Al menos 90 muertos en Kenia por el ayuno que ordenaba una secta

Las autoridades de Kenia han encontrado al menos 90 cadáveres en el sur del país y que presuntamente serían miembros de una secta cuyo líder los obligaba a ayunar hasta morir para poder encontrarse con Jesucristo, según ha informado el 24 de abril el inspector general de la Policía keniana, Japhet Koome, que se ha desplazado hasta el lugar donde las excavaciones aún continúan, tal como revela RTVE. La cifra de 90 es la última dada en la tarde del 25 de abril por el diario The Nation.

Condenamos enérgicamente cualquier forma de organización religiosa que promueva creencias extremistas y opere fuera de los límites de la ley, poniendo en peligro la seguridad y el bienestar de los kenianos”, ha dicho Koome, quien ha visitado el bosque de Shakahola, donde se han exhumado los cuerpos. Además, el inspector general ha asegurado que la Policía no descansará hasta llevar a todos los responsables de estas muertes ante la Justicia.

Búsqueda y hallazgo de supervivientes

En un primer momento, habían sido encontrados 73 cadáveres, pero el ministro keniano del Interior, Kithure Kindiki, ha anunciado el 25 de abril que han sido descubiertos 16 cuerpos más. Una cifra que las autoridades temen que aumente mientras continúan las exhumaciones de cadáveres en el bosque.

“La investigación continuará y no sabemos cuántos cadáveres descubriremos posiblemente”, ha añadido el ministro. Al mismo tiempo, Kindiki ha señalado que las autoridades kenianas han conseguido rescatar con vida a 34 personas.

“Estamos siguiendo una serie de pistas y quiero asegurarles a los kenianos y al resto del mundo que haremos lo que sea necesario para llegar hasta el fondo de este asunto y establecer la verdad”, ha indicado el titular keniano de Interior, quien cree que el caso puede dar puede a la formulación de cargos de “terrorismo y genocidio”.

Las fuerzas de seguridad buscan no sólo cadáveres, sino también a víctimas supervivientes de un suceso sobre el que se ha pronunciado el presidente de Kenia, William Ruto.

“Lo que estamos viendo en (el distrito costero de) Kilifi es un tipo de terrorismo, ha dicho Ruto en un discurso durante un desfile de cadetes de oficiales de prisiones en la ciudad de Ruiru, cercana a Nairobi, el día 24. “Esas instituciones deben ser cerradas. No toleramos a las personas que predican sermones engañosos que causan muertes, ha añadido el mandatario.

Ruto también ha señalado que el pastor de la iglesia que presuntamente convenció a decenas de kenianos a ayunar hasta morir “debe estar” en una cárcel.

¿Podrían llegar a mil muertos?

El líder de la secta, el predicador Paul Mackenzie Nthenge, ha asegurado a las autoridades que encontrarán a más de 1.000 personas que fueron a “encontrarse con Jesús”.

Las autoridades creen que el número de muertos podría aumentar durante los próximos días, mientras la Cruz Roja de Kenia ha recibido la denuncia de al menos 210 personas desaparecidas en la zona. En la cifra de muertos están incluidos, además de los cuerpos que las autoridades kenianas están descubriendo en la zona boscosa cercana a Shakahola, al menos ocho personas que fallecieron en el hospital por su mal estado después de ser rescatadas.

El número de muertos es tan alto que la morgue de la turística ciudad costera de Malindi, a unos 70 kilómetros, ya ha alcanzado su máxima capacidad y la Cruz Roja ha planeado poner a su disposición una morgue móvil, ha indicado el administrador del Hospital del Subcondado de Malindi, Said Ali.

Así se descubrió la masacre

El pasado 13 de abril y tras recibir una filtración, la Policía hizo una redada en el lugar donde los seguidores de Nthenge mantenían el ayuno y rescataron a 15 personas, pero cuatro de ellas murieron de camino al hospital de Malindi. Según informa la agencia Efe, esa operación policial desencadenó las actuales excavaciones en busca de tumbas.

