Semana Santa: lo que ha de venir

Semana Santa 2019: ¿Qué se celebra en Viernes Santo?

Si contamos desde el Domingo de Ramos, el pasado 28 de marzo y el que lo es de Resurrección, este año el 4 de abril, resulta que hoy miércoles, 31 de marzo, no sólo es el último día del presente mes sino que, además, supone exactamente la mitad del recorrido de la Semana Santa. Es decir, cosas han pasado desde Ramos pero han de pasar muchas más hasta que el Hijo de Dios vuelva a la vida y, de paso, abra la puerta del Cielo a los que en Él creen. 

Como, como diría aquel, lo pasado, pasado está, seguramente es más conveniente, como titulamos esto, centrarnos en lo que ha de venir pues, además, supone en centro espiritual de estos ocho días en los que el ser humano pasó de estar condenado a estar salvado y eso, se diga lo que se diga, no es poca cosa sino mucha y más que mucha… 

El Triduo Pascual y el Domingo de Gloria, pues es lo que pasa el próximo 4 de abril, Nisán que tanto recuerda aquel primero de la historia de la salvación cuando el Hijo de Dios fue clavado en dos maderos que, ¡cosas de Dios!, fueron los que no salvaron; Triduo, pues, y Gloria, luego, es lo que viene de inmediato, ya, mañana mismo. 

A estos días, por lógica y por fe, llamamos “santos”. Es decir, Jueves “Santo”, Viernes “Santo” y Sábado “Santo” (del silencio y la espera de lo que ha de venir…) Y lo hacemos así no porque los días, en sí mismos, lo sean sino porque Quién aquí importa, Cristo, los santifica y dignifica de tal manera que ellos mismos pasan de ser unos días más, unos ordinarios días a ocupar un lugar muy importante en la historia de la salvación pues todo esto es propio, precisamente, de la salvación y no a otra cosa se refiere . 

El Jueves, llamado “Santo” es considerado como un momento especial. No sólo porque se celebra la Última Cena y allí muchas cosas pasan entre las cuales no es poca cosa que se celebrara la primera Santa Misa, llamada Eucaristía pues era una pura y exacta acción de gracias dirigida a Dios ¡por lo que iba a ser la muerte de su Hijo! Y es que hay misterios que sólo comprenderemos en el Cielo y sólo por eso vale la pena seguir las instrucciones que se nos han dado y leerlas, de vez en cuando, para no caer en las trampas que el Maligno y sus muchos secuaces en el mundo nos pueden tender; no sólo, decimos, por eso sino porque por lo que allí pasó es el día, por antonomasia, del amor fraterno. Y eso son palabras mayores si entendemos lo que supone que somos hermanos aunque no sea como alguno dice que es la cosa (y hasta aquí podemos leer…) 

SanBartolomeySE ¿Qué es el Triduo Pascual, y cómo vivirlo? Preparación a la Semana  Santa, lunes 8 de abril a las 20:00h — Parroquia de San Bartolomé y San  Esteban de Sevilla

Pero por si no fuera suficientemente fuerte, espiritualmente hablando, lo que pasó aquel primer Jueves Santo de la historia, el día siguiente, el Viernes, también “Santo” sino requetesanto. Y no creemos que haga falta alguna decir que a Cristo lo maltrataron de todas las maneras posibles, lo dejaron “casi” solo y, al final, acabó muriendo como sabemos que acabó muriendo. Y es que es más que conocida aquella parte de su Pasión y todo católico tiene muy dentro de su corazón, arraigado con fuertes agarraderos del alma, los momentos terribles por los que hicieron pasar a Nuestro Señor. Y, ante eso, no podemos negar que algo de rabia nos da aquella circunstancia… 

Pero sí, Cristo murió aquel primer Viernes Santo. Y bien que lo sabemos pues todo lo que pasó allí mismo, en el Calvario llamado Gólgota, es la exacta esencia de nuestra fe cristiana, aquí católica. 

Pero, como también sabemos, la cosa no iba a durar mucho pues Cristo mismo lo había dicho algunas veces que sepamos y otras, seguramente, que no están recogidas en la Santa Biblia. Y llegó aquel primer Sábado, también “Santo” que fue, por un lado, de miedo de parte de los discípulos de Cristo que sabían cómo se las gastaban sus “hermanos” de fe y no dudarían lo más mínimo en procurarles una muerte similar a la de su Maestro si les echaban mano. Pero también debió ser, fue, un día, aquel Sábado Santo, de oración en compañía de la Madre de Dios. Y ellos pedirían a Dios por Aquel que había muerto aunque estamos seguros de que no acababan de creer que volverían a verlo hasta que lo vieron. O si no… ahí tenemos a Tomás, aquel incrédulo que necesitaba más señales de las que debía pedir… 

Domingo de Pascua 2018 – Diócesis de Matamoros

Todo, sin embargo, iba a pasar. Aunque fuera muy lentamente para los que se escondieron por miedo a los judíos (como dice la Sagrada Escritura) Y llegaría el Domingo, el siguiente a aquel Viernes y a aquel Sábado. 

Podemos imaginar cuál sería la sorpresa de las mujeres que acudieron, bien de mañana de aquel domingo, a terminar las labores de embalsamamiento de su Maestro. Allí no estaba el cuerpo que habían dejado apenas unas horas antes… 

Y, luego, todo fue sorpresa: el diálogo con la Magdalena, la aparición a los discípulos que andaban con más miedo que vergüenza, por así decirlo y, en fin, todo lo que, desde entonces, hemos recordado y celebrado con gozo. Y es que, si bien lo miramos, fue tanto lo que pasó en tan pocos días que es como pasar de la nada al todo en un segundo y, además, darse cuenta de eso. 

Y eso es lo que ha de venir desde hoy mismo, Miércoles, también “Santo” que no por estar en mitad del camino va a dejar de tener su importancia su colaboración con la salvación eterna y con la misma historia que quiso Dios que así fuera y fue.

Eleuterio Fernández Guzmán

   

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos. 

Panecillo de hoy: 

Semana de Luz y Amor.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.  

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