Amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Ser deslumbrados por Dios

PRESENTACIÓN
Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.
El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.
Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro “Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.
Frases que bien valen la pena –Ser deslumbrados por Dios
“Hay muchas cosas que no veo y otras que tampoco entiendo, pero una simple verdad de Dios me llena y me deslumbra” (Beato Lolo, de su libro Bien venido, amor, 14)
Lo mismo que hay personas que puedan creer que los santos son creyentes que, por virtud, no mamaban del pecho de su madre, las puede haber que tengan por bueno y verdadero que, eso, los santos todo lo saben, todo lo conocen y, en fin, que en ellos no hay fallo alguno.
En realidad, no hay más que leer este texto del Beato Lolo para darse cuenta de que la cosa no va por ahí como, por lógica, debemos entender.
Conocerse a uno mismo viene la mar de bien para luego, por ejemplo, al escribir, se note que eso es así y se sepa que, quien así escribe es que lo hace con total franqueza. Y eso le pasa a Manuel Lozano Garrido.
Cuando Lolo escribe esto que hemos traído aquí de su libro Bien venido, amor (que es un conjunto amplio de aforismos católicos) lo hace sabiendo que ni es perfecto (sólo Dios lo es) y que, ni siquiera aspira a serlo (sabiendo Quién lo es)
Empieza escribiendo que hay muchas cosas que no ve. Y eso es lógico pues, para entonces de la publicación de este (1969) ya lleva un largo tiempo ciego y, como es de imaginar, hay cosas que, en efecto, no ve…
Pero si, al parecer, eso no es ya suficiente, también nos dice Lolo que hay otras que no entiende. Y eso, tampoco es de extrañar pues, a tal respecto, se encuentra en la misma situación que pueda estar otro ser humano, aunque no dejemos de reconocer que nuestro amigo es seguro que tuviera una mayor capacidad que el resto de las personas para entender lo que sucedía o lo que le sucedía.
De todas formas, ahí tenemos a Lolo diciéndonos que hay cosas que no ve y otras que no entiende. Sin embargo, poco tarda en resarcirse de eso que puede ser tan común. Y eso lo decimos porque le basta algo (que no es poco sino mucho y más que mucho) que es propio del Todopoderoso para suplir su, digamos, vacío por no ver o entender mucho mejor.
Con esto queremos decir que a Lolo le es suficiente con una verdad de Dios. Y a nosotros, digamos, también pero que lo diga una persona como el Beato de Linares (Jaén, España) debe ser suficiente como para que pensemos que ha de ser eso cierto.
“Una verdad de Dios”. Y es que, dicho así y leído así, la cosa se va poniendo, digamos, imponente. Y es que Dios, cuando de sí emana una verdad (que es siempre y en todo momento y lugar) y si la aceptamos como tal (como es el caso de Lolo) todos nuestros vacíos han de quedar llenos y todas nuestras tinieblas disipadas con su luz. Y eso es lo que le pasa a Lolo que se da cuenta, a la perfección, como diría Santa Teresa de Jesús, que sólo Dios basta y que lo demás sólo es polvo y humo. Y Lolo lo comprendió a la perfección.
Eleuterio Fernández Guzmán
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Entender el sufrimiento es un bien más que importante.
Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (128)
“¿Por qué habrá querido Dios plantar en este barro mío una semilla de tanta grandeza?”
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
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