El líder sectario “Príncipe Gurdjieff” falsifica documentos de jefes de Estado

Continúan las revelaciones en torno a Steven Manrique, el líder sectario peruano que consiguió seducir y captar a una adolescente española, Patricia Aguilar, natural de Elche, cuando ésta era todavía menor de edad, y poco después de haber cumplido los 18 años huyó de casa para viajar a Perú y formar parte del harén de “esposas sumisas” del gurú.

Los vídeos que ha colgado en Youtube el autodenominado “Príncipe Gurdjieff” o “Maestro G”, entre otros sobrenombres esotéricos y misteriosos, no dejan de sorprender. Si hace dos días revelábamos la fijación del gurú con un inminente fin del mundo, ahora publicamos algo que puede parecer a primera vista una estrategia burda de autobombo imposible de ser creída, pero que en el fondo revela el perfil narcisista y delirante del líder sectario, y que le serviría para cautivar a las personas en proceso de captación y para legitimarse ante sus adeptos.

Nos referimos a una serie de vídeos que se titulan, todos ellos, comenzando por estas palabras: “Carta de… [Nombre del supuesto firmante] develado por el VM Príncipe Gurdjieff”. Lo de “VM” significa “Venerable Maestro”, el título que antecede a los nombres de las grandes figuras de las sectas gnósticas.

Membretes, firmas y sellos robados

Y un visionado de los vídeos –que son el producto de una pobre edición que une la fotografía de la carta en cuestión y la lectura de su contenido por un software de locución– revela lo que no es más que una falsificación de supuestos documentos emitidos por gobernantes y jefes de Estado de todo el mundo reconociendo a Félix Steven Manrique Gómez (éste es su verdadero nombre) o premiándolo con los más diversos títulos nobiliarios. En todos ellos pueden verse membretes, firmas y sellos “robados” de documentos auténticos publicados en Internet. (LEE AQUÍ LAS CARTAS ÍNTEGRAS)

Algunos de ellos ya son de políticos eméritos o incluso fallecidos, pero eso le da igual al gurú, que los muestra como si esos mandatarios hubieran firmado los documentos mientras ejercían sus responsabilidades de Estado. Veamos algunos ejemplos de cartas.

Aparece una carta del sultán de Brunei, Muda Hassanal Bolkiah, otorgándole al líder sectario “los títulos de Visir y Gran Muftí, como símbolo de respeto, admiración y fraternidad”. Yendo más a Oriente, el rey de Bután, Jigme Khesar Namgyal Wangchuck, decreta nombrar “como protector del Reino de Bután al Príncipe Gurdjieff”, distinguiéndolo con cinco títulos de “Soberano Gran Maestre” de sendas órdenes, además de “regente de todos los templos budistas”.

El decreto imperial firmado supuestamente por el emperador de Japón, Akihito, es semejante al documento anterior, ya que se dirige al gurú para “saludaros y hacer públicos mis respetos y devoción”, nombrándolo “Soberano Gran Maestre” de seis órdenes, príncipe de una isla y “comandante del ejército, guía de los samuráis”.

La carta siguiente tiene como firmante al rey de Tailandia, Bhumibol Adulyadej, que supera a los dos mandatarios anteriores al conferir al líder sectario el título de “Soberano Gran Maestre” de nada menos que 12 órdenes del país.

Acumulación de cargos y títulos

La mezcla de distinciones civiles, militares y religiosas se hace todavía más fantasiosa en el caso de la República Árabe de Egipto, donde Hosni Mubarak, su entonces presidente, habría otorgado al líder sectario hasta 15 cargos y títulos, entre los que se cuentan los de ulema, muftí, imán, alfaquí… hasta rector de la Universidad de Al-Azhar y “máxima autoridad islámica y fuente de jurisprudencia sunita”.

Es curioso que los documentos supuestamente firmados por algunos mandatarios no sirven más que para avalar la autenticidad de otras de las cartas. Por ejemplo, la presidenta de Brasil Dilma Rousseff certificaría que los escritos de los jefes de Estado asiáticos “son auténticos en todos sus contenidos, firmas y timbres”.