Actualmente, Nthenge, que antaño trabajaba como taxista, está bajo custodia policial desde el pasado día 14 y pendiente de una comparecencia judicial programada para el próximo 2 de mayo junto a otros trece sospechosos.

Cómo convenció a sus adeptos

Según ha comunicado la Dirección de Investigación Criminal (DCI), el líder de la secta había dicho a sus seguidores que si morían de hambre llegarían al cielo “como héroes”“Les dijo que su misión en la tierra había llegado a su fin, añadió. El nombre del grupo: Good News International Ministries (Ministerios Internacionales Buenas Noticias).

La redada se realizó gracias al chivatazo de un grupo de antiguos fieles de esta iglesia de las “buenas nuevas” que no ha traído más que muerte y dolor a las familias en las que ha logrado algún adepto, tal como explica Yésica Sánchez en Libertad Digital.

Niños muertos, asfixiados o no tratados

Paul Mackenzie Nthenge estaba en el punto de mira de las autoridades locales desde hace algún tiempo. El pasado mes de marzo fue detenido en relación con el asesinato de dos niños. Los menores fueron encontrados muertos, tras haber sido privados de comida y asfixiados por sus propios padres. Acusaron al pastor de incitar a los progenitores de los pequeños a hacerlo. Pero fue puesto en libertad bajo fianza.

El hombre volvió a ser arrestado el 15 de abril, cuando murieron cuatro de los seguidores que liberaron durante la mencionada redada, tal como hemos visto. Según las pesquisas policiales, Mackenzie llevaba años inculcando a sus fieles estas rocambolescas ideas sobre cómo llegar al paraíso. Fundó en 2003, según señala en un blog, su iglesia en la ciudad keniana de Malindi, pero tuvo que marcharse. Él y su esposa fueron detenidos varias veces.

Escuelas y hospitales, prohibidos

El pastor, que –según algunos testigos– se autodenominaba obispo, lavaba el cerebro a niños y mayoresLes decía que las escuelas y los hospitales eran demoníacos, que sólo debían leer la Biblia, y que tenían que ayunar de día y de noche. Así lograrían estar junto a Jesucristo (morir por inanición). En 2019, cuando se sintió acorralado por la policía, trasladó su iglesia a la remota zona de Shakahola, donde ha sido hallada la fosa común.

Previamente tanto él como su esposa habían sido acusados de la muerte de varios menores que estaban enfermos y no acudieron al hospital, siguiendo sus instrucciones. Tras el traslado de su iglesia, sus seguidores se instalaban ‘voluntariamente’ en su comuna para ayunar hasta morir, en muchas ocasiones acompañados de niños o bebés (que también debían fallecer).

Los cadáveres eran enterrados por un grupo de personas que trabajarían para el pastor y que son considerados “cómplices”. Lo hacían a cambio de dinero. Un pago que las propias víctimas adelantaban antes de fallecer, en busca del descanso eterno. Mackenzie les hizo creer que tenía la capacidad (el don) de hablar con Dios y éste le había hecho saber que había llegado el momento de partir.

Otra masacre para la historia

Las informaciones acerca de lo que sucedió en el bosque de Shakahola, en Malindi (a más de 500 kilómetros de la capital, Nairobi), recuerdan al horror del suicidio colectivo de la secta apocalíptica del estadounidense Jim Jones, que en 1978 dejó 900 muertos en Jonestown (Guyana), según recuerda Raquel Seco en el diario El País.

En el caso de Kenia, los miembros de la secta vivían desde hace un tiempo indeterminado en un terreno de más de 300 hectáreas en el bosque Shakahola, de acuerdo con medios locales. La televisión keniana Citizen TV ha mostrado imágenes de niños y adultos escuálidos, tumbados en el suelo. Dicha emisora también ha entrevistado a familiares de miembros de la iglesia, que aseguran que los fieles no creían en la escolarización de los niños ni confiaban en los médicos.

Reacciones institucionales

El presidente de Kenia, William Ruto, ha equiparado lo sucedido en Malindi a un acto de terrorismo: “Mackenzie, que finge ser un pastor, es en realidad un criminal”, declaró el 24 de julio, tal como recogen medios locales. “Los terroristas usan la religión para justificar sus terribles actos. Las personas como Mackenzie usan la religión para exactamente el mismo fin”.

