InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: Amigo de Lolo

6.03.23

Un amigo de Lolo – Sobre títulos y motivos: “Las siete vidas del hombre de la calle"

Presentación

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva escribiendo sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquella persona que se acerca a su persona a través de su obra pues ahora mismo no resulta posible hacerlo personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. 

Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro ”Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.  

Sobre títulos y motivos: Las siete vidas del hombre de la calle

 

Se publica el libro inédito del Beato Lolo, «Las siete vidas del hombre de  la calle» – Diócesis de Jaén

Y es que, en esto también, en el título que el escritor da a sus obras, o, mejor, sobre todo en esto, hay un motivo o muchos motivos. Y es que, en el fondo, titular de una forma o de otra puede cambiar el sentido de lo escrito pero, más que nada, refleja lo que, desde el corazón mismo, sale al mundo exterior. 

Eso pasa con el libro que traemos hoy a esta casa de InfoCatólica. Y es que su título muestra una gran profundidad espiritual al unir, por así decirlo, los siete Sacramentos con la existencia de la persona, digamos, ordinaria que es a lo que Lolo se refiere cuando titula atribuyendo siete vidas al hombre de la “calle”.  

¿Qué son “Las siete vidas del hombre de la calle”, digamos, en concreto?

En general, son lo que nos pasa a cada uno de nosotros o, al menos, lo que nos podría pasar. Es más, como dice su autor en el capítulo dedicado al Bautismo “Ni sensacionalismo ni trabalenguas: lo que puede un Sacramento”. No obstante, Cristo, con la institución de los Sacramentos, nos ha procurado una unión fina pero crucial con el Padre Misericordioso. Y eso es lo que nos muestra Lolo con cada uno de estos instrumentos espirituales. Por eso nos dice esto que sigue:

 

Los Sacramentos son:


-Siete chorros de agua clara que bañan, purifican y ennoblecen nuestro corazón;

 

-Siete acequias de Gracia que nos devuelven a la tersa blancura de un alma infantil;

 

-Siete músculos en activo que proveen de energías para barrer las piedras del camino;

 


-Siete pares de alas que nos crecen súbitamente y dejan en toda nuestra naturaleza la emoción y el presentimiento de un vuelo.”

 


Así, son lo que nos llena, lo que nos lleva, lo que nos otorga fuerza o, en fin, lo que nos acerca a Dios. Por eso tienen tanto que ver con el diario vivir de los hijos del Creador. 

El caso es que “Las siete vidas del hombre de la calle” tiene lo que tiene un libro que trata al hombre con relación directa a Dios a través de lo que ha establecido el Todopoderoso en beneficio de su descendencia. Por eso dice muy al principio que

 

“un hombre es, ante todo, una semilla del cielo, cierta criatura promocionada a una vida superior, feliz y eterna, con el amor de Dios como destinatario”.

 

Y por eso el destinatario de los Sacramentos, y su reflejo en el hombre de la calle, el ordinario, el común, cualquiera que debería ser así considerado, es el mismo hombre. Y por eso cada uno de ellos tiene su ser en el diario vivir. 

Sobre lo último que acabamos de decir, sobre lo que suponen los Sacramentos, nos dice, por ejemplo, refiriéndose al Bautismo, que “Algo nace en el agua”. Y es que “donde el agua recrece y agiganta su destino creador de vida es cuando se escancia sobre la cabeza de un hombre con una clara intención santificante.” Y eso es el Bautismo para los hijos de Dios. 

Y así va repasando, uno a uno, los siete Sacramentos y poniéndolos en el camino de cualquier persona que tenga relación con su propia vida ordinario y, por tanto y en efecto, con cualquiera de ellas, con cualquiera que pueda leer esto. 

En realidad, en este libro póstumo de Lolo vemos o, mejor, leemos, a Manuel Lozano Garrido en a su lenguaje de todos sus libros: profundo, sencillo pero, a la vez, sabiendo llegar a las profundidades del alma, allí donde pareciera que nunca podemos llegar. Y lo hace de la forma tan magistral como sabe hacerlo quien lo hace más que bien.

