Un turista canadiense asesinó a cuchilladas a otro de nacionalidad británica después de beber ayahuasca, un preparado alucinógeno que según los nativos amazónicos de Perú posee propiedades curativas. Según informó la fiscalía el crimen ocurrió la noche del pasado 16 de diciembre en un albergue de una alejada zona amazónica de la región de Loreto, en el noreste del país.

El secretario de la fiscalía, Martín Manrique, dijo por teléfono a The Associated Press el día 18 que “se investiga por homicidio al canadiense Andrew Freeman, de 29 años, en agravio del ciudadano británico Unais Gomes, de 25 años”.

No están claros los motivos por los que el canadiense asesinó a cuchilladas al británico pero el comandante Normando Márquez dijo a AP que Gomes había bebido el alucinógeno conocido como ayahuasca y que tras eso “atacó con un cuchillo a Freeman”.

Márquez añadió que Freeman y Gomes comenzaron a pelear y que dos peruanos presentes intentaron detenerlos sin éxito. En la pelea finalmente el canadiense dio muerte a Gomes. Imágenes difundidas por las televisoras locales mostraron su cadáver tendido en el suelo con el abdomen lleno de sangre.

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Un hombre neozelandés ha muerto poco después de participar en una “purga de tabaco” en un centro turístico en el Perú. Matthew Dawson-Clarke, de 24 años, natural de Auckland, participó en el ritual en la mañana del pasado 4 de septiembre y murió más tarde de un paro cardiaco, esa noche. Lo leemos en el diario Stuff, de Nueva Zelanda, que ha publicado una información traducida al español por la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES).

El ritual consiste en beber una infusión de tabaco, agua y, posteriormente, vomitar. El mismo ritual acabó recientemente con la vida de la joven canadiense Jennifer Logan.

Clarke estaba participando en un retiro de seis días en el Centro de Retiro Kapitari Ayahuasca en Iquitos (Perú), en lo profundo de la selva amazónica. Los testigos declaran que participó en la limpieza del tabaco a primera hora de la mañana del 4 de septiembre, e inmediatamente notó un malestar.

“Gritaba más fuerte de lo que nunca he oído en un grito humano”, dijo Michael Stoeckli, que también estaba en el complejo. “Algo debía de haberle ocurrido para hacerle darse cuenta de que él precisamente hizo algo que fue nocivo para su cuerpo”.

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“Una oportunidad para expandir la consciencia y abrir tu corazón a la sanación de tus heridas más profundas, todo ser humano anhela liberar su alma de los muros del condicionamiento”. Así se presentan en Facebook las actividades organizadas por una asociación que se autodenomina “La Voz de la Ayahuasca” y en las que se tiene previsto consumir esta sustancia alucinógena. Por lo que informan, detrás está la organización “Ayahuasca International”.

Según explican sus responsables, “traemos la ayahuasca de la selva amazónica colombiana, del Putumayo, cocinada por chamanes”, y así, “después de todo este tiempo sin salir de su lugar de origen ahora la ayahuasca ha llegado a Europa con el fin de ayudar a todos aquellos que necesiten liberarse de los sufrimientos del pasado y la incomprensión”.

Los organizadores de estos retiros afirman que “la ayahuasca es un regalo de la naturaleza amazónica que es compartido en la sesiones, sin cargo económico alguno. Dependiendo de las necesidades individuales de cada participante, el facilitador determina la dosis adecuada”.

Retiros en internado

Las actividades publicitadas en las redes sociales consisten, algunas de ellas, en retiros (Retiros de Evolución Interior) en los que “al caer la tarde se abre con la última luz del día un espacio de sanación para el alma”. En un claro sincretismo propio de la espiritualidad de la Nueva Era, observamos que estos retiros se realizan “combinando el uso de ayahuasca con técnicas psicoterapéuticas que realzan y asientan las comprensiones obtenidas a través de la expansión de la consciencia”.

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Jennifer Logan, una turista canadiense de 32 años que visitó la selva peruana, falleció después de tomar un té en una ceremonia con un chamán, quien está siendo investigado por la Policía del país andino. Se sospecha que se trataba de ayahuasca, bebida alucinógena de la selva, según relata el diario La República.

Amy Logan, hermana de la víctima, indicó que los médicos le informaron de que Jennifer tuvo una reacción alérgica tras tomar el té, del cual se sospecha que era ayahuasca, porque el hombre les dijo que la bebida era para ver “más claro el futuro”. “Sospechamos que el té tiene un rol (en la muerte de Logan)”, declaró al portal The Canadian Press.

La primera autopsia reveló que la turista canadiense falleció de un edema pulmonar, una acumulación de fluidos en sus pulmones que puede causar fallas respiratorias. La familia de la joven espera los resultados de los demás exámenes para conocer las causas de la muerte de Jennifer.

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La documentación con la que trabaja la Policía Nacional sobre las llamadas «drogas emergentes» incluye copiosos capítulos sobre las «sustancias de abuso de origen vegetal». La clasificación oficial establece diez plantas de distintas procedencias, a lo largo y ancho de todo el globo, pero que en mayor o menor medida tienen su presencia en el mercado ilegal de Madrid, algunas de ellas, como la burundanga, asociada a fines criminales. Lo cuenta Carlos Hidalgo en ABC.

«Algunas llegaron a nuestro conocimiento a través de crónicas de los navegantes y conquistadores que se encontraban con los grupos de creyentes. Otras pasaron inadvertidas y se han redescubierto en fechas recientes», según un entendido. Efectivamente, ritos ancestrales, creencias tribales y hasta el culto a la muerte se asocian al uso, aún hoy día, de estas drogas, muy peligrosas y susceptibles de provocar la muerte.

Orgías a 30 euros en Las Rozas

Una de las más conocidas y cuya presencia en una secta de Las Rozas causó la alarma hace unos años es la ayahuasca o el yajé. Conocido también como «vid» o «cuerda de muertos» se produce de lianas de la cuenca amazónica. Suele ser un chamán el encargado de preparar la pócima, para tomarla en grupo y propiciar «viajes» extracorporales o astrales, como ocurrió en la finca roceña investigada por la Guardia Civil. Cobraba 30 euros por persona para orgías en un chalé. Realmente, tiene efectos sedantes, alucinatorios visuales y auditivos y en Europa, a diferencia de Estados Unidos, es ilegal.

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