El ministro del Interior, Kithure Kindiki, ha criticado en sus redes sociales el “abuso” del derecho constitucional de la libertad de culto y ha pedido regulaciones más firmes de “toda iglesia, mezquita, templo o sinagoga”.

Según leemos en France 24, por el momento, la investigación sigue a la espera de más hallazgos y todo el bosque, de 800 acres (unas 323.74 hectáreas), ha sido acordonado y declarado escena del crimen, siguiendo la instrucción de Kindiki, quien ordenó que se refuerce la presencia policial en la zona.

“Cada día que pasa, hay muchas posibilidades de que mueran otras personas”, según Husein Jalid, director ejecutivo de la ONG Haki Africa, que alertó a la policía de las acciones del líder del grupo. “El horror que hemos visto en los últimos cuatro días es traumático. Nada te prepara para ver fosas poco profundas con niños dentro, añadió, en declaraciones que publica Télam.

Supervivientes que no quieren alimentarse

Una de las mujeres, que fue hallada el pasado 23 de abril con vida por las autoridades y con los ojos desorbitados, se negó a alimentarse, antes de ser trasladada en una ambulancia, tal como leemos en Semana.

La mujer “rechazó absolutamente los primeros auxilios y cerró con fuerza la boca, negándose a comer y quiso continuar su ayuno hasta la muerte”, dijo Jalid. “Pedimos al Gobierno nacional enviar tropas al terreno para que podamos ir al interior (del bosque) a socorrer a las víctimas que siguen ayunando hasta la muerte”, añadió.

¿Quién es Paul Mackenzie Nthenge?

Según documentos judiciales de los que se hace eco El Tiempo, el líder se llama Paul Mackenzie Nthenge, y en el sitio web de su organización se indica que ésta fue “creada el 17 de agosto de 2003 por el servidor de Dios PN Mackenzie”. Con sucursales en varias regiones de Kenia, la Iglesia Internacional de las Buenas Noticias cuenta con más de 3.000 miembros, mil de ellos en la ciudad costera de Malindi, donde se había instalado.

“La misión de este ministerio es nutrir a los fieles de manera holística en todas las áreas de la espiritualidad cristiana mientras nos preparamos para la segunda venida de Jesucristo a través de la enseñanza y la evangelización”, se lee.

Paul Mackenzie Nthenge difundía un programa titulado ‘Mensaje de los últimos tiempos’ que evocaba “enseñanzas, prédicas y profecías sobre el final de los tiempos, comúnmente llamados escatología”. Afirmaba “llevar el evangelio de nuestro Señor Jesucristo libre del engaño y del intelecto del hombre”.

También lanzó un canal de YouTube en 2017, donde se pueden encontrar videos de sus sermones en su iglesia en Malindi, donde advertía enfáticamente a sus fieles sobre las prácticas “demoniacas” como usar pelucas y efectuar transacciones digitales sin dinero en efectivo.

Afirma haber cerrado su iglesia dos años después para establecerse en el pueblo forestal de Shakahola. “Tuve la revelación de que había llegado el momento de parar”, declaró el 25 de marzo al diario The Nation“Sólo rezo conmigo mismo y con aquellos que han elegido creer”, aseguró.

En su entrevista con The Nation, decía estar “conmocionado por las acusaciones en su contra”. Esto sucedió algunas semanas antes de que la policía encontrara a las primeras víctimas en el bosque de Shakahola: 15 de sus adeptos, muchos de ellos debilitados y demacrados. Cuatro murieron durante su traslado al hospital.

No se hizo nada hasta ahora

El bosque, de más de 300 hectáreas, está acordonado y ha sido declarado “escena de crimen”, afirmó el ministro del Interior Kithure Kindiki en Twitter el 23 de abril. “Es un gran golpe y una gran conmoción para nuestro país”, declaró Sebastian Muteti, encargado de la protección de la infancia en el condado de Kilifi, según leemos en El Tiempo.