 Es, por decirlo pronto, Lolo en estado puro y, eso, en todos los sentidos.

   

Eleuterio Fernández Guzmán



Panecillos de meditación



Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” 
(En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:


Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor

“Dios es como una mañana de mucho sol, todo alegría.”(10)”

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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

27.02.23

Un amigo de Lolo – Sobre títulos y motivos: “Las estrellas se ven de noche"

Presentación

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva escribiendo sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquella persona que se acerca a su persona a través de su obra pues ahora mismo no resulta posible hacerlo personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. 

Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro ”Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.  

Sobre títulos y motivos:  :  Las estrellas se ven de noche 

Las estrellas se ven de noche (obra póstuma) | Beato Manuel Lozano Garrido,  beato Lolo

 Y es que, en esto también, en el título que el escritor da a sus obras, o, mejor, sobre todo en esto, hay un motivo o muchos motivos. Y es que, en el fondo, titular de una forma o de otra puede cambiar el sentido de lo escrito pero, más que nada, refleja lo que, desde el corazón mismo, sale al mundo exterior.


Eso pasa con el noveno libro que publicó Lolo. Corría el año 1975 y, por tanto, este libro es uno de los que podemos llamar, ciertamente, póstumo (Lolo subió a la casa del padre el 3 de noviembre de 1991) cuando salió a la luz pública este libro. 

Ya podemos imaginar que este libro, por tales circunstancias, es uno que lo es especial. Y no es que después no haya salido libro alguno de nuestro amigo  (que veremos, si Dios quiere, en otras semanas y en esta misma casa) sino que por ser, eso, el último que escribió personalmente, tiene de especial, exactamente, todo.  

Este libro es el tercero de los que escribió en forma de diario. Abarca desde el 1 septiembre 1965 al 3 noviembre 1971 y, por tanto, es fácil tener por bueno y verdad, que abarca mucho y tanto que llega casi hasta el momento de la muerte de Manuel. Y es que cuando Lolo acababa de fallecer llegaban a su casa las pruebas de imprenta de este libroSus palabras finales, escritas por él:


“Ahora, mañana y siempre, creo en el Dios que nos regaló la primavera y que nos hizo posibles primaveras””

 

Podemos ver que, en efecto, incluso en la noche más cerrada pueden verse las estrellas que es como decir, exactamente como decir eso, que la esperanza nunca se puede perder. Y eso es lo que hace Manuel Lozano Garrido y aquí lo muestra a la perfección porque no titula, por ejemplo, "Las estrellas pueden verse de noche” sino que lo hace afirmando que “se ven". Y por eso el título del libro está tan bien puesto y tiene tanto sentido, profundo sentido espiritual, para todos aquellos que se lo lleven a los ojos y al corazón.  

Es de pensar, por otra parte, que este libro, abarcando tantos meses de la vida de Lolo, recoge muchas de las circunstancias de su vida. Así. cuando ya apenas puede comer sabe que no le puede faltar la sagrada Comunión. Y es que, en una ocasión (suponemos que en más, claro) cuando don José, Coadjutor, va a su casa con la Comunión, se encuentra con la evidente dificultad de no poder administrarla, digamos, de forma ordinaria. Entonces nos dice Lolo (p. 133)


“¡La garganta! Lucy recurre a una cucharilla y comulgo así con una pequeña parte de la forma disuelta en agua. Dios que se hace del tamaño de una micra, para sentirse fuerza de moribundo. Mis labios no encadenan un par de sílabas ni mi mente tampoco es capaz de redondear una frase, pero desde lo más hondo del corazón, un algo esencial y perdurable, como un niño que ya no solloza, tiende su mano y va sintiendo la seguridad de otra”.

 

Y es que Lolo se desvive por todos los aspectos de su fe católica. Profundamente la siente en el fondo de su doliente alma y por eso no sería imaginable para él no recibir la Santa Comunión. Y, no importándole el cómo hacer eso, busca la forma que sea posible recibir a su amigo Cristo.  

