Massimo Introvigne: las sectas, un factor de contrapeso a la secularización
Las minorías religiosas no tradicionales no superan el 2% de la población en ningún país europeo, pese a que “los medios de comunicación hablen intencionadamente de una invasión de las sectas”, según ha señalado el sociólogo y coordinador del Observatorio de la Libertad Religiosa del Ministerio de Relaciones Exteriores italiano, Massimo Introvigne, que es también el director del Centro de Estudios de las Nuevas Religiones (CESNUR), con base en Turín.
En la conferencia ‘El año de la Fe en la era laica’, celebrada ayer, 23 de enero, durante las XLVIII Jornadas de Cuestiones Pastorales de Castelldaura en Barcelona, ha observado que las sectas están compuestas mayoritariamente por conversos recientes y su vida religiosa más activa las convierte en un “factor de contrapeso a la secularización”, tal como leemos en Europa Press.
Para explicar qué significa una sociedad sin fe, Introvigne ha citado dos estudios, uno realizado en la Universidad de Chicago y otro dirigido por él mismo en Sicilia, a la luz de los cuales concluye que “la nostalgia y el deseo de reencantamiento no están ausentes, y sugieren que, con respecto a este marco para ellas poco favorables, las religiones tienen la posibilidad de remontar”.

Funcionario de la Secretaría de Gobernación de México durante el sexenio pasado y luego asesor legal del Casino Royale, Juan Iván Peña Neder lideraba una sociedad secreta de corte filofascista y antisemita, partidaria de la supremacía aria y la esterilización de los indígenas, según ha informado recientemente el diario Reforma. En la primavera de 2010, Peña Neder y Carlos Villar Erives, ex-funcionario de la Función Pública, así como Rafael Mendoza y uno de sus amigos de nombre Juan Ramón, fundaron la organización clandestina México Despierta, que llegó a sumar una centena de seguidores en el DF y Guadalajara. Había funcionarios del Gobierno federal, pero también algunos ligados al PRI y al PRD, cuentan informantes.
Nos habíamos quedado en el 
La Costa del Sol se considera una “zona caliente” de sectas, según nos explica el psicólogo José Miguel Cuevas (en la foto), vicepresidente de la AIIAP (Asociación Iberoamericana para la Investigación del Abuso Psicológico). Una hipótesis, relacionada con la climatología y la calidad de vida que aporta vivir en esta costa, es que igual que se incrementa el tránsito y retiro de numerosos ciudadanos extranjeros, también se importa heterogeneidad y diversidad, al igual que incrementa la receptividad. 




