J.R.R. Tolkien - Entre Bloemfontein y Bournemouth: Prólogo

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En efecto, estas dos ciudades jugaron un papel muy importante en la vida de J.R.R. Tolkien ya que en la primera vino al mundo y en la segunda, se fue del mismo o, al menos, fue la última en la que gozó de su existencia antes de la muerte de su esposa, Edith. Es decir, que entre un momento, el 3 de enero de 1892 y el otro, 2 de septiembre de 1973 un ser humano llamado John Ronald Reuel desarrolló una vida en la que, a lo mejor, tuvo la inesperada visita de la inspiración (“En un agujero en el suelo…”) aunque ya sabemos eso que dice que no hay mejor improvisación que la que está bien y más bien preparada pues, seguramente, ya bullía en su corazón mucho de lo que luego fue.

Por qué Sudáfrica tiene tres ciudades capitales? │ elsiglocomve               How J. R. R. Tolkien escaped unwanted fame on the Bournemouth coast | Dorset

                                                                                

En realidad, este debería haber sido el primer artículo de esta larga serie sobre Tolkien padre. Sin embargo, las cosas son como son y surgen cuando surgen. Por eso, ahora mismo vamos a hacer un recorrido poco pesado por su vida. Y eso, sea cuando sea, está bien y más que bien, si ustedes nos entienden.

Sin embargo, hemos pensado mejor que, como no es posible hacer un recorrido “poco pesado” por la vida de nuestro autor, mejor hagamos una serie dentro de la serie y empecemos, como no podría ser de otra forma, con un

Prólogo

Es bien cierto que la vida de alguien es importante cuando ha pasado la misma y se ha comprobado que, en efecto, lo ha sido. Pero eso, en el caso de J.R.R. Tolkien es decir mucho porque, a lo largo de su existencia, ya dio muestras abundantes de que lo era.

Nuestro autor llevó una vida bastante ajetreada. Y es que venir a mundo en un extremo de África y trasladarse, quizá por su mala salud, a Inglaterra, no es un recorrido, digamos, corto, sino, al contrario, más que largo.

John Ronald, gracias a Mabel, su madre, adquirió un amor por dos realidades que serían muy importantes en su vida: la naturaleza y las lenguas. Y de ambas dio muestras más que cruciales en su misma existencia y, desde ella, en las páginas de sus libros donde tanto la primera como las segundas, son ejemplo de hasta dónde puede llegar la influencia de lo ordinario en lo extraordinario de la fantasía.

Quien sería autor de las obras, seguramente, más importantes en cuanto a mitos y fantasía se refiere, a lo mejor creyó en un principio que aquello, no era más que una afición suya pero amigos suyos como C.S. Lewis, le hicieron ver (ya en su etapa primera de los Inklings) que sería más que positivo que diera luz a lo que, para Tolkien, no eran más que historias que había escrito para leer a sus hijos en tiempo de ocio. Y lo hizo, para bien suyo y, claro, de todos sus millones de lectores.

Nuestro autor, ya más que conocido en el mundo entero y, por eso mismo, más que molestado en su vida ordinaria, no tuvo más remedio que trasladarse a la costa inglesa, en un lugar donde no ser tan incordiado como lo era, por ejemplo, en Oxford. Y allí fue donde vivió un tiempo, quizá, de tranquilidad hasta que falleció su Edith-Lúthien y él, no pudiendo soportar, seguramente, aquella inmensa pérdida, fue a morir poco tiempo después, 21 meses en concreto que, para una Edad de la Tierra Media, es casi nada, como un suspiro en el corazón de su enamorada.

Podemos decir, ya para terminar este Prólogo, que J.R.R. Tolkien, quien, seguramente, no buscó la fama que le encontró fumando una pipa de buen tabaco de La Comarca, no quiso más que ser un Hobbit y pasar su vida entre los mullidos pastos de una colina lejos de un mundo ruidoso y malversador de lo mejor que tiene el hombre.

Y, como se podría decir en cualquier obra que no termina aquí,

(Continuará)

 

  

Eleuterio Fernández Guzmán- Erkenbrand de Edhellond

3 comentarios

  
Tulkas
En la vida de Tolkien hay algunas anécdotas propias de los santos, como aquélla que cuenta en una de sus cartas de un día que estaba de viaje y decidió no ir a Misa. Era un día Ferial, ojo.

Estaba durmiendo y muy temprano por la mañana alguien le despertó llamando a la puerta del holter: era un compañero de viaje, judío, que le despertaba para que fuese a Misa.

EFG

Aunque se me pueda tildar de ser muy creyente, el que esto escribe no tomaría por descabellado que se abriera el proceso de beatificación de Tolkien.
29/10/20 11:37 PM
  
Tulkas
O la de su madre.

Hay un grupo en facebook que la apoya.

El 1/11 está para eso.

A mí los santos que no hacen milagros no me convencen y no me vale eso de “sus milagros son sus escritos”.

EFG

Evidentemente, para declarar Santo a alguien hace falta seguir todo un procedimiento en el que el hecho extraordinario es necesario pero es que no hay solo tal tipo de hechos, digamos, destacables porque es posible que una persona se haya podido convertir al leer sus escritos y eso también cuenta. Además, no sabemos las circunstancias que concurren en este caso. De todas formas, todo depende de Dios.
30/10/20 4:18 PM
  
Tulkas
Yo convertirme por la obra de Tolkien no, pero mantener la Fe sí, sin duda. Y en su obra incluyo las cartas.

Cuantos más años cumplo más me gustan las fiestas de Todos los Santos y Difuntos: tengo más que recordar y honrar, y más por los que orar y más a los que pedir que intercedan.

Así que nada, feliz san Tolkien también.
01/11/20 12:19 AM

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