Podemos decir que, tantos años después de que su enfermedad se le manifestara (principios de los cuarenta del siglo XX) Lolo es plenamente consciente de lo que le ha pasado y lo que le pasa. Y en este libro, que contempla todo aquel tiempo pasado, muestra a la perfección el temple que tenía el Beato de Linares (Jaén, España). Y lo hace en la página 142 cuando escribe esto:


“Es verdad que se han escabullido muchas cosas: las oposiciones, mi colaboración, la carrera y, no digamos, la juventud, sin olvidar esta viva morada que es mi cuerpo, aprisionado por el abrazo de una hiedra impalpable. Pero la vida será siempre un camino de ilusión y de esperanza, y en el de mi corazón sólo destacan hoy los árboles”. 

Y, como no puede ser de otra manera, estas letras sólo pueden terminar con lo que Lolo llama "Mensaje a la última golondrina". Lo escribe, claro está, en la última parte de este su libro póstumo y justo antes de lo que sería el Epílogo que escribiría su gran amigo José María Pérez Lozano. Está en la página 321 y dice esto que tiene que todo y más que todo con su propia vida (lean y gocen): 


“Por eso, aquí, hoy, mi abierto mensaje, tan corto y humilde como un telegrama:

‘Golondrina: todos los días, sin faltar uno, recuérdame la primavera y ayúdame a rezar cada mañana la hermosa letanía de la esperanza’.

Con dolor o tristeza, creo en ti, primavera.

Con la frente en el suelo o  amargura en los labios,

creo en ti, primavera.

Con la vida que apenas luce más que una vela muy corta, creo en ti, primavera.

Tentado contra el amor o la esperanza,

creo en ti, primavera, Ahora, mañana y siempre,

creo en el Dios que nos regaló la primavera

y que nos hizo posibles primaveras’”.

 

Y a esto nosotros sólo podemos decir: Amén y gracias. 

  

Eleuterio Fernández Guzmán



Panecillos de meditación



Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” 
(En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:


Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor

“¿Qué tesoro no debes guardar arriba, Señor, para qu aquí mismo uno se quede ya deslumbrado por esos centimillos que son el amor humano y la belleza?.”(8)”

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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

20.02.23

Un amigo de Lolo – Sobre títulos y motivos: “El árbol desnudo"

Presentación

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva escribiendo sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquella persona que se acerca a su persona a través de su obra pues ahora mismo no resulta posible hacerlo personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. 

Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro ”Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.  

Sobre títulos y motivos:  El árbol desnudo

El árbol desnudo | Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo

Y es que, en esto también, en el título que el escritor da a sus obras, o, mejor, sobre todo en esto, hay un motivo o muchos motivos. Y es que, en el fondo, titular de una forma o de otra puede cambiar el sentido de lo escrito pero, más que nada, refleja lo que, desde el corazón mismo, sale al mundo exterior. 

Eso pasa con el octavo libro que publicó Lolo. Corría el año 1969 cuando salió a la luz pública este libro que fue, por otros libros aquí citados, un año muy fructífero para Lolo. 

Digamos que este libro es, ni más ni menos, que una autobiografía escrita por Lolo en forma de novela en la que, claro, los nombres que aparecen en la misma no son los reales pero se entiende todo, digamos, perfectamente según conocemos hoy día a las personas que están ahí representadas. Y es claro que, en su día, todo lector sabía a quien se refería Manuel Lozano Garrido cuando decía esto o lo otro…  

Aquí, Lolo es Andrés y su hermana Lucy es Emilia. Y así otros personajes que cambian de nombre por razones bastante lógicas y esperadas. Sin embargo, como decimos arriba, todo lo que pasa es perfectamente aplicable a la vida misma de Lolo. Pero todo, todo. 

