos de ellas que se ponen en primer lugar y que el mismo Jesucristo, en alguna que otra ocasión, puso sobre la mesa: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.

También es cierto y verdad que no en pocas ocasiones solemos hacer caso omiso tanto al Primer Mandamiento como al otro y eso, como es de esperar, nos debería pesar mucho en el alma.

Pues bien, sabemos de primera mano (por sus conocidos y, en fin, por lo que fue su vida) que Manuel Lozano Garrido, Lolo, atendió muy bien en su vida lo dicho arriba y, sí, amó a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo.

Nosotros, hoy, nos vamos a dedicar a hablar (aunque sea en escritura) del segundo de los Mandamientos, digamos que a nivel general, y como dijera Cristo, definen a la Ley y a los Profetas: el amor al prójimo.

Pues bien. Podemos imaginar a Lolo en uno de sus días, digamos, ordinarios. El hombre, que tenía muchas cosas que hacer y que, con la ayuda, por ejemplo, de su hermana Lucy andaba dictando alguno de sus artículos o de parte de alguno de sus libros, escucha el timbre de su casa y sabe, de inmediato, que alguien va a visitarlo.

El caso es que se trata de un amigo, pongamos Antonio, que tiene quiere que Lolo le ayude en determinado tema porque no sabe por dónde tirar. Y Lolo, estamos tan seguros de eso como si lo estuviéramos viendo ahora mismo, deja todo lo que está haciendo y trata de echar una mano a su amigo que, está seguro, necesita su ayuda.

Algo como eso debió pasarle muchas veces porque Lolo era una persona a la que acudían otras muchas en busca de consejo y auxilio (espiritual o no podemos suponer pero con preeminencia del primero) y, por eso, no es de extrañar que cuando murió su fama de santidad se hubiera acrecentado partiendo de ser “el vecino enfermo” hasta el “buen consejero, amigo y más que amigo”.

Ciertamente, Lolo entendió más que bien eso de amar al prójimo como a sí mismo e, incluso creemos, que amaba más al prójimo que a sí mismo pues, de otra manera, de haber sido lo contrario, en no pocas ocasiones hubiera despachado a sus visitas con alguna que otra excusa. Sin embargo, lo que no podemos imaginar es a Lolo haciendo, precisamente, eso sino justamente al contrario: recibiendo ¡con una sonrisa! (dadas sus circunstancias dice mucho de su amor al prójimo) y poniéndose a la labor, primero, de escuchar y, luego, de hablar…

Amar al prójimo no es, siempre, dar, digamos, limosna o echar una mano en asuntos económicos. También lo es, claro, pero el amor al prójimo de Lolo no podía ser de tal clase sino de otra que es bastante más importante: el de acudir al alma y restañar alguna herida o dar salida a determinada duda o tantas y tantas cosas a las que alguien como Manuel Lozano Garrido (experto en sufrimiento y en gozo) podía dar salida.

Amar al prójimo, para Lolo, creemos que tenía el pleno sentido de comprender lo que significa que el prójimo haya necesidad de auxilio porque puede sentirse atormentado por algo que le pasa o busca consejo de alguien que sabe que, por su experiencia de vida, es capaz de ofrecérselo y, quien lo pide, seguirlo. Y por eso nuestro amigo era experto en el amor a quien iba a visitarlo e, incluso, en aquella persona que se dirigía a la suya mediante la carta cuando aún se escribían misivas en papel… Y es de eso, precisamente, uno de sus libros de título “Cartas con la señal de la Cruz” habla y habla mucho y bien. Amor al prójimo a distancia, podríamos decir…

Lolo y el sentido que tenía Manuel Lozano Garrido del amor al prójimo es, verdaderamente, un ejemplo sano y gozoso de saber qué es lo que quiere Dios de sus hijos y qué es lo que alguno de ellos como el Beato de Linares (Jaén, España) supo hacer a lo largo de su vida.

Podemos decir, por eso mismo dicho arriba, que cuando Lolo diceesas líneas que se le tienden desde el corazón y lo unen a las demás criaturas con una retícula de cordialidad” es porque las conocía más que bien y muchas veces las seguía hasta el corazón de su prójimo y, ahora mismo, hasta el de sus muchos amigos.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (110)

¿Qué es lo que, a juicio del hombre, menos valor tiene?:¿un grano de arena?, ¿una pella de barro?, ¿un copo de nieve? Pues venga a decir un sabio que los contempla cada día a través del microscopio, si no guardan dentro todo un maravilloso mundo de vida, gracia y armonía

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Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

31.03.25

Amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Esfuerzo y perseverancia por el Cielo

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

PRESENTACIÓN

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena –Esfuerzo y perseverancia por el Cielo

El destino tendrá que ser la obra personal de cada hombre o el fruto de sus esfuerzos, porque ¿qué sabor dulce puede tener una conquista, si es de regalo?” (Beato Lolo, de su libro Reportajes desde la cumbre)

No debemos engañarnos con esto: el Cielo no es gratis, así de simple.