Algo semejante pasa con la carta supuestamente firmada por Serguéi Shoigú, ministro de Defensa de Rusia, refiriéndose a varias cartas de estadistas y “certificando sus contenidos, firmas y sellos”. Y, cómo no, hay también una carta que tiene como remitente al mismísimo Vladimir Putin, en la que el mandatario ruso, además de declarar la autenticidad de otra carta laudatoria, expresa su “respaldo al Maestro Príncipe Gurdjieff, por su contribución como asesor político, encargado de la seguridad de altos funcionarios políticos y militares de la Federación de Rusia”.

“Aportes clarividentes” para los gobiernos

Oscar Luigi Scalfaro, como senador vitalicio de Italia, certifica que varios documentos que reconocerían al Príncipe Gurdjieff con diversas distinciones “se han sometido a pericias técnicas y grafológicas por los servicios secretos del gobierno italiano, constatando la legitimidad de sus firmas, papel, contenido y sello”. Y no contento con eso, la misiva añade que “el gobierno de Italia agradece la colaboración del Maestro Príncipe Gurdjieff a través de sus aportes clarividentes para la seguridad nacional y de altos funcionarios”.

Algo semejante aparece en otra carta que estaría firmada por Carlo Azeglio Ciampi, también como senador vitalicio italiano. Este mandatario es el protagonista, a su vez, de otro de los documentos, pero firmando esta vez como presidente de la República y con el siguiente mandato dado en virtud de su cargo: “decreto nombrar Senador Vitalicio al Príncipe Gurdjieff, en reconocimiento prestado a la nación [sic], y lo condecoro con las medallas al Valor Militar y Orden al Mérito de la República Italiana”.

Pro-Tíbet y pro-Revolución chavista

Y por si fuera poco, a esta retahíla de falsos documentos relativos a países diversos se unen dos cartas firmadas por los dos anteriores secretarios generales de la ONU. En la misiva de Kofi Annan, éste reconoce “la labor del Maestro Príncipe Gurdjieff en la solución para el reconocimiento de un estatus especial para la región del Tíbet”, y aprovecha para certificar que varias cartas de líderes religiosos que avalarían al gurú “son documentos auténticos en firma, timbre y contenido”. Por lo que respecta a la carta del secretario general Ban Ki-moon, simplemente serviría como certificación de la autenticidad de otras cartas igualmente falsas.

Dejamos para el final la de Hugo Chávez, que en su período como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, además de certificar la autenticidad de varias cartas que reconocen al líder sectario, asegura lo siguiente: “reconozco al VM Príncipe Gurdjieff como líder en la lucha contra el imperialismo anglo-norteamericano”.

Posibles delitos

Consultado por la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), el abogado Carlos Bardavío afirma que todo esto “podría constituir un delito de falsificación de documento público o privado”. Bardavío, autor de la primera tesis doctoral presentada en España sobre las sectas desde la perspectiva del Derecho Penal, explica que, además, teniendo en cuenta toda la producción audiovisual del Príncipe Gurdjieff, “las manifestaciones que realiza en diversos vídeos contra la Iglesia y los obispos, podrían constituir un delito de amenazas agravado o de incitación al odio”.

Entrando más en detalles en lo relativo a la burda manipulación de cartas oficiales, Carlos Bardavío señala que “podría ser constitutivo de un delito de falsedad en documento privado o público de los artículos 390 y siguientes y 395 y siguientes del Código Penal, respectivamente”.

Aunque, añade, “la dificultad probatoria pasa por atribuir personalmente estas manifestaciones al autor de los vídeos, cuestión que se antoja compleja dada la utilización de programas de voz, y a la dificultad de ubicar la IP y localización desde donde se subieron los vídeos, con los problemas burocráticos y legales que representa”.

Álbum fotográfico de cartas falsificadas

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