Secta brasileña: deporte mediático 1 – Iglesia católica 0

Toca hablar de deportes en verano, sobre todo en éste. No se asusten, no voy a ampliar el campo temático de mis artículos. En torno a los Juegos Olímpicos de Londres y todo lo que tal acontecimiento supone para los medios de comunicación, hay una noticia que ha pasado desapercibida. Con motivo de la inauguración de estas XXX Olimpíadas de la era moderna, la presidenta brasileña Dilma Rousseff se acercó a la capital británica, y entre otras cosas el pasado 26 de julio visitó las instalaciones de la Rede Record en el centro internacional de prensa preparado para cubrir el evento deportivo mundial. En principio, no tiene nada de extraño que un Jefe de Estado de visita en el extranjero se encuentre con el segundo grupo mediático en importancia de su propio país. Sobre todo teniendo en cuenta que los próximos Juegos tendrán lugar en Río de Janeiro en 2016, y toca hacer promoción.

Lo curioso de la cita, una vez que he visto las fotos divulgadas por la información corporativa de Record, es que la presidenta Rousseff no sólo fue recibida por los cargos ejecutivos –presidente y vicepresidentes–, sino también por el propietario de la emisora, Edir Macedo. Cualquiera que busque este nombre en Internet podrá descubrir que se trata, nada más y nada menos, del fundador y líder de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), una importante secta neopentecostal brasileña que protagoniza con frecuencia episodios polémicos. Y ahí estaba el buen “obispo”, como se autodenomina, posando junto a la mandataria (y sus ministros de Comunicación Social y de Deportes) en las instalaciones de 750 metros cuadrados que tiene su empresa mediática en Londres.

Edir Macedo fundó la IURD en 1977 en Río de Janeiro como “Iglesia de la Bendición”. A la hora de observar este grupo hay que fijarse, en primer lugar, en su camaleonismo nominal, que hace multiplicar sus denominaciones, según los sitios y los intereses. Es muy conocido su nombre “Pare de sufrir”, pero también emplea otros como “Comunidad Cristiana del Espíritu Santo” –así comenzó a llamarse en España–, “Centro de Ayuda” o “Familia Unida”. Se presenta como una Iglesia evangélica más, pero atendiendo a sus doctrinas y prácticas descubrimos muy pronto que se trata de algo muy diferente. De hecho, tanto la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE) como la Alianza Evangélica Portuguesa rechazaron en su día la admisión en su seno de esta secta.

Dentro del complejo mundo del pentecostalismo, que tiene poco más de un siglo de vida, y en el que podemos encontrarnos fenómenos de avivamiento carismático en el seno de las Iglesias cristianas históricas –incluso dentro de la Iglesia católica–, algunos movimientos judíos mesiánicos, comunidades pentecostales de diversos tipos y grupos sectarios, la IURD tiene la etiqueta de “el caso más escandaloso”, según la expresión del experto uruguayo Miguel Pastorino. Este autor destaca su peligrosidad, y la define directamente así: “no es estrictamente pentecostal, sino una estratégica amalgama de catolicismo popular, practicas afrobrasileñas, espiritismo, pentecostalismo y con un toque de empresa de última generación”.

Sus doctrinas son de impronta cristiana, por supuesto, pero se trata de un hábil sincretismo que conecta con las clases más populares por la vía sentimental. Edir Macedo ha sido capaz de incorporar diversos elementos del evangelismo pentecostal, signos más cercanos al catolicismo, prácticas espiritistas y estrategias comunicativas, logrando esa amalgama señalada por Pastorino. Si algo destaca en su aparato doctrinal son dos cosas importantes: la centralidad de los milagros, los exorcismos y la sanación, y una asunción total de la teología de la prosperidad. Ésta consiste en un razonamiento sencillo: cuanto más le des a Dios –en el sentido material–, más recibirás de él, multiplicado –en el mismo sentido material–. Basta con acudir a un culto de la IURD para comprobar la traducción práctica de este “principio teológico”, que fundamenta una continua explotación económica de los adeptos. Como el tema merece un tratamiento detallado, más adelante dedicaré un artículo a esta teología de la prosperidad.