No es exagerado decir que este personaje pasa por lo mismo que pasó Manuel Lozano a lo largo de su vida. Incluso viaja a Lourdes, lo mismo que hizo el Beato de Linares. Y eso, claro está, no puede ser casualidad sino la voluntad expresa de narrar lo que había sido, hasta entonces, su vida. 

En cuanto a Emilia (Lucy), la hermana que entregó su juventud al cuidado de Lolo y que hace relativamente poco tiempo fue a reunirse con él donde sólo pueden estar los buenos hijos de Dios, deja marchar al amor de su vida, Enrique, porque sabe que tiene una obligación, ella lo cree así, contraída con las circunstancias de quien tanto está sufriendo.


Así, en un momento determinado le dice (p. 261)


“Si ahora te esfuerzas en comprender ya verás cómo la felicidad viene a tu encuentro. No dejes que el recuerdo mío te convierta en una estatua de sal. Que te dé fuerzas el prodigio de fortaleza que esta noche has hecho conmigo y ya, después, olvida. Yo no soy más que una leve mujer reclamada con urgencia; y pienso que en el amor todos los telegramas son azules”.

Incluso, en un momento determinado, Emilia (Lucy) le dice a Andrés (Lolo) p. 183:


“¿Verdad que hemos de estar así de juntos siempre, como de pequeños, aquella vez que nos perdimos y nos encontraron juntos, caminando de la mano por una vereda del campo?”

 

Este libro, como autobiografía, retrata a la perfección la vida y existencia de una persona como fue Manuel Lozano Garrido. Y por eso todo lo que contiene es la mejor manera de conocer, de primera mano, cómo fue y cómo de desarrollo el devenir de una persona que, como podemos leer en sus páginas, tuvo una fuerza espiritual impagable. 

Ciertamente, esta novela de Lolo, requerida por muchos de sus amigos como él mismo refleja en alguno de sus libros (en el sentido de que le insistían en que la terminara) tiene un sabor a entrega que deja el corazón abierto a la posibilidad de lo que puede parecer imposible a primera vista. Quien no puede nada, lo consigue todo y quien lo consigue todo lo ha conseguido partiendo de la nada en la que ha quedado por mor de su situación física. Y eso sí es un milagro verdadero y una prueba fehaciente de la existencia de Dios y del poder que tiene que todo lo tiene y puede y transmite algo de su Espíritu a alguno de sus hijos que se hace invencible ante lo vencible e irreprochable ante cualquier reproche de los indoctos en materia de fe, de sufrimiento y de sobrenaturalización del dolor.  

Y ante esto sólo podemos decir dos cosas: Amén y gracias.

 

Eleuterio Fernández Guzmán



Panecillos de meditación



Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” 
(En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:


Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor

“Todo lo que de Dios viene es de una belleza infinita. Ocurre como con el sol, que desparrama su fuerza a raudales por el firmamento, aunque a nosotros no nos llegue más que una parte infinitesimal, la justa para saborear a su punto la armonía de su luz.”(7)”

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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

13.02.23

Un amigo de Lolo – Sobre títulos y motivos: “Reportajes desde la cumbre"

Presentación

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva escribiendo sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquella persona que se acerca a su persona a través de su obra pues ahora mismo no resulta posible hacerlo personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. 

Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro ”Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.  

Sobre títulos y motivos: Reportajes desde la cumbre

Reportajes desde la cumbre | Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo

Y es que, en esto también, en el título que el escritor da a sus obras, o, mejor, sobre todo en esto, hay un motivo o muchos motivos. Y es que, en el fondo, titular de una forma o de otra puede cambiar el sentido de lo escrito pero, más que nada, refleja lo que, desde el corazón mismo, sale al mundo exterior.

 

Eso pasa con el séptimo libro que publicó Lolo. Corría el año 1969 cuando salió a la luz pública este libro. Y podemos leer, en el mismo título que hay, algo que nos extraña: la “cumbre” desde donde se escriben tales reportajes. Y es que en la cumbre no está Otro que Dios mismo que es quien se dirige a su criatura humana para decirle muchas y más que interesantes cosas…

 

Está muy bien que Lolo se ponga, por así decirlo, en el lugar de Dios y nos escriba algo así como lo que nuestro Creador nos podría decir a nosotros, que estamos aquí abajo a la escucha de lo que pueda decirnos. Y bien que lo dice en las páginas de este libro que es, verdaderamente, maravilloso. 