Para él, se trata de “matanzas masivas”. Los macabros hallazgos suscitan interrogantes sobre la actitud de las autoridades, que conocían las actividades del pastor desde 2017. Nthenge ya había sido detenido porque convencía a muchos niños a no ir a la escuela bajo el argumento de que supuestamente, la educación no estaba reconocida en la Biblia. En esa época, fue acusado de “radicalización” y de dirigir una escuela no registrada.

El pastor volvió a ser detenido el mes pasado después de que dos niños murieran de hambre. Pero pagó una fianza de 100.000 chelines kenianos, unos 740 dólares y fue liberado. Nthenge se entregó a la policía y lleva detenido desde el 15 de abril.

Este drama ha reavivado un debate sobre el control del culto religioso en Kenia, país predominantemente cristiano, donde los ‘pastores’, las ‘iglesias’ y otros movimientos religiosos marginales son a menudo noticia.

Otros datos sobre la secta y el líder

Univisión informa de que el líder tenía tres esposas, dos de las cuales murieron y fueron enterradas juntas“Las esposas fueron enterradas juntas en tumbas cubiertas por una enorme losa de concreto”, dijo un amigo del pastor al diario local bajo condición de anonimato. Políticos locales han instado al tribunal a que no lo libere esta vez, denunciando la expansión de los cultos en el área de Malindi.

El autoproclamado líder espiritual está en el radar de los detectives por presuntamente predicar una doctrina peligrosa que alienta a sus seguidores a morirse de hambre para encontrarse con Jesús. Las autoridades han acusado a Mackenzie de manipular a los lugareños a través de enseñanzas religiosas extremas sesgadas y miedo a lo desconocido en busca de la salvación.

Elias Khambi, exmiembro de la secta, afirmó al diario The Nairobian que el pastor controlaba a sus feligreses, instruyéndolos para que renunciaran a sus trabajos, se saltaran las comidas y no buscaran tratamiento médico cuando estuvieran enfermos. Incluso les dijo que no llevaran a sus hijos a la escuela, sino que visitaran la iglesia para recibir lecciones de vida.

De acuerdo con la BBC, Mackenzie supuestamente nombró a tres pueblos Nazaret, Belén y Judea y bautizó a los seguidores en estanques. “Cuando me mudé a la aldea desde Malindi, comencé a criar aves, pero él estaba en contra. No quiere que nadie se involucre en ninguna actividad económica ni se traslade del pueblo al centro de la ciudad. Empecé a sospechar y renuncié a la iglesia”, narró Khambi al diario.

5 comentarios

  
ISA
Terrible. Y aquí la policía no ha inspeccionado el Palmar de Troya?
26/04/23 9:44 AM
  
Maximiliano
Terrible, y espantoso de como el ser humano dotado de alma e inteligencia, es capaz de creer en esas sectas; pero el maligno es un " genio del mal " y ya habrá puesto las garras en sus dirigentes. En realidad es un indiscutible " asesinato ", hay muchas formas de destruir. Solo en CRISTO encontraremos el verdadero CAMINO, la VERDAD y la VIDA.
26/04/23 12:54 PM
  
Generalife
Parece mentira que hagan caso de esas cosas ,estarán muy abducidos
26/04/23 8:15 PM
  
Esperanza
Se comprende que si nunca hubieran oído hablar de Dios se llegara a ésa locura, pero si se habla de que en Kenia hay muchas vocaciónes, quiere decir que bien que han oído de Jesucristo, si lo hacen a un lado , ése es el resultado.
Ciegos y locos guiando a otros ciegos y locos.
!Qué horror!
26/04/23 8:51 PM
  
Eloy Margarita Aguilar
Considero muy importante mostrar estos hechos de desconocimiento en la población y es una razón para promover la educación, la lectura, el respeto a los seres humanos, creados por Dios y denunciar todo lo que está fuera del sentido común y conservación de la vida.
La educación permite que las personas no se hinquen ante cualquier ídolo, debido a la necesidad espiritual en cada ser humano, se apega a cualesquier cosa o persona, brujos, símbolos, fectiches....
La verdad Os Hará libres, dijo Jesús.
17/08/23 9:08 PM

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