En 1990 compraron Rede Record por 40 millones de dólares y, como he dicho al principio, es el segundo grupo mediático en Brasil, detrás de su competidora Globo. Incluye cadenas de televisión, emisoras de radio, prensa escrita, multimedia, etc. Estamos, pues, ante uno de los conglomerados de comunicación más importantes de Iberoamérica. Pero su influencia no se reduce a esta fuerte presencia en los medios, sino que la IURD interviene directamente en la política brasileña. Una muestra es que hace unos meses fue nombrado ministro de Pesca el “obispo” de la secta Marcelo Crivella, miembro del Partido Republicano Brasileño, que es la formación política que emplea la IURD para colocar a sus responsables en cargos públicos. Aunque Edir Macedo no suele aparecer en actos políticos, hay un precedente de encuentro con Dilma Rousseff en el palacio presidencial el día de Año Nuevo de 2011.

Por lo que se ve, la secta anda por la República como Pedro por su casa. Pero no deja de ser preocupante que la presidenta brasileña se reúna y pose en fotografías con un señor por su dinero y su influencia pública. Con un “obispo” que ya estuvo en la cárcel en los años 90 por sus actividades fraudulentas, y cuyo entramado internacional está siendo investigado por varios países por fundadas sospechas de evasión de divisas, blanqueo de dinero y varios delitos más. Junto a estas consideraciones macrosociológicas (y macroeconómicas) no podemos olvidar las de andar por casa, las microsociológicas (y microeconómicas), que afectan a millones de adeptos engañados con falsas promesas de curación y prosperidad material a cambio de la entrega de su dinero y su tiempo, de su diezmo y de toda su vida.

Mientras la importante secta brasileña sigue apareciendo en los medios entre polémicas y acusaciones, el líder que se codea con la alta política publica en su blog que algunos miembros de la IURD son capaces de realizar exorcismos por Facebook, o que la “persecución” que sufre su agrupación se debe a que, como el mismo Jesucristo, “ha sido odiada por muchos porque se esmera en enseñar al pueblo a pensar”. Una apologética demagógica que sirve para que sus seguidores sigan unidos a la nueva familia que les ofrece un refugio cálido en estos tiempos de crisis global.

Y vamos al dato que falta, y que explica el título del artículo. La IURD siempre ha destacado por una intensa beligerancia anticatólica. Algunos de sus responsables han protagonizado lamentables casos de agresión contra imágenes religiosas en público. Y el último exabrupto contra la Iglesia lo han dirigido a algo que les toca muy de cerca: la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebrará en Río de Janeiro en 2013. La ciudad de los muchos eventos también acogerá este multitudinario encuentro de jóvenes católicos, y la secta ya ha comenzado su campaña particular de acoso y derribo, aprovechando sus posibilidades mediáticas.

La campaña ha comenzado el año pasado con un reportaje televisivo –en Record, claro– sobre la JMJ, denunciando a la diputada Myrian Rios, cuyo “delito” ha sido pedir apoyo económico estatal para el encuentro juvenil. Mediante una hábil estrategia, Record ha mostrado la supuesta carencia de legalidad y moralidad de la solicitud, intentando poner al pueblo brasileño contra la JMJ, con la afirmación de que el dinero que costará el evento saldrá del bolsillo de los cariocas. Esto, por desgracia, lo conocemos bien en España, donde hemos organizado la edición anterior. En esta ocasión, la oposición la dirige la IURD, de forma sibilina, pero fácilmente identificable.

Ya sabemos lo que nos espera a partir de ahora. La secta que no puede presumir precisamente de transparencia en sus cuentas y que está siendo investigada por fraude en varios países empleando su influencia mediática –y política– para torpedear un acontecimiento que, además de su profundo sentido religioso, supondrá un gran beneficio para la ciudad de Río de Janeiro, capital universal durante unos años en los que también acogerá la Copa Mundial de Fútbol (2014) y los Juegos Olímpicos (2016). Ya sabemos quiénes son los que estarán detrás de las campañas anti-JMJ. Y con qué apoyos cuentan. En su propio partido, va ganando la cobertura de los deportes, mientras pierde la Iglesia católica y todo lo que ésta quiera organizar. Estaremos atentos.

Luis Santamaría del Río
En Acción Digital, 15/08/12

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