Este libro muestra el recorrido de Dios por la vida del hombre. Y lo resume muy bien, aunque pronto, el P. José María de Llanos y Pastor, SJ. que en el Prólogo dice que

Al fin de todo ya resumiría, hermano, yo resumiría, tu libro con esa misma palabra tuya y dicha por ti pensando en Él y redicha por mí y los lectores, pensado en ti: ‘Vivimos todos de las rentas de un hombre desnudo’. Es decir, gracias en nombre de todos. Y la Paz”. 

El caso es que Dios, que ama a su descendencia (como podemos imaginar) no deja de decirnos cuál sería el cumplimiento de su santísima Voluntad. Y eso lo viene haciendo desde que Adán y Eva pisaron el Paraíso (aunque luego pasara lo que pasó) Por eso estos reportajes nos aportan algo más que palabras: nos aportan un modo de ser que, en verdad, nos conviene y nos conviene más de lo que podamos creer nosotros, tantas veces, alejados de lo que Dios quiera para nosotros.  

Debemos, de todas formas, advertir algo (para que se vea la riqueza espiritual de estas páginas) Y es que dentro de este libro haya otro libro. En concreto, el capítulo III, de título “Un corazón para un Reino”, ocupa buena parte de sus más de 300 páginas (más de 170) y las dedica Lolo, en esta muy especial carta de Dios al hombre, a contemplar las Bienaventuranzas que recoge el Evangelio de San Mateo. Y no tienen precio porque es impagable (con el dinero del mundo esto no se paga) el contenido de estas páginas. 

Como podemos ver, no hay aspecto de nuestra fe, la que debe ser profunda y estar arraigada en nuestro corazón, que el Todopoderoso, nuestro Padre del Cielo, no toque o refiera en estas páginas escritas por Lolo. Y tampoco debe extrañarnos pues, al fin y al cabo, es “Dios” (entendamos esto) quien escribe estos reportajes y a Él nada se le escapa que debamos conocer.  

Y todo esto porque Dios espera mucho de nosotros. Por eso nos dice que (p. 73) 

“Si la creación es una riqueza, yo no puedo repudiar la fortuna que os pongo entre las manos. De lo contrario, fallaría en mi Providencia, pero el mundo es un camino y quedarse a vivir en los paradores, una renuncia a la marcha”.

Todo, pues, está puesto para nosotros, descendencia divina, pero con una sola condición: querer aspirar a la meta que no es otra que la vida eterna y no quedarse mirando los oropeles de lo puesto, en efecto, para nosotros. 

Y terminemos al revés de cómo deberíamos haberlo hecho. Y es que Lolo escribe, en este libro, esta dedicatoria:

 “Al aire que respiro,

la luz que me alumbra, 
el lenguaje que uso,
la calle en que habito, 
y las gentes que me rodean;
a todo eso que se constituye
de recuerdos, costumbres, sentimientos,
ilusiones, afanes o encuentros 
y que se llama ‘mi pueblo’,
el sitio en que nací y vivo, los paisanos, mis amigos
y esa ancha familia de lectores, que componen hoy 
en torno mío con un inmenso y apretado corazón. 
Con mi gratitud.” 

Pues eso, esto demuestra más que bien que Lolo supo muy bien entender esos "reportajes desde la cumbre". 

 

Eleuterio Fernández Guzmán



Panecillos de meditación



Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” 
(En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:


Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor

“Todo lo que de Dios viene es de una belleza infinita. Ocurre como con el sol, que desparrama su fuerza a raudales por el firmamento, aunque a nosotros no nos llegue más que una parte infinitesimal, la justa para saborear a su punto la armonía de su luz.”(7)”

……………………………


Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

6.02.23

Un amigo de Lolo – Sobre títulos y motivos: “Bien venido, amor"

Presentación

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva escribiendo sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquella persona que se acerca a su persona a través de su obra pues ahora mismo no resulta posible hacerlo personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. 

Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro ”Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.  

Sobre títulos y motivos: Bien venido, amor

Bien venido Amor | Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo

Y es que, en esto también, en el título que el escritor da a sus obras, o, mejor, sobre todo en esto, hay un motivo o muchos motivos. Y es que, en el fondo, titular de una forma o de otra puede cambiar el sentido de lo escrito pero, más que nada, refleja lo que, desde el corazón mismo, sale al mundo exterior.

 

Eso pasa con el sexto libro que publicó Lolo. Corría el año 1969cuando salió a la luz pública este libro que es, de entre los publicados por el Beato de Linares (Jaén, España), digamos que el más extraño por la forma en la que está escrito. Además, el Prólogo del libro lo escribió el P. Rafael Higueras Álamo, a la sazón (ahora, antes lo fue de la de beatificación) postulador de la causa de canonización de Lolo. 

 

El libro está dividido en cinco apartados que son, a saber, Dios, Amor, Creador por Amor, El hombre, Amor, Humana sed de Dios y Proyección de Dios sobre el hombreY cada uno de ellos está dividido, a su vez, en otros apartados que se componen, también, de otros apartados donde se recogen, una a una, aquellas frases de las que habla Lolo. Frases que son acercamientos al alma de quien escribe y, por extensión, a la de cualquiera que pueda llevarse al corazón pensamientos tan importantes para el creyente. 

Digamos que se trata de aforismos. Y, por tanto, se trata de sentencias breves que, referidas a la fe católica, contienen aquello que cree quien los escribe (en este caso Manuel Lozano Garrido) y son una buena muestra de la forma de creer… 

Bien venido, amor, el título de este libro lo dice todo. Y es que, en las frases que contiene el mismo se recoge, precisamente, lo que piensa Lolo desde su mismo corazón: da la bienvenida al Amor, así con mayúscula, que Dios infunde en el mismo. 

Es este libro como una puerta abierta a un mundo donde Dios está presente y donde rebosa aquello que el Creador quiera para su criatura: la vida, la existencia llevaba por su mano hasta la misma vida eterna que tiene reservada para quien en Él cree y, creyendo, lleva tal creencia a su ser diario, a cada momento de cada instante… 

Así, por ejemplo, nos dice Lolo esto que sigue (entre paréntesis, el número de la reflexión contenida en el libro): 

“¿Qué importa el camino con los ojos vendados, si una mano me lleva y esa palma, Amor, es la tuya?” (282)

“Los más desgraciados son los analfabetos de Dios” (435)

“Dios sólo invade cuando las puertas de un corazón se le abren de par en par y en el umbral le espera la bienvenida de un ‘fiat’” (783)

“¡Preséntame a Fulano. Relacióname con Zutano! Y ¿con Dios no te apasiona?” (5)

“Fe se escribe con “f” de fuego y “e” de esperanza” (569)

“La oración es un generoso camino de devolución de la visita de Dios” (585)

“Hay cosas sin las que uno no puede vivir, como el oxígeno, el agua y el sol, pero ¿sin Dios?” (420) 

Como podemos ver, el ser de Lolo expresado aquí (y en el resto del libro que es, lógicamente, mucho más extenso) tiene todo que ver con una fe profunda, con saber en Quién cree y las razones y motivos de tal creencia, con querer expresar que sí, que si se cree y se cree de esta manera Dios ha de estar feliz y ver que su criatura hace lo que de hacer.  

Este libro, además, puede ser utilizado por quien lo lea como una verdadera guía de la fe, una guía llevada por el amor de quien, sabiendo Quién lo amaba, le correspondía. 

  

Eleuterio Fernández Guzmán



Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” 
(En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:


Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bien venido, amor

“Dios es milagrosamente sencillo” (6)”

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.