La Palabra para el Domingo - 3 de octubre de 2020

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Mt 21, 33-43

 

“33 ‘Escuchad otra parábola. Era un propietario que plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó. 34 Cuando llegó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. 35 Pero los labradores agarraron a los siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le apedrearon.36  De nuevo envió otros siervos en mayor número que los primeros; pero los trataron de la misma manera. 37 Finalmente les envió a su hijo, diciendo: ‘A mi hijo le respetarán.’ 38 Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: ‘Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia.’ 39 Y agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron. 40 Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?’ 41 Dícenle: ‘A esos miserables les dará una muerte miserable arrendará la viña a otros labradores, que le paguen los  frutos a su tiempo.’ 42 Y Jesús les dice: ‘¿No habéis leído nunca en las Escrituras: = La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? = 43 Por eso os digo: Se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos.’”

 

NOTA PREVIA

 

Como es obvio, hoy no es domingo sino sábado, 3 de octubre de 2020. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente. 

Esto lo hacemos por haber surgido esta necesidad pero no porque el que esto escribe creyera que un sacerdote podía tener interés, alguno siquiera, en lo que humildemente pueda yo escribir. Y por eso le estoy muy agradecido pues me ha sorprendido muy mucho saber esto. 

Y, ahora sí, vayamos con el      

 

COMENTARIO

 

Y Dios envío a su Hijo a la viña y ya sabemos lo que pasó

 

Jesús, como es más que conocido y verdad, hablaba de forma que aquellos que le escuchaban entendieran lo que quería que conociesen. De no haberlo hecho así y llegar al mundo con algún estímulo sobrenatural estricto sensu seguramente nadie habría entendido nada de lo que dijera y tal no era la misión que debía cumplir. 

Hacía uso, por eso mismo, de la parábola que, por decirlo pronto, no era invento suyo sino que ya se utilizaba en su tiempo en cosas de enseñanza espiritual. Y se servía de ella pues haciendo lo propio con ejemplos de la vida ordinaria eran muchos más los que acababan por entender lo que quería decir. 

Y tal es el caso de la que recoge, en el día de hoy, el evangelio de San Mateo. Y es muy dura para los oídos de los que la estaban escuchando no muy habituados a escuchar según qué cosas… 

Dios, que había creado al hombre y lo había conducido a lo largo de la historia de la humanidad, conocía el declive que seguía su creación humana. No siempre actuaba de forma fiel y se apartaba de su lado más veces de las que era conveniente… para la misma. 

Por eso, de tanto en tanto y desde cuando escogió a Abrahám como padre de la fe de un pueblo, hasta entonces, politeísta, se veía en la necesidad de sugerir, a determinadas personas, que comunicasen al pueblo elegido lo que quería Dios de él. Eran los llamados profetas que, como bien sabemos, no siempre fueron bien mirados por los destinatarios de los mensajes del Creador. En verdad, lo extraño es que fueran bien mirados y atendidos  en cuanto decían. 

Ciertamente da la impresión de que aquellos que escuchan a Jesús no acaban de entender que se estaba refiriendo a su mismo pueblo, a los profetas escogidos por Dios y a la muerte que les habían procurado sus propios hermanos en la fe. 

Pero aún hay algo peor: no acaban de ver que se está refiriendo a Él mismo como el Hijo del dueño de la viña (Dios) que es enviado y, luego, asesinado de forma vil por aquellos que había acudido a salvar. 

Sin embargo, aciertan en el diagnóstico de la situación: se les despojará de todo. 

Todo estaba a punto de cambiar, empezando por tal despojamiento. 

En efecto, Dios había enviado a su propio Hijo. Aquellos que le estaban escuchando serían de los que traicionaría, otra vez, a Dios, y procurarían su muerte. Y, ciertamente, el Reino se les iba a quitar a través de una nueva, definitiva, alianza hecha a través de Aquel que les estaba hablando. 

Sin embargo, incluso hablando así, muchos, ciegos voluntarios, no le entendieron porque no querían entender nada que se opusiese a su orgullo y/o a su soberbia. Y así les fue. 

 

PRECES

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren entender lo que Cristo dice. 

Roguemos al Señor.

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que ven en Cristo al Mesías enviado por Dios al mundo. 

Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN

 

Padre Dios; ayúdanos a tener siempre a tu Hijo como hermano y Dios mismo hecho hombre.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos. 

Panecillo de hoy: 

Palabra de Dios; la Palabra. 

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.  

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