Es casi seguro que hay muchas personas creyentes que tienen por verdad (porque lo es) que es Dios es Bueno y Misericordioso. Sin embargo, a lo mejor les conviene olvidar que también es justo y eso, se diga lo que se diga, es posible que no sea plato que guste siempre…

También es verdad que a nadie le amargaría el dulce de alcanzar el Cielo, el definitivo Reino de Dios, si el Todopoderoso se lo regalara sin más esfuerzo por su parte. Y, sin embargo, como aquí nos dice el Beato Lolo (Linares, Jaén, España) las cosas no van por ahí precisamente.

De todas formas nos conviene y muy mucho que nos conviene tener todo esto muy claro porque, de otra forma, es seguro que metemos la pata hasta donde no deberíamos meterla en lo referido a nuestra salvación personal. Y aquí está Manuel Lozano Garrido para que no nos perdamos por el camino hacia el Cielo.

Antes de proseguir debemos decir que aquí entendemos que Dios (que es quien, al fin al cabo, habla desde “la cumbre”) se refiere a nuestro destino final o, lo que es lo mismo, al Cielo pues otra cosa no creemos que tenga por destino la vida de un hijo de Dios: un puerto donde llevar la barca de la vida que nos conduce hasta allí.

Bueno, pues una vez sentada la premisa mayor en todo esto (nuestro destino celestial) está bien decir algo sobre lo que nosotros debemos hacer que, como podemos imaginar, no será poca cosa.

Y aunque esto pueda parecer autobombo, está bien referir ahora mismo un extracto del libro publicado por el que esto escribe de título “El Bien, Jesucristo, el Cielo” (aquí está https://www.lulu.com/spotlight/eleuterio63) pues, al fin y al cabo las cosas del espíritu están relacionadas unas con otras y nos viene la mar de bien para abundar en esto de nuestro destino personal y particular…

A este respecto, tenemos, pues, una pista: al Cielo se va teniendo un corazón tierno, de carne y haciendo real aquello dicho por Dios acerca de que (Ez 11, 19-20):

Yo les daré un solo corazón y pondré en ellos un espíritu nuevo: quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que caminen según mis preceptos observen mis normas y las pongan en práctica, y así sean mi pueblo y yo sea su Dios.”

Aquí lo vemos todo con bastante claridad: quiere Dios que el hombre camine según su Ley, según sus normas y, no sólo eso, sino que las practique y no las guarde debajo de ningún celemín. Es más, sólo así, los hijos de Dios que eso hagan podrán ser considerados parte del pueblo del Creador y, en fin, podrán alcanzar su Casa, el Cielo.

Nuestro hacer o, lo que es lo mismo, nuestro ser o cómo somos, es lo que determinará, tras nuestro Juicio particular, si somos merecedores, si hemos merecido, que se nos abran las puertas del Cielo o, por el contrario, sean las del Infierno o las del Purgatorio-Purificatorio las que prevalezcan. Y para nosotros, los hijos de Dios conscientes de serlo, sólo pueden haber unas puertas que nos interesen: las del Cielo, al que se va, según decimos, por hacer y no por no hacer.

También es cierto que, como dijo Jesucristo (Jn 17, 14: “Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo”) nosotros, aunque estemos en el mundo, no somos del mundo. Pero eso, sostener eso y, acto seguido, nada hacer a la hora de poner en práctica nuestra fe católica y la Ley de Dios, es hacernos no un flaco favor sino un flaquísimo y nigérrimo favor que sólo puede terminar en algo más que malo para nosotros.

Debemos, pues, hacer. Por ejemplo:

1. Mirar a Dios con todo amor para ver qué quiere de nosotros.

2. Tener por bueno y mejor lo dicho por Jesucristo y recogido en las Sagradas Escrituras.

3. No despreciar al Padre y a sus santos Mandamientos.

4. No olvidar nunca que debemos creer: “El que crea y sea bautizado, se salvará” (Mc 16, 16).

5. Buscar siempre la limpieza de nuestra alma.

6. Acumular para la vida eterna y no hacer lo propio para este mundo que perecerá para nosotros.

7. No olvidar nunca esto recogido por San Pablo en la Epístola a los Gálatas (6,7):

No os engañéis; de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembre, eso cosechará”.

En realidad, unas palabras tan escasas (en cuanto a número no son un gran discurso, podríamos decir) deberíamos clavarlas a sangre y fuego (la de Cristo y el del Espíritu Santo) en nuestro corazón. Y tal es así porque resumen más que bien todo esto de lo que aquí hablamos al enmarcar dos principios espirituales de primer orden:

1º Dios todo lo sabe de nosotros y de nuestros quehaceres o no quehaceres.

