Polémica en China por la secta Falun Gong, a la que pertenece Miss Canadá

Criticar a China tiene un precio y si además lo hace una activista que defiende a la secta Falun Gong, contra la que lucha todo el poder del megaestado chino, el castigo es aún mayor aunque sea a un extranjero. Miss Canadá, la joven de origen chino Anastasia Lin, ha provocado un conflicto diplomático entre ambos países por usar su corona para denunciar la persecución sobre el ilegalizado culto, del que ella misma forma parte. China le ha negado el visado de entrada en el país para el concurso de Miss Mundo, cuya 65ª edición se celebrará el próximo 19 de diciembre en la isla china de Hainan. Lo cuenta F.J. Calero en el diario ABC.
En el certamen mundial de belleza aparece Falun Gong, uno de los temas más sensibles del régimen comunista. El Gobierno chino ha creado su propio Whatsapp, también su Facebook, para poder controlarlo todo. Incluso sus propios obispos chinos para regular las religiones, aceptando sólo cinco: cristianismo, protestantismo, budismo, taoísmo e islam.
Sin embargo, en los últimos veinte años al Partido Comunista le ha preocupado especialmente una secta, con tantos miembros o más que el propio partido único. El movimiento religioso Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual introducida en China en 1992 por su fundador, Li Hongzhi, que en su momento álgido ha llegado a contar con más de 70 millones de miembros, según el Estado, y 100 millones, para los organizadores.
El origen de una gran secta
Falun Gong nació a principios de los noventa en el crepúsculo del boom del qigong en China, un periodo marcado por la expansión de prácticas similares de meditación. No tiene agenda política pero sí tres principios básicos: verdad, benevolencia y tolerancia. Según los expertos consultados por ABC, estas señas de identidad empezaron a preocuparle al Estado comunista cuando parques enteros de las principales metrópolis del país empezaron a ocuparse con miembros de esta secta, fuera del control del Gobierno.

China incrementará los castigos por los delitos relacionados con las sectas después de que un crimen impactara a todo el país meses atrás. El país asiático carece por ahora de una ley especial para castigar o definir a las sectas religiosas, y tampoco tiene estándares para cuantificar las penas, según la prensa local. Lo cuenta la agencia RIA Novosti.
La Policía china detuvo el pasado 3 de junio a 16 miembros del movimiento religioso Falun Gong por escenificar escenas de torturas y fotografiarlas en una vivienda privada de la ciudad de Qingdao, en el noreste de China, tal como informó la agencia Xinhua, y de lo que se hizo eco la española Efe.




