InfoCatólica / Caritas in Veritate / Categoría: Misericordia

17.11.15

(107) ¡Ay, si permitimos que se ponga el Sol...!

sPedroJulianEyHace un tiempo, con ocasión del atentado al semanario CH.Hebdo en Francia, cité unos párrafos que nuevamente quisiera recordar, de uno de los santos franceses a quienes tengo mayor devoción. San Pedro Julián Eymard fue el apóstol incansable de la Eucaristía -fundador de los sacerdotes del Smo. Sacramento-, cada día más pisoteada en este tiempo, no sólo por los confesos enemigos de la Iglesia, sino también por los que están agazapados tras sus muros. ¿O acaso no es pisoteo cuando se minimizan las condiciones para acercarse a la Comunión, valiéndose de argumentos sofísticos que halagan al mundo y a los pecadores, en vez de iluminarlos?…

Contemporáneo de Eymard, el Santo Cura de Ars había dicho de él: “Es un santo. El mundo se opone a su obra porque no la conoce, pero se trata de una empresa que logrará grandes cosas por la gloria de Dios. ¡Adoración Sacerdotal, que maravilla! … Decid al P. Eymard que pediré diariamente por su obra". Nacido en Grenoble, la misma diócesis en que luego se aparecería Ntra. Señora de la Salette, supo vislumbrar algunos síntomas que Ella también reprobaría severamente, y cuyas consecuencias hoy padecemos por doquier.

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11.11.15

(106) La pobreza no es una virtud...(II) (Fray M. Petit de Murat)

Publicamos a continuación la última parte del artículo, en que el autor se aboca a considerar la pobreza en el orden sobrenatural, sus dificultades y sus grados como vía de perfección.

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“…la verdad es que esta civilización deshace, hace casi imposible ya la pobreza evangélica, pues una de sus características muy peculiar es el haber ligado al hombre con innumerables necesidades artificialmente creadas…”

 

sfcocruzII. La pobreza en el orden sobrenatural

Lo que hemos dicho en el capítulo anterior se refiere al apetito natural del hombre en cuanto tal. Su acción y la ordenación libre, que la voluntad elícita puede dar hacia el bien mediante las virtudes morales adquiridas, no es otra cosa que una disposición remota con respecto de la bienaventuranza tal como se nos ofrece en Nuestro Señor Jesucristo.

Para que el hombre tenga aptitud con respecto del Reino de los Cielos, es necesario que todo el complejo de su naturaleza, su misma esencia, como así también sus potencias y los hábitos cualificantes de ellas, que llamamos virtudes, estén bañados por la gracia.

La gracia es un don de Dios: su creación más admirable; verdadero influjo físico proveniente de Cristo, comparable con la sangre y los nervios que unen a los diversos miembros de un organismo, pues así ella vivifica y recorre el Cuerpo de Cristo, que es su Iglesia. Añade un nuevo ser accidental pero esencial al hombre que lo sublima dándole proporcionalmente una cierta igualdad con la naturaleza divina, la cual le permite entrar en una relación íntima y directa de amistad con El.

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6.11.15

(104) Carta abierta a un adúltero (Fray M. Petit de Murat)

adulteriopetitAgradecemos a uno de los comentaristas que hace unos días nos recordó esta obrita de nuestro compatriota Fray Mario J. Petit de Murat, o.p. (*), y que bien podría tener una ligera variación como “Carta a un esclavo de la carne", ya que recoge algunos lugares comunes de muchos hermanos que, aún sin llegar al adulterio, pueden aprovecharse muy bien de estas reflexiones del p. Petit.

En otra obra suya ("El buen amor"), él advertía a los hijos de esta época:

“Todo está subvertido, absolutamente todo. Si confías en tu mente, la mente que has recibido de este mundo, estás perdido. Todo ha sido prolijamente cambiado, sustraída la verdad con toda paciencia y obstinación. En cuanto pienses una cosa por ti mismo, estás perdido, allí está la grieta que aprovechará Satanás para llevarte al infierno. Cualquier principio de este mundo que aceptes, estás perdido, porque el sistema de confusión es total, el sistema de errores es total, el sistema de mentiras es total. No hay nada que se haya salvado, en otras épocas quedaba algo ileso. Ahora nada…”

A mucha distancia de las sinfonías pseudomisericordes que solemos oír a menudo -recientemente en Uruguay, por ejemplo-, es digno de notar la claridad que encierran los párrafos que siguen, movidos por la fe y el auténtico celo pastoral, buscando a toda costa la salvación del destinatario, que bien podría ser cualquiera de nosotros. La compartimos con la esperanza de -además de edificar con ésta-, promover en los lectores el interés por el resto de sus obras.

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27.10.15

(101) La sombra de Lutero en el Sínodo

heresiarcalemNo se sorprenda el lector. Si ha habido tantos “honorables invitados” a este Sínodo que nos han dejado con la boca abierta, y tantos personajes que uno creería que no podrían haber estado jamás como consejeros papales, y sin embargo, siguen soltando ocurrencias a cuál más mundana sin que se los haya hecho callar, porque lo importante era el diálogo sincero...  Si ni siquiera tuvieron empacho en recibir al Papa en la sala Pablo VI hace unos días,  al son de  “Heal the Word”, (himno de Michael Jackson cuya elocuente letra por un mundo unido pueden ver aquí), ¿cómo y por qué no reconocer entre sus filas, a través de las volutas del humo infernal que ha enrarecido el ambiente, al heresiarca germano, alentando a algunos de sus apadrinados?

Sabemos que lo del “humo de Satanás” no es mera figura retórica, y que indica algo que espesa el entendimiento y por ende las almas, debilitando su posibilidad de ver claramente la realidad. Es expresión de una presencia personal, que bien puede manifestarse a través de la proposición de un modo de pensar que no es el de Cristo, sin perder de vista que “nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales” (Ef.6, 12).

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18.10.15

(99) Principios básicos para recordar, de cara a este Sínodo...

CenaJudasYa en los últimos días del Sínodo de la Familia, vemos que ha proliferado una serie de artículos en diversos medios, profetizando, ponderando, lamentando y celebrando las diferentes posiciones que desde hace más de un año suscitan en el pueblo fiel desde la euforia más auspiciosa hasta la decepción más amarga. Si en algo deberíamos coincidir, es en el reconocimiento de que lo más ausente allí ha sido el espíritu de unidad.

Y pese al cúmulo de datos que ofrecen o que tergiversan los medios de comunicación, notamos que muchísimos hijos de la Iglesia, en vez de estar más o mejor informados, han sido cada vez más confundidos, por no estar suficientemente formados en la fe que profesan.

A ello se suman los “despistes” de los propios responsables de “bajar” este acotecimiento eclesial al común  de los fieles. Vemos, en efecto, que hoy no faltan catequistas, religiosas (en cuya administración recaen numerosos colegios, con muchísimas familias que allí nutren su fe en gran medida) y hasta sacerdotes que –inclinados hacia una u otra facción de la pulseada entre modernistas y católicos-, colocan la frutilla de la torta en sus homilías, clases y hasta en la oración de los fieles, diciendo que “el Sínodo nos enseñará hacia dónde debe ir la familia cristiana en este tiempo de misericordia” (?), o bien creyendo que el Espíritu Santo inspirará DECISIONES (?) que tendrán que ser acatadas por el común de los bautizados.

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