2º Nunca se va a recoger lo que no se haya sembrado.

Esto segundo, lo dicho en segundo lugar de esta muy escueta relación, tiene una importancia tal que nadie debería llevarse a engaño si, llegado su particular Juicio: quien no siembre-haga-actúe-entienda-sea piadoso-de de sí mismo, etc. que no espere recoger nada. Ni aquí ni, lo que es peor, en el Cielo donde, a lo mejor, tarda mucho tiempo en llegar en caso de que tenga que hacer una parada en el Purgatorio-Purificatorio. Imaginemos qué le pasará si donde le ha llevado su falta de actuar-sembrar-hacer-actuar-entender-no ser piadoso, etc., es el Infierno.

Hagamos, pues; actuemos, pues, según quiere Dios de nosotros, sus hijos que es lo que hizo Lolo, ni más ni menos porque, como aquí nos dice nuestro amigo Manuel el destino, el nuestro, ha de seguir, sólo puede seguir, nuestros pasos. Y, además, ya sabemos eso de “A Dios rogando…” Pues eso.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (109)

Las estrellas y planetas jamás cometen una falta de tráfico

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Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

17.03.25

Un amigo de Lolo – Lolo y el P. Martín Descalzo

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).No es nada extraño que el Beato de Linares (Jaén, España) mantuviera relación con personas importantes de su tiempo. Así, tanto escritores como pintores o periodistas se encontraban entre sus amigos con los que mantenía frecuentes conversaciones o, también, a través de cartas cuando aún eso se hacía…

Pues bien, aquí traemos un pequeño texto que dice mucho de eso que arriba sostenemos:

Aquella mañana de domingo yo había ido a su pueblo, Linares, a dar una conferencia. Dije misa en su casa. En la diminuta habitación en que pasaba toda su existencia. Apenas cabía la mesa de altar entre su cama y su sillón de ruedas.”

Estas palabras son del P. José Luis Martín Descalzo, sacerdote español ya fallecido (11 de junio de 1991) y que, en su día, alcanzó gran fama espiritual por un programa que Televisión Española dedicaba a los menesteres del alma y que se titulaba “Pueblo de Dios”, además de ser gran escritor y conferenciante.

Cuando Martín Descalzo escribió a Dios: y 9 – Un final bien feliz

El caso es que aquel buen sacerdote mantuvo una relación notable con nuestro amigo Lolo. Y no sólo por eso que aquí hemos traído y de lo que ahora traeremos sino que, a lo largo de la celebración del Concilio Vaticano II mantuvo informado “al día” de lo que pasaba en Roma. Y es que Lolo estaba muy interesado en todo aquello que, para él, suponía algo así como el resurgir de la Iglesia católica y, más aún, si en aquellas reuniones se trataba, que sí, el tema de los medios de comunicación en los que Manuel Lozano Garrido estaba tan presente.

Todo lo que Martín Descalzo dice en el mismo texto que hemos traído supra tiene todo que ver con cómo era Lolo y, en fin, cómo era visto por aquellos que lo visitaban. Y es que, con relación a la Santa Misa que dijo Descalzo en la mesa camilla de Manuel Lozano Garrido, en un momento determinado vemos cómo Lolo era en verdad con relación a tal momento espiritual. Y es que nos dice el sacerdote esto que sigue:

Él estaba ante mí convertido ya en un esqueleto (poner la mano en su hombre era tocar sus huesos). Y respondía a mis palabras litúrgicas con el júbilo de un joven seminarista. Y sentí vergüenza de ser yo quien celebraba cuanto Manolo perecía mucho más sacerdote que yo, mucho más víctima sobre todo.”

Y termina esta parte así:

Pensé que aquella misa había dos altares y dos víctimas. Cristo estaba en el pan que yo acababa de consagrar. Estaba también en aquel cuerpo degollado por treinta años de sufrimiento feliz.”

Sufrimiento feliz”. Esto, así dicho pudiera parecer una contradicción pues ¿puede ser feliz quien sufre?, y, es más, ¿puede ser feliz quien sufre tanto como llevaba ya sufrido entonces Lolo?

Sabemos, de estas dos preguntas pero, sobre todo, a la segunda, la respuesta: sí, es posible sufrir y ser feliz pero, para eso hay que tener un alma muy elevada a Dios y, también, sentada en la tierra.

El P. José Luis Martín Descalzo, cuando supo de la muerte de Lolo y de la subida a la Casa del Padre de su amigo, tuvo que escribir que “Para ti morir no era otra cosa que adelantarse al encuentro del Padre.”

Y bien que lo hizo, vaya que sí.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (107)

El ‘más difícil todavía’ de todos los juegos circenses es el de querer encajar la palabra ‘casualidad’ en la obra de la Creación

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Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.