Thetahealing, o el curanderismo vestido de secta (y 2)
Después de publicar la primera parte, continuamos con el artículo sobre Thetahealing escrito por Julio de la Vega-Hazas, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES).
No faltan tampoco algunos toques en la más pura sintonía con esa especie de movimiento ideológico que se ha denominado New Age. Stibal narra un encuentro personal con Jesucristo, en el cual le muestra una visión completa de su paso por la Tierra. “Entonces –continúa su narración– le pregunté sobre el final del mundo, y cuándo llegaría. Lo que vi no es lo que hubiera esperado. Vi nacer al mundo a unos niños especiales. Era el nacimiento de esos niños especiales lo que iba a ser el fin del mundo tal como lo conocemos, y esos niños eran el nuevo comienzo”. Ella misma los llama los hijos de la Nueva Era.
En el desarrollo de montajes como el de Thetahealing, la vida –o más bien las leyes– les empuja poco a poco a subrayar el elemento religioso frente al que podríamos denominar científico. A la vez, la curación prometida se va desplazando también poco a poco al área de problemas psicológicos o espirituales frente a los físicos. Aquí es más fácil prometer bienestar y obviar los posibles fracasos: siempre se puede alegar que el cliente no colabora suficientemente –le falta fe en el saneamiento, por ejemplo–.
Thetahealing lleva pocos años en funcionamiento, y puede apreciarse, si se sigue su pista, esa evolución. Con el tiempo, son más las cautelas legales que se adoptan, sin llamar la atención sobre ello, como el que Stibal ya no firme como titulada o que se solicite consentimiento escrito para el tratamiento, o bien que los resultados anunciados sean más altisonantes pero menos concretos.